El Potterverso pertenece a J. K. Rowling.
Este fic participa en el reto Tres palabras, tres personajes del foro The Ruins.
Sobre pertenencias y significados
1
James Potter
Perfume
Hace tiempo que James se dio cuenta de que meterse con los demás no le reporta ningún beneficio.
Antes era lo suficientemente idiota como para creer que el resto del colegio lo querría más si veían que era lo bastante hombre para quedar por encima del resto de alumnos. Y el tiempo, trabajador lento pero eficaz, le ha enseñado que no necesita ganarse el cariño de sus compañeros. Le basta con saber que sus amigos –sus amigos de verdad, los merodeadores; no todos los que lo alaban cada vez que dice algo ingenioso– lo quieren con sus más defectos que virtudes, y también con que Lily lo considere ya lo suficientemente maduro como para dirigirle la palabra con regularidad.
No obstante, James, arrogante como nunca dejará de serlo, está convencido de que tarde o temprano la pelirroja caerá en sus redes. Como han caído todas las chicas que él ha deseado –y las que no, también–; con la diferencia de que ya no quiere entretenerse. Quiere estar con Lily en serio y para siempre.
Pero de momento, tiene que esperar. James detesta estar agazapado, esperando su ocasión, porque se siente como una serpiente rastrera y oportunista, pero no le queda otra. La única condición que Lily le puso una de las primeras veces que logró mantener una conversación en condiciones con ella fue que dejara de pedirle salir cada cambio de clase.
De momento, James lo lleva bien. Es decir, relativamente bien. Porque no le resulta fácil verse obligado a charlar (y nada más) con la chica de la que lleva enamorado desde que logró identificar ese sentimiento –quizá incluso antes–, pero es mejor que nada.
Lo que compensa esa espera, que se le hace eterna, son los gestos que Lily nunca antes le había dedicado. Por ejemplo, miradas de aprobación –salvo cuando los escucha a él y a Sirius hablando a gritos de asuntos que no son demasiado aptos para oídos femeninos–; sonrisas que, por primera vez, no son irónicas, sino sinceras… y su perfume de vainilla.
Ese olor, sencillo, exótico y cálido es, quizá, lo que a James más le gusta de la joven. Porque siempre la precede, advirtiéndolo de que tiene que intentar comportarse con madurez y hacer que Peter deje de hablar con su demasiado audible voz de pito sobre la excursión de la última luna llena –generalmente, Remus le echa una mano, porque no le apetece que se descubra su pequeño problema peludo–; porque cuando el perfume viene acompañado de la visión de Lily, se le hace la boca agua y le entra un hambre tremenda de ella.
Y, sobre todo, porque siempre que lo huele recuerda que cada día está un paso más cerca de Lily.
Notas de la autora: Este drabble tiene 465 palabras. Teniendo en cuenta que el máximo estaba en quinientas... no está mal, creo yo.
Se agradecen críticas constructivas y, en general, impresiones sobre el drabble.
