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N/A 1: Imaginen a los personajes con la anatomía del opening/ending animado del K.O.F. XIV.

N/A 2: K.O.F. y sus personajes son propiedad del hermoso SNK.

N/A 3: FanFic en honor a la navidad, ambientado año y medio después de la caída de Verse. "Especial de 3 capítulos". Que lo disfruten.


19 de Diciembre, 18:45 pm.

El gran día se estaba acercando cada vez más, lo sabías. Había pasado poco más de un año desde que Verse había sido derrotado y las almas que tenía bajo su merced fueron liberadas, regresando a sus ahora nuevos cuerpos originales esparcidos por todo Japón, salvo de aquellos quienes eran ajenos al país de origen.

Paraste de escribir al saber lo que estabas haciendo y escondiste tus dedos entre tu sedoso cabello. Las cosas eran un poco confusas para ti. Pensabas, no tenías que ser una especie de bruja, psíquica o saber —aún con tu habilidad— que estas fechas eran muy difíciles para ellos dos; tan diferentes pero tan iguales al mismo tiempo, ambos habían perdido a su familia por culpa de ese maldito ser que se hacía llamar una especie de divinidad. Ellos eran personas muy importantes para ti.

Él, un miembro de las familias sagradas que tendría un papel muy importante en el futuro. Además muy atractivo desde tu punto de vista.

¿Y ella? Bueno… los motivos para considerarla importante sobraban en gran manera, era la mitad de tu esencia.

Te limitaste a sonreír con melancolía, sintiéndote un poco culpable por el sufrimiento ajeno de ambos, sabías que ciertamente no era tu culpa, sabías que nunca tuviste la oportunidad de hacer algo para poder evitar esas cosas. Te sentiste inútil, como un puente para que el destino cruzara y se presentase ante la vida de ambos. Sentiste como si le hubieses dejado toda la responsabilidad a ella y jamás le hubieras dicho un "¿Qué hacer?" A él. Nadie en la vida, por muy malo o seria que fuera, merecía la clase de vida que estaban llevando. ¿Desalmado? ¿Solitaria? ¿Violento? ¿Sumisa?

Habían pasado ya algunos años desde aquel trágico día. Estabas consiente del motivo de tu regreso a la vida y de las consecuencias que esto traería, las antiguas amenazas también habían resurgido, lo comprobaste, lo supiste… siempre los sabías todo. Sin embargo… eso no era lo que te tenía melancólica. No sabías si catalogarte afortunada o desdichada por haber vuelto a la vida en esas fechas tan alegres para todos, en donde toda la familia se reunía en una casa para compartir el vino y el pan, el intercambio de regalos, la unión, las risas y el brindis; lo que sí sabías era que estabas haciendo algo para tratar de que no pasaran ese día solos, como de costumbre, en especial Iori.

—Navidad. —mascullaste con una benévola sonrisa.

Tomaste un poco más de tu té que tenías al lado y proseguiste con el escrito. Al terminar, saliste de esa lujosa vivienda que habías rentado hace unos pocos días al usar su apellido; depositaste ambas cartas en el buzón, esperanzada de que ambos la recibieran lo más pronto posible, te encantaba hacer las cosas tradicionalmente.

—Ahora… debo esperar a que todo salga bien. —te dijiste a ti misma, confundida aún por el entorno; casi olvidabas cómo era vivir y respirar.

Subiste por las escaleras y tras quitarte tus pantuflas de peluche te recostaste sobre la cama, indecisa si tener que mostrarte en persona al día siguiente del hipotético acontecimiento o permanecer escondida de ellos, no, no podías hacerlo. ¿Cómo se lo tomarían? ¿Estará alegre de verte? ¿O escéptica? ¿Y él? ¿Se alegrará al verte, o le importaría un comino?

Cerraste los ojos, con la esperanza de que todo saliera bien, este era el mundo real y te estaba diciendo:

"Bienvenida de nuevo a la vida, Maki Yata."


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