Una Pizza A La Puerta

Dentro de la torre Stark se celebraba la derrota de un malhechor que había atacado de nuevo a la ciudad de Nueva York, por lo tanto la fiesta organizada por nada más y nada menos que Tony Stark, era espectacularmente exagerada, a lo cual los héroes más poderosos del planeta se encontraban allí celebrando.

—Más alcohol… —el grito de Tony se escuchó por todo la sala de invitados, aún con la música encendida. Mientras alzaba su gran copa repleta de cerveza.

—No te recomiendo que bebas más cerveza Tony, recuerda la última vez lo que te ocurrió, tuviste una jaqueca terrible y todos tuvimos que soportar tu mal humor—hablo Natasha en forma de burla, llamando la atención de todos en ese momento, seguido de unas carcajadas.

—Tranquila Natasha eso no volverá a ocurrirle a este chico playboy multimillonario de Nueva York—respondió Tony con alteza, señalándose así mismo. Obteniendo como respuesta risas por parte de sus amigos vengadores.

Por otro lado Bruce se hallaba sentado al lado de Thor en una parte donde menos bullicio se escuchaba, hablando sobre ciencia y criaturas asgardianas. El rubio tenía una cerveza en una de sus grandes manos y en la otra una gran hamburguesa con partes mordidas por el mismo, no había la menor duda de que su apetito era feroz.

Steve y Clint se encontraban en la bolita con Tony, llamando la atención de los demás, varios agentes de Shield, también se encontraba en la cada vez más escandalosa fiesta, todos celebraban sin duda alguna al ritmo de la música, el sonido no sobrepasaba más allá del interior del departamento debido a la elaboración con la cual estaban hechos los cristales. Poco a poco empezaban a bailar con forme los minutos partían, que después se hicieron horas, hasta que el sol empezaba a ocultarse en el horizonte dándole paso a la noche.

—Vaya no puedo creer que hayas luchado con una criatura llamada Grendel, ¿era demonio o un gigante?...—pregunto un inquisitivo Bruce.

—Las dos cosas, era de un tamaño colosal, pero no lo enfrente solo, tuve a mis mejores amigos a mi lado, los tres guerreros, sin ellos no estaría celebrando aquí en este momento—dijo Thor, orgulloso de nombrar a sus compañeros de batalla.

—Me parece interesante todo lo que me haz platicado, Asgard parece un buen lugar al cual deberíamos visitar debes en cuando, los demás chicos y yo—

—Cuando gusten, serán bien recibidos por mi familia y por mí— menciono Thor, dándole otro mordisco a su enorme hamburguesa, mientras miraba el espectáculo que armaba Tony en medio del salón principal, causándole gracia los movimientos que el hombre de hierro hacía.

—Y dime Thor, haz estado con alguien últimamente—pregunto Bruce como si nada.

— ¿A qué te refieres con "estado con alguien"? —respondió un confuso Thor, mientras enarcaba una de sus cejas.

—Me refiero a que si haz "intimado" con alguien últimamente, ahora que has estado mucho tiempo en la Tierra—

El fortachón de Thor, aun no entendía a que se refería su amigo Bruce, por lo cual se tuvo que bajar del pequeño banco en el que se encontraba sentado frente a la barra de bebidas de Tony, mientras lo miraba inocente.

—Olvídalo Thor, no creo que me entiendas. — menciono Bruce cansado de repetir la pregunta, además de haberle resultado incomoda hacérsela. Él no era nadie para hacer ese tipo de cosas.

Thor hizo caso omiso al comentario de su amigo y lo dejo, para caminar hacia la cocina en busca de algo más que comer, ya que la hamburguesa iba desapareciendo poco a poco de sus manos, además su apetito aun no cesaba. Busco por todo la alacena y después se dirigió al refrigerador pero no encontró nada que le pareciera apetecible. Al parecer se habían agotado las hamburguesas y tortas que Tony había encargado para la fiesta y especialmente para él.

