¡Aquí estoy con mi tercera creación! Espero que sea de su agrado…disfrútenlo.

¡Advertencia! ¡Advertencia! Este relato tiene contenido no acto para cardíacos ni para niños menores de 13 años…blablabla…parezco programa de televisión ¬¬U jejeje…por algo tiene ranking M pero ya conozco las mañitas de muchas de aquí así que disfruten…

Todos los personajes incluidos en esta historia le pertenecen únicamente a la grandiosa Rumiko Takahashi…yo sólo los tomé prestado…

-blablabla- comentarios

-blablabla- pensamientos

Noches de ensueño y desvelo

Capitulo 1: Las jugadas de la mente

Era una hermosa mañana de domingo, el cielo estaba totalmente despejado y el sol brillaba en todo su esplendor.

En el dojo Tendo, Kasumi y Nodoka preparaban el desayuno como todas las mañanas, el silencio y la armonía abundaban en los alrededores, cosa que era bastante extraña debido a todos los acontecimientos que se vivían día a día.

Akane terminaba de arreglarse en su habitación, se había colocado una falda color blanco un poco más arriba de las rodillas y una blusa azul clara con un escote cuadrado que dejaba ver poco pero si remarcaba muy bien su figura. Estaba perfectamente combinada en la ropa pero tenía un gesto que espantaba, ojeras enormes y cada 10 segundos lanzaba un bostezo.

Se miró al espejo e hizo una mueca sorprendida por el deplorable estado en que se encontraba.

-shimatta…esta es la tercera noche en que no pude dormir…- suspiró con frustración- si sigo así terminaré enloqueciendo-

Se dirigió hacía la puerta girando el pomo de la misma. Salió cerrándola tras de sí y comenzó a caminar lentamente como si sus pies se hubieran convertido en bloques de 5 kilos cada uno, temía que en cualquier momento terminara en el suelo por el sueño que la tenía dominaba casi por completo.

Cabizbaja continuó su recorrido hasta que escuchó una voz que le hizo poner los vellos de punta.

-Ohayou ¡Oe! ¿daiyoubu ka?- preguntó Ranma con un deje de preocupación al ver a la chica casi dormida de pie- te notas extraña-

La había notado de igual manera desde hace un par de días pero en ese momento se veía peor que nunca, estaba medio despeinada y notaba que cada cierto tiempo un bostezo se hacía presente. Algo le ocurría y él tenía que averiguarlo.

-¿na…na…ni?- respondió al mismo tiempo que daba un paso hacía atrás. De un momento a otro su rostro se había tornado de un rojo intenso, le empezaron a sudar las manos y las piernas le parecían de gelatina.

- Iie…Iie…estoy…bi…bien…de…debo ba…jar- logró decir torpemente mientras que sacudía las manos frenéticamente intentando ser convincente cosa que no logró al percatarse como el muchacho había cruzado los brazos en su pecho arqueando una ceja transmitiéndole "si como no, eso no me lo creo"- hablamos luego-

Dicho esto pasó casi como un rayo al lado del joven dejándolo extrañado y totalmente desconcertado.

-¿Qué le pasará? Está muy rara…algo le está pasando y pienso averiguarlo…pase lo que pase averiguaré lo que le ocurre o me dejo de llamar Ranma Saotome- se dijo mientras caminaba por donde su prometida había pasado segundos atrás.

Abajo en el comedor, Akane aún respiraba agitado y su corazón seguía descontrolado. Estaba tratando de calmarse antes de que alguien se diera cuenta de su estado. En ese momento apareció Nabiki sentándose en su respectivo puesto observando un poco extrañada a la peli-azul.

-Ohayou Akane-chan...por lo que veo anoche tampoco pudiste dormir ¿ne? –preguntó con indiferencia.

-algo así- respondió mientras bostezaba seguidamente se restregó los ojos y estiró sus brazos.

- para que no puedas dormir deben ser sueños bastantes sugerentes- sonriendo pícaramente.

-¡NA…NABIKI! ¿Pero qué cosas dices?- gritó la chica con las mejillas totalmente rojas y avergonzada por tal comentario.

-no dije nada malo- respondió rascándose la mejilla con su dedo índice fingiendo demencia. Entrecerró los ojos y con una sonrisa maliciosa prosiguió- además soñar ese tipo de cosas es muy normal y más cuando estás enamorada-

Juntó sus manos apoyando los codos sobre la mesa y reposando la barbilla sobre estas.

- dime ¿Ranma-kun domina la situación o tú lo dominas a él?-

-¿Te volviste completamente loca? Yo jamás soñaría tal cosa y mucho menos con un pervertido como él- agregó cruzando los brazos y girando la mirada hacía un lado tratando de ocultar su nerviosismo.

-¿A quién le estás diciendo pervertido?- preguntó Ranma detrás de ella con el ceño completamente fruncido. Por suerte para la chica él sólo había escuchado la última palabra.

-ya sabes la respuesta…no tienes ni que preguntar- respondió sin mirarlo a la cara.

-por milésima vez…yo no soy ningún pervertido- mencionó mientras se iba sentando para luego mirarla fieramente.

-si claro…como no…dices que no eres un pervertido de lo peor cuando no haces nada cuando cada chica que se encuentra contigo se te lanza encima- espetó fulminándolo con la mirada.

-yo no tengo la culpa de que siempre Shampoo o las demás se me lancen encima- dijo con los brazos cruzados en el pecho sin dejar de mirarla con enfado.

-Pobrecito…entonces te acosan y no puedes hacer nada para evitarlo ¡ja! no me hagas reír- rió irónicamente. Giró la cabeza hacía el lado contrario tratando de controlar los celos que le invadieron de pronto.

-Ya sé que es lo que te pasa…- mencionó mientras que colocaba los brazos por detrás de su cabeza sonriendo egocéntricamente-estas C-E-L-O-S-A- agregó deletreando dándole énfasis a la última palabra.

- ¡ja! No seas egocéntrico Ranma…estaría loca si me pusiera celosa por un niño malcriado como tú- sentenció mirándolo de reojo sonriendo triunfalmente al ver como el muchacho había cambiado su gesto a uno de enojo.

