¡Holiwis~! Ok, no tengo escusa para no haber actualizado De vacaciones al campo pero en mi defensa a los profes se le ocurrió mandarme un exámen para cada día de la semana TwT. Además de que, leyendo uno One-Shot de otro fandom y un libro que mi novio me prestó, se me vino a la cabeza ésta idea.

Bien, aclaro que es la primera vez que hago algo como esto y la verdad es que no sé cómo me quedó, pero diré que realmente me he sentido cómoda escribiéndolo. Y espero que ustedes también.

Antes de dejarlos leer el primer capítulo de ésta historia (que desde ya aclaro, tendrá seis capítulos más un epílogo) quiero dedicárselo a mi querida amiga Blanch2404 o (Blanch Kisaragi, como yo la conozco) que fue la primera en leer mi historia y aceptarla aún con sus diferencias con las protas. Ah, y también por no dejarme caer en el Fluffy, y hablo en serio, el título anterior de éste fic era "El camino para el amor" y a mí no me gustaba. Así que... ¡gracias por todo amiga!

Bien, ¡a leer!

I

―¡Aléjate de mí, rarita degenerada! ¡Me das asco! ―Gritó Uzumaki Karin, con todo el curso detrás de ella, prestando mucha atención a lo que estaba pasando.

Yamanaka Ino soltó un bufido y, mientras se aguantaba las lágrimas, salió del salón de clases con todo el orgullo que le quedaba.

Una vez afuera, esperó a estar lo suficientemente lejos del aula y se echó a correr. Con la respiración agitada y el corazón a punto de estallarle llegó al hueco de la escalera del tercer piso, donde se largó a llorar.

No lloraba de la vergüenza, como todos esperarían, porque siempre estuvo muy orgullosa de sí misma y de lo que era. Lloraba de rabia, de frustración. Lloraba porque había tomado la decisión más "valiente" de su vida y todo le había salido mal.

Vamos, ¿escribir una cartita de amor? ¿Cuántos años tenía? ¿Doce? No, tenía dieciséis y sí, había escrito una confesión, porque se había enamorado de la que creía que era su alma gemela (o lo más parecido a una), y, con tanto amor encima, no se le ocurrió mejor idea que darle un papel en donde exponía lo más importante para ella: sus sentimientos, su ser; aún cuando ella solía ser muy directa a la hora de hablar sobre privacidades, pero bueno, el amor cambia a las personas, dicen.

Sollozó más fuerte, abrazando sus piernas contra su pecho.

Sin embargo, todo su mundo se fue al caño cuando llegó el momento de entregar el mensaje. Había ido discretamente hasta el salón de clases, su plan era simple: dejar el papelito en el pupitre de su querida media naranja y salir.

Pero no contó con que alguien más estuviera ahí. Uzumaki Karin había entrado justo cuando ella pensaba salir, y entonces vio aquel papelito.

―Ino-chan, ¿qué es eso? ―Preguntó y se apresuró a recogerlo sin esperar respuesta alguna de su compañera.

―¡Nada! ―Respondió algo nerviosa―. No es nada importante, de verdad.

―¿Eh? ¿Qué estas escondiendo? ―Frunció el ceño y abrió la nota.

―¡No hagas eso! ―Gritó Ino horrorizada.

Para ese momento, la campana que indicaba el fin de receso ya había sonado y buena parte del alumnado ya estaba dentro del salón.

―¿Por qué estás tan rara? ―Preguntó con enfado, pero luego sonrió maliciosamente―. No es como si tuvieras algo que ocultar, ¿o sí?

―¡No! Para nada.

―Ah, entonces no te importará que lo lea, ¿no?

Ino abrió muy grandes lo ojos, asustada.