No le quedo de otra más que regresar resignado al gran acontecimiento que se llevaba afuera, volvió a la barra para sentarse y devorarse lo último que le quedaba de su hamburguesa, pero Bruce ya no se encontraba en el lugar donde lo había dejado la última vez, dirigió sus ojos al gran salón, observando que bailaba al lado de Natasha de una forma extraña, al parecer sufría al no poder seguir el ritmo de la música o seguir los pasos de su amiga Romanoff. Así que prefirió seguir disfrutando de la fiesta con una cerveza en la mano desde su asiento, no quería hacer el ridículo frente a sus amigos, tal y como ellos lo estaban haciendo ya, por los efectos del alcohol. No podía creer que era el único que no se estaba divirtiendo en medio de esa fiesta, poco a poco el sonido de la música iba en constante aumento, por lo que a él ya le empezaba a molestar, estas fiestas midgardianas era muy distintas a las de Asgard. Había una tremenda diferencia en el tipo de música que tocaban.

—No puedo creer que todos nos estemos divirtiendo menos, Thor—hablo Clint, mientras bailaba con sus amigos.

—Tal vez sea porque este tipo de alcohol, no surte efecto en él, recuerden que es un Dios—respondió Natasha, moviéndose al ritmo de la música.

—Eso no importa, tal vez deberíamos de invitarlo a que baile con alguna de las tantas chicas bellas que están por aquí—dijo Barton, mientras señalaba a las agentes invitadas por Tony.

—Déjenlo tranquilo, estuve charlando con él hace un momento y está sereno a pesar de que ya ha bebido más cervezas que Tony y todos nosotros juntos. —hablo por primera vez Bruce, cerca de ellos.

—Al parecer tiene más resistencia que ninguno de aquí—exclamo Widow, mientras detenía su baile para dejar la copa vacía sobre una mesa que se encontraba cerca, ya que el vino lo había derramado sobre la alfombra lujosamente tapizada, de seguro Tony le reprochara severamente si se entera de esto.

—Esperen un momento, ¿Thor está marcando por teléfono?—menciono Clint Barton mientras de sus labios escapaba una risa, al observarlo al otro extremo del gran salón. Le parecía increíble ver al Dios del trueno, pinchar los botones de un teléfono de mesa.

—Sip…. Steve le enseño a pedir comida rápida a través del teléfono, algo que al fortachón le pareció una maravilla e innovador por así decirlo—dijo Natasha, fijando su mirada en el rubio dios, que pinchaba lentamente cada botón numérico del teléfono.

—Creo que en Asgard no existen ese tipo de cosas, lo que se me hace muy extraño, digo porque ellos están más avanzados que nosotros—dijo Bruce, riéndose de los movimientos graciosos que hacia Thor, con el teléfono en mano.

Natasha y Clint también empezaron a reírse de Thor, al ver al rubio colocar de manera equivocada el teléfono en sus oídos.

Mientras que un Thor seguía embriagándose con más cerveza, al parecer el tipo de alcohol que consumen los humanos en la Tierra, no surtían efecto sobre él. Estuvo esperando durante un par de minutos más para ver si su pedido por el teléfono llegaba pero al parecer estaba tardando. No podía creer que la espera por comer fuera tanta, así que no soporto más estar en la fiesta sin hacer nada y mejor optó por retirarse de allí directo a la habitación que Tony le había asignado personalmente a él, y como lo había hecho con todos sus demás compañeros vengadores.

Al llegar a su habitación decidió darse un buen baño y bajarse la tensión que llevaba durante días con una buena ducha fría. Mientras su pizza llegaba.

En otro lado lejos de la Torre Stark, en una pizzería para ser exacto, se encontraba un chico de cabello oscuro de no más de 23 años, de tez moreno claro y ojos negros profundos, acomodaba charolas mientras esperaba su llamado para entregar una pizza de nuevo en otra dirección.

—Date prisa necesito llegar a mi casa, está a punto de terminar mi turno y además ya está oscuro afuera—hablo Alex.

—No te preocupes Alex, este es tu última entrega y ya después te marchas a tu casa a descansar—hablo otro chico mayor que él, que para ser más exactos era compañero de trabajo.

—Sabes que eso me lo has dicho muchas veces, tu respuesta no tiene validez para mí—dijo el chico enfadado, mientras tomaba el casco que se encontraba a su lado y miraba al otro chico detrás del mostrador. Alex dudaba que fuera cierto, pero este trabajo era lo único con lo que se sostenía así que tenía que aguantarse, además no tenía que presionar a su amigo que ya bastante lo ayudaba allí.

