Hola, es la primera vez que hago un crossover, hace tiempo (un año o así) que conocí está pareja la verdad es que me gusta bastante, pero no quería comenzar nada porque no me había visto la película de How to train your dragon ... Y ahora que ya la he visto dije, vamos a probar... así que...

Comentenme (si quieren) si les gusta está idea, es la primera vez que estoy en este fandom.

Por cierto soy de España y para mi él dinero se cuenta en euros por eso no voy a hablar ni en dolares, ni en pesos, ni en libras... Más que nada por costumbre y por comodidad, así que no se lo tomen a mal... y también me estoy rigiendo por el sistema educativo español actual (aunque está hecho un trapo y aún no tienen ni idea por donde van a tirar). No voy a poner el nombre de los cursos, sino la edad más o menos para que se situen, pero a lo mejor hay algunas cosas que no les suenan (no lo sé yo voy avisando por si acaso). Este fic se va a desarrollar al curso equivalente a los dieciséis años.

N.A: No soy dueña ni de Rise of the guardians ni de How to train your dragon.


Capítulo 1:

Hipo:

Hace tres semanas y media había comenzado en un nuevo instituto, uno de los dos cursos previos antes de llegar a la universidad y la verdad es que le había ido relativamente bien, es decir, había conseguido hacer nuevas amistades y de momento pasaba desapercibido… también es cierto que de momento nadie sabía lo que todo el mundo sabía en su anterior instituto, pero le daba la sensación de que en este no tendría que aguantar las constantes burlas e insultos por parte de sus compañeros. Por otra parte también había ocurrido algo importante hace tres semanas ya que se había dado cuenta de la presencia de un chico de pelo blanco y ojos azules que iba con él a clase, por lo que había oído antes parece ser que las tres semanas anteriores llevaba el pelo de color castaño y tal vez fuera ese el motivo por el que no se había fijado en él hasta el momento, además son un montón de personas en clase y todos los días descubre el nombre de alguien más que va con él, pero ese chico de pelo blanco y de ojos azules llamado Jack Frost lo había cautivado desde el primer momento en que lo vio y eso le asustaba, nunca antes había estado enamorado, ¿Qué se suponía que era lo que debía hacer? ¿Se pondría rojo por la vergüenza y se pondría a tartamudear?

De momento no lo sabía, no había tenido la oportunidad de hablar con él, pero esperaba que eso no le sucediese.

Jack:

Hace tres semanas y media había comenzado en un nuevo instituto, él y sesenta personas más, pero era lo que había, es lo malo de que los dos cursos previos a la universidad cuesten doscientos euros en la mayoría de los institutos de la ciudad ya que son privados o concertados y que escuelas públicas haya contadas. Jack cierra los ojos por un par de segundos e intenta contarlas mentalmente, ¿Cuántas habrá? Tres sin duda y puede que haya una cuarta por hay perdida.

Hace tres semanas había decidido cambiarse el color del pelo, ¿Por qué? La respuesta es demasiado compleja y teme que nadie le entienda si se la explica así que opta por decir.

-Simplemente me aburría mi estilo anterior.

Y en parte era cierto, pero no era su estilo el que le aburría sino que sentía que su vida le asfixiaba y necesita un cambio, algo diferente, y la verdad es que cambiarse el pelo alivio algo de esa presión, pero no es como si eso lo arreglase todo, los problemas siguen hay y no van a desaparecer de la noche a la mañana mientras no haga nada, pero, ¿Cómo diablos se lucha contra la depresión? De momento el médico le ha recetado unas pastillas, sonríe ante la ironía como si eso le fuese a cambiar la vida y a ayudar, tan solo lo calman un poco y evitan que tenga malos pensamientos… como los llama Jamie.

Jamie es su amigo imaginario, ha estado con él desde que tenía ocho años y de momento no cree que sea conveniente olvidarse de él, es decir, ya tiene diecisiete años y siente que eso no es algo que haga un chico normal de su edad, pero simplemente Jamie todavía existe porque hay cosas que siente que no le debe contar a nadie y es así como Jamie juega su papel, escuchándole y haciendo que algo de esa presión que lo aplasta se libere un poco, sabe que nada se soluciona haciéndolo, pero se siente más tranquilo.

En esas semanas de instituto había conseguido hacer nuevos amigos… o más bien como los llamaba él eran gente que de momento le soportaba, no cree que le durasen mucho tiempo teniendo en cuenta su personalidad, de momento él único que le había soportado todo este tiempo era Jamie y ni tan siquiera existía, ¿Y después quieren los médicos que no se deprima? Ja, Algún día cuando reúna el suficiente valor se tirará por la ventana, pero mientras tendrá que seguir aguantando lo mismo de siempre.

-Hijo, antes eras una persona tan feliz, tan bromista, tan llena de vida…

-Eso era antes cuando era pequeño, ahora ya soy mayor y cuando uno se hace mayor se da cuenta de lo cruel que es el mundo.

Su madre siempre se lo niega, pero de momento no la escucha, ella no puede tener razón, se deshace de su padre que era un buen hombre para buscarse a uno peor, odia a ese hombre con todo su ser, pero es lo que le queda. Al menos siempre podrá pasar las vacaciones con su padre, hace tres años que se divorciaron, el motivo, las constantes peleas entre ambos, como le dice su padre la química se fue y eso siempre hace que de los labios de Jack brote un bufido.

-¿No podías seguir intentándolo un rato más aunque fuese por mí y por mi hermana?

-No es tan sencillo, puede que sufrieseis más si eso se prolongaba más.

Sabe que en el fondo su padre tiene razón, pero al menos habría retrasado un poco el hecho de que su madre se juntase con el hombre con el que se junto un año después y ese había sido el motivo por el que había repetido ese año en la escuela, por los constantes problemas familiares que había causado ese hombre y es que ¿Cómo diablos podía convivir con alguien que hacía levantarse a su madre a la una de la madrugada para ir a buscarlo a la comisaría?

O la vez en la que su madre no pudo estar con ellos porque ese hombre había causado un gran altercado en un bar del barrio con un compañero suyo y no habían podido pasar por allí por una semana, al parecer le rompieron la clavícula a un hombre y le abrieron una brecha en la cabeza a otro con una silla, suerte fue que no matasen a nadie.

Suspira y piensa en su médico, ¿Cómo diablos no va a tener depresión? Para ellos es muy sencillo te dan unas pastillas y te dicen, mira lo positivo de la vida… ¿En el agujero en el que está metido? Eso es demasiado difícil para él por el momento.