Este será el primer One-shot, no tengo un número pensado de cuantos haré.

Nos vemos al final del capítulo.


- Compás -

.

.

No me gusta la música.

No, no sólo eso, la detesto.

Para mí, la música ha sido algo de lo que conocía su existencia, se cómo leer una partitura o los diferentes tonos de voz que existen, pero aun comprendiendo la teoría, seguía siendo algo que no entendía, sólo era un montón de ruido.

Cuando alguien conocía esta parte de mí, no lo entendían, normalmente me miraban asombrados por no valorar las canciones o los grupos musicales, pero siempre les daba la misma explicación.

"La única diferencia que veo en una charla con personas de una canción, es que lo primero, tiene un objetivo fijo, en cambio, lo segundo es algo sin sentido"

Aun así, muchas personas han intentado explicarme el valor que puede tener, me han intentado enseñar el encanto de que puedan existir diferentes tonos de voz, distintos instrumentos o incluso diferentes interpretaciones, pero siempre he llegado a la misma conclusión.

La música es algo sin valor.

Otras personas intentaron cambiar mi forma de percibirla, decían que si hacías una secuencia de diferentes sinfonías, tus sentimientos podían cambiar, consiguiendo que en unos minutos estuvieras alegre, triste o alterado, pero no cambió mi forma de verlo, no entendía como podían variar mis emociones con algo como eso. Un conjunto de ruidos no podían transmitir otra cosa que no sea molestia, malestar o incomodidad.

No es que odie la música, me alegra que gente pueda vivir de ella al igual que otras la disfruten, pero en mi caso, podrían desaparecer todas las bandas musicales y mi mundo seguiría girando.

-Eli, ¿te importaría prestarme un poco de atención?- la voz de mi acompañante me distrajo de mis pensamientos al mismo tiempo que dejaba de jugar con la taza de café que tenía delante.

-Sí, perdona.- intentando omitir lo anterior, fijé mi atención en la chica pelirroja que tenía delante, a la cual le acompañaba un té de menta.

Hacía un par de horas, Maki me había llamado al móvil, al parecer había vuelto a pelear con su novia. Por desgracia aun me encontraba en mis clases en la universidad, así que cuando le respondí habían pasado un par de horas. Le propuse quedar en la cafetería que se encontraba cerca de la facultad, por lo tanto, aún me encontraba un poco fatigada del día tan largo que había tenido.

-Si estás tan cansada podríamos haber quedado más tarde, apenas puedes estar despierta.- Maki apoyó la cabeza en una de sus manos desinteresadamente mientras con la otra jugaba con la cucharilla dentro del té.

-Estoy bien, este era el último examen de la semana.- intenté reprimir un bostezo para a continuación, darle un leve sorbo a mi café. –Amargo.- protesté mientras sacaba la lengua de una forma un poco infantil, sacando una sonrisa de la pelirroja.

-Podías haber pedido otra cosa.- con su elegante porte de clase alta, llevó la taza a sus labios y bebió un poco de su contenido.

-Está bien así.- dejé la taza en su lugar. –Más importante, ¿qué pasó esta vez?- su rostro se puso serio mientras me desviaba la mirada.

-Sólo discutimos, más tarde volveremos a estar bien.-

-Maki, he estado dos semanas llenas de exámenes donde sólo he podido dormir como mucho 4 horas al día.- la pelirroja se desplomó irritada en su asiento por mis palabras, ya que sabía muy bien a donde quería llegar. –Deja de ser tan deshonesta y dime para que me llamaste.- mi voz salió un poco más fría de lo que pretendía, pero no me encontraba con ánimos como para dar rodeos sin sentido.

-Compré el apartamento para dos personas, no sólo para una.- la miré confusa, parecía que había cambiado de tema.

-Eres una persona muy complicada, Maki.- suspiré resignada. -¿Es lo de siempre?- pregunté, pero ella no me contestó, sólo se cruzó de brazos y se quedó mirando su aromática bebida. –Tomaré tu silencio como un "sí".- me acaricié levemente la sien.

-Pero esta vez es más importante.- hizo un mohín un poco infantil.