- pues a mí que me importa que una niña fea como tú se ponga celosa…tengo a muchas chicas detrás de mí mucho más bonitas que tú- sacándole la lengua.

-pues debo decir que esas chicas tienen un muy mal gusto- asesinándolo con la mirada.

Nabiki observaba con aburrimiento la batalla de insultos que se había desatado. Aparecieron Soun y Ghenma con unas sonrisas de oreja a oreja, ya habían escuchado la discusión y optaron por tratar de "calmar" el ambiente.

-chicos no deberían de pelear…recuerden que pronto se casarán y nuestras familias serán una sola- dijo Soun mientras se sentaba en su puesto.

-Tendo-kun tiene razón muchachos…deberían de llevarse mejor- sugirió el hombre del turbante imitando la acción de su amigo.

A los segundos sus gestos de alegría cambiaron a uno de tristeza y resignación al ver como los jóvenes hacían caso omiso de sus palabras y se miraban fieramente mientras que unos rayitos azules chocaban entre ellos.

-Saotome-kun estos chicos ni siquiera nos escuchan- mencionó lanzando suspirando pesadamente.

-esos muchachos no tiene remedio- añadió Ghenma igual de resignado cruzando los brazos sobre su pecho.

-ustedes son los que no tiene remedio- sentenció Nabiki observando a los dos hombres que la miraban con signos de interrogación sobre la cabeza.

Ranma y Akane voltearon a ver a sus padres para luego volver a mirarse con furia y culminando con que cada uno giró el rostro a lados contrarios como un par de niños malcriados.

Después de desayunar, Ranma se fue al dojo a entrenar, Akane a su habitación y los demás a hacer lo de costumbre.

En el dojo, el chico de trenza lanzaba algunas katas y patadas a un adversario invisible, llevaba una hora sin parar. Aún seguía ofendido por las palabras dichas por su prometida.

- Kawaiikune onna...Akane no baka ¿Cómo no puede entender que no soy ningún pervertido?…yo no tengo la culpa de que Shampoo apenas me vea me abrace…kuso…es una obstinada- paró su entrenamiento, tomó una toalla que estaba en el suelo y comenzó a secar el sudor que resbalaba por su frente

-¿Dé que estaría hablando con Nabiki? ¿Acaso estaban hablando de mí? Conociendo a Nabiki intentaba ponerla en ridículo- se acostó boca arriba colocando las manos detrás de la cabeza con la mirada fija en el techo.

- ahora se me hará más difícil tratar de saber que le ocurre a Akane…está muy rara aunque su humor sigue igual que siempre…demo…esta mañana si que estuvo extraña y eso me preocupa- se sonrojó levemente por lo dicho de último- tengo que saberlo- se levantó con una sonrisa egocéntrica y apretó el puño izquierdo frente a él.

-pase lo que pase averiguaré lo que te ocurre...a Ranma Saotome nada se le escapa-

Dicho esto salió del dojo para darse un baño y cumplir su objetivo.

En su habitación, Akane leía o intentaba leer un libro. Llevaba casi una hora intentando comprender lo que decía el primer capitulo pero su mente estaba concentrada en otra cosa que no tenía nada que con leer.

Se rindió dejando la lectura aún lado y apoyando su cabeza en el escritorio con los brazos de por miedo suspiró sonoramente.

-¡shimatta! Tengo que acabar con esto…si continuó así terminaré en un manicomio…y lo peor de todo es que ya están empezando a darse cuenta, incluso el despistado baka de Ranma se fijó en mi estado…demo ¿Qué puedo hacer?-

Se irguió apoyando la espalda en el respaldo de la silla, cerró los ojos y estirando las brazos hacía arriba respiró profundo.

-para buscar una solución primero tengo que hablar con alguien…no tengo la menor idea de que hacer…es la primera vez que me ocurre esto- se sonrojó considerablemente al recordar los sueños que cada vez se hacían más sugerentes al pasar los días. Agitó la cabeza tratando de alejar sus pensamientos nada santos.

- kuso…me estoy volviendo una pervertida ¿Cómo es posible que me esté pasando esto a mí? Tengo que hablar con alguien…demo ¿Con quién?- levantó la mirada poniendo su dedo índice sobre la comisura de sus labios.

-¿Kasumi?- una gotita estilo anime rodó en su cabeza.

-mejor no…moriría de la impresión si le cuento algo así-

-¿Nabiki?- otra gotita más grande rodó por su frente.

- ni loca…tendría que vender mi alma para pagarle y mantenerle la boca cerrada y aún así corro el riesgo de que toda Nerima se entere de mis exóticos sueños sin mencionar que se la pasaría burlándose de mí toda mi vida- sacudió la cabeza y volvió a poner gesto pensativo.

-¿Tía Nodoka?- suspiró para luego reír nerviosamente.

-Podría ser…demo…eso traería como consecuencia de que la incite a convencerme de que cumpla ese sueño con su hijo y así darle su tan ansiado heredero- Empezó a sudar frío imaginándose a la Señora Nodoka con katana en mano sugiriéndole "inocentemente" que hiciera realidad su fantasía con Ranma. Volvió a sacudir la cabeza para luego suspirar pesadamente.

-¿El doctor Tofu? Es una posibilidad pero moriría de vergüenza contarle algo así…se me acaban las opciones...otousan, ojisan y por supuesto Ranma quedan descartados…tendría que mudarme si Ranma se entera de algo así-

Se imaginó al chico burlándose frenéticamente mientras le gritaba "Hentai"; "pervertida"; "sabía que no podrías resistir a mis encantos", entre otras cosas. Sacudió su cabeza con más fuerza.

Colocó ambas manos en cada lado de su cabeza y con desesperación siguió su pensamiento.

-kuso…kuso ¿Qué demonios haré? Creo que lo mejor será que vaya a hablar con el doctor Tofu, de todas maneras él es médico…sabrá que tengo que hacer al respecto-

Se levantó dispuesta a arreglarse y emprender su camino hacía el consultorio de su futuro cuñado.

Ranma se había duchado y vestido con su habitual atuendo chino, estaba totalmente decidido hablar con su prometida y hacerle decir cual era el motivo de su extraña conducta.

