08-06-2008

08-06-2008 Kinmonku

Makoto:

El espacio y el lugar no determinan el amor que una persona puede sentir por otra, las distancias...oh, las distancias son grandes lagos que debe cruzar el amor para poder sobrevivir.

Mi dulce Makoto, quien podría decirlo, sin razón aparente me has conquistado el corazón y al partir de este lugar, al que llaman Tierra, he dejado algo de mi, de mi corazón y mi esperanza...esa esperanza que tiene un dulce nombre...uno como Makoto.

Sentí algo especial por ti, cuando te fui conociendo cada día más y más, cada noche es una tortura, al saber que no estás, al saber que tú, querido amor mío, no estás junto a mí...añoro el día en que podamos volver a vernos y decirnos estas cosas tan importantes que sentimos, y que por ser Sailor Scouts no tuvimos la oportunidad de cumplir nuestro más ansiado deseo de estar juntos, amándonos al fin...pudiendo ser libres y vivir nuestro amor, tú y yo, juntos en una nueva aventura de romanticismo, que estaremos dispuestos a vivir como uno solo, como uno que somos al estar juntos y sentir esa alegría en nuestros corazones, unidos en un solo silencio, con tan solo...miradas perdidas, aunque atractivas, que nos hacían desviar nuestros ojos hacia el rostro del otro.

Cuantas cosas no desearía gritar y sacar de mí, gritar Makoto te amo en lo alto de una colina, verde y con gotas de rocío refrescantes, y cuanto no desearía besar tus hermosos labios, y beber ese dulce cáliz de tu boca, sentir esa frágil niña en mis brazos y abrazarla fuertemente para que no se vaya de mi lado nunca más, nunca.

Oh, mi querida Makoto; no sabes cuantas veces te veo en mis sueños y no deseo despertar jamás...para seguir viendo tu hermoso rostro en mis manos...Sentirte como siento las gotas de lluvia cuando caen en mi rostro cuando quiero evitar llorar porque no estás, y disimular toda tristeza que tenga en mi, ya que cada vez que del cielo caen gotas de lluvia, son las lágrimas que mi corazón guarda, por tanta tristeza de no poder verte hoy, recostada en mi cama, después de haberte amado, y ver tus hermosos cabellos caer por tu hermoso rostro al bailar una pieza de vals...o al reír...o al llorar.

Aun conservo la esperanza de volver a verte alguna vez, y decirte cuanto te amo, frente a tí, sin temor, porque sé que tú también me amas como te amo yo.

Kou Taiki