-Maki, entiende que Nico está muy ocupada con sus clases de cocina y su debut como idol, es normal que no puedan verse tanto.- mi voz severa cambió a una más maternal.

Ambas habían estado saliendo por varios años, nos conocimos las tres en la preparatoria y aunque les costó bastante tiempo, consiguieron confesarse la una a la otra. Sorprendentemente les fue bien, consiguieron ser un poco más sinceras entre ellas y adaptarse a la personalidad de la otra hasta quedar como una bonita pareja, pero como es algo normal, seguían teniendo sus roces, muchos de ellos generados por el lado consentido de Maki o el orgulloso de Nico.

No puedo negar que me causen un poco de envidia.

-Ya lo sé, pero esta vez es más importante.- volvió a repetir sus anteriores palabras.

-¿Por qué?-

Esto era nuevo, normalmente Maki venía a mí para quejarse de que Nico no sabía administrar bien su tiempo, luego se lamentaba por sus palabras y volvía a su departamento para hablar bien las cosas con la pelinegra.

-Le pedí explícitamente que este día lo reservara para mí.- se acercó a su taza para darle un sorbo, a lo que yo la seguí.

-¿Es vuestro aniversario?- pregunté confundida, no es como si me supiera el día en el que comenzaron a salir de memoria, pero tenía una ligera idea y no me coincidía.

-Claro que no.- contestó como si fuera algo totalmente obvio. –Hoy vienen las musa a Tokio y quería ir a verlas, llevo bastante tiempo impaciente por este día.- comenzó a jugar con uno de sus mechones rojizos. –Pero claro, Nico-chan tenía justamente hoy una firma con una productora y no podía cancelarlo.- se veía realmente molesta y quizás… celosa.

-¿Quién viene?- me dirigió una mirada severa por mi pregunta, como si le estuviera faltando el respeto a alguien con mi cuestión.

-Eli, sé que no eres amiga de la música, pero al menos deberías conocerlas.- se puso a rebuscar algo en su bolso, sacando un panfleto y enseñándomelo. –Son un grupo de personas muy importante dentro de la música clásica, son 6 chicas, las musas.- señaló a las chicas. –Cada una está especializada en un instrumento, llevan mucho tiempo sin salir en ningún escenario, pero esta va a ser una ocasión especial.- volvió a señalar a las chicas, pero esta vez con toques más bruscos mientras se levantaba de su asiento. –Son las músicas más conocidas en la actualidad, las musas.-

-¿M-Maki?- se estaba alterando, parecía que hablara de un juguete nuevo.

-¿¡De verdad no las conoces!?- sí, no había duda, estaba molesta conmigo.

-Maki, entiendo que te guste mucho la música, pero no todo el mundo es así.- dejé el panfleto en la mesa, logrando que ella se sentara y se sonrojara un poco por su comportamiento tan infantil.

-C-Como sea… el espectáculo será hoy.- empezó a jugar con su cabello mientras miraba su reloj de pulsera. –Iré a recogerte a las 9.- con esas palabras dichas, sacó unos billetes, los puso en la mesa y se fue.

-Espera, ¿¡qué!?- no me dio tiempo a procesarlo todo, cuando volví en mí, la pelirroja ya se había ido. -¡Maki!-

Esto había sido totalmente una encerrona, no tenía otro nombre. Mi plan inicial era ayudar a Maki a desahogarse, después volver a mi casa y dormir por dos días seguidos.

-Quizás el azul sea demasiado llamativo, mejor el negro.-

Pero no, todo se había torcido, ahora me encontraba delante del espejo de mi habitación eligiendo un vestido para acudir a un concierto de música clásica del cual no tenía ni un mínimo de interés.

-Sí, el negro estará bien.-

Proseguí a vestirme y arreglarme. No estaba muy informada de a donde iríamos y que tipo de espectáculo sería, pero conociendo a Maki, sería algo lujoso y refinado.

Sin duda no me equivocaba.

-Gracias por acompañarme Eli.- respondía la pelirroja mientras aparcaba su costoso coche.

Mi mirada no podía apartarse de ese grotesco edificio, parecía que había retrocedido en el tiempo a una época donde la nobleza y los plebeyos aún existieran, situándonos a nosotras en los primeros por poder acudir a tal lujoso lugar.

