Prologo:

Nuestra historia empieza con un pequeño llamado Leo, residente de la ciudad de Alma, la ciudad más importante en la región de Almia, incluso se podría considerar un juego de palabras; hijo de dos personajes bastante peculiares, su madre , Jazmín, era una hermosa coordinadora pokemon, que a pesar de no haber triunfado mucho tenía un gran talento, unos ojos verdes preciosos, un cabello castaño muy sedoso y una mirada tan cariñosa que todo el que la veía sonreía de inmediato, su padre , Mario, por otro lado era un hombre bastante fuerte, musculo por todos lados que si bien no se podrían comparar a los de un fisicoculturista profesional estaban bastante bien para un entrenador que no recurría a sustancias para incrementar el tamaño de estos, su cabello era de un negro tan oscuro como la penumbra, sus ojos eran azules como los grandes mares del este de la ciudad Alma, su piel era morena clara y su mirada parecía dar la impresión de que ese hombre era un tipo serio, pero ese no era el caso, aquel padre de familia era un padre cariñoso, mimaba y consentía a sus hijos, y a su esposa la trataba como una reina, aquel imponente entrenador era dueño de uno de los más prestigiosos gimnasios en la región, el gimnasio de tipo Acero, y por si fuera poco, ese año el líder de gimnasio decidió cerrar por un tiempo e intentar el desafío de la liga pokemon, por lo cual la casa quedaría solo a cargo de mama por un par de meses, no sería una jornada muy larga debido a la fuerza del hombre, y daba por seguro que pronto podría participar en la gran liga que para variar tenía como sede la ciudad donde residía, así que tenía garantizado el apoyo de su familia para cuando ese momento llegara.

Todo parecía que ese día sería normal en los alrededores de ciudad Alma, en la gran región de Almia…o al menos eso fue lo que el pequeño Leo, un pequeño niño de 9 años de piel morena clara, ojos cafés bastante oscuros, un cabello negro un poco largo el cual cubría con la gorra negra con una poke ball blanca dibujada en ella que su padre le había comprado en ciudad Alma y un atuendo muy típico de un infante pensó, mientras caminaba camino al colegio. Caminaba alegremente junto a el Pochyena que sus padres le habían regalado, pero aun así no estaban solos, detrás de ellos se encontraban una ralts Shiny bastante linda y una niña de unos 5 años de edad, con una piel parecida a la del chico, tal vez solo un poco más clara, unos tiernos y dulces ojos verdes, un cabello negro y sedoso y una bolsa donde la chica guardaba sus pertenencias más queridas, aquella pequeña era la hermana de Leo, María. Caminaban como siempre desde su casa hasta la escuela que no se encontraba muy lejos de esta, en las afueras de la hermosa ciudad Alma.

Fue ahí cuando la pesadilla empezó.

De pronto detrás de un conjunto de árboles vieron a dos extraños hombres, con raros uniformes, intentando hacer funcionar un extraño tipo de máquina, la curiosidad invadió a los niños y estos junto a sus pokemon decidieron quedarse a investigar un poco.

-Rápido date prisa, quiero terminar con esto lo mas rápido posible- Dijo uno de los uniformados.

-Ya voy, demonios Mark,hablas como si lo que fuéramos a hacer fuera cualquier cosa…-Le respondió el otro.

-Lo sé, lo se…atrapar a él gran giratina con una Master ball robada, es necesario que lo repitas cada vez que quiero hacer que este trabajo sea menos pesado- Dijo defendiéndose el primero que hablo que por lo visto se llamaba Mark.

-Todo esta listo, solo es necesario dejar que esto se caliente y listo, puff…PORTAL MISTICO…-

Nada de lo que decían tenía sentido para los pequeños, pero justo cuando decidieron emprender la huida la pequeña María piso una ramita que hizo un ruido minúsculo, pero que sin embargo el uniformado que había permanecido más gruñón durante todo ese rato pudo percibir…

-¿Quién está ahí?-Pregunto bastante furioso.

-Nadie…nadie-contesto la pobre pequeña de forma inocente.

-Ya oíste no es nadie, no tienes de que preocuparte Jhon- Le dijo tranquilamente Mark al gruñón de nombre Jhon.

-Maldito inútil, siempre debo hacerlo todo yo….- Jhon se movió como una sombra y en un par de segundo ya estaba detrás de los pequeños niños a quienes había tomado por el brazo y los jalaba hacia donde estaban el y su compañero, los pokemon intentaron defenderles pero de pronto un Machamp los golpeo y los capturo, era más que obvio de quien era ese pokemon que por alguna razón estaba escondido en un árbol, como si alguien hubiera anticipado la llegada de algún intruso.

-Suéltanos…por favor…no…no diremos nada a nadie- Dijo Leo intentando soltarse, con los ojos llorosos.

-Papiii….ayúdame…-La pobre María lloraba ante la acción de aquel sujeto que para ella seguía siendo un extraño.

-Ahora si pequeños…van a ver lo que les pasa a los niños entrometidos…..-dijo Jhon soltando a los niños y cuidando que ninguno de ellos escapara, cosa que si pasara su Machamp se encargaría de ello, tenía dos brazos extra para ellos cosa que los niños entendieron muy bien.