A Karin eso no le importó y, sin esperar a que la rubia conteste, comenzó a leer en voz alta:

―"Querida Mei, sé que esto es algo sorpresivo, pero ya no aguanto más: te amo, de verdad. Desde hace un año siento esto por ti pero sólo ahora me animo a decírtelo. Te parecerá raro que siendo yo mujer esté admitiendo estar enamorada de otra, pero simplemente pasó. Sé que hacer esto -confesarme a través de una carta-, es un acto de cobardía, pero no estaba preparada para ver tu expresión cuando la leyeras, así que, si todavía estás dispuesta a hablarme después de leerla, te estaré esperando en donde siempre estoy. Con afecto, Yamanaka Ino." ―Cuando la pelirroja terminó de leer la confesión levantó la mirada y una sonrisa burlona se posó en sus labios― Así que… te lo tenías bien escondido, ¿eh? ¿Quién lo diría? Quién diría que a Yamanaka Ino, la chica con el cuerpo más sexi de Instituto y por la cual los hombres babean, le gustan la mujeres…

Su mayor secreto había sido expuesto: su sexualidad estaba al descubierto.

De manera indirecta, había admitido frente a toda la clase ser lesbiana.

En si, el hecho de serlo no le molestaba, es más, no le había costado nada admitirlo un día frente al espejo. Lo que si la jodía era la reacción de la gente cuando alguien salía del closet, y el cambio de actitud de ésta luego de eso.

Ino no aguantó más y saltó sobre Karin, ¿qué derecho tenía ella de hurgar y comentar sobre su persona? ¿Cuál era la razón por lo que la hacía? ¡¿Cuál?! Hasta donde sabía, ella nunca le había hecho nada malo, es más, ¡eran amigas! Sí, "eran", porque está claro que ya no lo son.

Y luego de toda una escena, Ino se marchó.

Volvió a sollozar, más fuerte.

Seguro todo el colegio ya sabía de eso, y lo peor, Mei también.

―¿Estás bien? ―Le preguntó de repente una voz femenina. Era Hinata, una chica de su clase, muy callada.

Ino levantó la mirada, dejando ver sus ojos rojos, pero no contestó.

―¿Sabes? ―volvió a hablar―, yo no soy lesbiana pero…

―¿Y eso qué? ―Gruñó Ino interrumpiéndola― ¿Acaso vienes a burlarte porque yo sí? ―Estaba siendo grosera, y lo sabía, pero la situación la sobrepasaba por completo. Sabía que Hinata era chica muy amable (aunque pocas veces la había escuchado hablar), y que no estaba bien hablarle así, pero todavía sentía mucho enojo.

―No ―Respondió simplemente―. Vengo a hacerte compañía. Los demás fueron muy malos contigo, en especial Uzumaki-chan, no tenía por qué meterse con tu vida amorosa ―Explicó, e Ino le prestó más atención― A decir verdad, siento empatía por ti, Ino-chan, yo también estoy enamorada de alguien, y me cuesta mucho siquiera el intentar decírselo. Fue muy valiente de tu parte hacerlo, aunque fuese por medio de una carta. ―Sonrió.

―¿E-Eso crees? ―Contestó Ino un poco más calmada.

―¡Si! Ahora vamos, no creo que quieras seguir ahí escondida. ―Hinata se alejó un poco y le tendió la mano.

―No tengo ganas de volver a clase. ―Le dijo.

―Nadie querría ―Le contestó―. Conozco un café muy lindo, y a esta hora generalmente no hay mucha gente. Podríamos ir ahí.

Ino suspiró y miró la hora en su reloj, la una y media de la tarde.

―Está bien. ―Y aceptó la mano amiga.

Salieron tranquilamente del instituto (pues todos, alumnos y maestros, estaba en las aulas) y caminaron unas cuantas calles hasta toparse con un pequeño bar metido entre dos edificios grandes.

Entraron y se sentaron el la primera mesa que encontraron. Casualmente, al lado de una ventana.

Cuando el mozo llegó Hinata pidió un té verde y media docena de rollos de canela e Ino pidió una chocolatada y un pudín de vainilla. Cuando sus pedidos llegaron comenzaron a charlar más tranquilamente.

―De verdad, no sé por qué Karin me hizo eso. Éramos amigas. ―Se lamentó Ino probando un bocado de su comida.