—Tranquilo, mira el pedido viene de la Torre Stark, creo que a alguien se le antojo una de nuestras pizzas sabes lo que significa—le hablo su amigo Jason desde el mostrador, mientras le enseñaba el pedido que alguien había hecho. — ¿si sabes que significa no? — preguntó.

— ¿Enserio… la to…torre de los héroes?—exclamo un emocionado Alex, mientras le arrebataba el pequeño papel. No podía creerlo tanto tiempo el querer conocerlos y ahora se le presentaba estaba grandiosa oportunidad, al fin iba a conocer a los vengadores de los que todo el mundo hablaba.

—Si… es una gran oportunidad, de hecho uno de ellos fue quien marco para solicitar una pizza grande hawaiana—hablo Jason, feliz de ver a Alex emocionado.

—Si… no puede ser, entonces ya está lista la pizza, quiero irme lo más rápido que se pueda—hablo exasperado Alex.

—Si quieren yo voy a entregar la pizza por mí no hay ningún problema, y así Alex puede marcharse a su casa—alguien hablo de repente apareciendo atrás de ellos, una chica rubia y de cuerpo definido, mientras le arrebataba con cierta brusquedad el papel a Alex.

—Te equivocas Elsa, yo seré quien se encargue de entregar la pizza a tiempo, además… es mi última entrega, y me fue encomendada por Jason—respondió Alex con suma certeza. El chico sabía qué clase de mujer era Elsa, ningún cliente se le iba vivo, seducía a cualquiera que le pareciera atractivo, por no decir que también tenía sexo con ellos después de "entregarles la pizza" por una noche y después los botaba como basura.

—Pues creí escuchar minutos atrás, que estabas harto de ir a entregar pizzas, y más por las noches—le respondió con voz severa Elsa, mirándolo inquisitivamente y de reojo a Jason para tratar de que cambiara de opinión con respecto a la entrega.

—Alex es quien entrega la pizza Elsa, y no hay vuelta atrás—exclamo repentinamente Jason.

La mirada de Elsa era de temerse, pero en el caso de Alex no era así, el chico la podía enfrentar sin siquiera parpadear. Sabía muy bien como darle en el hígado a la tipa y él no la podía ver ni en pintura, muchas veces se había salido con la suya pero no en esta ocasión.

— ¿Sabes que te puedo acusar Jason con el gerente de la pizzería verdad? —le pregunto Elsa.

—Hazlo… no te tememos—le respondió Alex, mientras se cruzaba de brazos y rodaba sus ojos, al igual que Jason.

—Son unos idiotas, me las van a pagar, esto no se quedara así, ustedes no son dueños de la pizzería par de imbéciles—grito furiosa Elsa, arrojándoles con todo lo que se encontraba en el mostrador a ambos, llamando la atención de los clientes que se encontraban en el local, mientras se marchaba de allí directo a la oficina de gerencia.

—Crees que en verdad vaya a querer atentar contra nosotros, Alex—le hablo Jason, mientras ponía de nuevos las cosas tiradas en su lugar.

—No lo creo, no hay que preocuparnos por ella, sabes que "Que perra que ladra no muerde"—respondió Alex, al momento de reír junto con su amigo por lo dicho.

—Por favor consígueme un autógrafo de ellos, tan siquiera el de uno, del Capitán América es mi héroe preferido, lo sabes.

—Hablas de Steve Rogers, el pacifico—

— ¿Qué… y eso de pacifico? —pregunto Jason observando a su amigo divertido.

—Le digo pacifico, porque es el quien mantiene cuerdo al grupo, es decir es quien los hace entrar en razón o eso creo…—

—Ok, está bien—dijo riendo Jason, mientras le daba la gran caja de pizza — Toma ya es lista la pizza enhorabuena, ahora el que debe de apurarse eres tú, pasando la media hora será gratis y no quiero rebajártela de tu sueldo, así que apresúrate.

