Antes que nada, me gustaría aclara que los personajes y los hechizos de esta historia no son míos. Son de la autora del libro original de Harry Potter.
No les sabría decir más porque esto es parte de una secuencia de sueños. Solo lean y disfruten. :*
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Capitulo 1
Hermione, Luna y Ginny se encontraban tiradas en el césped desde las 12:00 pm escuchando como Voldemort hablaba con sus seguidores. No lograban entender del todo, un parte lo decía en varios idiomas, otra en clave y la mínima parte la recitaba normalmente. Ya eran las 4:00 am y habían estado ahí el tiempo suficiente como para saber que esto iba a ser muy malo, como todo lo que tenía que ver con el señor tenebroso. Cuando la sesión se dio por terminada, faltaban 20 minutos para la seis. Los rayos de sol dieron lugar a un hermoso amanecer. Las chicas se quedaron deleitadas, como si quisieran abrazar cada gota de luz con miedo de que si esto seguía así, mas nunca la pudieran ver.
Lentamente se pararon y caminaron junto a los mortíferos. Sin sentir miedo, permaneciendo serenas ante las figuras macabras, pues claro, con esa seguridad que se tenían. La situación era tal que cuando Dombuldore se los negó, ellas hicieron como si nada y le robaron la capa a Harry. Ese era otro que no quería que fueran. ¿Por qué los hombres no le pueden confiar nada a las mujeres? Si ellas no hubieran ido, se les hubiese escapado la oportunidad de escuchar el plan que tramaba el letal mago. Una leve brisa se sintió. No parecía nada, pero cuando todo se hizo verdaderamente visible, solo quedaron 3 tres mortíferos que las rodearon. El rubio al que reconocieron como Draco Malfoy, les quito la capa con su varita.
-Rayos- Susurro Hermione.
-¡Lo ves! ¡Te dije que había sentido algo! –Grito Blaise Zabini.
-Con razón apestaba a Sangre sucia.- Dijo Draco con mirada de asco.
El rubio se acercó más a la castaña y le agarro la barbilla, queriendo sentirla nerviosa, que su mirada se doblegara por primera vez ante él. Pero como muchas otras veces, no lo logro. Ella seguía firme y lo miraba a la cara como si fuera su igual. Se cansó no lograr nada y la arrojo al piso, alejándose un poco.
-¿Qué vamos- No pudo terminar la pregunta.
-¡Aquaeructo!- Hermione no perdió tiempo cuando el rubio se alejó. Como era de esperarse, ya tenía un hechizo preparado. -¡Corran! –Las tres se mandaron corriendo hasta el castillo. Luna le paso un papelito donde había tomado nota de lo más importante, por si les borraban la memoria, o en peor de los escenarios, morían. Los mortífagos se levantaron y las siguieron.
-Desmaius.- Dijo Theo, apuntando a Luna.
-Ennervate.- La levanto Ginny. Corrían con uno que otro hechizo Atajo para apresurar su paso. Hermione protegía el papelito con su vida, mientras Draco esquivaba todo lo que le lanzaban.
-¡Detente sangre sucia o te lanzare un imperdonable!
-¡No intentes amenazarme, porque sé que no lo harás! -¿Acaso lo estaba provocando? ¿O era muy inteligente? -¡Sé que no estás listo para ir a Azkaban! ¡Y también que no quieres ser expulsado de Howarts! ¡Así que no trates de persuadirme con estupideces! ¡Aqua Volatem!- Una esfera de agua ataco al rubio.
-¡Coño! ¿Qué acaso no sabes hacer otra cosa que mojarme?
-Puedo intentarlo. ¡Bombarda!- Genial. Ahora, en vez de estar mojado, está cubierto de lodo por la tierra que ¡exploto literalmente frente a el!
-¡Deprimio! –Zabini creo un agujero en el suelo, donde las chicas cayeron. Las tres se ayudaron con un Descendo, pues parte de su ventaja era porque se cuidaban entre sí. Aún más que los mortífagos, que se daban cuenta mucho después de que las cosas pasaran.
