Prólogo: Un corazón asustado.

Oscuridad.

Eso acechaba el lugar, aquel insólito que él llamaba "hogar". No sabía cuántos años o siglos había permanecido en las sombras, claro, tenía que ser alusivo a su nombre. Pero luego de vivir tanto en un lugar como este uno se cansa y empieza a enfriar su corazón, sin nadie que crea en él o alguien que pueda calmar su "alma", era lógico que se convirtiera en lo que es ahora. Un ser de oscuridad y nada más.

Y no era de extrañarse que por ese motivo odiara a los que siempre se la pasaban sonriendo o a los que se la pasaban divirtiéndose y viendo las buenas cosas de la vida, como si él no existiera.

¿Es que no tienen miedo?

Todo por culpa de ellos.

Esos que se hacían llamar "Guardianes", protegiendo a quienes él debía de atormentar. Es cierto, en la vida debe de haber un equilibrio.

Bueno y malo.

Blanco y negro.

Calor y frío.

Pero para él no lo había. Más de la mitad era bondad y lo que restaba era lo que él hacía. Miedo, oscuridad, pesadillas. No era justo para él. Tenía que hacer algo y lo iba a hacer.

¿Pero cómo?

¿Cómo atormentar a la gente?

¿Cómo ganar esta batalla?

Como si lo hubiera pedido a alguien, las respuestas a esas preguntas aparecieron como una luz en el centro de ese lugar. Aquel hombre alzó una ceja al ver eso pero se acercó sin dudar ni nada. Y fue cuando la vio.

Un lugar cubierto con una capa de nieve blanca y densa, pero a la vez hermosa y peligrosa. ¿Qué quería decir esto? Iba a desaparecer aquella pequeña luz cuando notó la verdadera respuesta. En ese lugar había dos niñas, no pasaban de los cinco años y al parecer eran hermanas. Una de ellas tenía el cabello entre pelirrojo y castaño quién sonreía a más no poder mientras soltaba unas carcajadas y llamaba a la otra niña, a quien le causó más curiosidad por su aspecto. Se veía a simple vista que era la mayor, no solo por el tamaño era casi mínimo, sino también por su comportamiento.

— ¡Elsa! — Gritó la niña mientras corría hacia su hermana dando pequeños saltos en algunos momentos. Se notaba que era demasiado hiperactiva. — ¡Hazlo! ¡Hazlo!

La chica de cabello rubio cenizo que correspondía al nombre de Elsa, soltó una risa más tranquila mientras negaba moviendo su cabeza.

— No, Annna. Hay suficiente nieve aquí. No es necesario. — Aclaró Elsa, pero al ver el rostro suplicante de su hermana no pudo resistir e hizo un gesto para que se acercase a ella. Cosa que hizo al instante.

Pitch tuvo que entrecerrar los ojos más "¿Qué era lo que iba a hacer aquella mocosa?" Puso mucha atención para ver la próxima acción de esa niña y ni tardó en abrir los ojos en total sorpresa a lo que estaba viendo. Esa niña, Elsa, tenía un poder especial y lo podía ver claramente como sus dos pequeñas manos formaban una especie de esfera de una ventisca para luego formar nieve, blanca y suave, como la que las rodeaba.

Esa niña era la clave de todo.

Los niños eran fáciles de manipular.

Simplemente les ofrecías algo y hacían lo que pedías.

Una sonrisa maliciosa de formó en su rostro, solo tenía que buscar a esa mocosa y atraparla. Sería la clave de todo su plan o eso pensó hasta que vio algo que hizo que su expresión cambiara por completo.

Unas voces llamaron a las niñas y solo se fue Anna, pues otra voz había detenido a Elsa, quién volteó sonriendo casi como lo hacía su pequeña hermana.

— ¿Cuánto llevabas ahí? — Caminó hacia el lado contrario en donde se había ido su hermana, claramente estaba hablando con alguien.