Jhon levanto la mano para disponerse a golpear la mejilla del pequeño Leo cuando de pronto apareció un portal a un lado de aquella máquina, aquel portal se fue haciendo más y más grande hasta alcanzar el tamaño de una piscina para pequeños, de pronto una garra proveniente del portal atravesó a Jhon y lo jalo hacia las profundidades de aquel mundo detrás de ese portal, su compañero se quedó perplejo justo cuando otra garra se acercaba a él.

-Espera…no me hagas da…..-la garra se introdujo en su cranejo desde ariba y siguió hasta atravesarlo por la entrepierna, luego al igual que a su compañero, Mark fue arrastrado hacia el mundo de la criatura, al instante el Pokemon lucha intento atacar a una de las garras con un tajo cruzado de las dos manos sobrantes, pero traspaso la garra como si esta fuera solo neblina, en ese mismo instante también lo perforo no con una, sino con dos garras semejantes a las anteriores, una de ella le causo una terrible herida al Pochyena que este sostenia, los dos pequeños pokemon cayeron al suelo inmediatamente.

Justo cuando parecía que todo había terminado el dueño de cada una de esas garras hablo.

-Nadie perturba al gran Giratina, Rey del mundo Distorsión, y sépase que nunca dejo las cosas a mano, hoy, me llevare a uno de estos pequeños como muestra de mi maldad, para que nadie vuelva a profanar mi morada- Su voz estaba llena de ira y Amenaza, y a pesar de que sus palabras no parecían estar dirigidas a nadie en particular ambos niños quedaron bastante asustados, la garra se dirigió lentamente hacia el pequeño Leo, no parecía que fuera a perforarlo, pero si a arrastrarlo hasta la bestia, fue entonces que su hermanita, con los ojos cubiertos de lágrimas, lo empujo, y al instante fue arrastrada hacia el portal, la pequeña Ralts no pudo hacer nada más que saltar y ser recibida en los brazos de María, quien finalmente empezó a entrar en aquel portal.

-Nos vemos hermanito…nunca me olvides…TE AMOOOOOOO…- fue lo último que la pequeña pudo decir antes de que el portal se cerrara.

-NOOOOO…MARIA….NOOOOOO…-era lo único que el pequeño podía decir, lloraba y gritaba, su corazón le dolía como i le estuvieran arrebatando parte de esto, y de una forma eso estaban haciendo…él amaba a su hermana, era todo para él, quien lo alegraba cuando él estaba triste, quien lo ayudaba a levantarse a pesar de haber caído muy alto, quien lo consideraba su súper héroe….pero desde ese momento, jamás la volvería a ver….el pequeño se arrastró llorando hasta el cadáver de su único amigo que había quedado en ese lugar….su pequeño Pochyena, el joven lo abrazo llenándose de la sangre que de él emanaba, no le importaba nada de eso, solo quería a su amigo, a su hermana y a el podemos de ella de vuelta, el pequeño no pudo más y se desmayó en ese mismo lugar…

Despertó en su casa, en su cuarto estaba confundido, de pronto se le vino a la mente un pensamiento

–Todo…fue una pesadilla- pensó… rápidamente bajo hasta la planta baja de su casa donde encontró a su Madre, su mirada tan cálida había cambiado a una mirada seria y fría, su padre se encontraba junto a ella abrazándola y consolándola por algún motivo.

-Buenos días papi, que gusto tenerte devuelta- Saludo el pequeño alegre e inocentemente, pensando que su padre lo cargaría y lo abrazaría como siempre, pero no, el hombre solo se levantó y miro a los ojos a del pequeño.

-Buenos días hijito mío, te tengo dos noticias….una buena- sonrió un poco…pero enseguida esa sonrisa desapareció y este desvió la mirada hacia un lado.

-Y una mala….-ejecuto finalmente el padre.

-¿Cuál es la Buena?-pregunto confundido el pequeño.

-Termine mi viaje, tengo todas las medallas y participare este año en la liga pokemon- Dijo acariciando la cabeza del pequeño

-Que bien pero… ¿Cuál es la mala?- pregunto intrigado, Leo estaba muy confundido, pensó que cuando su padre hubiera completado su viaje estaría muy feliz, pero se mostraba frio e incluso sus ojos parecían estar reteniendo las ganas de llorar.

-La mala es…..que…..tu hermanita ha desaparecido….y…por lo que vimos cuando te encontré….tal vez no la vuelvas a ver….nunca-dijo el hombre haciendo que todo rastro de alegría que había en los ojos del pequeño desapareciera en ese momento.

Fue ahí donde la realidad golpeo su corazón como una tornado a una pequeña choza de paja.

Su padre lo había encontrado cuando regresaba a la ciudad, su hermanita estaba en las garras de ese monstruo y jamás volvería a verla, tanto el cómo su familia habían perdido a la pequeña consentida de la casa, la dulce y tierna María, ya no estaba con ello. Leo les conto entre llantos lo que paso, lo que les dejo en claro lo que en realidad había pasado, pero eso o mejoro las cosas, sabían que su hija no estaba muerta, pero que se encontraba en el mundo Distorsión con la peor bestia del universo. Y todo…por lo que el pequeño Leo considero su culpa, nadie le reprocho nada, pero para él era más que claro que la culpa era de él, y solo de él, ese mismo día se hizo una promesa, se convertiría en el más grande entrenador que pudiera existir en el universo y rescataría a su hermana. Esta promesa era la más clara muestra de la esperanza infantil que en el pequeño albergaba pero… ¿Podría ser esto solo una simple fantasía?