Los personajes de esta historia no me pertenecen. Relato ficticio.

Capitulo 1:

Las ciudades nunca duermen. Miles de personas recorren sus calles cada día y cada una de ellas inundan la ciudad con su esencia, con su vida pero sobretodo con sus sueños.

Los sueños son la cosa más importante que puede tener una persona, nos da esperanza, ilusión y fuerzas para seguir adelante.

¿Pero que ocurre cuando tu sueño se desvanece ante tus ojos, sin saber porque?

¿Que ocurre cuando tus ilusiones se acaban y las fuerzas se esfuman de tu cuerpo?

Ella siempre había tenido un sueño, triunfar, ir a Nueva York y conquistar los escenarios de Brodway, pero cuanto más se acercaba su sueño, más se planteaba si era eso lo que de verdad quería. Si quería dejarlo todo atrás, incluido a Finn y enfrentarse al mundo ella sola.

No iba a mentir, tenia miedo, mucho miedo y ese miedo la estaba consumiendo poco a poco.

En esos momentos, se encontraba a oscuras, sentada en su balcón observando como la noche avanzaba lentamente. Las calles estaban vacías y el silencio ocupaba cada rincón de la ciudad haciéndose dueño de ella, por lo menos en esas largas noche que pasaba observándola.

Eran ya altas horas de la madrugada, pero no era capaz de conciliar el sueño, el insomnio la estaba atacando de nuevo, cosa que ya afectaba a su estado físico y mental. Unas profundas ojeras se habían alojado en su rostro hacía ya tiempo dejándole un aspecto demacrado.

Suspiró y se abrazó las rodillas intentando darse un poco de calor.

-¿Que esta pasando conmigo? -se preguntó a si misma para después volver a suspirar.

Dentro de unas pocas horas ya se tendría que levantar para ir a la escuela. El primer día de clases del ultimo año de instituto. El ultimo año que tenia para prepararse para la vida.

Las vacaciones ya se habían acabado y era hora de volver a la realidad.

El verano había pasado muy rápido para ella, al igual que para todo el mundo imagino.

Lo había pasado en su mayoría con Finn, disfrutando del calor y de su compañía. Pero de un día para otro las cosas habían cambiado.

"Flashback"

-¿A donde me llevas? -preguntó entusiasmada Rachel sentada en el asiento del copiloto.

Finn la observo de reojo mientras conducía, se encontraba radiante y hermosa. Él le había pedido explicitamente que se arreglara porque iban a hacer algo especial esa noche pero nunca imagino que pudiera haber conseguido estar aun más hermosa de lo que acostumbraba a estar. Un vestido blanco y corto adornaba su cuerpo, dejando entrever sus largas piernas de las que el muchacho no podía apartar la vista, ademas de eso llevaba el pelo suelto, como a él le gustaba, dejando caer su larga melena sobre sus hombros de forma natural. Por otra parte él también se había arreglado para la ocasión, el traje que llevaba lo demostraba, aunque a pesar de todo, se sentía nervioso, como si se estuviera dando cuenta que no había conseguido llegar a la altura de su novia.

-Es una sorpresa -sonrió divertido.

Ella se removió en el asiento nerviosa.

-Dame una pista al menos -suplico haciendo pucheros.

Él soltó una suave carcajada y negó con la cabeza.

-Ya lo veras.

No volvieron a hablar hasta que Finn por fin estaciono el coche frente a uno de los restaurantes mas exclusivos de la ciudad.

Rachel se bajo del coche con la boca abierta mirando el lugar impresionada.

-¿Esta es la sorpresa? -preguntó emocionada.

-Parte de ella -dijo sonriendo el chico.

Rachel se lanzo a sus brazos abrazándolo fuertemente mientras le daba un suave beso en los labios.

-¿Como has conseguido mesa? -preguntó curiosa.

-Tengo mis contactos – dijo él guiñándole un ojo sin soltar la cintura de ella y dándole otro beso de vuelta- ¿Vamos? -se separó y coloco su brazo para que ella se agarrase mientras asentía rapidamente.

Entraron en el lugar y entre sonrisas cómplices y dulces palabras cenaron a la tenue luz de las velas que adornaban el restaurante.

-¿Cual es mi otra sorpresa? - preguntó Rachel por décima vez a lo largo de la cena.

Él la miró nervioso y sin decir nada se incorporo del asiento, se acercó a ella y sin que ella lo dejase de mirar confundida, hinco una rodilla en el suelo para después coger su mano suavemente.