— Pues… Desde que llegaron a este lugar. — No, esa voz. No podía ser esa persona. Siempre arruinando sus planes cuando no se daba cuenta. Tenía que ser un error claramente.

O eso pensó hasta que vio lo que no quería ver. Un chico de cabello blanco que hacía contraste con su tez, traía consigo un bastón largo de madera sobre su hombro y en su rostro se podía notar una sonrisa amplia. Sí, era él.

— Debiste haberme dicho, así hubiéramos jugado los dos. — Se cruzó de brazos la pequeña mientras reprochaba al chico quien se agachó a su altura y revolvió su cabello.

— Era cosa de ustedes, solo me dedico a verlas. — Sonrió ladino antes de reincorporarse y empezar a caminar de un lado a otro con su bastón. — Además, quería ver cómo ibas con tu poder y si me metía era claro que quién haría todo sería yo.

Elsa hizo un pequeño puchero, se veía que a ella le hubiera gustado pasar tiempo con él, cosa que no fue posible. El peliblanco ignoró el gesto por un momento antes de seguir hablando.

— Elsa, tus poderes son increíbles. Mejoras cada día. — Su voz parecía que la animaba de una manera inconsciente, o bien, era claro en sus palabras y quería alegrar a la pequeña rubia quien estaba sonriendo un poco avergonzada. — Incluso podía decirle a la Luna que te deje como mi heredera.

Este último comentario hizo que la niña abriera sus ojos un poco asustada y negó varias veces seguidas moviendo su cabeza.

— ¡No, no, no! Nunca podría dejar a mi familia sola. — Esto hizo que el joven soltara una sonora carcajada, lo había dicho en broma, pero al parecer Elsa lo había tomado como algo verdadero. Ni él estaba seguro si se podía hacer eso.

— Ah, lo decía en broma, enana. Pero eso sí, cuando tengas un poco más de edad, ten por seguro que vendré a buscarte. — Le guiñó un ojo inocente, esto también lo había dicho en broma puesto que bien sabía que aunque por más hermosa que se volviera aquella niña, seguía siendo humana y nunca podría estar con un espíritu como él.

— Agh, Jack… Cosas de ese tipo no. Nunca me voy a enamorar. — Elsa hizo un gesto de asco al decir esto, cosa que le causó gracia.

— Eso espero, pequeña. —Volvió a revolver el cabello rubio de la niña y antes que continuara escucharon la voz de lo que era su madre. — Creo que se preocuparon, debes de ir, enana.

Elsa torció los labios en disgusto, quería quedarse a platicar más con él, pero al parecer no iba a ser posible. Miró por última vez al peliblanco antes de que él le dijera que se fuera con una sonrisa. Asintió con pesadez y corrió hacia dónde provenía la voz. Y antes de que partiera el joven logró a escuchar algo que hizo que su sonrisa se ampliara más de lo que estaba.

— ¿Dónde estabas, Elsa? — Preguntó Anna quién estaba a lado de su madre un poco molesta por haber tardado tanto.

— ¡Ah! Andaba con Jack…

— ¿¡Lo viste!? — Elsa asintió y antes de que hablara fue interrumpida por su hermana. — ¿¡Y por qué no me dijiste!? ¡Contigo y él pudimos haber creado una graaaaaaaaaan tormenta de nieve!

Su madre soltó una pequeña risa mientras negada y tomaba las manos pequeñas de sus dos hijas para conducirlas al castillo.

— ¿Quién es ese "Jack"? —Preguntó la mujer.

— ¡Jack Frost! ¡El chico quien trae la nieve todos los inviernos! — Gritó emocionada Anna.

— Tiene los mismos poderes que yo, madre… ¡Ya te lo había dicho! –Reclamó Elsa a su madre sin dejar de caminar tomada de la mano de ella.

— ¡Ah! Ese chico… — Tuvo que suprimir una pequeña risa por lo que le estaban diciendo sus hijas, cuentos de niños, así los nombraba. — Vamos, que es casi hora de la merienda y si no comen, Jack Frost se enojará.

