Los personajes de Saint Seiya The Lost Canvas (y las otras series) no me pertenecen.
Capitulo 1: Perdidos en El Romance.
-Te perdiste.
-El cartel decía que el desvió hacia la ruta 15, era ese.
-Estamos perdidos. -Repitió, la idea era tratar de salvar su matrimonio en un fin de semana romántico en las montañas ... Pero parecía ser que la posibilidad de salvarlo se estaba perdiendo al igual que ellos.
-Solo tenemos que esperar que aparezca otra indicación- En momentos como ese se arrepentía de haber dicho: Sí, acepto.
-Pues yo no veo ninguna señal de vida inteligente en la zona. -Replico en hombre, ella apreto un poco mas el acelerador, para reprimir el deseo de estrangular a su esposo. Estuvieron de novios cuatro años, llevaban menos de un año casados y exactamente no podía decirse que habian hecho bien al casarse. Antes de que los anillos carceleros aparecieran, sus vidas eran felices. Que mensaje de buenas noches, que aparecía de improvisto con unas entradas, que una cena romántica inesperada (con conjunto sexy de postre) y demás estupideces que anunciaban un buen matrimonio si se miraba desde fuera.
-¿Que hora ?- Con desgano el miro su reloj, ella siempre le echaba en cara que no estaba en la casa y el siempre que cuando él estaba se hallaba muy ocupada con el estudio.
-Son las 15:25. -Se contuvo la queja al notar que de reojo ella miraba su reloj de pulsera. No era capaz ni de contener el impulso de mirar la hora.
-Supongo que llegaremos para el atardecer llegamos...
-Solo si encontramos la ruta. -Ella unió los labios hasta formar una fina linea.
-En vez de quejarte tanto, por que no te fijas en el GPS de tu celular-Hizo una pausa, solo para notar la expresión helada en su rostro- A no espera, cierto que te lo olvidaste.
-Entonces miremos en el GPS de tuyo, a no espera... SE QUEDO SIN BATERÍA.-recalco.- Deje el mio por que siempre te quejas de él.
-Hay por favor, Albafica, vives con el celular en la mano. -Gruño la mujer- parece un apéndice de ti...
-Es por el trabajo, me llaman y tengo que responder.
-O si seguro que te llaman para preguntarte cuantas gotitas de agua tiene que darle a una rosa.
-Agatha. -Gruño el hombre, él era botánico y trabajaba en una empresa que trabaja en la modificación genética de las plantas con finalidad medica. -No jales de la cuerda por que se va a romper.
-O claro, me olvidaba... El trabajo del señor es sagrado.
-Si yo no trabajara, tu no podrías estudiar tranquila.
-Si tanto te molesta pagar mi universidad, que tu te ofreciste hacer, puedo volver a trabajar. Ya he estudiado y trabajado al mismo tiempo, no voy a morirme por hacerlo devuelta. -Le ladro, desde que se habian visto obligados a desviar el camino por un puente en reparación el ambiente dentro del auto se habia puesto tenso.
-Yo tambien trabaje y estudie... -Le replico, sabia que se habia ido de lengua. Pero estaba tan frustrado con la situación que no se sentía capaz de pedir disculpas.-Ahí hay un cartel. -Notifico, los dos deseaban que el cartel anunciara el acceso a la ruta que andaban buscando.- desacelera un poco. -La joven de 22 años, bajo la velocidad y se detuvo a unos metros del cartel.
El ROMANCE 5 KM
-¿Romance?-La joven arqueo una ceja al ver el cartel verde y apreto los labios nuevamente.
-Bueno... -Albafica dejo salir un suspiro, podía ser una señal.-¿Quieres ir a ver?
-Tal vez puedan decirnos como llegar a la ruta 15. -Miro a su esposo, tres años mayor que ella. Se habian conocido en un seminario de botánica... Albafica era su primer novio, su primer gran amor, y realmente al igual que él quería salvar su matrimonio.
-Esta bien, vamos hacia "El Romance".- Replico el hombre, con una sonrisa, mientras ponia su mano sobre la de ella.
Por el momento el pueblo tenia un aire agradable, con una avenida principal dividida al medio por setos de flores y farolas de aire austero y antiguo... De esas que parecían traídas de otra época, la calle principal terminaba en la plaza mayor del pueblo. En cuyo centro descansaba una glorieta blanca y de tejas rojas brillantes. Rodeando la plaza habia pequeñas y modestas tiendas, la alcaldía, la iglesia y lo que parecía ser el cuartel de bomberos y la jefatura de policía adjunta.
Albafica le miro mientras ella buscaba un lugar donde dejar el auto, se detuvieron frente a un café-resto que emulaba el estilo de tienda de los años 60.
-No parece un nido de locos como creía... -Soltó Agatha mientras se quitaba el cinturón de seguridad-Pensé que habría corazones por todos lados- Albafica embozo una pequeña sonrisa, ante el pequeño chiste.
Cafetería.
-Bienvenidos a Café Cupido.-Una joven se les acerco apenas tomaron asiento, para disgusto de Agatha miro mas de la cuenta a Albafica- Donde te enamoras de la comida. -La pareja sonrio, el anuncio les habia parecido por demás divertido, dado que esperaban otra oración.
-¿Cual es la carta para la hora del te? -Pregunto amablemente Albafica, la joven se retiro y le trajo una de las cartas, al hombre le sorprendio que hubiera querubines en loa cuatro extremos de la hoja.- Gracias.
-Llamame cuanto te hayas decidido, bonito. -Albafica contuvo la mueca, solo por no ser descortrs con la joven. Agatha sonrio burlona, Albafica odiaba que le dijeran bonito u hermoso.