Rachel lo miró con los ojos como platos de la impresión, ademas de eso había comenzado a sudar de una manera poco común debido a los repentinos nervios notando como su mano resbalaba de la de su novio.

-Rachel... -susurró con la voz entrecortada mientras agarraba un poco más fuerte su mano- Se que a lo largo de estos dos años hemos pasado muchas cosas juntos, muchos problemas que hemos llegado a sobrellevar y a superar, pero sobretodo hemos conseguido estar juntos, a pesar de todo. Gracias a ti he descubierto muchas parte de mi que no conocía, muchas cosas que me han hecho ser mejor persona y eso es todo gracias a ti, por eso... -metió la mano que tenia libre en el bolsillo de su chaqueta sacando un pequeño estuche- quiero pedirte que te cases conmigo -lo abrió mostrando un modesto anillo de pedida- Se que tu te mereces mucho más que este simple anillo y con el tiempo conseguiré complacerte -terminó de decir para después esperar la respuesta de su novia.

Rachel se quedo con la boca abierta de la sorpresa mientras observaba el anillo que le tendía Finn. No sabia que responderle, todo era muy precipito.

-Finn... -dijo por fin la morena- ¿Tú te lo has pensado bien? Yo quiero irme a Nueva York y triunfar y tú, bueno, no sabes muy bien que hacer con tu vida. ¿Te vendrías conmigo a Nueva York?

Finn se rasco la cabeza levemente incomodo.

-La verdad es que... he decidido que en cuanto termine el instituto empezare a trabajar con el padre de Kurt en el taller.

Rachel lo miro frunciendo el ceño.

-¿Osea que quieres que nos casemos, pero que yo este allí y tu aquí? -preguntó levemente enfadada.

-¡Solo hasta que termines la Universidad! -dijo rapidamente.

-¿Y que pasara cuando termine? Vendré aquí a ser otra ama de casa que lo dejo todo por quedarse con su marido -le recriminó.

Finn la miro dolido por sus palabras.

-¡Pensé que me querías! -dijo alzando la voz.

-¡Claro que te quiero, ese no es el asunto!

-¡Si me quisieras de verdad, aceptarías casarte conmigo! -le recriminó a su novia.

Ella lo miro con lagrimas en sus ojos sin saber muy bien que decir.

Él suspiro arrepentido.

-Lo siento -susurró mientras cerraba el estuche- Tú solo piénsalo detenidamente, ¿de acuerdo? -le pidió- No quiero perderte...

Ella se levantó del asiento mientras notaba como las lagrimas resbalaban por sus mejillas.

-De acuerdo... -susurró y salio del restaurante sin decir nada más.

"Fin del Flashback"

Eso había pasado hacia más de una semana y ese es el tiempo que llevaba sin poder apenas dormir debido a todos los pensamientos que atormentaban su cabeza y los múltiples mensajes de Finn a su móvil no ayudaban en absoluto. Se sentía agobiada y presionada por el chico. No era capaz de decidirse porque sabia que cualquier decisión que tomara, cambiaría su vida para siempre.

Ella siempre había pensado que Finn la apoyaba con su sueño, pero lo que acababa de ocurrir le había demostrado que no era así, que la quería, si, pero que la quería a su lado, sin importar lo que la morena quisiese hacer con su vida. Si le decía que no, lo perdería para siempre, aunque solo le dijera que era muy pronto y muy jóvenes, sabia que el joven se quedaría dolido y resentido y que no lo aceptaría y si le decía que si, todo su sueño desaparecería y acabaría sintiendo odio hacia Finn y hacia si misma.

De repente el sonido del despertador la saco de sus pensamientos. Se levantó pesadamente para apagarlo y volvió a mirar por la ventana, observando como los primeros rayos de sol comenzaban a inundar la ciudad. Suspiró y se adentro al baño sabiendo que hoy seria un largo día.

Los pasillos del McKinley comenzaban a llenarse poco a poco de adolescentes entusiasmados por volver a ver a sus amigos, después del merecido descanso que habían recibido en las vacaciones de verano. Rachel por su parte caminaba silenciosa por el pasillo directa a su taquilla. Había llegado pronto al instituto, ventajas de no haber podido dormir, aunque también lo había hecho para no encontrarse con Finn, aunque sabia que eso iba a ser imposible.

Y estaba en lo cierto, porque en cuanto abrió su taquilla el chico apareció a su lado, apoyándose en la taquilla continua para mirarla.

-¿Como estas? -preguntó él, incomodo viendo sus profundas ojeras.

-Bien, gracias -susurró ella sin ni siquiera mirarlo.