Elsa y Anna rodaron los ojos al mismo tiempo, al parecer no comprendía bien el concepto y el lema del chico. ¿Regañarlas? Claro, como si él hiciera eso.

—No madre, él nunca haría eso. Es más… Lanzaría la comida para que hubiera diversión en la merienda.

—Solo se enojaría si no creyéramos en él. Cosa que nunca pasaría.

¿Creer en él?"

La luz que mostraba aquella escena se desvaneció en ese instante, esto se le hacía un poco complicado. A pesar de que Jack no fuera aún un Guardián, siempre se dedicaba a proteger a los niños y se notaba el gran lazo que tenía con esa mocosa.

Tenía que romper ese lazo que los unía y sabía bien como. Todo estaba en los poderes de ella. Era el frágil hilo que los mantenía juntos. Los niños son fáciles de asustar y la mejor manera de hacer una persona frágil es inculcarle miedo, pero no por algo o alguien, si no de sí mismo.

Sí, a partir de ahora se dedicaría a sembrar esa semilla en ella.

Los días de diversión y sonrisa de Elsa iban a acabar muy pronto así de igual manera, recortaría el hilo que mantenía unido a Elsa con Jack Frost.

Y así fue.

Pasó tiempo luego de haber elegido a la princesa de Arendelle como la clave de su plan y había sido un éxito en tal solo una noche. Mientras Elsa y Anna jugaban en una sala grande con los poderes de la rubia ocurrió lo que él quería.

Un accidente que cambiaría todo.

Por error, el poder de Elsa impactó en su hermana, desgraciadamente en su cabeza, pero algo era algo, por lo menos el propósito se había cumplido y desde ahí solo tenía que recordarle día a día lo que era.

Un monstruo.

Uno que casi mata a su hermana.

Y todo había sido un éxito, aquellas fantasía que había tenido alguna vez de pequeña, conforme iba creciendo fueron desapareciendo. Así como él.

El nombre de Jack Frost para Elsa, se volvió invisible. Incluso en una ocasión le dijo a su hermana Anna para que la dejara en paz » ¿Jack Frost? ¡Ah! Qué lindo cuento de cuando éramos más pequeñas. «

Irónicamente aquella relación entre ambos se congeló. Incluso para Jack, quién también había decido olvidarse del nombre de la princesa, escondiéndolo entre otros más, incluso ahora solo mandaba el invierno al reino sin quedarse un momento como antes.

Todo iba de maravilla y más cuando los padres de aquellas princesas sufrieron un terrible final que dejó marcada a ambas, pero más a Elsa. Incluso ya no era necesario obligarla a que pensara en lo que era, simplemente se lo decía una vez y lo aceptaba.

Elsa ya era suya.

O por lo menos eso creía, puesto que en su corazón aún había una parte sin oscurecer y era la que tenía grabado el nombre de su hermana. Ahora tenía que pensar en algo para romper eso, puesto que por más que hacía que Elsa negara a su hermana, ella insistía y mantenía con fuerza y nudo ese hilo. Así que la respuesta era fácil. Anna tendría el mismo final que sus padres y con eso, podría decir Jaque Mate en esta primera batalla.

Solo tenía que esperar el momento. El cuál llegó justo el día en que coronarían a la princesa en Reina. Se dedicó a mirar el evento oculto en las sombras, siempre susurrándole a Elsa » Un error y te descubrirán, un error y se asustarán de ti. Recuerda lo que eres. « Y ese error pasó. Los poderes de la reina se dieron a relucir en medio de la fiesta y dicho y hecho pasó, la gente estaba asustada por su comportamiento, estaba a un paso, solo tenía que encargarse de lo demás y claro, aquel príncipe llamado Hans lo estaba ayudando sin que se diera cuenta, él se encargaría de Anna y él de que Elsa oscureciera lo poco que le quedaba.

Adiós a su sonrisa.

