Loving you

Un débil rayo de luz se cuela por las cortinas de una pequeña habitación, sacando de sus sueños a una de sus ocupantes. Ella se despereza lentamente y, con una sonrisa, salta de la cama y sale de su habitación. Mientras tanto, la otra ocupante abre sus ojos, que reflejan tristeza, al comprobar que, al contrario que en sus sueños, está sola.

Se gira hacia un lado y acaricia la pared que la separa del hombre de sus sueños. Sonríe. Ya más alegre, se levanta y sale. Al llegar a la cocina, su amiga ya está sirviendo el desayuno.

¿Qué tal si vas a despertar al grandullón? Así te alegras la vista.

Le dirige una mirada cómplice. Ella sabe a lo que se refiere. Al estar en verano y carecer de aire acondicionado, el calor prácticamente le obligaba a dormir en boxers. Por eso le encantaba tener que levantarlo en verano.

Entra suavemente y sin hacer ruido la dormitorio del chico. Estaba profundamente dormido. Se acerca a la cama y lo contempla durante un tiempo. Al fin, se decide a despertarlo. Coge un silbato que se encuentra sobre la mesita y sopla suavemente. Él se queja en sueños. Sopla una segunda vez, un poco más fuerte. Él solo se remueve. A la tercera vez, sopla con toda la capacidad pulmonar de la que disponía (Mucha). El chico da un salto y se levanta de golpe. Ella se ríe.

¡¿ES QUE QUIERES MATARME DEL SUSTO?

No. Pero será mejor que te vistas.

Dicho esto, ella sale de la habitación, dejándolo entre enfadado y avergonzado. Lo había vuelto a hacer.

¡Eh grandullón! ¡Te echo una carrera!

¡No me vas a ganar, enana!

Ambos salen corriendo por la playa con varios helados en las manos. Ella sonríe y comienza a picar al chico. Casi al llegar a la meta, el chico se distrae y cae de bruces, soltando todos los helados que atrapa su hermana en el aire. Ella llega y entrega los helados que faltaban.

Te he ganado.

El refunfuña desde el suelo. Ella se ríe mientras el se sacude la arena pegada a su musculosos cuerpo.

Ella contempla la luna llena sentada sobre una roca bajo los acantilados. Él se acerca y se sienta junto a ella. Pero ella no lo mira. Entonces él le rodea la cintura con los brazos y la acerca. Ella intenta alejarse, pero él no se lo permite.

Necesito hablar contigo. Quiero pedirte perdón por todo lo que dije antes. Se que a veces me comporto como un idiota… bueno, casi siempre. Pero es que…

Ella lo calla con un dedo. Le mira directamente a los ojos. Él también había estado llorando. Así, perdidos en uno en la mirada del otro, se acercan muy lentamente. Finalmente, se funden en un tierno beso, que se vuelve apasionado segundos después. Ese era el principio de su futuro juntos. Era el primer beso, pero no el último.

Fin