—Llegare a tiempo no te preocupes Jason, prometo traerte este caja autografiada por el mismo—

—Gracias Alex, eres un persona maravillosa, te estaré agradecido por siempre—

—No es para tanto Jason, bueno nos vemos, tengo un pedido por entregar—le dijo Alex, mostrándole la caja de pizza en sus manos, para después marcharse.

—Nos vemos mañana y buena suerte— le grito por ultimo Jason.

Salió rápidamente del local, colocando la pizza en la cajuela de la motocicleta, mientras se colocaba el casco, se subió en el vehículo y lo encendió enseguida, segundos después ya se encontraba en camino a la torre Stark. Sería una larga noche.

En cuento diviso la torre Stark le acelero más a su motocicleta, al llegar no tardo en aparcarla cerca de la entrada, bajo de la moto y saco de la pequeña cajuela la pizza que se conservaba aún caliente, tan solo le quedaban diez minutos, antes de cumplirse el lapso de media hora, tendría que apresurarse, así que camino hasta la gran entrada.

—Usted no tiene acceso para entrar en este edificio, hágame el favor de marcharse—hablo un hombre vestido de traje, se trataba de más ni menos que del guarura de la entrada, pero también habían otros dos vestidos de la misma manera.

— ¿Espere… que? ¡Que me trata de decir con eso!—hablo un exaltado Alex. — ¿Como que no puedo pasar?

—Así de fácil, usted no tiene permiso de pasar—hablo el hombre con lentes oscuros, mientras detenía al chico con una mano.

—Por favor tengo que pasar, traigo un pedido para uno de los inquilinos que vive aquí, nos llamó para pedir una pizza—

—Como sabemos que no es una bomba o algún otro objeto que ponga en peligro a nuestros inquilinos—exclamo el hombre de lentes oscuros, con suma precaución.

—Por supuesto que eso es una semejante tontería, que acaso no me ve como vengo vestido, es mi uniforme de trabajo señor, me urge entregar la pizza— dijo Alex, mientras retrocedía hacia atrás, para que el guarura lo observara mejor. —Es enserio me urge entregar la pizza, o se usted quien me pague por ella, ya que el lapso de media hora está por terminar.

—En ese caso tendré que verificar para ver si en verdad es cierto lo que tú dices con nuestros "inquilinos"—respondió el hombre. Alex supo averiguar de quienes se trataba cuando el hombre resalto la última palabra que había dicho. El guarura camino hacia dentro seguido de sus dos acompañantes más, dejando al chico afuera esperando.

—Apresúrese o alguno de sus inquilinos le vendrá a patear el trasero, por no llevar la pizza pedida—grito Alex al hombre de traje mientras entraban por la puerta, afortunadamente sin ser escuchado por ellos.

El chico estaba más que desesperado, a pesar de que la pizza aún no se enfriaba, el tiempo era oro puro, y tan solo le quedaban 5 minutos, o si no la pizza seria gratis y la entrega en vano, o tal vez no. Segundos después el guardia llego como alma que lleva el diablo seguido de su sequito, si se le puede llamar así.

—Adelante, puede pasar, pero debería apresurase el señor está desesperado por la pizza —dijo un poco temeroso, después de haber escuchado la orden uno momentos atrás.

—Ya vez le dije que si era cierto—dijo un poco contento el chico, al notar la expresión del señor. Unos truenos se escucharon en el horizonte, algo que a todos tomo por sorpresa.

Los guardias le cedieron el paso, y el chico no camino, si no que tuvo que correr rápidamente, entrando al edificio sin importar quien lo viera, las pocas personas que estaba en el interior se asustaron y lo siguieron con la mirada, Alex corrió hacia el elevador, llevándose floreros y macetas a su paso, pero se detuvo al instante, no sabía hacia donde iba ya que no conocía el edificio para nada. Estuvo unos largos segundos pensando que hacer hasta que…

—Es en el piso 31, joven— escucho una voz robótica de la nada, decirle aquello. Al principio se asustó, pero después decidió hacerle caso, ya que no tenía otra opción más. Al pinchar el número 31 las puertas del elevador se cerraron y el al fin pudo respirar tranquilo.

Los truenos resonaron de nuevo otra vez, pero está vez un poco más fuertes que lo anterior. Al parecer alguien se encontraba gruñón en ese momento.