Hola al miedo de cada día.

Y se confío totalmente.

Eso provocó que todo fallara.

Un grito estruendoso se escuchó en todo el lugar oscuro haciendo eco por varios segundos.

¡Todo!

¡Todo estaba saliendo perfecto!

Elsa de una manera se estaba volviendo su aliada.

Hans engañó a la hermana.

Anna casi muere.

Casi.

Casi.

Ese "casi" hizo que todo fallara.

Al final, todo había salido como los Guardianes esperaban. Arendelle se descongeló de ese frío invierno causado por la reina. Y el corazón de ella igual. Tan cerca que estuvo, pero claro. Donde fuego hubo, cenizas queda. Y un corazón nunca vuelve a ser igual, por más que intentes arreglarlo siempre tendrá una herida fácil de volver a abrirla. Y eso haría.

Volvería por ella.

Un día volvería por la Reina de las Nieves y todo acabaría.

Pero por ahora tenía otro plan.

No fue mucho cuando Pitch volvió a atacar pero ahora de manera directa, se dedicaría a inculcar el miedo a todos los niños del planeta, haría que dejaran de creer en esos Guardianes.

Pero también se confió de más.

Creyó haber conseguido a Jack Frost como su aliado.

Un chico frágil, o es lo que parecía.

Y de la misma manera falló. Y peor que antes.

Jack Frost fue elegido como el nuevo Guardián, cosa que le desagradó mucho. Trató de amenazarlo, chantajearlo, incluso tomar su centro a la fuerza, pero nada funcionó, ese chico se había vuelto más fuerte de lo que pensaba o bien, lo que nunca se dio cuenta.

Fue condenado por él, las sombras lo arrastraron hasta su territorio y no pudo volver a salir hasta que recuperara todas sus fuerzas y claro, tuviera un nuevo plan. Esto no se quedaría así, volvería todas las veces necesarias para cobrar su venganza.

¿Creen que se le ha olvidado?

No, aún tiene su pieza clave en este juego.

Tiene muchas piezas, dos de ellas son muy valiosas. Pero por ahora, solo usaría la más frágil pero poderosa.

Y al parecer los Guardianes se darían cuenta de eso.

¿Qué más daba?

Ahora solo tendría cuidado con sus movimientos, estas dos fallidas habían sido porque se apresuró al final. Fue lento el inicio, pero luego aceleró, eso hizo que fallara. Pero ahora no.

Esta vez no.

Polo Norte.

El olor a galletas inundaba el taller de Norte, un hombre grande con una barba blanca y tatuajes en los brazos, además de actitud fuerte y de liderazgo. Era mitad de año, así que estaban a un ritmo normal de trabajo, un poco apresurado en unas cosas, pero en sí, nada de presión.

Norte estaba en estancia probando nuevos juguetes para los niños hechos de hielo, un avión y un barco principalmente, sonrió al ver que ambos funcionaban.

— ¡Esto se merece un buen plato de galletas! — Exclamó alegremente aquel hombre mientras se acercaba a donde supuestamente estaba el plato, pero no era así. Por lo que volteó frunciendo el ceño para ver dónde lo había puesto, estaba seguro que lo ahí lo había dejado y claro que lo hizo solo que cierta persona se había comido las galletas. — ¿¡Cuándo entraste aquí!?

Jack soltó una pequeña carcajada mientras se levantaba de donde estaba sentado y caminaba por el lugar.

— ¿Dos… tres… cuatro horas? — Se encogió de hombros restándole importancia al asunto. — Solo vine porque estaba aburrido ¿Qué querías que hiciera?

— ¡Ah! ¿Es que acaso no hay ningún lugar donde hagas nevar? — Respondió con una pregunta mientras tomaba asiento de forma pesada y brusca sobre su silla.

— Ya lo hice. Peeeeeeeero, por alguna razón no ando para jugar con los niños como siempre.

