ADAPTACIÓN: LOS PERSONAJES DE LOS JUEGOS DEL HAMBRE PERTENECEN A LA MARAVILLOSA SUZANNE COLLINS, YO SOLO LOS TOMARÉ PRESTADOS PARA PODER CONTAR ESTA HISTORIA.

AU-Katniss Everdeen es nueva en la ciudad. Hace tiempo fue transferidad a la universidad de Louisville, Kentucky, lugar donde podrá encontrar nuevos retos, amigos, experiencias y posiblemente el amor.
Peeta Mellark, un chico completamente diferente a Katniss, o al menos eso parece...

¡Hola a todos!

Hace mucho tiempo que ya no escribía historias, anteriormente lo hacía seguido, me dedicaba a relatar historias acerca de Ron y Hermione, pero por cuestiones personales fui abandonando tan bonita actividad por un largo tiempo. Sin embargo, un día decidí que sería lindo contar una historia acerca de mi pareja favorita de la saga: Peeta Mellark y Katniss Everdeen. La inspiración vino justo después de ver varios videos y la película de Sinsajo-Parte 1.

Espero que lo disfruten, que sea de su agrado y que puedan dejarme un comentario, porque eso me ayudaría bastante.


CAP 1. NUEVA EN LA CIUDAD

Es un día nublado como cualquier otro día del mes de noviembre. El viento sopla suavemente las últimas hojas del otoño. Las lluvias habían terminado desde hace tiempo y en su reemplazo, el clima se tornaba frío y seco, se acercaba el invierno. Las personas que caminan por la acera de la calle están abrigadas hasta el cuello debido a las bajas temperaturas. Algunas van solas, otras con su pareja, en familia o incluso con su mascota. Unas cuantas entran a las tiendas para hacer compras invernales, otras van a comprar una bebida caliente y a reunirse con sus amigos, y el resto camina en una dirección desconocida. No transitan muchos coches como suele pasar en verano, donde toda la gente va de aquí para allá, tratando de escapar del calor y la monotonía, o buscando vacacionar en algún lugar. En la mayoría de los hogares hay luces prendidas, ya sea de los focos o del fuego de la chimenea, con el que los habitantes buscan combatir el frío. En esta época del año, todo mundo quiere estar resguardado en su casa, con una cobija y una taza de chocolate caliente en sus manos.

El ambiente en Louisville, Kentucky, era completamente distinto al de su antiguo hogar, tal vez era cálido, pero había algo que faltaba, algo diferente a su antigua vida, o al menos eso pensaba Katniss Everdeen, quien está sentada cerca de la ventana de su nueva habitación, viendo pasar a todas aquellas personas que pertenecen a la nueva ciudad donde vivirá.

Después de un rato, voltea en dirección contraria a su ventana y ve todas las cajas que tienen escritas palabras como: "Ropa", "Libros", "Discos", "Cosas personales". Mientras que en su cama, puede notar que aún sigue su maleta cerrada y unas bolsas más pequeñas están entreabiertas con algunos objetos de fuera. Suspira y hace un gesto con sus labios. Definitivamente tiene mucho por desempacar.

-Es mejor que comience-dijo

Se acercó a la caja de "Libros" y la abrió con una navaja de color rosa que estaba en el piso. Tomó unos cuantos libros y los colocó en el estante de madera que tenía a lado de su puerta. A Katniss le encantaba leer, ya fueran historias de fantasía, suspenso, aventuras, terror e incluso, de romance. Cada vez que tenía oportunidad se compraba un nuevo libro, no importándole que ya tuviera otros más por leer. Asimismo asistía a las ferias del libro o a los estrenos nocturnos de aquellas historias que aún tenían mucho que contar. Sus libros eran parte de su mayor tesoro.

Después de acomodar la gran mayoría de éstos, Katniss se acercó a la caja donde tenía sus discos de música, que a diferencia de los libros, eran muy pocos, ya que gran parte de sus canciones favoritas estaban descargadas en su computadora portátil o en su celular. Esos discos los tenía porque eran sus favoritos y los quería tener en formato físico o porque se los habían regalado.