Cuando iba a salir de su habitación logró ver que la chica caminaba en dirección a las escaleras, notó que estaba vestida para salir y como ella no lo había visto decidió seguirla y tal vez así averiguaría que le estaba pasando sin tener que preguntarle y arriesgarse a que lo mandara a volar hacía el otro extremo de Japón.

La estuvo siguiendo muy de cerca, percibió lo nerviosa que estaba, jugaba de vez en cuando con sus pulgares mientras que sus mejillas se tornaban de un leve carmín.

-Akane esta realmente rara ¿A dónde pensará ir?- frunció levemente el ceño al saber que el destino de la chica era el consultorio del Doctor Tofu- ¿Qué pensará hacer? ¿Será que aún le interesa el Doctor?-

Al llegar, Akane estaba totalmente nerviosa, tocó una vez la puerta y las ganas de salir corriendo le entraron de pronto y cuando iba a echarse a correr la puerta se abrió.

-Akane-chan…que sorpresa…pasa…estás en tu casa- saludó amablemente mientras le daba paso para que la chica entrara.

Ya adentro, ella se sentó en uno de los muebles mientras que esperaba nerviosamente al Doctor que había ido a preparar té.

Por otra parte Ranma entró sigilosamente hasta ponerse cerca de la entrada de la sala donde estaba la chica, la observó con sumo cuidado para que no lo descubriera. Tuvo que esconderse rápidamente al ver que el hombre experto en medicina se acercaba, después de que el peligro pasó regresó a situarse en su puesto.

-muy bien Akane-chan ¿A qué debo tu visita? ¿Ocurre algo en casa?-preguntó amablemente mientras servía el té y le daba una taza a la chica.

-arigato- dijo mientras tomaba la pequeña taza y tomaba un sorbo. Dejó la misma sobre la mesa y comenzó a jugar con sus pulgares- pues…es que…soy yo la del problema- dijo bajando la voz mientras avanzaba con sus palabras.

-¿Estás enferma?- preguntó extrañado mientras tomaba un poco más de té.

-pues…sinceramente no se si se deba a una enfermedad…etto…yo…tal vez sí sea alguna enfermedad extraña…no se- respondió mientras que seguía jugando con sus pulgares manteniendo la cabeza gacha.

- Akane-chan si quieres olvida que soy amigo de la familia y trátame como un médico que jamás hubiera visto…por lo que veo es un tema que es difícil de tratar, si te incomoda podría intentar con otra táctica…puedes decirme lo que sea y así ayudarte o tratar de hacer lo posible para que te sientas mejor- mencionó con una sonrisa observando a la nerviosa chica que lo veía con ganas de llorar.

-descuide…vine con usted por que era la única persona con quien puedo hablar sobre este tema…es algo realmente vergonzoso- culminó brindándole esa sonrisa tan encantadora que hacía que Ranma se sintiera en las nubes. El hombre le devolvió el gesto y le hizo un gesto para que continuara, respiró profundo y continuó.

- pues todo comenzó hace tres noches…he tenido sueños que me acosan cada vez que me duermo…no he podido dormir desde entonces-

-demo ¿Qué clases de sueños son?- preguntó con interés mientras que tomaba su barbilla con su mano derecha.

-pues…- se sonrojo levemente y casi en un susurro respondió- ...son eróticos-

- entiendo...cuéntame ¿son los mismos sueños o diferentes?-

- pues es como una especie de película…el primero fue hace tres noches y desde entonces se han hecho más apasionados…anoche…- se detuvo dudosa de continuar.

- Akane-chan…este tema para ti es algo nuevo pero tienes que contarme todo para ver si logro descubrir el por que de esos sueños…dime ¿Son relaciones sexuales?

La chica abrió los ojos como platos y más roja no se pudo poner, dudó si responder o no pero las ganas de acabar con ese martirio la incitaron a confesar. Asintió levemente sin mirarlo a los ojos.

- muy bien ¿Cómo se han desarrollado las cosas? Y para que se haga fácil para ti no me digas quién es él protagonista de tus sueños…no quiero que te sientas incómoda- mencionó con una sonrisa tranquilizadora.

-esta bien- se sintió aliviada. A pesar de que el tema era bastante vergonzoso sabía que podía confiar en él, se sentía segura y optó por seguir con la historia. Aclaró la garganta y respiró hondo tratando de reunir fuerzas.

-bueno…le contaré el de anoche…pues como le había dicho es como una película que se detiene y luego continúa…el primer día apenas fue un beso y así sucesivamente…--

Él asintió dándole a entender que continuara. Ella cerró los ojos para poder imaginar los hechos.

Sueño de Akane (relatado desde su punto de vista)

Me encontraba en mi habitación haciendo la tarea, estaba sentada en mi escritorio escribiendo lo que parecía ser unos ejercicios de matemáticas. Como era mediodía, el calor era insoportable, tenía puesto un top de color blanco que me llevaba un poco más debajo de los senos dejando ver mi abdomen y un pantaloncillo color azul. Parecía la ropa de Nabiki.

Estaba sudando intensamente, cada cierto tiempo pasaba el dorso de mi mano derecha por la frente secando las gotas de sudor que rodaban velozmente por mis mejillas; sentía mi cara arder debido a la temperatura. Tenía la ventana abierta y sin embargo me sentía ahogada.

Solté el lápiz sobre el cuaderno y me estiré descansando la espalda sobre el respaldo de la silla.

Sentí que llamaron a la puerta, me levanté extrañada ya que yo creía estar sola en casa.

Me apoye cuidadosamente sobre la puerta esperando que se repitiera el sonido pensando que podría haber sido mi imaginación. Pasaron algunos segundos y pensé que lo había imaginado pero no fue así, sentí dos leves toques y di unos cuantos hacía atrás un poco asustada. Trague en seco y opté por preguntar.

-¿Qui…quién…es?- esperanzada que fuera algunas de mis hermanas que habían llegado sin que yo me diera cuenta, pero, me tranquilizó saber de quién se trataba la voz.