-Tenemos que hablar -dijo él en tono suplicante.

Rachel suspiró y por fin lo miró.

-Ahora no, a la hora del almuerzo, en el glee club -y dicho eso cerró la taquilla y sin darle tiempo a responder se perdió entre la multitud que caminaba por el pasillo.

Había ganado algo de tiempo, pero aun así, sabia que no era el suficiente.

Con esos pensamientos se dirigió a su primera clase, Historia, aunque sabia que todavía estaría vacía, pero quería coger un buen sitio.

-¿Srta. Holliday? -dijo extrañada nada mas entrar en la clase.

Holly Holliday se encontraba frente a ella, tras la mesa del profesor mirando unos papeles sobre la misma. Alzó la cabeza al oír su nombre y sonrió al encontrarse a la morena allí.

-¡Rachel! -dijo entusiasmada y se acercó a ella para abrazarla.

La morena le correspondió un poco incomoda.

-¿Que hace aquí? -preguntó en cuanto la soltó.

-¡No te lo vas a creer! Voy a ser tu nueva profesora de Historia, de manera fija, nada de sustituta, eso se acabo -dijo sonriente.

-¡Cuanto me alegro! El Sr. Schuester estará encantado

Holly se mordió el labio nerviosa.

-Si, la verdad es que es un gran amigo -dijo incomoda.

-Oh...

En ese momento comenzaron a entrar el resto de los alumnos a la clase lo que les impidió seguir con la conversación.

Rachel le sonrió y se sentó en primera fila esperando a que comenzara la clase.

-Hola Rachel -susurró una chica rubia mientras pasaba a su lado sin que la morena se percatase.

Rápidamente se giro para mirar quien era la chica que la había saludado y se quedo de piedra al ver a Quinn sentarse unas filas mas atrás. No era el hecho de que la saludara lo que le sorprendía, aunque un poco si, para que engañarse. Después de todo lo que había pasado en las Nacionales con Finn, el beso y que perdieran por culpa de ellos no esperaba que la tratara así, de hecho lo que esperaba era rencor y odio hacia ella por estar con Finn. Pero la Quinn que tenia ante ella estaba de todo menos enfadada. Una sonrisa radiante inundaba su rostro, su pelo, aun mas corto de lo que lo tenia en las Nacionales le daba un aspecto entre juvenil y maduro, sus ojos estaban llenos de brillo y su ropa... que decir de su ropa, por supuesto no llevaba su uniforme de animadoras y mucho menos uno de los tantos vestidos cortos a los que la tenia acostumbrada, lo que llevaba eran unos vaqueros rotos y una simple camiseta de tirantes.

-¿Qué narices le ha pasado? -se dijo a si misma Rachel.

De repente Quinn levantó la cabeza y se dio cuenta de que Rachel no le quitaba la vista de encima y en vez de echarle una de sus miradas de intimidación, le sonrió dulcemente y la saludo con la mano.

Rachel solo pudo devolverle el saludo de la misma manera para después volver a mirar para adelante confundida.

Las clases pasaron más rápido de lo que ella esperaba y ya había llegado el momento de enfrentarse a su destino, a Finn. Caminaba por los pasillos, en esos momentos vacíos mientras recordaba como se había reencontrado con cada uno de los miembros del glee club a lo largo de la mañana. Todos parecían haber olvidado o por lo menos asumido lo de las Nacionales, estaban emocionados e impacientes por volver al glee club para empezar a prepararse para ganar ese año. Eso había animado sobremanera a la morena que temía el rechazo de todos, como le había ocurrido hacia ya tiempo, pero en cambio ahora eran sus amigos que es lo que siempre había deseado, aparte de Finn claro está.

Cuando por fin llego a la sala Finn ya se encontraba en ella. Estaba de pie, dando vueltas en un circulo imaginario mientras miraba al suelo, nervioso y expectante.

-Finn... -susurró Rachel al verlo así.

Él alzo la vista dándose cuenta de que ya no estaba solo.

-Rachel...

-Te escucho -le dijo la morena.

-¿Has tomado una decisión? -preguntó impaciente.

Ella negó con la cabeza haciendo que él apretara los puños.

-Osea, que no te vas a casar conmigo -dijo alzando la voz.

-¡Es que no me estas pidiendo que me case contigo, me estas pidiendo que abandone mis sueños! -le respondió ella, ya cansada de esta situación.

-Pero yo pensé que tu principal sueño era estar conmigo.