-Avisale cuando te decidas, bonito.-Le siseo burlona, Albafica dio vuelta la carta y se la tendio.
-Elige.
-Pero que caballero eres, sin duda eres mi hermoso caballero de armadura dorada y caballo blanco-Albafica le fulmino con la mirada, pero no replico nada.-¿Café de Venus y Tarta de Eros? -Albafica le miro, ella le tendió la carta para que viera. Si, existía esa convinasion... Era una de las "Selecciones de la casa"- ¿Venus no era la que tenia sexo con medio Olimpo?
-Si, supongo que es un café "Afrodiciaco"-Soltó ligeramente burlón.
-Ya que estamos aqui, probaremos algo nuevo...-Soltó Aghata, obteniendo como respuesta los ojos en blanco de Albafica. -No me apetece el café, asi que pediré un jugo la tarta. -Le hizo un gesto a la camarera, la cual no tardo en tomar el pedido y traerlo.
-Cuidado esta delicia, guapo, esta caliente... -Dijo cuando puso la taza de café delante de Albafica, este pudo apreciar como el puño de Agatha se cerraba, cuando se enojaba no tenia de dulce. Antes de que su esposa pudiera decirle algo la joven se retiro.
-Agatha...
-Ni te molestes en dirigirme la palabra. -Informo, notoriamente molesta. Aunque él no hubiera seguido el juego de coqueteo, estaba molesta. Habían salido de la gran ciudad con el unico fin de salvar su joven matrimonio y la camarera, y su molesto coqueteo, solo empeoraban todo.
-Terminamos y buscamos indicaciones para tomar la ruta 15
-Esta bien -Replico ella mientras le daba una probada a la "tarta de Eros", por su parte Albafica comenzo con el café y cada tanto comía un poco de la tarta.
Comenzó a notar las expresiones de ella, como se mordía el labio cada tanto... Como agitaba distraidamente ese sedoso cabello castaños... Como se remojaba los labios cuidadosamente con la legua, arrastrando las minúsculas migajas al interior de esa boca tan bien conocida
Se obligo a desviar la mirada hacia otro lado, no recordaba cuando habia sido la ultima vez que habia visto de esa forma a su esposa. Sus ojos cobalto se desviaron hacia la blusa de cuello alto que ella llevaba, para el fue un alivio ver que el busto de ella permanecía oculto de su analizadora mirada... Aunque su mano tenia una opinión contraria, le hizo recordar lo que era percibir uno de esos pequeños montículos. Como era el percibir el delicado y seductor tacto contra su palma. Cerro los ojos para tratar de ahuyentar la idea, estaban en un lugar publico... No en su departamento en medio de una ciudad bulliciosa.
-¿Al? -La voz de ella le hizo abrir los ojos.-¿Te encuentras bien?
-Si... Solo que...-Estaba pensando en tus senos- estoy algo cansado... -Mintió- La semana en el trabajo fue terrible y...
-Y que nos venimos a perder mucho no ayuda, ya se-Le dijo serena, en eso noto las manos de ella. Hacia un movimiento curioso con sus dedos.-Esta anocheciendo... Tal vez deberíamos de quedarnos en el pueblo, estuve manejando todo el tiempo y estoy cansada. -Miro por la ventana- Y si estas cansado no seria bueno que manejaras, podríamos tener un accidente.
-Supongo que debe haber un mo... Un hotel-Se apresuro a corregirse.
-O un hospedaje pequeño- Acoto ella. Si eso seria un poco más discreto, además ya estaba anocheciendo.
Posada. Varias horas despues.
Ninguno de los iba a reconocer que sin duda lo de esa noche había sido, por demás, la más "interesante" de todas. Dado que reconocer algo así, en voz alta, podria traerle problemas con su contra parte. Por lo tanto sin decirlo y sin saberlo, al mismo tiempo, ambos se juraron asi mismos ocultar que el otro nunca antes se había comportado de esa forma en algún encuentro romántico previo.
Albafica tenia los ojos cerrados, dormía profundamente estaba tan agotado como su amada Agatha. Ambos estaban desnudos, tendidos en la cama uno al lado del otro. En la postura que habían quedado luego de el acalorado encuentro que habían tenido apenas estuvieron en la privacidad de la habitacion.
Una sutil fragancia comenzo a llegar hacia la pareja, quien la respiraba tranquilamente mientras seguían presas del sueño y el cansancio...
Entro con cuidado a la habitacion, por suerte la pareja había puesto el cerrojo y quitado la llave luego. Observo a las dos siluetas durmientes, estaban ligeramente tapados por una modesta sabana. El pudor o la leve temperatura había echo que la pareja se tapara... Con cuidado se acerco a la mujer con tijera en mano, retiro varios cabellos hasta que dio con un discreto mechón en la nuca de ella... Nadie notaria a simple vista la ausencia del cabello. Con toda la calma que le podía dar el saber que hacia solo 10 minutos había sido dejado circular en esa habitacion gas somnífero, corto el cabello y luego lo metió dentro de una bolsa plástica.
Con mayor recelo se acerco al hombre, había tenido que matar a una pareja por que el hombre en realidad no había aspirado suficiente del gas... Resulto ser que este padecía asma y el aire somnoliento no había hecho bien su trabajo. Con cuidado retiro varios mechones del hombre, tenia que reconocer que ambos tenían un cabello por demás sedoso al tacto. Corto un mechón, tambien del mismo lugar de donde había retirado cabello de la mujer, y lo guardo en otra bolsa plástica.
Luego de mirar a la pareja una segunda vez, se retiro sin hacer ruido y cerrando la puerta como la pareja le había dejado.
Sin duda, habría dos nuevos habitantes permanentes en "El Romance".
Continuara.
