Hooooola!

Aquí lo traigo de nuevo, esta vez corregido, y espero que sin errores.

Este fue mi primer fic, y se merecía que lo pusiera bien ^^

Espero que os guste si lo leéis!

Una hermosa chica con uniforme iba caminando por la calle, ignorando las miradas indiscretas de la gente.

- Oye, ¿Pero esa no es...?

- ¡Si, es ella!

- ¡Elsie River, del Inazuma eleven!

Elsie y su equipo habían ganado el fútbol frontier contra el instituto Zeus. Ahora mucha gente los conocía. Le hacía gracia pensar que ahora todo el mundo hablaba del equipo más fuerte del país sin saber que originalmente solo era un débil equipo de 7 jugadores...

Oh, vaya, llegaba tarde a clase...

- ¡Elsie, corre! ¡Que ya han empezado las clases! –Dio Mark en cuanto la vio.

- ¡Ya voy, ya voy!

- ¿Como es que has llegado ahora? –Dijo Nathan intrigado.

- Es que...unos chicos me pararon para hacerse fotos conmigo...

- Si, a mi me paso lo mismo... –Axel tenía el mismo aspecto serio de siempre.

- Está muy bien que la gente nos reconozca y todo eso, pero ya es algo excesivo... –Elsie ya se cansaba de ser el centro de atención.

- Si, cierto... Bueno, ¿Vamos a clase? si no, nos castigaran.

- Si, será mejor que vayamos ya.

Los cuatro caminaron deprisa, aunque ya llegaban tarde.

Después de las clases...

Todos estaban agotados.

Mark bostezaba

- -estirándose- mm...menos mal que ya es viernes...

- Si, parecía que la semana no iba a acabar nunca.

- Oíd, ¿Por qué no vamos a comer al restaurante de fideos? –Dijo Nathan.

- ¡Por supuesto! ¡Yo me apunto! –Dijo Mark, un poco más animado.

- Por mí vale. ¿Y tú, Elsie? ¿Te vienes?

- Oh, lo siento, hoy tengo cosas que hacer. Pero ya nos veremos el domingo para entrenar, ¿Vale?

- ¡Vale! ¡Adiós! –Dijeron los tres, despidiéndola con la mano.

Iba con paso rápido. No es que no quisiera ir con ellos, pero el mal presentimiento que tenia desde hacia días no se lo permitía. Además, hacía semanas que no sabía nada de su hermano, y estaba preocupada. Iba a llamarlo de nuevo en cuanto llegara a casa.

Desde que habían ganado el partido, todo resultaba extraño. Incluso el ambiente se palpaba diferente.

El partido.

El instituto Zeus.

Byron Love.

Sin saber como, ese nombre vino a su mente.

El poderoso capitán del instituto Zeus. Se sorprendió a si misma pensando en sus profundos ojos escarlata.

Ese chico la había impactado desde el momento en que apareció ante ellos. Siempre había sentido cierta aversión hacia él. Era prepotente para su gusto. Se preguntaba qué habría sido de él después de la final del frontier...

Puede que hiciera como Mark, y no dejara de entrenar hasta volverse mas fuerte...

No, debía pensar en ese chico. Ni siquiera sabía por que había acudido a su mente...

Sin darse cuenta, ya había llegado a casa.

- ¡mamá, papá! ¡Ya estoy en casa!

Parece que no había Nadie. Mejor. Le apetecía estar sola para pensar.

Sonó el teléfono.

- ¿Diga?

- ¡Hola, Elsie!

- ¡Hermanito! ¿Por qué no contestabas a mis llamadas?

- Es que... ya sabes, aquí no hay muy buena cobertura... perdona...

- Si, bueno... ¿Y qué tal estás? papá y mamá están preocupados por como te va en ese internado.

- Pues no me va mal, la verdad.

- Como no, ya te habrás unido al equipo de fútbol... ¿Qué tal con los jugadores?

- Tienes razón –Rió-, jugadores son muy buenos conmigo, y me llevo bien con todos. Oye, ya me he enterado de que tu equipo gano el frontier... felicidades.

- ¿Acaso lo dudabas?

- Bueno, tengo entendido que era un equipo bastante mediocre...

- Cierra la boca, hermanito.

- ¿Y como era el otro equipo? El instituto... ¿Zeus, se llamaba?

- Si...eran muy fuertes, nos costó mucho ganarles... Esos jugadores tenían unas técnicas definitivas asombrosas, en serio...-suspiro-Realmente parecía la reencarnación de un dios...

- ¿Eh? ¿Quien parece un dios?

- ¿Eh? No, ¡Nadie, Nadie!

- Estás muy rara, hermanita... ¿Te pasa algo? sabes que puedes contarme lo que quieras

- No, tranquilo, estoy bien… No tienes que preocuparte.

- Bueno, vale... Oye, tengo que colgar… Diles a papá y a mamá que estoy bien, ¿Vale? Te quiero, hermanita.

- Y yo a ti, hermanito.

Ya era de noche, aunque sus padres aun no habían vuelto. Se dio una ducha rápida y se fue a la cama. Realmente estaba cansada. Los últimos entrenamientos habían sido realmente duros. Le dolían las piernas de tanto correr y patear el balón, pero a la vez se sentía satisfecha consigo misma. Mientras pensaba en aquel partido y en lo mucho que había progresado desde que entró a formar parte del Raimon, se fue quedando dormida.

Al día siguiente...

- ¡Mamá, voy a correr un rato!

Hacía tiempo que no corría por la ciudad, y le iba a venir muy de salir de la urbanización. De pronto vio como alguien que también corría se aproximaba a ella. En cuanto lo tuvo al lado, se sorprendió.

¿Realmente era...?