Sin seguir un orden en las cajas, poco a poco fue acomodando varios objetos en distintas partes de su habitación. Cuando abrió la caja de "Objetos personales" fue cuando se detuvo un rato de desempacar. Delicadamente fue sacando y desenvolviendo varios retratos de su familia, amigos y de ella. A cada uno de éstos los observaba con cariño y les sonreía, pero cuando sacó el de su padre, no pudo evitar derramar unas cuantas lágrimas que limpió con una de las mangas del suéter que llevaba puesto. En la foto, él usaba una camisa blanca con un saco negro y aunque no estuviera sonriendo, Katniss sabía que ese día, él estaba muy feliz. Hace varios años que su padre había fallecido en ese trágico accidente y ella aún sentía como si hubiera sido ayer.

Colocó la gran mayoría de los retratos entre la mesita de noche que se encontraba justo al lado de su cama y en el escritorio negro que estaba en el rincón del cuarto, y el resto los puso en su tocador: el de su familia, su hermana Prim y uno de ella mirando hacia una puesta de sol. Debido a que su tocador tiene un espejo, no pudo evitar verse por un momento.

Katniss usa un suéter largo color vino, unos mallones térmicos y botas cafes; tiene el cabello recogido en una trenza, con unos cuantos cabellos de fuera y su maquillaje es muy ligero. Ella no se consideraba una persona sexy ni muy atractiva, simplemente se sentía normal. Prefería sentirse cómoda, a diferencia de sus antiguas compañeras de escuela, quienes usaban tacones altos, vestidos cortos y un gran escote. Sin embargo, viéndose al espejo, podía notar que se veía distinta, algunas facciones en ella eran más definidas y su cuerpo era más curvilíneo de lo que recordaba. Era cierto que Katniss había dejado de ser niña hace un buen rato, pero ahora que estaba por cumplir 20 años, se veía…diferente.

El grito de su hermana fue lo que la sacó de sus pensamientos. Asustada, corrió rápido a su cuarto para ver que sucedía.

-¡Prim! ¿Qué tienes?-dijo recargando una mano en el borde de la puerta y con la respiración agitada.

-Creo que vi una araña gigante debajo de la cama-dijo temblando. Debido al susto Prim se había subido al colchón.

Katniss se agachó y levantó la colcha de color rosa para ver si encontraba algo. Hasta al fondo pudo notar que había una pequeña araña negra, ésta al verla se asustó y salió corriendo.

-¡Ahhhhh! ¡Katniss, ahí está!-dio un brinco del susto.

La chica salió como pudo de debajo la cama y al ver a la araña moverse de un lado a otro, la persiguió hasta conseguir aplastarla.

-¡Qué asco!-exclamó su hermana.

-¿Querías que la matara o que siguiera en tu cuarto?-le cuestionó Katniss.

-No…así está bien…-Prim fue sentándose poco a poco en su cama.

A pesar de que su pequeña hermana, ya no fuera tan pequeña, le seguía temiendo a los insectos, en especial a las arañas, salía corriendo en cuanto veía una, fuera grande o pequeña. Incluso cuando llegaba Halloween, ella prefería que no hubiera arañas como decoración.

-Katniss… ¿te gusta esta casa?-le preguntó con voz suave.

-Pues, es grande y entra mucho la luz, así que puede que si me guste…-respondió mientras agarraba un poco de papel de la repisa de Prim, para poder limpiar a la pobre araña que quedo aplastada.

-No me refiero a eso, sino al ambiente que se siente, es como si fuera frío y oscuro comparado con nuestro hogar-bajó la mirada.

Después de depositar a la araña en el bote de basura, Katniss se fue acercando a Prim, para sentarse junto a ella; tomó su mano suavemente y volteó a verla por un instante. Tal vez sabía a que se refería con sus palabras. La casa en la que se encontraban era diferente y más grande que su antiguo hogar y, todo lo que había en ella era completamente nuevo: la pintura, los muebles, las decoraciones…todo. Incluso, la ciudad era otra, ya no vivían más en Idaho, con sus grandes lagos y montañas, con el suave viento soplando sobre sus rostros, ahora todo era diferente.

-Todo esto es nuevo para nosotras, Prim-suspira-tenemos que comprender que esto lo hacemos por nuestra madre y su nuevo empleo. Además aquí tendrás nuevos amigos y una escuela más grande.

-Lo sé…pero te extrañaré mucho cuando entres a tu nueva universidad porque ya no tendrás tanto tiempo como antes.