-Pues estas muy equivocado. Yo tengo que pensar en mi vida, no en la tuya. No puedo vivir a expensas de lo que tu haces o dejas de hacer. Yo tengo una meta y no pienso dejarla por nada ni por nadie, asúmelo -sentencio Rachel.

-Ya veo que no soy lo suficiente importante para ti... -dijo él enojado- así que no deberíamos seguir juntos, así no tendrás que preocuparte de que alguien se meta entre tu sueño y tú.

-¡Pues puede que tengas razón! -le grito y él la miro asustado.

No se esperaba que ella le diera la razón, lo que esperaba es que al presionarla ella lo elegiría a él, como siempre había hecho con anterioridad, pero se equivocaba. Apretó aun mas los puños y salio por la puerta airado.

Rachel por su parte se dejo caer en una de las sillas de la estancia mientras comenzaba a llorar desesperadamente. Tapo su rostro con sus manos y lloro sin ni quiera intentar contenerse.

Hasta que de repente, cuando habían pasado apenas un par de minutos desde que Finn se había ido, noto como una mano se posaba en su hombro con suavidad haciendo que pegase un pequeño salto en la silla del susto. Alzó la vista rápidamente y ante ella se encontró con una Quinn que la miraba preocupada.

La morena abrió la boca intentando decir algo, pero ninguna palabra salio de su interior, entonces Quinn le sonrió dulcemente y la arropo entre sus brazos, dejándola desahogarse.

Rachel no sabia que hacia allí la otra, ni que pretendía, ni siquiera lo que había escuchado de la conversación que había mantenido anteriormente con Finn, pero no pudo hacer nada mas que llorar entre sus brazos, intentando sacar de adentro de su corazón todo lo que sentía.

Cuando se consiguió tranquilizar se separó lentamente de Quinn y la observo algo confundida mientras la otra solo la miraba como queriendo tranquilizarla.

-¿Que haces aquí Quinn? -dijo por fin la morena.

-Es que pasaba por el pasillo y os oí gritar y cuando vi a Finn salir y a ti comenzar a llorar no pude evitar venir a... -se quedó unos segundos callada buscando las palabras adecuadas- darte mi apoyo.

-Has cambiado mucho este verano... -susurró sin dejar de mirarla confundida.

Quinn soltó una suave risa y asintió.

-Ya era hora de que me volviera una persona de verdad -se quedaron unos minutos en silencio sin saber que decir hasta que la rubia prosiguió- Así que no tengo que felicitarte por el compromiso ¿no?

Así que era eso, solo quería asegurarse de que Finn estaba libre para lanzarse sobre él. Que previsible viniendo de la rubia.

-No -dijo con tono de enfadada levantándose de la silla- Finn es todo tuyo, ya no tengo nada con él -terminó de decir para después encaminarse hacia la puerta.

Pero una carcajada la detuvo, girándose para mirar de nuevo a Quinn que era la que se estaba riendo y con todas sus ganas.

-¿De que te ríes? ¿No es eso lo que querías? ¿Tener a Finn para ti sola? -preguntó enojada.

-Jajajaj, ¿Yo? Eso podría haber sido antes, pero ahora no me interesa Finn para nada -dijo sin dejar de reírse.

Rachel frunció el ceño.

-¿Ya no lo quieres?

-Como amigo -afirmó la rubia poniéndose seria.

-¿Porque? ¿Que paso para que ya no le quieras?

-¿Que me dejara y me cambiara por ti, por ejemplo? -después de unos segundos volvió a reír- Es broma, puede que al principio si me molestara, pero en el verano ni siquiera me acorde de Finn. Lo que ocurrió es que simplemente mis miras y expectativas no están centradas en él, ni lo volverán a estar.

La morena no entendía nada.

-¿Eh? -dijo confundida.

-Rachel... -susurró mientras se incorporaba y se acercaba a la otra- Te puedo asegurar que Finn ya no me interesa y que no me voy a volver a entrometer en vuestra relación.

-Gracias...

-Aunque... -continuo la rubia mientras la morena se ponía alerta ante lo que pudiera decir- ya te dije hace mucho tiempo que tú no estas hecha para quedarte aquí. Tú tienes que triunfar Rachel, has nacido para estar encima de un escenario.

Rachel se sonrojo levemente.

-Ese es mi sueño, pero... Finn es el único que me ha querido de verdad y que le gusta estar conmigo -cogió aire- ¿Que pasa si consigo triunfar pero no tengo a nadie a mi lado nunca mas? -se mordió el labio desviando la mirada.

Quinn se acercó aun mas a ella y cogió sus manos con suavidad.