— ¿Jack Frost sin ganas de molestar, digo, de jugar? —Alzó una ceja mirando al chico y soltó un suspiro. — No es normal eso, eh. Llevas una semana así ¿No estarás enfermo?

Ladeó la cabeza un poco y negó, no creía que alguien como él se pudiera enfermar, o bien, nunca le había pasado.

— Supongo que es solo momentario. —Hizo un ademán de restarle importancia al asunto y se dedicó a mirar los juguetes que había en ese lugar. — Me gustaba más el primero. A los niños les sorprendería más el avión que el barco. Bueno, si hablamos de un lugar que no hay agua.

Norte sonrió gustoso, en cierta manera siempre le agradaba la opinión de Jack sobre sus creaciones, puede ser que trate con niños, pero él era más exacto con los gustos, pensamientos y sentimientos de los niños. Por algo era un Guardián. El hombre se levantó y fue por una taza de chocolate para ambos, una que le tendió a él y otra que se quedó él para tomarle antes se seguir hablándole.

— Por ahí me enteré que cierto espíritu de las flores intentó besarte. — Comentó como si no fuera nada importante, pero eso hizo que Jack se ahogara con el chocolate que estaba tomando en ese momento, algo que provocó que Norte soltara una carcajada sonora. — Nunca se me pasa nada, Jack. Ni menos cuando su padre vino a reclamarle por hacerla llorar luego de rechazarla.

Jack soltó un chasquido y desvió la mirada, no era la primera vez que pasaba, desde que se había vuelto guardián y había ayudado a lo de Pitch, muchas chicas, claramente espíritus como él, se mostraban interesadas. Claro, antes ni lo tomaban en cuenta y ahora parecía una estrella famosa.

— Estar en una relación de ese tipo no me interesa mucho que digamos, Norte. Es algo… raro para mí. — Exclamó Jack en un tono de desinterés.

— ¡Claro que lo es! Siempre te la vives rechazando a las jovencitas.

— ¿Y qué quieres que haga? Más de una de ellas solo les intereso por lo que hice. Y nunca olvidaré cuando aquella espíritu del agua m besó y resultaba que salía con alguien más. — Aclaró alzando una ceja, nunca olvidaría ese día que trataba de congelar una bella cascada y aquella joven se le acercó de más, claro, él iba a rechazarla como siempre, pero ese día inesperadamente lo besó, beso que duró menos de segundos puesto que al instante llegó quién era pareja de ella. Luego de eso, se sorprende aún como es que sigue vivo.

Norte negó con una pequeña sonrisa antes dejar su taza a un lado.

— Algún día llegará una joven que te haga cambiar de opinión.

El Guardián torció los labios, pensar en salir con alguien sería estar encadenado, eso sería, sin diversión y no podría aguantarlo, quizás eran pensamientos de niños, pero eran suyos y no lo harían cambiar de opinión. En ese momento iba a reclamar lo que había pensado, pero la puerta se abrió con fuerza dejando pasar a un yeti "hablando" apresuradamente y preocupado. Norte se levantó rápido, Jack aún no entendía bien, como es que comprendía esas palabras, si es que se podía llamar así.

Se dirigieron hacia donde se encontraba un gran globo terráqueo con luces en ella, para el peliblanco todo se veía normal, pero para Norte no, algo estaba pasando de nuevo.

— Es Pitch, de nuevo. — Exclamó una voz detrás de ambos que hizo que se voltearan rápidamente.

El Hada de los Dientes, el conejo de pascua y Sandman estaban ahí, los tres con una cara de preocupación. Jack les iba a preguntar cómo y cuándo habían llegado pero Norte no lo dejó.

— ¿Qué planea ahora ese?

— Al parecer tiene un arma y lo piensa usar para volver a intentar lo de la otra vez. — Contestó Tooth mientras volaba cerca de ellos y luego miró al peliblanco con una sonrisa amigable. — Hola, Jack.

Jack soltó un chasquido haciendo caso omiso a lo último, solo había prestado atención a lo primero. No porque no le interesaba saludarla, sino porque estaba cansado de Pitch y sus planes siempre fallidos.