-Soy yo Akane…déjame pasar- me dijo desde afuera. Le abrí casi inmediatamente con un gesto de enfado por el susto que me había dado.

-Baka…casi me matas del susto- le regañe haciendo que él me dedicara una pequeña sonrisa. Crucé los brazos sobre mi pecho y me apoye sobre el marco de la puerta. Le sonreí traviesamente.

- ¿Y qué se te ofrece ó viniste sólo a quedarte allí parado viéndome como lo estás haciendo en este instante?- observé como se sonrojo un poco al sentirse descubierto pero inmediatamente recuperó la compostura dedicándome una seductora sonrisa.

- ¿y cómo te estaba mirando?- preguntó sensualmente mientras se acercaba a mí a paso lento. Ahora era yo la desconcertada.

Me quedé estática viendo como se acercaba observándome fijamente, me tomó por la cintura atrayéndome hacía él pegándome hacía su torso. Se inclinó hacía adelante y reaccioné de golpe al sentir su tibio aliento cerca de mi oído.

- responde ¿Cómo se supone que te estaba viendo?- me sentí desfallecer al escuchar su voz ronca y cargada de sensualidad. Mi corazón empezó a latir desenfrenadamente, eso hizo despertar en mí un deseo incontrolable hacía él.

Por alguna extraña razón no actué como siempre suelo hacerlo, por el contrario, me dejé llevar por la situación y decidí llevarle el juego.

-pues…una mirada…- fui subiendo mis manos dando pequeñas caricias sobre su pecho hasta posarla sobre sus hombros.

- llena de pasión- rodeé mis brazos sobre su cuello.

- deseo- subí la mirada para encontrarme con la de él.

- ansias- me apegué más él, quería que la distancia entre nosotros fuera nula.

- amor- dije casi en un susurro para luego ponerme de puntillas y darle un pequeño beso sobre la comisura de los labios. Regresé a mi posición original y lo observé con una sonrisa sensual.

Sentí que apretó su agarre dejándome sin escapatoria pero en ese momento lo que menos quería hacer era escapar, a pesar de que mi corazón parecía que se me iba a salir del pecho y las piernas me temblaban en mi mente, de algún modo, sabía lo que tenía que hacer. El deseo me tenía casi dominada, observar esos ojos clavados sobre mí me hacía sentir la mujer mas deseada sobre la tierra.

-por lo que veo eres adivina- me fue empujando hasta quedar por completo dentro de la habitación.

Cerró la puerta con el pie y se giró dejándome recostada sobre la misma y procedió a apoyarse totalmente sobre mí. Se acercó nuevamente hacía mi oído y me habló casi en un susurro.

- eres la mujer más hermosa que pueda existir…me encanta que seas mi esposa-

Abrí los ojos desmesuradamente al escuchar la palabra "esposa", me pregunté como había pasado todo aunque mis neuronas no estaban pendientes de otra cosa que no fuera en el hombre que me tenía acorralada.

Sentí pequeños escalofríos por todo mi cuerpo al sentir sus húmedos y tibios labios sobre mi cuello. Daba pequeños besos sobre mi piel, sentía que la sangre comenzaba a correr por mis venas a velocidades extremas. Cerré los ojos dejándome llevar por aquella deliciosa sensación producto de esos roces.

Continuó su camino de besos hasta llegar a mi clavícula ascendiendo nuevamente reiniciando su recorrido. Retuve un gemido mordiéndome el labio inferior al sentir como cambiaba sus labios por su lengua dando pequeñas lamidas.

Mi respiración era entre cortada, la de él también, ambos estábamos muertos de calor y no era por la temperatura del ambiente, el día se quedaba frío delante de la temperatura de nuestros cuerpos.

Mis manos comenzaron a moverse por sí solas, las fui bajando lentamente dando leves caricias por sus hombros y luego por los brazos. Las volví a levantar y comencé de nuevo a descender sobre su pecho recalcando sus pectorales y su abdomen bien formado.

Lo empujé un poco para poder quitarle la camisa que para mí ya era un estorbo, él se dio cuenta de mi intención y se separó por completo para quitársela y posteriormente tirarla por algún rincón de la habitación y casi inmediatamente se volvió a apoyar sobre mí.

Sus manos recorrían mi silueta con una lentitud desesperante mientras que devoraba a besos mi cuello y sus alrededores.

Tenía la necesidad de probar sus labios, a pesar de que había dicho que yo era su esposa era la primera vez en mi memoria que hacía ese tipo de cosas pero las ganas y el deseo eran mayor que mi voluntad.

Giré mi rostro buscando su atención, cosa que no tardó en llegar. Me encontré con su mirada; sus ojos brillaban intensamente, respiraba agitado y un par de flequillos caían sobre su frente haciéndolo excitantemente atractivo.

Prácticamente se lanzó sobre mí devorando mis labios en un apasionado beso, colocó una mano sobre mi trasero apretándolo suavemente mientras que la otra recorría mi espalda con fervor.

A los pocos segundos sentí su lengua rozar mis labios queriendo intensificar el beso, cosa que acepté sin pensarlo entre abriendo la boca.

Devoraba, recorría con su lengua el interior de mi boca, una guerra pasional se desataba entre mi lengua y la suya para ver quién duraba más en la boca del otro. Mis manos recorrían su bien formada espalda mientras que las suyas quemaban cada porción de mi cuerpo que tocaban.

Para mi sorpresa en un movimiento rápido y sin dejar de besarme, bajó ambas manos colocándolas en mi trasero levantándome del suelo, por instinto rodeé su cintura con mis piernas quedando así nuestras intimidades en contacto a través de las ropas.

A pesar de la vestimenta podía sentir su masculinidad totalmente excitada entre mis muslos avivando en mí la llama de deseo desenfrenado que se había despertado en el momento que clavó su mirada en la mía.

Lo abracé con fuerza profundizando más el ardiente beso pero la falta de aire no se hizo esperar, nos separamos apenas un poco para recuperar el aliento; nuestras narices chocaban, nuestros alientos se encontraban. Sin abrir los ojos nuevamente nos besamos de igual forma mientras que comenzaba a caminar lentamente hacía la cama.

