¡Hola a todos! Tiempo sin pasarme por acá. Tenía muchas ganas de publicar algo nuevo, así que aquí tienen "Lágrima Azul". Será una historia de varios capítulos, pero cada uno tendrá muy poca extensión. Es por eso que decidí poner de a dos, para que fuera contundente. (?)
Declaimer: Los personajes utilizados en la historia no son míos, pertenecen a Naoko Takeuchi. Suertuda Señora Takeuchi, quiero ser usted. :'(
Capítulo 1: Vuela lejos Lágrima Azul.
El hermoso y próspero planeta era atacado en aquellos momentos. No había Rey que pudiera defender su reino, ya que había muerto hace algunas horas atrás. Tampoco tropas, esas fueron eliminadas apenas los enemigos pusieron pie en la tierra. Las únicas que quedaban con vida eran la Reina y su pequeña hija, quienes encerradas en el palacio, esperaban a que una de las naves de escape fuera activada.
- Pequeña Ami, prométeme que te esconderás de todos. – El caos las rodeaba, pero la madre trataba de hablarle a la niña con el tono más cordial que podía. - ¡Júrame que no dejarás que nadie ponga sus manos sobre la Lágrima Azul! –
Colgando del cuello de la niña, brillando entre tanta oscuridad, estaba la gema más valiosa de aquel planeta: La Lágrima Azul. Mística joya que solo los de la familia real podían portar y proteger.
- Está todo listo para tu partida. – Dijo la Reina terminando de trazar la ruta de la nave a través de una gran máquina computarizada.
- ¡Pero no quiero ir sola! – La pequeña comenzaba a llorar y eso no ayudaba mucho a su madre, que nerviosa, no supo cómo hacer callar a su hija.
- No estarás sola, bebé. Aunque no puedas verme o escucharme, siempre estaré contigo. – Fueron las palabras de la mujer. - ¡Ahora adentro! – La pequeña se abría y Ami era empujada dentro de ella. Pronto la niña partiría a un nuevo hogar, uno donde nadie codiciara su valiosa posesión. - ¡Cuídate y protege la Lágrima Azul! –
- ¡Mamá, ven conmigo! – Sus manos golpeaban el cristal que la dejaba ver hacia el exterior. Su madre aseguró la puerta de la nave y sonrió, pareciendo incluso más tranquila al verla allí adentro. Ami volvió a gritar, pero sus incesantes llamados no eran escuchados por la mujer.
La Reina activó la nave, la vio eyectarse hacia el espacio, volando en busca de seguridad. Se alejaba dentro de aquella máquina su tesoro más preciado y no podía estar más feliz de saber que nadie podría ponerle las manos encima.
La mujer caminó por el lúgubre palacio, haciéndose de un arma y escudo que encontró en el suelo.
- Nunca en mi vida levanté espada alguna contra alguien, menos pensé en luchar, ya que mis principios me decían siempre escuchar antes de actuar. ¡Pero defenderé a mi planeta y mantendré ocupado a cualquiera que venga en busca de la Lágrima Azul! – Así era, el tesoro más grande de la Reina no era realmente su hija, era la valiosa piedra que la niña llevó consigo. Tantos años de su vida desperdició cuidando de aquel tesoro, para que finalmente fuera Ami quien debiera portarlo. Debía admitirlo, sintió celos de solo poner a salvo a la pequeña y verla partir, llevándose colgada en el cuello la Lágrima Azul. - Que venga a mí la muerte… - Ante sus ojos fueron abiertas de par en par las grandes puertas del palacio y una horda de guerreros avanzó con sed de sangre, buscando terminar con la vida de la Reina. - ¡Merezco morir! – Decenas de espadas afiladas la atraparon y finalmente le entregaron la muerte que ella buscaba. Su vida terminó, sí, pero murió feliz, ya que tenía la certeza de que Ami se perdería en el espacio junto con la Lágrima Azul.
Capítulo 2: La nave perdida en el desierto.
- Las señales se vuelven más fuertes en esa dirección. –
- ¿De qué se trata? ¿Otro montón de chatarra? –
- No, al parecer es una nave. –
- ¿Hablas en serio? –
- Sí, pero hay otra señal que interfiere, presumiblemente algún objeto que emite energía. –
Eran dos extraños caza fortunas los que andaban errantes por el desierto en busca de una gran oportunidad. Hace unos meses que viajaban a través del árido Telián, pero no habían podido hacer dinero alguno. Para suerte de ambos, uno de los dispositivos que utilizaban para rastrear había captado hace algunas horas atrás ciertas ondas provenientes de unas dunas cercanas. ¡Era ahora o nunca! Si podían hacerse de aquella cosa, fuese lo que fuese, podrían ganar dinero.
- ¡Espero que sea algo bueno! –
Marchaban bajo el terrible calor de Telían.
- ¡Algo grande e importante! –
Veían pasar frente a sus ojos espejismos de deseos y necesidades. Por más que estiraran las manos, nunca podrían alcanzar las innumerables monedas de oro que las ilusiones del desierto creaban para ellos. Incluso sus sentidos eran engañados haciéndoles creer que podían oler las fragancias de una gran mesa repleta de manjares. Deliraban por todo aquello que no tenían, ya que el desierto es así, se divierte haciendo sufrir a sus habitantes.
- ¡Allí, realmente era una nave! – En las faldas de una duna visualizaron una máquina en forma de ovoide. Los dos hombres bajaron deslizándose por la arena y llegaron rápido al lado del gran objeto.
- Parece intacta. – Dijo uno de los tipos observando la nave. - ¿Crees que haya llegado de algún lugar lejano? –
- ¡¿A quién le importa eso?! – El otro buscó entre sus pertenecías una barra gruesa de metal. - ¡Imagínate qué puede traer adentro! – Con la barra trató de forzar la puerta de la nave para abrirla. - ¡Dame una mano! – Entre ambos pujaban con fuerza para abrir la máquina. - ¡Un poco más! – La puerta de la nave voló varios metros luego de haber sido arrancada por los caza recompensas. De ella emanó un vapor extraño, que erizó la piel de ambos hombres, y luego se dejó ver a la joven que descansaba dormida dentro de aquella máquina.
- Hermosa… -
- Y venía dentro de la nave. –
Los dos tipos sonrieron de forma sucia y lasciva.
- Hay que despertarla de una manera cariñosa. – Uno de los tipos se acercó de manera imprudente hacia la joven, obviamente no iba con buenas intenciones. Fue entonces que el collar reaccionó y emanó una luz extraña. Ninguno de los dos esperó ser abatido por una innumerable cantidad de púas de hielo, muriendo al instante en aquel desolado lugar. Nadie tampoco esperó que quien portaba aquel collar abriera los ojos luego de mucho tiempo.
¡Comienza una nueva aventura y espero que haya llamado vuestra atención! Los reviews son muy bien recibidos, ya que me hacen saber si la historia va por buen camino o si les gustó.
¡Gracias por leer!