Prim estaba en lo cierto, a Katniss solo le faltaba un mes para que ingresara a la Universidad de Louisville. Meses atrás con ayuda de su antigua escuela, había enviado cartas para su transferencia, para así cursar su segundo semestre con ellos; la respuesta había sido positiva, gracias a sus excelentes calificaciones que tuvo durante el nivel medio superior y en su primer semestre en la Universidad de Idaho. No habría problema con el temario del nuevo semestre porque aún no está relacionado a su carrera, ya que seguiría en el tronco común, eso quería decir que compartiría sus clases con alumnos de diferentes carreras y, asimismo, eso significa que el gran temor de Katniss se acerca: conocer gente nueva. A diferencia de las demás personas, a ella no le gusta relacionarse con personas que no conoce; cuando trata de iniciar una conversación con ellos se bloquea y no sabe bien que decir. Definitivamente Katniss no es buena con las palabras y tampoco mostrando quien realmente es. Con su familia es distinto porque puede expresar sus sentimientos, sobre todo con Prim, a quien considera su mejor amiga.

-Extrañaré tanto a mi antigua escuela y a mis amigos-dijo Katniss después de un rato-y al paisaje, los árboles, el ruido del agua y del viento…

Prim, al notar que su hermana tenía la cabeza y mirada baja, se acercó más a ella y la abrazó. Definitivamente, Prim comprendía lo que sentía Katniss y viceversa.

Ambas continuaron con sus respectivas habitaciones y cuando acabaron, su mamá las llamó para que bajaran a cenar. Le ayudaron a poner la mesa, mientras que ella acomodaba una gran cacerola en el centro de ésta. Todas se sentaron y se dispusieron a cenar. Nadie decía algo, hasta que su mamá comentó.

-Es muy bonita la casa, ¿no les parece?

Prim y Katniss se miraron y asintieron con la cabeza.

-Vamos, digan algo. No me gusta estar en silencio. Dime, Katniss, ¿estás emocionada por ir a tu nueva escuela?

Katniss no sabía que responder y de no ser porque el tono de su celular empezó a sonar, ese momento se hubiera tornado más incómodo de lo que ya era. Sacó su móvil de un pequeño bolsillo que tenía su suéter y vio un mensaje que le dibujo una pequeña sonrisa en los labios.

-Es de Emma, dice que está en la ciudad visitando a su familia y que sería bueno si nos podemos ver mañana y dar una vuelta, ¿me dejarías ir?

-Sabes que sí, hija, Emma es una buena chica y es tu amiga.

-Gracias

-¿Puedo ir con ellas, mamá?-interrumpió Prim

-No, señorita, usted que mi tiene que acompañar a comprarle ropa porque pronto iniciaras la escuela y, cuando entre al trabajo, ya no me dará mucho tiempo para poder acompañarte.

Prim suspiró y comenzó a mover su comida con el tenedor.

-No te preocupes, patito, después salimos juntas, ¿vale?-dijo con ternura Katniss

Prim sonrió y continuaron cenando.

A la mañana siguiente, Katniss se alistó para poder salir con Emma. Tomó una ducha rápida, se vistió con una camisa a cuadros de color roja, un suéter cafe largo, unos jeans entubados y unas botas cafe; se recogió el cabello en una trenza y se puso un poco de maquillaje. Desayunó rápido, tomó su bolso de la entrada y antes de salir se puso una bufanda, ya que su mamá se lo pidió debido al frío que estaba haciendo.

Caminó por la calle hasta llegar al lugar acordado, el café Sparkle. Al ver la pequeña construcción, se dio cuenta que no había cambiado mucho, lo único nuevo era el color de la fachada y la mantelería. A pesar de que aún no conoce toda la ciudad, ese café lo recuerda a la perfección porque hace mucho tiempo, cuando iba a la preparatoria junto con Emma, esta última la invitó a pasar una semana con su familia, quienes vivían en esa ciudad. Durante esa temporada, Katniss se la paso muy bien a lado de ella y sus seres queridos, iban de aquí para allá, visitando lugares, jugando juegos de mesa o caminando por las calles y parques de Louisville. En el último día de su estancia, Emma la había invitado a tomar un café en Sparkle para poder charlar de la escuela y de los últimos libros que habían salido. Para Katniss, Emma era la amiga con la que podía hablar de las historias y aventuras que vivían sus personajes favoritos sin temor a que la ignorara. Y ese día, Emma la sorprendió regalándole gran parte de la colección de Jane Austen, la cual está en perfectas condiciones en el librero de su nueva casa.