-No hay nada que agradecer, Maki, ya sabes las ganas que tenía de venir.- sonreí de una forma un poco cínica, a lo que ella suspiró.

-Llevas todo el viaje soltando sarcasmos ¿podrías parar ya?-

-¿Te recuerdo el horario de sueño que he tenido estas semanas?- salí del vehículo para dirigirnos al edificio.

-Te puedo recetar algunas pastillas para que duermas mejor.- entregó las entradas de ambas al responsable de revisarlas y entramos.

-¿Estás intentando sobornarme con pastillas?- un tic de irritación se apoderó de una de mis cejas. –No creo que como futura médica debas decir eso.- ignoró completamente mi comentario, imagino estaría demasiado metida en la decoración del lugar.

Habían diferentes instrumentos puestos en los laterales como exposición, muchos de ellos traídos de otros continentes, siendo sincera, hasta a mí me estaba sorprendiendo, habían algunos de ellos que eran realmente hermosos, aunque no comprendía muy bien cómo podría salir sonido de algo así.

Miré a Maki de una forma amigable, la pelirroja estaba intentando no comportarse como una cría, pero sus ojos destellaban felicidad cada vez que se posaban en algún instrumento, casi podía verla balbucear de vez en cuando, reprimiendo algún comentario por la emoción.

Era una lástima que sus padres no la dejaran estudiar plenamente música, siempre se notó que era su pasión.

-Deberíamos entrar.- señalé la puerta que llevaba al escenario.

-Sí, tienes razón.- el pequeño brillo que reflejaban sus orbes violetas fue disminuyendo al alejarse de la exposición.

Al cruzar la puerta nos encontramos con una gran cantidad de asientos bien colocados, algunos estaban en salas privadas más altas. En el centro, un gigantesco escenario con las cortinas rojas echadas, esperando a ser abiertas para dar comienzo a la función.

-Este teatro no suele ser muy concurrido.- explicó mi acompañante, prestándole toda mi atención. –Pero seguramente esa sea la razón por la que lo eligieron para su primera actuación.- nos sentamos en nuestros asientos designados.

-Parece que son muy conocidas.- contemplé como poco a poco todo se iba llenando hasta no dejar ni un sitio vacío.

-Te lo dije.- sonrió orgullosamente por sus conocimientos mientras volvía a toquetear uno de sus mechones.

No me sentía muy cómoda por la cantidad de gente que había, pero cuando veía el rostro mal disimulado de emoción de Maki no me arrepentía de haber venido.

Es una pena que no pudieras venir, Nico, sé que hubieras disfrutado mucho viéndola así.

Lo murmullos fueron cediendo, dando inicio a la actuación.

Las cortinas se corrieron, mostrándose de este modo el escenario, el cual era mucho más grande de lo que hubiera imaginado en un principio. Una cabellera azulada sentada delante de un piano comenzaba a tocar después de unos segundos.

No, aunque lo intentara, no le encontraba un significado a todo esto, era inservible, no transmitía nada más que ruido. Miré a la pelirroja que se sentaba a mi costado, la cual cerraba los ojos para deleitarse mejor de la melodía mientras una sincera sonrisa adornaba sus labios.

Suspiré derrotada, sólo quedaba esperar a que terminara, pero al menos me alegraba saber que alguien lo estaba disfrutando.

Después de la peliazul vino una chica con el cabello grisáceo, la cual le sonrió tiernamente a la pianista para hacer el relevo. La segunda musa hizo una interpretación de flauta travesera, pero aunque la chica sabía utilizar muy bien el instrumento, Maki pareció emocionarse más con la anterior compositora.

-Ahora viene la violinista.- susurró en voz baja la pelirroja cuando terminó la actuación de la chica.

Mi semblante había sido el mismo desde que habíamos entrado al recinto, pero inesperadamente cambió cuando la tercera musa se posicionó en el escenario con su instrumento.

Es hermosa…

Fue mi primer pensamiento al verla. La chica tenía el cabello morado atado en dos coletas bajas, a diferencia de sus compañeras, no parecía tener un semblante tan elegante, característico en la música clásica, aun así, pude escuchar como algunas personas alrededor suspiraron por su presencia.