Llegando a nuestro destino, suavemente me depósito sobre el colchón sin dejar de disfrutar mis labios y se colocó sobre mí. Su mano derecha viajaba desde mi cintura hacía uno de mis muslos. Subía y bajaba rozando de vez en cuando mi intimidad con sus dedos.

Dejó mis labios y comenzó a bajar besando cada sector; primero la barbilla, luego mi cuello, siguió por mi clavícula hasta llegar al comienzo de mis senos, el cual se entretuvo unos minutos besando y lamiendo con suavidad mirándome de vez en cuando.

Sus manos subieron por mi estómago hasta llegar a donde terminaba mi pequeña prenda.

Sin pedir permiso, se levantó un poco y con ambas manos subió el top hasta dejar en descubierto mis pechos. En ese momento debí haberme enojado pero sinceramente estaba desesperada por que lo hiciera.

Me miró a los ojos por un momento dedicándome una seductora sonrisa para luego comenzar nuevamente a darme pequeños besos en el comienzo de mis pechos pero esta vez prosiguió a seguir descendiendo poco a poco intensificando su recorrido con lamidas que me hacían estremecer en mi interior. Subió hasta el centro de uno de ellos y comenzar a chupar uno de mis pezones con suavidad.

Cientos de choques eléctricos recorrieron mi espina al sentir como su lengua húmeda recorría mis pechos con tal maestría y mientras que se encargaba de uno con su boca, con una de sus manos se dedicaba a masajear con delicadeza mi seno libre.

Reprimía mis gemidos apretando mis labios, mordiéndolos, echaba mí cabeza hacía atrás mientras que mis manos recorrían su espalda con intensidad. Llegué hasta la liga de su pantalón y comencé a bajarlo poco a poco hasta donde pude llegar, él terminó de quitárselo para quedarse en bóxer.

Dejó el pecho que estaba besando para dirigirse al otro y prestarle la debida atención.

Me costaba respirar, sentía que el corazón se me podría paralizar en cualquier momento, con cada beso, cada caricia, mis vellos se erizaban y la piel se me ponía de gallina.

Una de sus manos se dirigió hasta el comienzo del short, la dirigió hasta el botón del mismo y con agilidad lo desabrochó bajando con lentitud el cierre. Subió la mano acariciando mi abdomen y volvió a descender llevándose consigo la prenda. Levanté un poco el trasero para que se le hiciera más cómodo quitarlo.

Se irguió quitándome por completo la prenda, se colocó las manos en su cintura y se dispuso a admirarme de arriba abajo.

-Jamás me cansaré de admirarte…eres lo más bello que he visto en mi vida- dijo tiernamente observándome con dulzura. Yo le sonreí como recompensa a tan hermosas palabras.

Llevó su mano hasta el comienzo de mis bragas y fue bajándola poco a poco. Se inclinó para dar pequeños besos en mi vientre siguiendo su trayectoria hacía mi intimidad.

Cuando la quitó por completo se levantó e hizo lo mismo con su ropa interior quedando así completamente desnudo. Se posicionó sobre mí y abrí mis piernas para que se acomodara entre ellas.

Por primera vez sentir el contacto directo de nuestras intimidades me hizo arquear la espalda y echar la cabeza hacía atrás.

Él daba apasionados besos en mi cuello y hombros. Yo tenía esa necesidad agobiante de completar el acto y para incitarlo a que continuara, levanté las caderas buscando un mayor contacto consiguiendo como resultado, un ronco gemido de parte de él.

Seguí con los roces mientras que él seguía devorando ferozmente mi piel. Arrasaba insaciable cada porción de mi cuerpo que sus labios besaba y sus manos acariciaban. La temperatura estaba al máximo, sentía una quemante desesperación en mi vientre que cada vez se hacía más incontrolable, quería, necesitaba que estuviera dentro de mí.

No pude evitar soltar un leve gemido al sentir como él reaccionaba acompañándome en mi danza. Tomé su rostro entre mis manos y me dispuse a devorar sus labios de forma hambrienta e insaciable.

El ritmo de aquel baile exótico se hacía cada vez más rápido e intenso. Me tomó de la cintura y me levantó un poco para que aquellos roces fueran más parecidos a lo que se aproximaba. Cada vez lanzábamos gemidos más sonoros y el juego de caricias era cada vez más vivo y rápido.

Estaba fuera sí, sentía mi cuerpo en llamas, mi sangre era fuego líquido corriendo por mis venas. Nuestros cuerpos sudorosos se compenetraban perfectamente en aquello que se asemejaba a lo que significaba el acto más bello y puro de amor.

Mi ansiedad y las ganas de subir al próximo nivel me impulsaron a darle más velocidad a los roces que se habían convertido en un intenso juego de embestidas.

Él supo entonces que había llegado el momento para seguir. Se detuvo bruscamente y me observó fijamente a los ojos como queriéndome pedir permiso. Me enterneció por dentro y sin necesidad de usar palabras lo besé tiernamente y le quité un par de flequillos que obstruían su hermosa pero intensa mirada.

Comencé nuevamente con los roces y sin dudarlo rodeé su cintura con mis piernas para que así tuviera más que claro que estaba ansiosa por continuar.

Me sonrió con ternura y acarició suavemente mi mejilla con una de sus manos mientras que correspondía a mis movimientos.

Me dijo algo casi en un susurro que no logré entender muy bien pero no le presté mucho importancia ya que estaba totalmente embriagada por tantas sensaciones tan placenteras que embargaban mi cuerpo en ese instante.

Y cuando por fin él iba a dar el próximo y definitivo paso…

Fin del sueño.

-y cuando llegamos a la parte decisiva desperté completamente empapada de sudor y casi sin respirar- culminó la chica abriendo los ojos lentamente con la cara tan roja que podía encenderse en llamas en cualquier momento- eso…eso…es to…do- agregó torpemente sin levantar la mirada.

Ranma había escuchado todo los detalles de tan exótica y excitante explicación desde donde estaba: tenía los ojos abiertos tanto como podía, la boca abierta a más no poder y el rostro tan rojo o quizás más que su camisa. Estaba recostado en la pared casi acostado en el suelo con la mirada perdida en algún punto del lugar.