-No dejes que nada ni nadie te retenga aquí Rachel y te puedo asegurar que no estarás sola, eso seria imposible. Alguien tan maravilloso como tú encontrara a la persona perfecta, que te quiera tal como eres y que te apoye como te mereces.

La morena asintió suavemente mientras se volvía a sonrojar.

-Gracias -dijo mirando a la rubia un tanto avergonzada.

-Un placer -le respondió la otra sonriendo dulcemente.

Rachel soltó suavemente sus manos de las de la rubia y se encaminó hacia la puerta.

Antes de salir se giro volviendo a mirar a Quinn, como queriendo asegurarse que seguía allí y no había sido producto de su imaginación. Pero no era así, la rubia se encontraba allí, mirándola de la forma mas dulce que le había visto en su vida. Se volvió a girar y salio por la puerta dirigiéndose hacia el comedor, aunque había algo que seguía inquietándola. ¿Que había pasado para que Quinn cambiara de esa manera? ¿Y porque le afectaba mas eso que lo que acababa de pasar con Finn?

Seguramente fuese porque a pesar de todo, sabia que Quinn tenia razón, no tenia que dejar que nada ni nadie la impidiera conseguir su sueño y si Finn no era capaz de apoyarla, es que no valía la pena estar con él. ¿Pero que había sido todo eso de que era maravillosa? ¿Desde cuando Quinn pensaba eso de ella?

-Rachel -dijo Santana al encontrarse de repente con ella por el pasillo- ¿Has visto a Quinn?

-Estaba en el glee club hace unos minutos -le respondió señalando hacia el lugar.

-¡Pues mas le vale seguir allí, no pienso estar toda la vida detrás de ella! -dijo Santana pasando por su lado en dirección al glee club.

Pero entonces Rachel se dio cuenta de una cosa y la siguió rápidamente.

-¡Santana! -la llamó.

-¿Que? -le preguntó enojada mientras se detenía y la miraba.

-¿Tú sabes que le pasó a Quinn en las vacaciones? -noto la mirada inquisitora de Santana sobre ella y se explico mejor- Es que no parece ella misma...

-¡Dímelo a mi! -respondió la otra- ¡Llevo toda la mañana pidiendole que me lo cuente y no hay manera! ¡Pero no podrá escapar tan fácilmente de mi! -afirmó para después alejarse rápidamente de allí.

Rachel la vio perderse por el pasillo y ella por su parte, continuo su camino, aun mas confundida de lo que ya estaba. ¿Porque no se lo contaba a Santana? A pesar de sus discusiones siempre habían sido amigas. No sabia por que, pero tenia la extraña necesidad de descubrir que era lo que le pasaba a Quinn y lo iba a conseguir, para eso era Rachel Berry.

Llego al comedor y se sentó en la mesa donde se encontraban Artie, Tina, Kurt, Mercedes, Sam y Mike.

-Hola chicos -les saludó.

Todos le devolvieron el saludo con una suave sonrisa.

-¿Que tal las vacaciones? -le preguntó Mercedes.

-Muy bien -le respondió sonriendo forzadamente.

No quería explicarles todo lo que había ocurrido en la ultima semana. No estaba de humor para consejos o cualquier tontería que le fuesen a decir.

-¿Vosotros que habéis hecho? -les preguntó intentando centrar la conversación en otra cosa que no fuese ella.

-Pues yo me la he pasado junto a Blaine, no nos hemos separado en todo el verano y... -comenzó a decir Kurt pero Rachel ya había dejado de escucharlo ya que un pequeño ruido al otro lado del comedor capto su atención.

Quinn acababa de entrar en el lugar, caminaba tranquilamente y con la cabeza alta, como hacia siempre que caminaba en los pasillos de aquel instituto. Esa era una de las cosas que envidiaba de la rubia, su seguridad, aunque no era la única.

A los pocos segundos se volvió a abrir la puerta y una molesta Santana la atravesó siguiendo a la rubia.

Quinn se sentó junto con Brittany ignorando a Santana, que no tardó en sentarse juntó a ella y comenzar a hablarle en susurros.

-Sigue intentado averiguar que es lo que paso con Quinn en las vacaciones -pensó Rachel.

Y así se paso la hora del almuerzo, ella sin quitar los ojos de encima a Quinn, que seguía ignorando a la morena mientras hablaba con Brittany. Hasta que de repente la mirada de Quinn se cruzo con la suya, deteniéndose unos segundos mientras se observaban.

-¿Vienes? -oyó de repente a su lado provocando que pegase un pequeño saltó en el asiento.

