Divagaciones

Summary: Un pensamiento retorcido de Yuno durante el tercer mundo al tener de nuevo sus recuerdos de los anteriores dos mundos.

Advertencias: menciones Yaoi. Spoiler. Información inventada.

Mirai Nikki no me pertenece sino a Sakae Esuno. Hago esto sin fines de lucro.


La verdad es que Yuno no entendía ¿Cómo se volvió tan repulsiva? Ella era una niña buena, dulce. Salía con sus padres de paseo pero tenía los recuerdos de haberlos matado de hambre. Pero ella era buena hija, tenia incluso un diario con fotografías de lo que hacía con sus papas.

Aun así, había instantes en los que se le antojaba ver desangrarse a sus enemigos, le hacía feliz esos pensamientos. Pero, con esa naturaleza repulsiva y sangrienta seguía siendo una mujer, enamorada o encaprichada, como quieran llamarle, con el joven al que prometió casarse: Yuki. Su antigua yo lo había hecho, lo amaba mucho, pero dentro de sí había una pisca que le decía su yo actual también lo amaba. No entendía esos pensamientos.

Al parecer el plan era muy simple, matar a los demás contrincantes, sería uno con Yuki viviendo felices por un día, después lo mataría y regresaría en el tiempo para repetirlo, tantas veces como fuese necesario para ser feliz. Era raro, una parte de ella quería repetirlo, mientras que a otra le causaba una gigantesca repugnancia que la hacía vomitar sangre.

Entre todos los revueltos recuerdos, había uno que le encantaban, aquellos que incluían la muerte de cierta persona, la muerte de Akise Aru. Su yo actual no sabía exactamente quién era, lo había visto en la calle y su mirada inquisidora la ponía nerviosa. Por ello disfrutaba de esos recuerdos. En el primer mundo había sido su mayor rival de amores, como si con un solo llamado de parte del platinado pudiera hacer que Yuki lo siguiera, como un perrito y su amo. Fue entonces que, en ese mundo, no dudo mucho para guiarlo a una trampa y matarlo. Aunque en el segundo mundo, si dudo para hacerlo, hasta que se atrevió a besar a Yuki y el fuego del odio se encendió en su interior.

Sin embargo al verlo en la calle, observándola como si la estudiara, no podía evitar que la escena del observatorio, y su estúpida frase después de que se fueron los perros: yo también quiero a Yukiteru-kun como más que un amigo. Mucho menos podía olvidar el siguiente día después de matarlo en el primer mundo, la cara de Yuki y el mensaje en su celular, una última declaración de parte de Akise antes de morir.

¿Por qué tenían que venir esos recuerdos justo ahora? Tan a gusto de estaba recordando la sangre y la muerte de sus enemigos ¿una señal? O es que, acaso, Yuki no era para ella. No, imposible. Ambos nacieron desinados a estar juntos, entonces ¿Por qué en ambos mundos habían terminado mal?

Sus pensamientos la enfurecieron y solo había alguien con quien podía descargarse, un platinado que la había llevado a pensar que su destino no es al lado de Yuki. Quiso matar, de repente volvió ese lado repulsivo. Pero se contuvo, después de haber ido a la cocina y tomar un cuchillo.

Después lloro, tal vez de impotencia, tal vez de tristeza, tal vez al darse cuenta de que nunca ha logrado poseer el corazón de Yuki en ninguno de los tres mundos. Y entonces quiso, de nueva cuenta, matar, quiso ahorcar al mundo que tanto mal le hizo en el pasado o en los otros mundos. Apretó el cuchillo pero después lo dejo caer.

-en estos momentos – se dijo – yo soy la única que quiere morir – estaba dispuesta a enterarse el cuchillo. No, no lo hizo, no podía. Primero debía de buscar a Yuki y a Akise, pedir disculpas y luego, luego, luego ya vería que hacer con su maltrecha conciencia.

Fin

~ Angie-chan ~