-¡Hola, Katniss!-gritó desde lejos una chica de cabello rubio a la que Katniss rápidamente reconoció y saludo con la mano en el aire.

-Hola, Emma, ¿cómo has estado?-cuando ya estaban cerca la abrazó muy fuerte.

-Bien, pero veo que tú has estado mucho mejor. Mira, te ves diferente, te ves más grande-respondió Emma, mirándola de arriba abajo.

-Ja, ja, ja, está bien que seas dos años mayor que yo, pero eso no te da derecho a decirme "pequeña". Además, solo han pasado unos cuantos meses desde la última vez que nos vimos.

-Kat, eso fue hace casi cinco meses, desde que cada quien se fue a la universidad...

-Y tú te fuiste a Nueva York, a la NYU.

-Y tú te quedaste…lo sé, amiga, pero tuvimos que tomar nuestros caminos. Pero, por lo que me enteré, a ti te fue muy bien en Idaho y estoy segura de que aquí te va a ir mejor. Tienes que confiar en ti. Ven, vamos a sentarnos a tomar algo.

Eligieron una mesa en la esquina superior derecha de las afueras del cafe y se acomodaron. Katniss pidió un frappé de galleta oreo con chantilly, mientras que Emma pidió un capuchino caliente. Después de tomar su orden, la mesera, regresó con sus respectivas bebidas.

-No sé cómo puedes tomar eso en esta temporada, Katniss

-Yo tampoco tengo idea, pero de que esto sabe delicioso, ¡sabe delicioso!-Katniss no paraba de tomar su frappé.

-No cambiarás, mi querida amiga-dijo sonriendo-Bueno, cuéntame, ¿qué tal te parece, Kentucky?

-No puedo decir mucho porque lo máximo que conocí de la ciudad fue gracias a ti, así que lo tendré que descubrir poco a poco.

-Kat, yo espero de todo corazón que te vaya muy bien. Sabes que puedes marcarme cuando quieras porque siempre contarás conmigo, amiga. Y como dije anteriormente, tienes que confiar más en ti.

-Lo sé, solo que sabes que me cuesta mucho trabajo relacionarme con gente nueva.

-Pasaste por lo mismo cuando me conociste, yo era una nueva persona en tu vida y me convertí en tu amiga.

-Lo sé, pero contigo fue distinto porque tu personalidad era diferente a la de las demás chicas.

-Amiga, tu personalidad también es muy especial. Eres diferente a los demás y eso te hace única. No dejes que los demás te hagan sentir mal.

-Gracias, Emma, muchas gracias-Katniss sonrió.

-Bueno, ¿qué te parece si vamos a otro lugar? Así te ayudo a conocer un poco más en donde vivirás.

Pagaron la cuenta y se fueron caminando hacia una dirección desconocida para Katniss. Estaban hablando de sus universidades y de cómo les había ido durante todo ese tiempo, hasta que llegaron a un edificio gigante.

-Esta es la Plaza Principal de Louisville, pero en esta ocasión no vamos a entrar, ya la explorarás en otro momento. Esta vez vamos a la parte de atrás.-dijo Emma

Katniss la miró extrañada, no sabía a donde la quería llevar, pero aun así la siguió. Al llegar a la parte de atrás, se quedó sorprendida con lo que vio. Había una gran pista de hielo y en medio de ésta, rodeado de una cerca de madera, había un árbol gigante decorado con cientos de esferas y luces de muchos colores, grandes cantidades de festón y en la punta tenía una gran estrella de color amarillo, también, justo debajo del árbol, había varios regalos decorados con varios moños de diferentes tamaños.

-¿Verdad que es hermoso este lugar?-pregunta Emma con una sonrisa en los labios.

-Es increíble...

Katniss no dejaba de observar cada parte de la pista y del árbol. Si algo le encantaba de la época navideña, eran las luces y los adornos, la nieve y la ropa invernal, y todo eso poco a poco iba llegando.

-Ven, vamos a patinar un rato.

