Disclaimer: Muy a mi pesar no me hago llamar Jota Ká Rouling y por lo tanto no me pertenece el Potterverso (¡Qué más quisiera!) Así que guardemos el secreto de que uso sus personajes, ¿De acuerdo?
Este fic participa del Minirreto de Abril "Aragog" de la Sala Común de Gryffindor del foro "Las Cuatro Casas"
Somos Familia
La vida de un retrato no siempre era divertida. Mucho menos cuando sirves para guardar la Torre de Gryffindor.
Había visto crecer centenares de niños y niñas, brujas y magos con grandes habilidades. Por mucho que Sir Nicholas intentara convencerla ella sabía que solo unos pocos la recordaban por algo más que por ser la guardiana de la torre.
Hagrid, el pequeñuelo no tan pequeño, era uno de los pocos que la tenían en cuenta y hacían de su trabajo algo más llevadero. Muchas fueron las veces que la había visto aburrida y se había encargado de ofrecerle una charla. Era un chico peculiar y algo desordenado. Sabía que tenía un gusto por los animales más fantásticos (por no decir extraños) y que su sueño era tener un dragón para cuidarlo y criarlo él mismo. Era el único chico que sabía el nombre que le gustaba usar y no le decía solamente "Dama Gorda". Él era un chico especial, y ella siempre lo supo.
-Meredith, he encontrado algo. – le dijo una tarde. – Alguien en realidad. – ella suspiró encantada.
-¿Una damisela quizás? – se acomodó un poco la falda antes de mirarle de nuevo. El chico profirió un bufido y sonrió.
-Aún mejor: He encontrado una acromántula. Se llama Aragog. – de entre los pliegues de su túnica ella pudo notar un movimiento. Aragog, como le había nombrado, se movía alegremente por la mano de Hagrid. Los ocho ojos de él se encontraron analizando los ojos de ella.
-Hagrid, no se permiten acromántulas aquí. – le reprendió dulcemente. – Quizás si le enseñas lo que encontraste al profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas… – le sonrió con cariño. No quería que aquél niño tan simpático se metiera en problemas, pero tampoco quería que perdiese esa sonrisa tan emocionada.
-Meredith, me lo quitaran. – acercó a Aragog hacia su pecho y susurró como si no quisiera que escuchase. - Le voy a dar una familia Mer, lo encontré solo. Seremos una familia. La tendré en mi habitación hasta que investigue más sobre ella. Por favor, que sea nuestro secreto. – y le ofreció una sonrisa trémula. La misma que le había mostrado el día que se enteró lo de su padre. Ella suspiró.
-De acuerdo. – y sin más lo dejo pasar. Hagrid entró y volvió a salir momentos después.
Aragog llego junto a ella cinco minutos más tarde.
-Hagrid se enojará. – suspiró. – Pero no importa, somos familia. Te perdonará.
Gracias por leer :3
Los quiere, HoennMalfoy.