Se giró y vio que la persona que se dirigía a ella era Artie.

-Si si... -susurró incorporándose para después echar un ultimo vistazo a la mesa de las otras chicas pero ya habían desaparecido.

Todos se encaminaron hacia el glee club mientras Rachel se preguntaba donde había estado Finn después de la discusión, ya que no lo vio en el comedor. Pero Finn salio de su cabeza en cuanto entraron en la sala y los verdes ojos de Quinn, que ya se encontraba allí sentada, se posaron en ella para después guiñarle un ojo sonriéndole.

La morena se sonrojó levemente y se sentó en una de las sillas, rezando porque cuando llegase Finn, si es que llegaba, no se quisiese sentar junto a ella.

-Buenos días chicos -dijo el Sr. Schuester entusiasmado entrando por la puerta.

-Buenos días Sr. Schuester -respondieron todos al unisono.

-Espero que halláis descansado mucho en las vacaciones, porque de ahora en adelante tenemos que trabajar muy duro para conseguir ganar las... -estaba diciendo el Sr. Schuester cuando de repente fue interrumpido por Finn, que acababa de entrar en la sala aun con los ojos rojos de haber estado llorando.

El Sr. Schuester le hizo una seña para que se sentara y Finn hizo un barrido por la sala con la mirada, buscando a Rachel y en cuanto la vio sonrió algo avergonzado y se dirigió hacia ella, para sentarse a su lado.

La morena cerro los ojos, esperando así, que milagrosamente no la viera o que decidiera no sentarse junto a ella. Esperó unos segundos y sintió como alguien se sentaba a su lado, suspiró de forma cansada y abrió los ojos girándose para observar a Finn. Pero la persona que estaba a su lado no era Finn, sino Quinn.

Rachel la miro confundida y ella solo le dedico una suave sonrisa. Entonces la morena se dio cuenta de que Finn se había sentado al otro lado de la sala y que las miraba contrariado.

¿Que es lo que había pasado? Se preguntó.

-Bueno, como iba diciendo -prosiguió el Sr. Schuester- Este año tenemos que ganar las Nacionales, así que vamos a trabajar muy duro para conseguirlo y espero que todo vuestro intereses este centrado en ese gran evento -se callo unos segundos- No se si alguien querrá comenzar el curso deleitándonos con una canción... -propuso mientras observaba a los chicos.

Todos se giraron para mirar a Rachel, esperando que fuese ella la que cantase algo, como siempre, pero ella no estaba de humor, así que los ignoro y desvió la mirada.

Quinn por su parte se levanto del asiento y camino dirigiéndose al centro de la sala mientras decía:

-Si me permite Sr. Schuester, a mi si me gustaría cantar una canción.

-Claro que si Quinn, adelante -le dijo mientras se sentaba en una silla de la primera fila para observarla.

Quinn se acerco a los músicos y les susurro algo al oído para después volver al centro de la sala y mientras se aclaraba la garganta, los músicos comenzaron a tocar para después comenzar ella a cantar dirigiendo la mirada hacia sus compañeros.

Made a wrong turn
Once or twice
Dug my way out
Blood and fire
Bad decisions
That's alright
Welcome to my silly life
Mistreated, misplaced, missundaztood
Miss "no way it's all good"
It didn't slow me down
Mistaken
Always second guessing
Underestimated
Look, I'm still around…

De repente la mirada de Quinn se dirigió a Rachel, clavando sus verdes ojos en la morena.

Pretty, pretty please
Don't you ever, ever feel
Like your less than
Fuckin' perfect
Pretty, pretty please
If you ever, ever feel
Like your nothing
You're fuckin' perfect to me
You're so mean
When you talk
About yourself
You are wrong
Change the voices
In your head
Make them like you
Instead
So complicated
Look how big you'll make it
Filled with so much hatred
Such a tired game
It's enough
I've done all i can think of
Chased down all my demons
see you same

Rachel estaba completamente roja y confundida al observar como Quinn le estaba cantando la canción a ella, a nadie mas que a ella y eso era evidente ya que todavía seguía mirándola con un brillo especial en la mirada. Pero por otra parte, Rachel tampoco podía apartar la vista de esos verdes ojos que tenia clavados en los suyos.