Desde que Akane comenzó a relatar su sueño no pudo evitar imaginarse la situación con ella. Una hemorragia nasal no se hizo esperar, sentía la cara arder. Bajó su mirada para encontrarse con cierta parte de su anatomía que también había reaccionado sin darse cuenta. Se tapó la nariz intentando no desangrarse.

-¿por eso no ha estado durmiendo? Ya veo por que no quería responder a las preguntas que le hacían en la casa- sacudió frenéticamente la cabeza tratando de tranquilizarse- Tranquilízate Ranma…Tranquilo…tengo que salir de aquí inmediatamente…si Akane me descubre mi muerte será muy pero muy dolorosa-

Se levantó dirigiendo la vista hacía su "animado amigo"- ¡kuso! Tú si que eres inoportuno…vaya momento que escogiste para dar aviso ¿ahora que hago? necesito agua fría en este instante-

Sigilosamente salió del establecimiento cuidando no ser visto en semejantes condiciones. Saltó de techo en techo rogando que ninguno de sus enemigos o "prometidas" se aparecieran y vieran su nariz goteando sangre y cierta parte visiblemente levantada.

En el consultorio, Akane esperaba cabizbaja al Doctor que se había ido a buscar un libro de Psicología para tratar de resolver el asunto. Después de varios minutos, el hombre apareció leyendo concentrado mientras se volvía a sentar.

-muy bien Akane-chan…por lo que observé…lo que te ocurre es gracias a tu subconsciente- notó como la chica ladeaba un poco la cabeza a un lado frunciendo levemente el ceño demostrando que no entendía.

- te explicaré…los sueños…en las mayorías de las ocasiones te demuestran los deseos más profundos de tu conciencia…como dijiste…ese sueño que has tenido es como una película…hasta que no termina no se acabará…es decir…que posiblemente esta noche acabe todo y puedas seguir durmiendo tranquilamente- sonriéndole con ternura

-mis deseos…- susurró sonrojándose levemente- no se como agradecerle- sonrió avergonzada.

-no tienes de que preocuparte…en realidad no hice nada…sólo te expliqué la posible causa de tus desvelos…no te preocupes Akane-chan…esos sueños son productos de que estas madurando…suele pasar en la mayoría de los adolescentes…a veces pasa cuando lo deseas fuertemente-

-sinceramente no se como me atreví a contar algo así…pero me siento muy bien haberme abierto…necesitaba desahogarme…al menos entiendo lo que me ocurre…demo…espero que termine…quisiera volver a dormir- dijo divertida.

Se levantó y se dirigió a la puerta siendo acompañada por él.

- arigato- agradeció haciendo una reverencia.

-descuida Akane-chan…me siento verdaderamente alagado que me hayas confesado un secreto así…no te preocupes…jamás se lo diré a nadie…eres mi paciente y debo respetar tu privacidad y como amiga es mi deber guardar este secreto-

Se despidieron y Akane comenzó su regreso a su casa, en el camino iba pensando en lo que le había dicho el doctor ¿Sería posible que fuera producto de sus hormonas ó era su mayor deseo? se detuvo abriendo los ojos como platos.

- Akane…te estas volviendo una completa pervertida…baka, baka, baka ¿Qué pensaría mi familia si se llegara a enterar de algo así? Moriría de vergüenza…espero que esta noche acabe todo- suspiró retomando su camino.

Ranma no había tardado ni 10 minutos en llegar a la casa, subió velozmente las escaleras sin saludar a nadie metiéndose sin preguntar al baño que por suerte estaba vacío cerrando la puerta con seguro.

Abrió el grifo de agua fría para llenar la bañera y juntó sus manos imitando una taza llenándolas de agua y se empapó la cara. Inevitablemente se convirtió en chica pero en ese momento agradecía tener esa maldición.

Siguió mojándose por que a pesar de tener el cuerpo de una mujer, la temperatura y las sensaciones seguían en su interior quemándolo por dentro.

-chikuso…cálmate…cálmate…tienes que controlarte…eres Ranma Saotome… tienes autocontrol-se regañaba así mismo mientras que casi metía la cara en la bañera buscando más frío.

Ya más calmado cerró el grifo de agua fría para abrir el de agua caliente y poner a llenar por completo la tina y mientras que esta se llenaba se iba desvistiendo recordando cada una de las palabras dichas por su prometida, miles de mariposas revoloteaban ferozmente en su estómago.

Ya llena la bañera cerró el grifo y procedió a sumergirse de pies a cabeza, ascendió con cuerpo masculino. Se recostó dejándose resbalar hasta que el agua lo cubrió hasta el cuello.

El agua caliente lo reconfortaba, le llenaba de una agradable tranquilidad. Apoyo los brazos en cada lado de la tina y echó la cabeza hacía atrás observando el techo.

-jamás imaginé que Akane tuviera ese tipo de sueños…era algo lógico que no quisiera hablar con nadie de la familia, si hablaba con Nabiki toda Nerima lo sabría, Kasumi moriría de la impresión, mi madre la presionara que cumpliera ese sueño conmigo y mucho menos me lo diría a mí- se sumergió más dejando ver sólo sus azules ojos- seguro pensó que me burlaría- su mirada se tornó triste.

- no me tiene confianza…claro ¿Cómo demonios me la va a tener si me la paso insultándola y burlándome? Era algo lógico…desconfía de mi...demo ¿Cómo podría ayudarla? Si le digo que estuve escuchando todo, aparte de que la vergüenza se apodere de ella, lo más seguro es que me mande a volar por entrometido y seguramente pervertido- frunció el ceño al imaginarse la situación.

-¡UN MOMENTO!- casi gritó abriendo los ojos como platos al recordar cierto detalle del sugerente sueño.

- para tener un sueño así…tuvo que haberlo vivido con alguien-apretó los puños por debajo del agua mientras que los celos se incrementaban considerablemente en su interior.

La sola idea de imaginar a su prometida con otro hombre haciendo ciertas cosas hacía que la sangre le hirviera de la ira. Él también había tenido ese tipo de sueños en muchas ocasiones donde la protagonista de sus deseos era ella pero…

¿Quién era el protagonista de esos sueños en el mundo de Akane?

