Las drogas y el alcohol pueden arruinarte la vida
Esa que te abre tantas puertas
pa' cerrarte las salidas.
(Porta, así son las cosas)
Sientes las lágrimas bajar por tu cara mientras el alcohol fluye por tu garganta. Hasta hace poco nunca habías bebido, ahora es en lo que depositas la mayor parte de tu tiempo. Al principio te desagrada, pero sabes que después del horrible sabor y el ardor en el estómago y la garganta vendrá el olvido; eso es todo lo que quieres ahora, olvidar. Porque en tus veinte años de vida no has sentido nada peor que el saber que la mayor parte de tu familia te odia y no quiere saber nada de ti.
Tú fuiste la causa del problema, tú y tu manía de no escuchar lo que tus padres decían. Ellos tenían razón, aunque tu orgullo nunca te dejará levantarte y correr a decírselo, los muggles son escoria, es un pensamiento que te duele y te recuerda que fuiste una ingenua que abandonó a su familia por un sucio muggle.
Sin embargo cuando le conociste parecía un buen chico.
Le encontraste en un callejón, con cortes en la cara, temblando y con moratones por todo el cuerpo. Después de curarle las heridas y conseguir que se calmase para contarte lo que había pasado quedo claro que había sido víctima de la cruciatus, sin duda obra de mortífagos. Te invito a salir un día, te enamoraste desde el primer momento. Ahora piensas que fuiste una ingenua, seguramente solo lo hizo por compromiso.
Y aunque no se lo merece no puedes evitar odiarle, porque él es el culpable de que tu familia te odie; y porque cada vez que oyes el pitido que indica que no coge ese aparatito muggle te odias a ti misma, por abandonar a tu familia por un chico.
Y mientras el alcohol nubla tus sentidos el odio hacia Ted aumenta y todo lo demás se borra de tu mente.