Pretty, pretty please
Don't you ever, ever feel
Like your less than
Fuckin' perfect
Pretty, pretty please
If you ever, ever feel
Like your nothing
You're fuckin' perfect to me
The world stares while i swallow the fear
The only thing i should be drinking is an ice cold beer
So cool in lying and I tried tried
But we try too hard, it's a waste of my time
Done looking for the critics, cuz they're everywhere
They don't like my genes, they don't get my hair
Stringe ourselves and we do it all the time
Why do we do that?
Why do I do that?
Why do I do that?
Ooh, pretty pretty pretty,
Pretty pretty please don't you ever ever feel
Like you're less then, fuckin' perfect
Pretty pretty please if you ever ever feel
Like you're nothing you're fuckin' perfect, to me
You're perfect
You're perfect
Pretty, pretty please don't you ever ever feel like you're less then, fucking perfect
Pretty, pretty please if you ever ever feel like you're nothing you're fucking perfect to me

Cuando termino la canción todo se quedo en un silencio absoluto, la cara de todos era de sorpresa total, no solo por el hecho de que le cantase ESA canción a la morena, sino porque lo había hecho de una manera increíble. Le había quedado perfecta.

-Dios... -dijo Santana de repente- ¿Donde habías tenido escondida esa voz? -y dicho eso comenzó a aplaudir todavía sorprendida.

El resto de los chicos la imitaron mientras asentían a lo que había dicho la morena.

Y Rachel no se quedo atrás, también aplaudió aunque con menos entusiasmo que los demas ya que parecía estar un poco en shock todavía.

El Sr. Schuester se incorporo y se dirigió hacia Quinn todavía aplaudiendo.

-Increible Quinn -le alabo el profesor y luego se dirigió al resto de alumnos- Lo veis, a eso me refería, esa es la calidad que tenemos que conseguir para llegar a las Nacionales.

Quinn le sonrió y se encaminó hacia su asiento junto a Rachel, no sin antes mirar a Finn, que la miraba airado y confundido. La rubia le sonrió divertida y se sentó junto a Rachel.

La morena se le quedo mirando aun con la boca abierta hasta que Quinn se giro levemente para mirarla.

-No me mires así, no fue para tanto -le susurró para que los demás no la oyeran y no interrumpiera la clase.

Rachel sacudió la cabeza y la volvió a mirar.

-Es solo que... -comenzó a decir- me has sorprendido.

-Espero que gratamente -le dijo sonriendo traviesa.

Rachel se sonrojo por décima vez frente a Quinn y se mordió el labio.

-Demasiado... -susurro para después proseguir- Me tienes... muy confundida la verdad -dijo algo temerosa.

Quinn la miró y Rachel pudo ver un breve destello de tristeza cruzar por su mirada, pero enseguida desapareció siendo sustituida por una dulce sonrisa.

-Es comprensible... -y dicho eso volvió a mirar hacia el profesor, dando por terminada la conversación.

Rachel frunció el ceño ¿Que es lo que estaba tramando esa chica?

Cuando terminó la clase todos se incorporaron dispuestos a irse ya a casa, después del largo día que habían tenido.

Quinn hizo lo propio pero Rachel suavemente la agarro del brazo y la retuvo.

-¿Podemos hablar? -le preguntó.

-La verdad es que ahora tengo un poco de prisa -dijo y vio como Rachel se molestaba ligeramente- Si quieres mañana... -le sugirió.

Rachel le soltó el brazo dejándola libre y asintió.

La rubia le dedico una sonrisa y salio del aula dejando a la morena recogiendo sus cosas.

-¿Que esta pasando aquí? -oyó que decía Finn visiblemente molesto.

-No se a que te refieres... -le respondió Rachel haciéndose la loca sin ni siquiera mirarlo.

-Me refiero a lo que te traes con Quinn -le dijo Finn alzando la voz y agarrando su brazo con fuerza haciendo la mirase.

Rachel asustada miro a su alrededor buscando a alguien que pudiera ayudarla, pero ya se encontraban solos en el aula.

-Finn... me haces daño... -le dijo mientras sus ojos se llenaban de lagrimas.

-No me tomes por tonto -le gritó y la soltó para después salir del aula no sin antes dar una patada a una de las sillas.

Rachel contuvo el aliento hasta que se aseguro que estaba sola y entonces comenzó a llorar desesperadamente.

¿Como había sido capaz Finn de hacerle algo así?

Siguió llorando mientras se sobaba el brazo dolorido hasta que por fin se le agotaron las lagrimas. Entonces se incorporo y se observo el brazo, que se encontraba de un tono morado y rojizo.

-Lo que me faltaba... -susurró y salio del aula mientras se terminaba de limpiar las lagrimas de su rostro.

