Capitulo 1-El prisionero

Una chica pelirroja de 15 años daba vueltas por su habitación con nerviosismo.

Esa chica era Ginevra Weasley. Estaba muy cambiada, (para bien), había crecido bastante ese año: Estaba mas alta (1´68 m aprox.), delgada aunque con bastante pecho, y algo curioso, su familia se caracterizaba por tener el pelo pelirrojo zanahoria, sin embargo, el suyo se había vuelto rojo fuego. Todo esto hacía que atrajera bastantes miradas del público masculino, y por tanto que su hermano Ron mostrara sus instintos homicidas más a menudo.

Se encontraba en este momento en su habitación de Grimmauld Place, donde su familia, Harry, Hermione, Lupin, Tonks, Kingsley y Ojoloco, estaban instalados mientras durase la guerra. Claro que a menudo pasaba tiempo en la casa a solas con el elfo, (Kreacher, que estaba como una auténtica cabra), porque todos los demás salían a realizar misiones secretas para la Orden, pero según ellos ella era "demasiado pequeña" para ayudar. Había protestado innumerables veces, porque era horrible quedarse sin hacer nada mientras sus seres queridos se jugaban la vida día tras día.

Lo que ahora la tenía inquieta era que los demás, porque estaban hartos de oír sus quejas, (y porque eran realmente pocos y necesitaban a alguien que lo hiciera), le habían encontrado por fin una misión, y la podría realizar sin salir de la casa. Se trataba de un mortífago recién iniciado que habían capturado, no era muy peligroso, ya que era nuevo y ni siquiera había matado todavía a ningún inocente, pero era un mortífago, y no podían dejarle sin vigilancia. Así que, como todos estaban demasiado ocupados para custodiarle, ese sería el nuevo trabajo de Ginny. El mortífago, (aún no sabía su nombre), sería encerrado sin varita, en la que en sus tiempos había sido la mazmorra de los Black.

Ginny estaba nerviosa porque, una vez mas, se encontraba sola en la casa, (si no contamos a Kreacher), ya que los otros habían ido a recoger al mortífago para trasladarle cuanto antes a Grimmauld Place, por orden de Dumbledore. Al principio, su misión le había parecido una estupidez, que solo le pedían para mantenerla ocupada mientras hacían el trabajo de verdad; pero ahora que había llegado el momento, le entraban algunas dudas. Ginny se trasladaría a una habitación que había frente la mazmorra, y que solo estaba separada de esta por unos barrotes, para poder vigilar mejor. Lo que significaba que no solo ella vería al mortífago: el mortífago también la vería a ella; y esto la tenía un tanto preocupada. Y si era peligroso? Y si la atacaba? Y si…Sus pensamientos fueron interrumpidos por los gritos de la señora Black en el vestíbulo: habían llegado.

La pelirroja bajó corriendo las escaleras, con el corazón latiéndole fuertemente. Llegó abajo y allí estaban los que habían ido a por él: Sus padres, que la miraban con duda y preocupación; Tonks y Herms, quienes le dirigían sonrisas de apoyo, y Harry y Ron. Pero estos últimos, traían sujeto por los brazos a otro chico, que parecía de la edad de ellos. Era alto, musculoso y muy guapo; pero estaba muy sucio y tenía aspecto de estar herido y cansado. El pelo rubio platino enmarcaba su rostro. Cuando Ginny le miró a los ojos, el chico le devolvió una mirada plateada profunda y fría, que la chica reconoció en el acto.

-TU!!!-