Disclaimer: queda claro que yo no soy JKR y no pretendo suplantarla, escribo esto por diversión. Todo lo que no reconozcáis es mio y el resto de jkr.

Prólogo: Almas gemelas

-Adiós nena, te echaré de menos…- susurró miranda (mary para los amigos ya que no le gustaba Miranda) McDonald mientras abrazaba fuertemente a la única de las cuatro amigas que no lloraba.

- Es injusto!, ver como todos volvéis a Hogwarts y nosotras tres no volveremos jamás.- La chica de pelo rizado y cobrizo que dijo esto soltó un chillido y empezó a lloriquear aun mas fuerte.

- ¡Tranquilízate Olympia! No eres la única afectada, y tus padres tan solo lo hacen para protegerte, al menos tienes la oportunidad de terminar tus estudios mágicos en San Francisco, Mary y yo ni siquiera terminaremos nuestra educación y acabaremos dedicándonos a cobrar a los clientes del bus noctámbulo!- La más sensata de las cuatro habló, y también la más dramática, Gabriela.- Y mi hermana Daniela se queda este curso sola para poder quedarse con Raoul. Mis padres están preocupadísimos, dicen que seguramente en Navidad también la sacarán para que venga con nosotros a Canadá. Aunque eso si que será digno de ver, intentar separar a Daniela de su amado Raoul!

-Eso sí que es amor.-Suspiró Olympia. Como había dicho Gabriela, ella se iba a la escuela de magia de San Francisco y su familia se instalaría en la misma ciudad.

Daniela, la hermana pequeña de Gabriela (solo por un año, como le gustaba constatar) era muy diferente de su hermana. Si la mayor era responsable, racional y madura, Daniela era un torbellino; desinhibida, impulsiva e inmadura. A pesar de sus diferencias ambas hermanas eran grandísimas amigas y estaban muy unidas. Ambas tenían una preciosa piel tostada, y tenían un rostro muy agradable; Gabriela era más menuda y curvilínea que Daniela que era más alta y delgada; en definitiva, la naturaleza había sido muy generosa con ambas hermanas.

Por su difícil carácter, a Daniela no le había ido bien haciendo relaciones en Hogwarts, así que su hermana mayor la "acogió" y desde entonces Daniela también era una gran amiga de las cuatro chicas y miembro indispensable del grupo; aunque fuera un poco más por libre.

Marian, (Mary) era una chica muy alta y delgada con pelo moreno liso que le llegaba hasta el trasero. Al igual que las hermanas, tenía unos preciosos ojos de color chocolate y la piel muy blanca que contrastaba con su cabello y ojos, también era guapa, aunque no de un modo tan obvio como la belleza de las hermanas, podría decirse que sus misteriosos ojos le daban un aspecto interesante, y sus labios carnosos aunque con forma de pato (el de arriba mas grueso que el de abajo) les parecían sexis a los hombres aunque ella los odiara.

Era "sangre sucia" como la protagonista de nuestra historia, y por la propia seguridad de sus padres había decidido no volver a Hogwarts ese último año y se había inscrito en un instituto muggle en Irlanda (usando la magia para arreglar el papeleo) y a partir de entonces iba a fingir ser una muggle totalmente normal, por mucho que le doliera y extrañara la magia.

Olympia, la única "sangre limpia" de las amigas (las hermanas son mestizas) se había visto obligada a abandonar su adorado Hogwarts y a sus adoradas amigas y adentrarse a tierra yanqui con su familia, ya que la familia Casbot no estaba al favor de la pureza de la sangre, e incluso había llegado a ser amenazada por los llamados "mortifagos" así que al no querer inmiscuirse en problemas de tal calibre, se alejaban del foco del terror.

Era raro que Olympia llorase de ese modo, ya que sus amigas a menuda la tildaban de insensible, a lo que ella contestaba que era demasiado joven para deprimirse por "tonterías" que le ocurrieran a los demás, o a ella misma. Pero sus lagrimas y sollozos solo demostraban lo mucho que iba a echarlas de menos.

Olympia era de estatura media, más alta que Gabriela pero sin alcanzar a Daniela y mucho menos a Mary. Tenía la piel blanca y unas graciosas pecas en las mejillas que ella adoraba ya que le daban el toque inocente que sin duda ella no poseía. Tenía ojos azules tan claros que casi parecían blancos azulados, una naricita pequeñita y respingona y unas labios finos que normalmente se curvaban en una media sonrisa que demostraba que estaba pensando en actos impuros. Su pelo era anaranjado cobrizo y muy rizado, toda ella parecía una muñequita inocente. Tenía un cuerpazo muy equilibrado, 90-60-90 y todo ello muy firme por su pasión por el Quiddicht.

-Donde está tu hermana por cierto? - preguntó la única que no había abierto aún la boca, le costó un tremendo esfuerzo pronunciar esas pocas palabras.

-Ya se ha despedido de nosotras Lily, quería dejarnos intimidad. Estará con su noviecito.- respondió Gabriela con retintín. Aun la molestaba un poco el reciente romance de su inocente hermanita con su amigo de hace años y pervertidor de menores Raoul.

La última llamada del tren no se hizo esperar, y Lily no pudo contener por más tiempo las lágrimas rebeldes que peleaban por salir de sus ojos.

-No se como voy a sobrevivir sin vosotras. Todo va a ser diferente, extraño y solitario si no podemos compartirlo.

-Tranquila Lily, toda esta pesadilla acabará y volveremos juntas. Cumpliremos todos nuestros planes, viajaremos por todos los lugares exóticos del mundo, conoceremos amantes fantástico y compartiremos nuestras experiencias ya que viviremos todas juntas, saldremos de fiesta a los mejores locales, nos emborracharemos y bailaremos hasta el amanecer, más tarde todas nos enamoraremos de hombres fantásticos, nos casaremos, pero siempre quedaremos todos los viernes por la noche para nuestro tradicional charla semanal en algún local de moda, ¡nos quedaremos embarazadas a la vez para que nuestros hijos sean amigos e incluso se casen entre ellos y seremos familia! Estaremos siempre juntas nenas!- Olympia soltó este discurso y todas rieron emocionadas, era lo que todas ellas querían y deseaban con todo su corazón.

Pero el destino insistía a separar a estas cuatro almas gemelas, eran las hijas de la guerra, les robaban su juventud con crueldad y sin vacilación.

-Jajaja, ojala chicas, ojala podamos hacer todo eso. Pero por el momento cada una escoge caminos diferentes, pero no dudéis que volveremos a encontrarnos.- Mary dijo esto sonriente y todas se abrazaron mientras el tren realizaba su última llamada, y la pelirroja corría al tren.

Se asomó a la ventanilla más próxima y grito:

-Escribirme, escribirme todas las semanas! Tened cuidado y no hagáis locuras!

El tren salió de la estación, pero Lily Evans siguió mirando atrás, y parte de sus pensamientos seguían con sus cuatro amigas cuando las perdió de vista.

-Muy corto, lo se, pero tan solo es el prólogo. Si os ha gustado dejar review ya que me animará a escribir. Sugerencias, criticas, maldiciones… dejarme todo lo que queráis!

Hasta la próxima!