— ¿Es qué no tiene cosas mejores que hacer? Debería rendirse ya con eso.

El conejo frunció notable el ceño y miró al chico con disgusto.

— Esta vez es peor, según mis fuentes, sé quién es el arma. O una de ellas.

Todos miraron con intriga al conejo. ¿Es que había dicho "quién"?

— ¿Quién es…? — Preguntó firme Norte.

— No recuerdo su nombre, pero… — El conejo dio un salto hacia el globo terráqueo para hacerlo girar hacia el punto dónde se encontraba dicha persona. — Vive aquí.

Jack abrió los ojos un poco y pensó: "Arendelle" ¿Qué quería Pitch ahí? Por alguna razón un nombre se le vino a la mente, nombre que había susurrado inconscientemente.

— Elsa… -Murmuró. Hace tiempo que no sabía de ella, años, incluso creía haber olvidado su nombre como ella lo había hecho con él. Todos voltearon a ver al peliblanco al verlo decir algo y Tooth fue la primera en preguntar.

— ¿Es qué sabes quién es, Jack?

— N-no estoy seguro… Hey, tú, Conejo. Sigue hablando. —Expresó con un tono que al mencionado le molestó, pero aun así continúo antes de verse interrumpido.

— Tiene un poder especial, un poder a que a Pitch le interesó mucho hace años y que no pudo conseguir por completo, pero al parecer lo está volviendo a intentar.

"Poder", eso confirmó todas sus sospechas, no conocía a ningún niño en Arendelle que tuviera un poder como el de ella. Y Pitch quería eso. No dejaría que pasara. Bajó la mirada un poco, la última vez que trató de hablar con aquella niña, ella ya no lo podía ver, era claro que ya no creía.

— Es fácil, solo tenemos que ir hacia ese lugar, tomar a esa persona y ocultarla de Pitch. — Dijo Norte preparando sus próximos planes. — Aquí la podemos ocultar, pero será alternativos, luego de unos días pas-

Una risa del joven interrumpió al hombre quién lo miró indignado y esperó a que dijera su motivo de eso.

— No podrán, ella es muy… terca.

— ¿Ella? —Preguntó con un poco de curiosidad Tooth.

— Sí, ella… Nunca le gustó que la protegieran. Por lo que será complicado. Además, no podemos solo ir por ella y ocultarla. Pitch la encontraría tarde o temprano.

Norte sonrió ladino antes de darles la espalda a todos, tenía un plan formulado, algo que había improvisado en ese momento.

— No será esta vez nuestra batalla. Tendremos más aliados.

Sandman sonrió de igual manera, como si hubiera leído los pensamientos del hombre de rojo. Los demás en cambio esperaron a que dijera su plan.

— Será complicado como bien dice Jack, pero si todo funciona, tenemos esta batalla asegurada. Jack… Tendrás una participación especial junto a unas personas.

— ¿Qué, qué, qué? — Preguntó repetidas veces el chico. Una cosa era trabajar con ellos, quienes ya se había acostumbrado, pero otra cosa era trabajar con otra gente que no conocía. Lo más seguro que otros espíritus. — No, no pienso trabajar con-

— No serán con espíritus, Jack. — Mantuvo su sonrisa sin dejar de ver al peliblanco. — Son humanos.

El conejo frunció el ceño y se puso frente al hombre. No le parecía nada su idea, si de por sí, ellos podían salir heridos a pesar de sus grandes habilidades, incluir humanos para cuidar a una humana, era muy pero muy mala idea.

— Estoy de acuerdo con él, aunque parezca increíble. Nada de humanos.

Tooth que se había mantenido totalmente impactada por eso, volvió de su trance y asintió nerviosa.

— Por más fuertes que sean, no creo que puedan con Pitch. A penas nosotros lo hacemos. Quizás si le pedimos al Ratón Pérez…

— Detesto los ratones. —Exclamó molesto el Conejo.