-Se llama Tojo Nozomi.- habló inesperadamente Maki, mirándome en el proceso. –Parecías interesada en saber su nombre.- contestó de forma burlona.

-Nunca había visto una actuación de una violinista.- intenté cambiar de tema.

-¿Acaso habías visto antes una interpretación de música clásica?- sonrió irónicamente, a lo que yo hice lo mismo, después de todo, tenía razón.

El sonido inundó la sala, por lo que enfoqué mi mirada en la chica que con una gran destreza y paciencia, tocaba el violín. Me entristeció un poco seguir sintiendo ese sonido como ruido, sentía como si esa persona pudiera enseñarme el lado bonito de la música, su significado, aquella cosa que nadie había logrado aún. Aun así, sus movimientos eran sumamente hermosos, su mano jugaba con el arco entre las cuerdas mientras de vez en cuando movía levemente la cabeza al ritmo de aquel sonido que creaba. Era una imagen espectacular, incluso se la podía ver sonreír de vez en cuando, se notaba que disfrutaba con lo que hacía.

Y yo también lo estaba haciendo.

No entendía muy bien a que se debía, pero una hermosa melodía se había apoderado de mis oídos, un rítmico compás, lo estaba escuchando, aquello que tanto tiempo me habían intentado enseñar, ese conjunto de ritmos que podía crear un momento inolvidable. Cerré los ojos, era constante y reconfortante.

Así que esta es la adicción de mucha gente…

Mire a Maki.

Creo que ya entiendo porque te gusta tanto.

Sonreí.

Estuve disfrutando la actuación de la violinista de principio a fin, me deleitaba con la música y al mismo tiempo con sus hermosas facciones y sus bellos movimientos. Ya estaba terminando, pero antes de que el instrumento dejase de transmitir algún sonido, percibí algo nuevo, algo en lo que no me había fijado hasta ahora, de lo cual me arrepentía por haber sido tan lenta.

Esmeraldas…

La preciosa musa tenía dos esmeraldas, sus orbes verdosos tenían un brillo único, los cuales se encontraban inspeccionando los míos azules.

Nuestra mirada de había unido y ninguna hacía nada por separarla, al contrario, era como si dos imanes se hubieran encontrado.

La violinista hizo una reverencia al público, el cual aplaudía eufórico, pero aun así, nuestra conexión seguía sin romperse.

¿Pero porque me miraba a mí? Podrían haber perfectamente 600 personas en esta sala.

No lo sabía, tampoco me importaba, mi prioridad era que esas esmeraldas no se alejaran de mis zafiros y al mismo tiempo, no derretirme por esa cálida sonrisa que me acababa de regalar.

De nuevo esa hermosa música bombardeaba mis oídos, pero esta vez con un mayor énfasis.

Entonces lo comprendí, aquella exquisita melodía con la que había descubierto la música por primera vez, no venía precisamente del violín, aunque sí que la creaba la violinista.

Posicioné una de mis manos en mi pecho.

La primera canción que escuché y pude disfrutar era una melodía propia, algo que yo misma había creado y ni si quiera lo había notado.

Mi primera canción había sido causada por los fuertes latidos de mi corazón al ver a aquella singular violinista.

Tengo que pedirle que me enseñe a disfrutar de la música.

.

.

FIN


Pues como pueden ver, el primer One-shot es un NozoEli con un final abierto, tengo pensado hacer de diferentes parejas, pero quería empezar por mi favorita, el siguiente seguramente sea un Two-shot, con la primera parte NicoMaki y la segunda NozoEli.

Ahora aquí la información que sé que no le va a interesar a nadie, pero quería ponerla (seguramente también lo ponga en el fanfic que estoy haciendo, del cual aún me queda terminar la continuación)

¡HE PUESTO MI NOMBRE DE TWITTER EN MI PERFIL!

Sé que es una tontería, pero no es algo que suela hacer, así que por una parte estoy emocionada y por otra decepcionada por el resultado que vaya a tener eso, pero... gracias de todas formas si leyeron hasta aquí xD

¡NOS VEMOS EN EL SIGUIENTE!