Estaban cerca. Podían ver la escuela. Solo tenían que escalar la gran colina, que más que empinada, parecía una línea recta. Las féminas subieron con un Ascendio y con un Desmaius pudieron apartarse de los hombres que las perseguían. Se debatieron si debían borrarles la memoria, pero se limitaron a seguir su camino. Ya no quedaba tiempo, las clases estaban a punto de empezar.
Luna se fue con el único profesor que no la creería loca, y ese era Hagrid. Ginny en esos momentos, necesitaba sentirse en confianza, su profesora de vuelo Ronalda Hooch cumplía con los requisitos. Hermione se lo iba a decir a alguien que pudiera hacer algo productivo con la información, aunque sabía que iba recibir una reprimenda, la profesora Mcgonagall era la más cercana a Dombuldore.
-Señorita Granger. ¿Dónde ha estado?
-Perdone profesora, pero la he desobedecido a usted y al director. He ido a la reunión.
-¡Pero se ha vuelto loca! ¿Sabe a los peligros que se expuso? Y estoy segura de que no fue sola.- La mirada acusadora de la mujer, siempre le atravesaba el alma.
-Si lo sabía. Malfoy, Nott y Zabini nos han descubierto. Pero no me arrepiento de nada. Hemos conseguido información muy valiosa. –La castaña le paso el papelito y la Señora se dispuso a leer con atención. Aunque estaba aliviada de que nada extremadamente malo hubiera pasado, tuvo que quitarle 5 puntos a cada una por su desobediencia.
-Debido a los recientes sucesos, se quedara aquí por si la vienen a buscar. Les diré a los profesores que cuiden a sus amigas y estén alertas.
-Solo le pido, que no se fije solo en Slytherin. También hay mortífagos de otras casas. Incluyendo a Gryffindor.
-Le agradezco el interés. Pero le pido, que cuide más de su vida. Si muere, no nos servirá de mucho.
Hermione tardo una semana en reintegrarse a las clases. Paso todos esos días ayudando a corregir exámenes y tareas. Le resultaba muy divertido, pero extrañaba a sus compinches. El tercer día, había tenido un encuentro con Draco. No quiso decirlo y por alguna razón, no lo iba hacer.
Flash Back
Ella estaba sentada en un sillón rojo vino, leyendo un libro a altas horas de la noche. Mcgonagall se fue a su dormitorio y ella se quedó en el despacho. Habían equipado todo muy bien. Hasta le habían puesto un baño y una cama. El lugar era tan acogedor, que ya se sentía en confianza. El calor era tal, que después de bañarse, se cubrió solo con una toalla. Una leve brisa le causo escalofríos y le pareció extraño ya que no había abierto ninguna ventana. Desvió la vista del libro y de encontró con unos ojos grises frente a ella. Ahogo un grito y permaneció serena.
-¿Qué haces aquí Malfoy?
-Accio.- El rubio atrajo una silla y se sentó frente a ella. –Vine a cobrarte. Me hiciste pasar muy mal rato hace unos días.
-No te estoy diciendo que cumpliré, pero solo por curiosidad ¿Qué es lo que quieres?
-Tenía otra cosa pensada. Pero al verte de esa manera, me gustaría un Streep tease.
-Estas bromeando.- La castaña no pudo evitar llorar de la risa. -¡Ni en tus más profundos sueños Malfoy! Ahora hazme un favor y lárgate.
-¿De que estas hecha sangre sucia? Deberías sentirte afortunada de que yo te esté hablando. Podría haberte matado hace mucho tiempo…
-Asi… Pues inténtalo. ¡Vamos! ¿Qué esperas principito consentido?
-No manchare mis manos con tan poca cosa.
-¡¿Y entonces por que eres mortífago?! ¿No se supone que eso es lo que haces? –La castaña se paró firme frente a él, habiéndolo sentir pequeño.
-¿Cómo puedes ofrecer tu vida así por así? ¡¿Por qué no te doblegas ante mí?!
-Porque sé que yo si te puedo poner nervioso.
-¡Mentira!- Antes de que el rubio pudiera seguir lloriqueando, Hermione lo tomo de la nuca y lo beso. Labio con labio, el respondió. Expresaban su odio con mordidas y luego curaban el dolor con caricias. Era una incontrolable guerra de poder en el que la mujer llevaba la ventaja. Su decisión la hacía tan poderosa y lo volvía vulnerable.