Observo el pasillo, que ya se encontraba vació y a oscuras, ¿pero cuanto tiempo se había pasado llorando? No lo sabia y la verdad es que tampoco tenia ganas de saberlo, solo quería llegar a su casa y dormir hasta el día siguiente y esperar que todo aquello hubiese sido una pesadilla.

Caminó por el largo pasillo hasta que de repente oyó unas voces lejanas. Le extraño bastante, ya que todo el mundo en cuanto llegaba la hora de salida, se iban despavoridos huyendo de allí. Siguió caminando guiándose por los ruidos hasta que se encontró frente a la puerta de una de las aulas que era de donde procedían las voces.

-Como me pones... -oyó una voz familiar femenina en el interior.

Los ojos de Rachel se abrieron como platos.

-¿Que coño...? -pensó y lentamente y sin hacer ruido se asomó por el cristal que se encontraba en la puerta.

La estancia solo estaba iluminada por la luz que entraba por las pequeñas ventanas, lo que le impidió ver, en un primer momento a las figuras que se encontraban encima de la mesa del profesor.

Poco a poco fue acostumbrándose a la luz.

-Eres preciosa... -volvió a oír pero esta vez era otra voz diferente, aunque también femenina.

A Rachel casi le da un infarto cuando vio con claridad quienes eran las personas que se encontraban allí.

La Srta. Holliday se encontraba sobre Quinn, sujetando sus muñecas mientras la besaba con pasión, Quinn por su parte le correspondía de la misma forma, mientras rodeaba la cadera de la otra con sus piernas, atrayéndola más hacia ella.

Se encontraban en una lucha infinita con sus lenguas, apenas se separaban para coger aire y se volvían a besar. De repente la Srta. Holliday soltó una de las manos de Quinn y bajo arañando su brazo y su torso hasta llegar a sus pantalones, para después comenzar a subir levantando la camiseta a su paso.

Quinn ahogo un gemido entre sus labios y separó de ella levemente para que la otra le quitase la camiseta con mas facilidad. En cuanto Quinn se quedo en sujetador se volvieron a besar, pero las manos de Quinn ya se encontraban completamente libres y no podían estarse quietas.

Se internaron en la espalda de la otra arañándola para después ir a su pecho abriéndole la camisa que llevaba rápidamente. En ese momento se detuvieron, mas que nada porque Quinn se había quedado observando los pechos de la Srta. Holliday ya que debajo de la camisa no llevaba sujetador.

-Dios... lo haces a propósito no? -le dijo con voz extasiada.

Sonrió traviesa y sin saber muy bien como, consiguió colocarse sobre la otra y comenzó a besar y morder su cuello con avidez. La otra por su parte arañaba su nuca y gemía sin poder evitarlo.

Poco a poco fue bajando hasta llegar a sus pechos, lamió alrededor de uno de los pezones de la otra lentamente, haciéndola sufrir, hasta que de repente lo atrapó entre sus labios chupándolo fuertemente mientras pellizcaba el otro con una de sus manos.

La Srta. Holliday soltó un fuerte gemido mientras arqueaba la espalda.

De repente el móvil de Rachel comenzó a vibrar en su bolsillo trasero y la asustó tanto que soltó un pequeño grito. Se tapo rápidamente la boca consciente de que la habían escuchado en el interior. Empezó a oír ruido de pasos y ella simplemente hecho a correr por el pasillo, esperando poder escapar antes de ser vista. Pero antes de que girase en la esquina oyó:

-¿Rachel? -dijo Quinn sorprendida viendo como la morena se perdía por la esquina rápidamente.

Quinn volvió a introducirse en el aula mientras se terminaba de poner la camisa.

-¿Que fue eso? -le preguntó la Srta. Holliday preocupada.

-Creo que... -comenzó a decir- era Rachel... -susurró esto ultimo.

-¿Que? -dijo la otra alterándose para después sentarse en una de las sillas y tapar su rostro con sus manos- Dios... estamos perdidas.

Quinn se acercó y se arrodillo frente a ella para quedar a la misma altura besando sus manos suavemente.

-No te preocupes, yo me encargare de Rachel.

-¿Segura? -le preguntó mirándola a los ojos.

Quinn simplemente asintió mientras le dedicaba una dulce sonrisa.

Mientras tanto, en otra parte del instituto, concretamente en el aparcamiento, se encontraba Rachel, apoyada en su coche mientras intentaba recuperar el aliento.

Cuando por fin lo consiguió se sentó en el asiento del conductor y se tapó la cara con una de sus manos mientras susurraba:

-¿Que narices fue eso?