— ¡Pero es muy amigable!

Norte soltó un suspiro, sabía bien que no iban a estar de acuerdo, pero él sabía bien lo que hacía o más bien, la Luna. Sandaman fue el único que parecía de acuerdo con él, claro, Jack no opinaba al respecto, su mente se encontraba en otro lado, más preciso en el nombre de quién debían proteger.

» ¿Jack Frost? ¡Ah! Qué lindo cuento de cuando éramos más pequeñas. «

Esas palabras se volvieron eco en ese momento, desde ahí se había acostumbrado a ser tratado como un cuento, hasta que claro, pasó lo de Pitch y niños empezaron a creer en él nuevamente. Era irónica la vida que se volvieran a encontrar cuando habían roto todo lazo que tenían. Elsa para él, se había convertido en una niña que creció y como todo niño que crece, deja de creer. Sus pensamientos fueron cortados al sentir un golpe brusco en su espalda, era Norte.

— ¿Aceptas la misión?

Jack levantó la mirada y notó que todos esperaban su respuesta, por lo que soltó un suspiro y se encogió de hombros.

— No aseguro nada.

Norte soltó una carcajada clásica mientras ponía sus manos en su panza regordeta. Estaba hecho.

— ¡Pues bien! Ya saben a dónde ir cada uno. Jack, tienes suerte, muchacho.

— ¿Ah? — Miró al hombre con una ceja alzada sin entender, aunque por su expresión sabía que no le iba a gustar a qué se refería.

— Irás con esa niña.

No.

No.

Y no.

¿Por qué él? ¿Por qué de los cinco que estaban ahí, justo él? ¡O mejor! Que la traigan como a él en esa ocasión. Miró a todos de manera de súplica, no quería ir con ella. No quería verla hasta que fuera el momento.

— N-no puedo… Además, ella no cree en ninguno de nosotros, así que no nos verá.

Sandman se acercó al chico y realizó sus trucos de mímica con su arena para comunicarse.

"Los ojos son ciegos, pero el corazón y el alma no"

Jack no pudo evitar sonreír ante esas imágenes, era claro que cuando creías en algo que has visto muy difícil podías dejar de creerlo, simplemente tenía que quitarle la venda de los ojos a esa chica. Sería difícil, pero lo intentaría, solo para derrotar a Pitch.

— Iré… Pero no aseguro tampoco nada.

— Confiamos en ti, no tenemos de otra. — Dijo el Conejo mientras se cruzaba de brazos. — Iré por ella de una vez. Más rápido mejor.

— ¿Hacia dónde vas? — Preguntó Jack mirando con curiosidad al Conejo, quién con un gesto de desagrado contestó.

— Iré con una princesa que de princesa no tiene nada…

Y con esto, hizo un agujero en el suelo para desaparecer e ir por la primera persona que ayudaría a esta guerra.

La primera parada para estos guardianes sería DunBroch.


Pueeeeeeeeeees bien, luego de pensarla mucho me animé a probar con este multicrossover, es la primera vez que escribo algo de este tipo y veremos como va, en sí, tengo ya planeada la historia, incluso el final, solo tengo que transcribir mis pensamientos a la computadora y publicarlo. Para los que no me conozca, me presento, ya llevo tiempo escribiendo fanfics, principalmente lo que era el género de Dramione de Harry Potter, pero por estudios y eso, tuve que dejarlos, incluso quería volver a tomarlos, pero la inspiración para ellos se fue... Espero que algún día regrese. Mientras, me centraré en este fanfic si es de su agrado. Aclaro, posiblemente lo publique en Tumblr y en en Wattpad, por si lo llegan a ver en esos lugares, ya luego les daré bien en dónde lo publiqué para los que desean leerme allá también.

Y pues, espero sus comentarios, si les gustó, si no les gustó, qué falló y todo eso :) Un saludo muy grande y nos leemos.~

K.B Ayami.