- maldita sea…chikuso ¿Quién es el miserable que besa y acaricia a MI Akane en sus sueños?-

Se sumergió nuevamente tratando de controlar su enojo, pero había otra opción ¿Qué pasaba si el protagonista de esos sueños era él?

La idea le llegó de pronto haciendo que la temperatura del agua fuera fría comparándola con la de su cuerpo. Un súbito calor recorrió su interior concentrándose en una parte de su cuerpo que nuevamente comenzó a reaccionar sin que se diera cuenta.

- ¿Podría ser yo?...puede que si…ninguna mujer se resiste al encanto de Ranma Saotome- se cacheteó mentalmente- idiota egocéntrico…estamos hablando de Akane…la chica más testaruda del planeta ¿Y sí es Ryoga?- sacudió exageradamente la cabeza tratando de alejar ciertas imágenes de su prometida con el chico-cerdo.

- NO…IMPOSIBLE…ese maldito cerdo…tengo que ser yo…ella es mía…tengo que averiguarlo…el protagonista de ese sueño tengo que ser yo- pensó irritado poniéndose de pie percatándose de que su masculinidad volvía a dar aviso.

- otra vez...que molestia ¿por qué a mí?- se dijo mientras que enojado consigo mismo por no controlar sus "instintos" abría el grifo de agua fría para calmar sus deseos.

Akane acababa de llegar a la entrada de su casa encontrándose un poco más tranquila.

Antes de abrir la puerta respiró profundo preparándose mentalmente a un posible acoso de preguntas de parte de su hermana y padre.

- ¡TADAIMA!- avisó en voz alta mientras se quitaba los zapatos. Le resultó extraño que nadie saliera a recibirla y más cuando había tardado tanto sin avisar antes de irse.

Comenzó a buscar por toda la casa algún indicio de que había vida en ese lugar sin tener éxito, resignada se dirigió a su habitación a cambiarse de ropa y recostarse un rato. Estaba realmente cansada, no sólo físicamente también mentalmente.

Cuando entró en su habitación y justo antes de comenzar a desvestirse algo sobre su escritorio le llamó la atención, se acercó y tomó lo que parecía una nota.

Akane-chan, otousan y Tío Ghenma recibieron una invitación para participar en un torneo de Shogi en la ciudad y nosotras decidimos acompañarlos. Lo más probable es que regresemos en la noche o quizás mañana, eso depende del estado de ebriedad en que terminen otousan y ojisan. Como no estaban en la casa no pudimos avisarles así que cuídense y no se preocupen que les dejé mucha comida preparada.

Kasumi

Nota: hermanita te deja dicho mi Tía Nodoka que aproveches el tiempo a solas con Ranma-kun. Otousan te da permiso y su bendición. Por cierto, podrías guiarte de tus sueños, no destruyan la casa con sus luchas pasionales.

Nabiki

Al terminar de leer la nota echaba humo por las orejas, estaba totalmente avergonzada y furiosa por lo escrito por su hermana.

-esa Nabiki…nunca cambiará- pensó con el ceño fruncido, pero lo siguiente la dejó totalmente en shock- ¡UN MINUTO! Ranma y yo ¿A solas?- empalideció de pronto, la idea de quedarse sola con él no le gustaba para nada.

-kuso…vaya hora en dejarnos solos ¿Ahora que haré? Temo que cuando hablé con él recuerde mis sueños…que vergüenza…tengo que hacer algo- se decia mientras que desesperada caminaba de un lado a otro tratando de idear alguna solución al problema.

Ranma a penas salía del baño, debido a sus "problemas" tardó más de lo previsto. Observó los alrededores extrañado por el silencio que abundaba, decidió irse a su habitación para vestirse.

Akane estaba angustiada, la idea de Ranma y ella a solas le revoloteaba en la cabeza, su mente actuaba por sí sola imaginando situaciones nada santas entre ella y el artista marcial. Sacudió frenéticamente su cabeza tratando de alejar esos pensamientos obscenos.

- kuso…necesito agua…necesito algo frío-caminó hacía la puerta abriéndola y cuando estaba por cerrarla desvió su mirada al pasillo encontrándose con una vista muy tentadora.

Su prometido estaba de espalda a ella; con sólo una pequeña toalla dejando ver su esbelta espalda, sus musculosos brazos, sus bien formadas piernas y desde allí tenía una perfecta vista de su trasero, en conclusión, tenía enfrente de ella a una reliquia de los dioses.

Se quedó completamente paralizada, sintió sus mejillas arder y con los ojos como platos admirando embelesada al chico que tenía enfrente.

- por Kami…Ranma…tienes un cuerpo increíble…te ves perfecto desde aquí- se sorprendió de sus pensamiento, sacudió la cabeza y como un rayo entró a su habitación totalmente roja y con el corazón a punto de explotar.

- kuso…kuso…kuso ¿Por qué me esta pasando esto a mi?-dijo mientras que suspiraba con resignación tratando de borrar de su cabeza la figura de su prometido.

Ranma volteó extrañado al sentir tras de él una puerta cerrarse- ¿Acaso Akane ya habrá llegado?- no pudo evitar sonrojarse. Caminó rápidamente para encerrarse en su habitación.

Cuatro horas más tarde.

El hambre la tenía mal, se negaba salir y arriesgarse a encontrarse con su adorado tormento pero las entrañas le crujían pidiendo alimento, cada vez su estómago gruñía más fuerte. No tuvo más remedio que salir y revisar la cocina para calmar su hambre antes de que sus órganos se devoraran entre sí.

Salió sigilosamente inspeccionando cada rincón buscando algún indicio de movimiento varonil. Bajó lo más rápido y silencioso posible por las escaleras.

Llegó a su destino y se dedicó a revisar y prepararse algo rápido antes de que fuera demasiado tarde.

Para otro que se le hacía difícil aguantar el hambre era Ranma, al igual que su prometida, se había decidido por no salir para no encontrarse con ella pero su estómago lo obligó a saciar su necesidad.

