Buenos días a todas mis lectoras. A las chicas nuevas que leen mi historia por primera vez y a las chicas que ya llevan un tiempo conociéndome.
Aunque algunas de las que ya me conocen deben sentirse escépticas ante mí, se que dejé mi historia abandonada por mucho tiempo, no intentaré excusarme con ustedes.
Espero que disfruten de la historia que les traigo, es en parte la historia que había empezado tiempo atrás, "Reencarnación de un amor" y algunos cambios que le hice después de tanto tiempo.
Regresaba tarde hacia mi apartamento después de 8 horas de trabajo, trabajaba como secretaria de una de las casas editoriales de la ciudad y aunque amaba mi trabajo este exigía mucha energía diariamente, y sin proponerlo acababa el día más agotada de lo que imaginaba.
Llegué a mi edificio y saludé a Sam, mi portero, presioné el botón para llamar al ascensor, una corriente helada recorrió mi cuerpo, la entrada principal había sido abierta solo unos pocos segundos antes, y aunque apenas estábamos a mitad de julio, esta ciudad era muy fría a cualquier época del año.
Entré al ascensor y pulsé el número de mi bloque, vivía en un cómodo apartamento a las afueras de Red Deer, a solo 20 minutos de mi oficina y a 40 minutos de la ciudad, lo que me permitía moverme a cualquier parte de la ciudad sin ningún problema,
El ascensor paró dos pisos antes del mío, y en ese momento llegó la señora Surrey, una señora simpática con quien a veces conversaba, me regaló una sonrisa que yo respondí de igual manera, luego de unos segundos el ascensor siguió su marcha, parando por fin en mi destino.
Abrí mi apartamento y encontré todo hecho un completo desastre, tal como lo había dejado esa misma mañana, con el ajetreo del trabajo tenía suerte si conseguía desayunar antes de irme. Luego de una larga, caliente y relajante ducha y una cena completa viendo la televisión, me dispuse a ordenar el desastre en lo que se había convertido mi piso.
Ordené la cocina y las habitaciones, lavé la ropa sucia y los trastos usados, tiré la basura y ahora me disponía a ordenar un poco la sala, ya mañana terminaría con lo demás.
Me encontraba aspirando la alfombra cuando reparé con algo que antes no había visto, en la pequeña mesita justo al lado del sofá, se encontraba un sobre azul rey, junto a un hermoso tulipán rojo, por un momento me sentí un poco estúpida ya que hasta ahora no había reparado en la flor que ahora se encontraba evidente, pero luego sentí un gran pánico, no había recibido ninguna carta esta mañana, era evidente que quien fuera que hubiera dejado este presente debió haber entrado a mi casa para hacerlo, ese pensamiento solo logró acrecentar más mi pánico, ¿Me habían robado? Deseché ese pensamiento instantáneamente, dudo mucho que los delincuentes repararan en dejarme un detalle de disculpas.
-Cálmate Bella, lo más seguro es que lo hayas encontrado en la puerta esta mañana y lo hayas olvidado por completo – trató de tranquilizarme mi conciencia aunque sus palabras no ayudaba mucho a controlarme
Con las manos temblorosas, cogí el sobre que estaba al lado de la flor y lo abrí rápidamente, esperando que mis nervios y curiosidad se calmaran.
Ojalá que la noche sea esto únicamente:
la pesada respiración del mar
como un animal torpe y hechizado,
un pañuelo de cuentas negras bajo tu frente,
la dulce sensación de estar a la deriva
contigo, de espaldas a la ciudad,
turbados por el pulso de un amor
que es siempre recomienzo.
Así me rindo a la evidencia:
lentamente, el reclamo de las aguas
con que el silencio nos acoge,
sencillo, hospitalario, se desplaza
para dar paso al frágil territorio del tacto
y remediar con él la insuficiencia
con que la soledad y la separación
nos obsequiaron tantos días.
Apenas hay sorpresa en nuestros ojos,
en nuestras bocas poco acostumbradas
al amor. Sólo tú, reencontrado,
recién llegado cuerpo,
podías franquear tan sin esfuerzo
la distancia que lleva a mis sentidos,
podías recibir la plenitud
que en este corazón cansado
dibuja la pasión, el instante más dulce.
Volteando la hoja había una más, pero esta vez escrito con una delicada letra.
-Ya estoy aquí mi dulce Bella, eres mía, mi vida y mundo entero, ni siquiera la muerte puede separarnos.
Me quedé estática ante la carta, no sabía que pensar, mi mente no respondía y el pánico estaba inundándome por completo ¿Qué significaba esto? ¿Había alguien entrado a mi casa y dejado esta carta? ¿Qué estaba pasando?
Bueno. esto es solo una pequeña pincelada de lo que será la historia.
Un beso a todas, gracias por leerme, no olviden dejar sus comentarios, opiniones y sugerencias al respecto.
Pasénla bien! :D
Don't Worry...Be Happy