Emma tomó su muñeca y la jaló hasta una pequeña casa donde había un chico, quien era el responsable de la entrega y limpieza de los patines.

-Hola, quisiera un par de patines, para mi amiga y para mí.

-Claro, ¿de qué número los van a querer?-preguntó un muchacho de cabello castaño y ojos café claros.

-Eh…yo calzo del 4 y, ¿Katniss de qué número calzas?

Sin embargo, la castaña no respondió, seguía observando cada detalle del lugar y escuchando la música navideña que sonaba de fondo. Después de un rato, se dio cuenta que también había luces iluminando la pista y que cambiaban con el ritmo de las canciones.

-¿Katniss? ¿Sigues ahí?-Emma la sacó de sus pensamientos.

-Yo…eh… ¿qué preguntaste?

-Kat…-comenzó a decir, pero alguien la interrumpió.

-Tu amiga te preguntó de qué número calzas-contestó con una sonrisa el chico de cabello castaño

-Calzo del 6-respondió seriamente

-Bien, entonces, para las señoritas, aquí tienen un par de patines, del número 4 y del 6.

-Gracias-contestó Emma de manera amable.

Katniss y ella se sentaron en una de la bancas para poder ponerse los patines y así entrar a la pista de hielo. La castaña estaba tan concentrada en amarrarse las agujetas que no se dio cuenta de la mirada que Emma le lanzaba.

-Oye, amiga, ese chico no deja de mirarte.

Katniss volteo a verla y después volteo hacia donde estaba el puesto de patines, y vio que su amiga tenía razón. El chico de ojos claros no dejaba de lanzarle miradas y sonrisas. Eso la hizo sentirse incómoda y prefirió continuar con lo que estaba haciendo. Cuando ambas acabaron de acomodarse los patines y se fueron acercando a la pista, una voz masculina se escuchó.

-¡Chicas! ¿Ambas saben patinar?

Ambas giraron su cabeza y descubrieron que la voz de aquella persona pertenecía a quien les había dado sus patines.

-Mi amiga no sabe patinar, pero yo si-contestó Emma.

Katniss la miro con los ojos completamente abiertos. Lo que acaba de decir no era verdad, porque ella si sabía patinar, no era muy buena, pero se defendía. Estuvo a punto de decirle al chico que no se molestara, pero él solo sonrió y le hablo a uno de sus compañeros para que lo sustituyera por un rato. Emma solo le puso una mano en su hombro y le susurró.

-No me vas a negar que es un chico muy lindo.

Katniss no respondió. Después de un rato, el chico se acercó y les sonrió.

-Mi nombre es Gale Hawthorne y seré su instructor por el día de hoy. ¿Con quién tengo el placer?

-Mucho gusto, mi nombre es Emma Banks y ella es Katniss Everdeen, recién llegada a Louisville.

-¡Oh! ¡Bienvenida, Katniss! Espero que disfrutes mucho el estar aquí.

-Gracias-dijo con voz baja.

-Pues, entremos, chicas. Katniss, ¿quieres que te traiga un apoyo para que puedas patinar mejor?

-No, así estoy bien. De hecho, no tienes por qué preocuparte yo…

-Mi amiga es muy modesta, no le gusta admitir que a veces necesita ayuda-interrumpió Emma- pero puedes ayudarla si se llega a caer.

-No hay problema y no te preocupes, conmigo no te caerás- rio Gale.

Todos entraron y Emma tomo impulso para separarse de ambos y así pudieran platicar un poco, aunque conociendo a su amiga, lo máximo a lo que llegarían sería a decir frases cortas. Sorprendida, Katniss vio cómo se alejaba su amiga sin siquiera decirle nada.

-"Se supone que ibas a estar conmigo. Después de tantos meses de no vernos, sería bueno que estuviéramos juntas. Sin embargo, ahora me dejas aquí con alguien que cree que no se patinar."-pensó Katniss

-Bien, vamos directamente a la orilla para que no te caigas, ¿de acuerdo?

La chica siguió a Gale hasta llegar al borde de la pista, donde quiso aclarar las cosas con su nuevo "instructor".

-Gale, no tienes por qué estar conmigo, yo sí sé patinar.-recalcó lo último

-Katniss, no tienes que ser tan ruda conmigo. Pude notar que sabías patinar desde que entraste a la pista y es que si no te diste cuenta, no te has caído.