Abrió la puerta lentamente asomando la cabeza examinando el lugar. Al cerciorarse de que la zona estaba despejada, como un felino bajó silenciosamente hasta la cocina.

Debido a un pequeño incidente, Akane había arrojado al suelo salsa de tomate que había tomado anteriormente de la nevera junto a otros ingredientes para prepararse un emparedado. Estaba de rodillas limpiando con un paño el sector que había ensuciado y como había sido detrás de la mesada no se veía desde la entrada.

Al llegar a la cocina y revisar que no había nadie suspiró aliviado, no le tomó importancia al desorden que había sobre la mesada y se dirigió hacía la nevera. La abrió inclinándose hacía delante metiendo casi todo el cuerpo dentro de la maquina buscando con que saciar el hambre.

Tenía la mente tan fuera de realidad que no se había percatado que había una chica detrás de él.

Akane limpiaba el suelo revisando que estuviera totalmente limpio, estaba tan sumida en sus pensamientos que no se había percatado que un chico estaba detrás de ella registrando la nevera. Cuando terminó con su labor sonrió triunfalmente.

Cuando consiguió algo que comer el muchacho sonrió victorioso, tomó una manzana y se irguió sin girarse. La chica repitió lo mismo quedando de espalda.

- ¡lo logré!- mencionaron al unísono.

Abrieron los ojos como platos y voltearon casi inmediatamente para encontrarse con el otro a poca distancia. A los pocos segundos sus mejillas se tornaron de un carmín intenso y giraron sus rostros a lados contrarios tratando de ocultar su reciente nerviosismo.

-¡Shimatta! Mi suerte no puede ser peor…kuso ¿Qué haré? Kami-sama ayúdame- imploró la muchacha intentando no ver al joven delante de ella.

-kuso…kuso…kuso ¿Qué hace aquí? ¿Ahora que hago? Debo salir de aquí- se preguntó Ranma haciendo lo imposible para no dirigir la vista hacía la peli-azul.

Pasaron los minutos y ninguno hacía ningún movimiento. La tensión en el ambiente era notoria, la situación se había tornado incómoda para los dos.

-Ella no sabe que yo sé sobre sus sueños…tal vez si actuó normal pueda salir de esta situación lo más pronto posible-

-Él no sabe sobre mis sueños…tal vez si actuó con normalidad pueda irme pronto-

- Yo…- dijeron al mismo tiempo, se miraron y comenzaron a reír divertidos.

Ranma fue el primero en hablar.

- ¿preparando algo para comer?- mencionó colocando sus manos detrás de cabeza señalándole con la mirada el desorden en la mesada.

- hai…por lo que veo tu también- señalando con su dedo índice la manzana que tenía en una de sus manos.

- pues sí…tenía que venir a comer por que sino mi estómago se va a comer así mismo- agregó mientras que se dirigía al fregadero y lavar la fruta.

-estamos iguales ¿Quieres que te prepare un emparedado?- preguntó con las mejillas sonrojadas jugando con sus pulgares.

El volteó sorprendido por la pregunta, no pudo evitar sonrojarse al verla tan nerviosa delante de él. Sonrió levemente.

- bueno…no creo que me vaya a matar que hagas un emparedado- se detuvo al ver la expresión que ponía la chica y antes de que objetara continuó- me gustaría que lo hicieras- culminó levemente sonrosado mientras que rascaba su mejilla con su dedo índice mirando a un lado.

Ella estaba dispuesta a reclamarle por el indirecto insulto pero cuando escuchó que él aceptaba toda rabia se disipó al instante.

Contenta se dispuso a preparar ahora los dos emparedados mientras que él se recostó en el marco de la puerta cruzando los brazos detrás de la cabeza observándola de reojo.

Continuara…

Konnichiwa!!

Aquí estoy de nuevo con una nueva idea. Con esta historia pretendo probar mi desempeño en la parte lemon.

No soy muy buena en este tipo de cosas a pesar de que mi mente ya está dañada por tantos fanfic que he leído (ri-chan intenta parecer inocente)

Mi idea original era hacer un one-shot, sin embargo, la historia me salió tan larga que decidí convertirla en una pequeña serie (bueno supuestamente es una pequeña serie, quien sabe si esa pequeña serie se transforma en una de 10 capítulos jejeje)

Como podrán observar, nuestros protagonistas son un poco diferentes a la serie original. Sí hacía que Ranma y Akane actuaran igual que en la serie original, tardaría mínimo, 30 capítulos para que sucediera el primer beso --U. Opté en hacerlos más maduro y un poco más guiados por las hormonas de la adolescencia aunque la inocencia y el temperamento característicos de esos dos se mantiene intacto.

Tenía la idea de que Ranma fuera el que sufriera el problema de los sueños pero como la mente de un hombre es muy diferente a las de las mujeres me incliné a que Akane fuera la del conflicto.

Depende de lo que digan las lectoras ósea ustedes, estaré pensando si esta serie sea una pequeña historia de 5 capítulos o una pequeña historia de 10 o más capítulos. El destino de este relato esta en sus manos.

Términos en Japonés:

Ohayou: Buenos días

Oe: Oye

shimatta: maldición

¿daiyoubu kua?: ¿estás bien?

¿nani?: ¿Qué?

¿ne?: ¿No es cierto? ¿No es verdad?

Iie: no

hai:

kawaiikune onna: mujer fea

Akane no baka: Akane eres una idiota

Kuso; Chikuso: mierda

demo: pero

arigato: gracias

etto: este; pues; err (palabra dudativa)

¡Tadaima!: ¡Ya llegué! ¡estoy en casa!

Otousan: papá; padre

Ojisan: Tío

Como ya dije antes, estoy probando mi desempeño en la parte pervertida de la historia así que no sean tan crueles conmigo por que se que les gusta acción de calidad ¿ne?

Onegai…esperaré sus comentarios con felicitaciones, sugerencia, insultos (¡oh no! ¡Escudo anti-regaños y tomatazos listo para la defensa!) Muy bien, ahora sí estoy lista…

Onegai…por favorcito…dejen sus review…

Besos Katherine-saotome-tendo (ri-chan)

Matta nee