―Tal vez es porque te tiene envidia, quizás. ―Comentó Hinata y la rubia la miró interrogante.

―¿Envidia? ¿Envidia de qué?

―Oh… bueno… de que todos los te miran o de tu cuerpo, eres la envidia de muchas en la escuela. ―Explicó.

¿Podría ser así?, pensó la rubia pero se quedó callada.

―Aunque tal vez son sólo ideas mías. Pero me he enterado que Uzumaki-chan ha hecho cosas muy malas a muchos más además de ti, así que no sé qué creer.

―Sí, tal vez. ―Le dio un sorbo a su chocolatada.

―¿Te ocurre algo más? Te noto muy pensativa… ―Habló Hinata después de un rato de silencio.

La verdad que sí, había algo más que la molestaba: la sociedad.

―Sí ―respondió―, me molesta algo más. Me molesta como reaccionaron todos ellos, mira nada más cómo actuó Karin después de leer mi carta, como si yo fuera un bicho raro.

―Pero no es exactamente eso lo que te molesta de verdad, ¿no? ―Había dado en el clavo.

―No, lo de Karin sólo era un ejemplo, pero es así son todos, todo el mundo reaccionaría así o parecido en una situación como esa, creo ―Explicó―. Todo el mundo da por hecho de que todos somos heterosexuales, que somos iguales. Y si alguien se sale de ese grupo de "normales", ya sea por su orientación sexual, por su forma de pensar o por como se viste, la gente, la sociedad, lo trata de manera distinta. ―Reflexionó―. No digo que de ahora en adelante todos me mirarán de reojo (más de lo que ya lo hacen) y comentarán cosas como que me acosté con alguna profesora o que me discriminarán por ser lesbiana, aunque estoy segura que habrán algunos que lo harán.

―Oh, ya veo. ―Dijo Hinata suavemente comprendiendo el punto de lo que su compañera decía.

―A lo que voy es que a nadie se le ocurre pensar que tal vez la otra persona no es igual que tú, que tal vez es gay o lesbiana o incluso pansexual o que tal vez no es religioso o no comparte tu misma religión o pensamiento político. Todos dan por hecho que todos son iguales.

Hinata sonrió.

―Pero aún así es bueno que existan tantas diferencias, un mundo donde todos son iguales a todos sería muy aburrido. ―Comentó.

Ino asintió, sentía que una pesada carga se desvanecía en sus hombros. Realmente llevaba tiempo queriendo decir eso.

De repente, el teléfono de Hinata sonó, era un mensaje.

―Lo siento ―Dijo levantándose y dejando algo de dinero en la mesa―. Mi primo me ha mandado un mensaje, dice que debo volver a casa antes que padre se enoje. También debo explicarle por qué desaparecí ―Ino la miró―. Tranquila, no le contaré de lo que hablamos ni de tu secreto, aunque de seguro ya lo debe saber ―La rubia bajó un poco la mirada―. Pero está bien, Neji-nii-san no es del tipo de persona que juzga a buenas de primeras ―Sonrió―. Bien, debo irme. Nos vemos mañana, Ino-san.

Yamanaka sacó su teléfono del bolsillo y miró la hora: las tres y cuarto. Debería estar volviendo a su casa en ese mismo instante así que se apresuró a pagar la cuenta y salió.

De camino a su casa se chocó sin querer con una pelirrosa que pasa por ahí.

―Lo siento. ―Se disculpó rápidamente y siguió caminado.

Ino se volteó un poco para mirar de nuevo a la chica, pero había tanta gente que ya no se la veía.

Tengo que decirlo, es muy linda, pensó y sonrió, perdiéndose entre la muchedumbre.

/

Hasta aquí, espero que le haya gustado el cap, y aprovecho para decir que la publicación será semanal, aunque no fija, es decir, que lo publicaré entre el viernes y el domingo dependiendo del tiempo que disponga.

También voy a decir que, para aquellos que leen mi otro fic, me pondré en campaña de seguirlo en cuanto termine éste, ¿sí?

¡Nos vemos la próxima semana!

Besos.

Atte:

Jeffy Iha