-"Vaya, este chico no es nada torpe"-pensó en sus adentros.

-Yo solo quería ver si podíamos pasar un rato patinando, eso es todo. Además, puedo platicarte acerca de la ciudad.

Katniss lo miró a los ojos y encontró a un Gale contento y con una mirada dulce, y eso, de alguna manera, bajo sus defensas y su escudo por lo que aceptó de malagana. Conforme iban patinando, pudo notar que muchas chicas le lanzaban miradas a Gale y le sonreían; se notaba que tenía mucha popularidad. El chico era muy dulce y abierto a todas las preguntas que Katniss poco a poco soltaba, e incluso logró que la castaña soltara una que otra risa.

-¿Y a qué escuela irás? ¿Vas a la universidad, cierto?

-Sí, de hecho me transfirieron a la universidad de Louisville. Entraré dentro de un mes

-¿En serio? Yo también voy a esa escuela y te puedo decir que te vas a sorprender en cuanto la veas. Es muy grande y hay muchos alumnos. ¿En qué semestre vas?

-En segundo semestre-contestó con una pequeña sonrisa-Voy para la carrera de Historia del arte.

-¡Wow! Yo también entraré a segundo, solo que a diferencia de ti, estudiaré la carrera de Economía.

-Entonces, creo que podremos compartir grupo.-dijo mirándolo a los ojos.

-Eso espero, Katniss. Eres una chica muy linda y me gustaría seguir en contacto contigo.

Al momento de haber escuchado eso, Katniss apartó su mirada y trato de observar otra cosa.

-No, no me malinterpretes. No quiero asustarte, solo quiero que sigamos en contacto.

Gale iba a decir algo más, sin embargo, Emma les gritó y fue patinando hacia ellos.

-¿Cómo les va, chicos? Katniss, ya me dio mucha hambre y no aguanto seguir patinando.

-Pues, ¿qué hora es?-exclamó la castaña

-Son las 2 de la tarde. Tal vez se te paso rápido el tiempo por estar con este atractivo joven.

Mientras que Katniss se sonrojaba como un tomate, Gale y Emma no paraban de reír. Esperaba que nadie más la estuviera viendo porque se avergonzaría más de lo que ya estaba.

-Es broma, Katniss-le dijo su amiga-Gale, ¿gustas acompañarnos a comer algo?

-Me encantaría, pero tengo que continuar con mi trabajo. Pero podría verlas después-dijo mirando en especial a Katniss.

-Claro, eso sería buena idea, ¿te parece si…?

Katniss no se quedó a escuchar el resto de la conversación, sino que se fue patinando hacia la entrada para poder quitarse los patines y así salir de aquel lugar.

-¿No te vas a despedir de mí, Katniss?-le cuestionó Gale justo cuando llego a su lado.

-Eh…si, perdón. Gracias por todo Gale y que tengas buena tarde.

-Wow, Katniss, esa fue una despedida muy seca-al ver su expresión y que estaba a punto de decir algo más, decidió continuar-Mira, ¿qué te parece si nos decimos un hasta luego?

-De acuerdo. Hasta luego.-le extendió su mano, la cual Gale aceptó gustoso.

Cuando Emma y Katniss habían tomado un rumbo distinto, el chico le gritó a la castaña desde lo lejos.

-¡No te preocupes, Katniss, nos veremos pronto y si no te veré en la escuela!

Katniss solo se limitó a sonreír de lado y suspiró. Definitivamente ese chico estaba loco, sin embargo, aunque le costara admitirlo, le agrado bastante. Fue muy lindo y respetuoso con ella, lo cual hizo que ella se sintiera cómoda a su lado. Conforme fueron avanzando y Emma le seguía contando lo maravilloso que había sido Gale y el buen partido que podía llegar a ser, Katniss comprendió que esta ciudad podía tenerle preparada muchas o pocas cosas y que eso lo podría averiguar pronto; de ella iba a depender descubrirlas o huir de ellas. Pronto entraría a la nueva universidad, donde pueden pasar muchas cosas.


Espero ver sus comentarios, no importan que sean buenos o malos, de igual manera lo voy a agradecer de todo corazón.

Nos vemos.

MagicTribute*