Los personajes usados en esta historia son propiedad exclusiva de la mente brillante de Stephanie Meyer. Sólo soy una más de las fans de la Saga Crepúsculo, tratando de jugar con ellos.
Este es mi primer intento de FanFiction. Espero que les guste la historia, de verdad. Particularmente me siento complacida con ella.
Le agradezco a mi hermana mayor por ser Beta de esta historia, porque es la única con la honestidad suficiente para decirme cuando algo apesta o no.
También agradezco a SNOWQUEEN ICEDRAGON, por ser la escritora de FF que me inspiró para empezar a escribir. Estoy OBSESIONADA con su historia llamada Master of the Universe, así que si saben inglés, no esperen y léenla. Es PERFECTA.
Estoy por lejos de ser escritora, pero tuve una idea y he aquí el resultado. Escribir no es nada fàcil, toma mucho tiempo, pero voy a ser el MÁXIMO ESFUERZO por publicar semanalmente, o en tal caso cada semana y media o dos semanas.
Pueden seguirme en twitter a lucrepusculo2
Así que, Almas Gemelas Encontradas, o AGE como suelo llamarla para acortar... Disfrútenla. Verán de TODO un poco en ella.
Y POR FAVOR, no se olviden de dejar sus comentarios. Háganme saber si les gustó o no.
xoxo
Capítulo 1
"¡Olvídalo, Alice!" – hoy no fue el mejor de mis días, si de un año para acá pudiera decirse que tuve uno bueno, y mi nivel de complacencia para con Alice estaba más que nunca por debajo del acostumbrado.
De mis dos mejores amigas, Alice -la persona más alegre, desinteresada y persistente que jamás haya conocido- no aceptaba un no por respuesta, sencillamente porque tal palabra no existía en su vocabulario; de ahí el por qué -y para mucho de mis pesares- siempre se salía con la suya.
"Déjala, Alice" – dijo Rose con total aire de despreocupación – "Convencer a Bella de que salga hoy con nosotras es como aspirar a que tu pases un día entero con la boca cerrada, o incluso peor, que estés más de diez minutos sin el celular en la mano. Es decir…Caso Perdido"
Alice abrió por un momento la boca en señal de protesta, pero de inmediato la volvió a cerrar. No pude evitar reírme; ella sabía que Rose no había dicho más que la verdad.
Cualquier bomba nuclear o alerta de asteroides sería nada en comparación con el peligro que representaba cualquiera cosa que saliera por boca de Rose. "Con decirte que hasta el almuerzo hice por ella hoy y…"
"Hiciste que la Sra. María viniera y preparara la comida por ti" – la corregí. La Sra. María era la cocinera de toda la vida de su casa, y a pesar de estar ahora mudada con nosotras, cualquier empleado de sus padres seguía haciendo lo que ella quisiera.
"Pero fui yo quien fue al supermercado e hizo la compra de lo que se necesitaba para…" – continuó.
"José trajo las bolsas de comida" –José, el chofer de sus padres– "Llegando al apartamento, el portero me dio una que había olvidado abajo"
"Pero la lista de compra se la pasé yo y era mi receta la que María preparó". Sentenció.
"¿Tu Receta?... Google"
Con esto último que dije sus ojos se abrieron de par en par… ¡Oh, no!, la había llevado al borde de su limitada paciencia. Pronto haría su entrada triunfal a la sala Rosalie "Destrucción Masiva" Hale.
Sin embargo, en ese momento ninguna de las dos pudimos contenernos más y echamos a reír. Cosas como éstas era lo que más amaba de nosotras tres: juntas no éramos más que las mismas niñas de la infancia. Rose y Alice, más que mis amigas, se habían convertido en mi familia y en mi único medio de olvido desde que…
¡No, Bella!, ¡no te lo tienes permitido! - me dije a mí misma.
Desviando mi mente de cualquier no grato recuerdo, caí en cuenta de que tenía rato ya sin escuchar hablar a Alice… ¿dónde se había metido? De la nada la vi entrar otra vez a la sala, notando que acababa de terminar una llamada. Su cara reflejaba una sonrisa delatadora, de picardía más bien; la misma que daba a entender que se había vuelto a salir con la suya.
"¿Qué estabas haciendo, Alice?" – preguntó Rose.
"¿Sabes qué, Rose? Creo que tienes razón" – afirmó
"¿En qué?, ¿en que no puedes separarte de ese aparato? Alice, hasta un ciego con alguno de sus otros sentidos más desarrollado de lo normal puede notar eso".
Sin tomarse personal ese último comentario, Alice continuó: "No… en que a veces intentar persuadir a Bella para que cambie de opinión puede ser un trabajo bastante agotador".
"Que me lo dices a mí…" – contestó Rose.
"Pero no para mí, claro está…". En ese momento, mirando bien a Alice me fijé que escondía en su espalda algo que había pasado por alto cuando entró.
"¿Y ese vesti…?"
"Es el que vas a usar esta noche para la inauguración de la discoteca" – me interrumpió – "Revisando tu closet me fijé que no tenías ropa adecuada para eventos como el de esta noche -o algún otro en realidad- así que encontré este vestido que nunca usé y no pienso usar ahora, y pensé que sería perfecto para ti. Ten…" Concluyó, extendiendo la mano con la que sostenía la prenda.
"Alice, ya te lo dije, no pienso salir esta noche… no estoy de ánimos. Así que deja de gastar saliva porque hagas lo que hagas no me vas a hacer cambiar de parecer"
Pude oír un profundo suspiro, proveniente de nadie más que de ella, y en eso espetó: "Bella, ésta no soy yo pidiéndote otra vez que nos acompañes a lo de hoy…ésta soy yo informándote que vas a ir con nosotras; a menos claro que quieras que llame a Charlie y le cuente el espectáculo que hizo su pequeña nena el fin de semana pasado en la fiesta de Mike, día en qué, si más no recuerdo, le dijiste estar muy enferma como para ir al cumpleaños de tu querida tía Sully" – lo de "querida" lo dijo sin duda irónicamente – "…así que toma el vestido, báñate, arréglate y hazte algo en ese pelo, porque no pienso seguir teniendo esta discusión contigo… Tienes una hora".
De inmediato sentí cómo la ira invadía todo mi cuerpo. Ése era el golpe más bajo que podría darme jamás. Sin más remedio y dirigiéndole la más feroz de las miradas, le quité el vestido bruscamente y me dispuse a ir hacia mi cuarto. Antes de llegar a la puerta, la escuché de nuevo hablar.
"Ah Bella..." – pronunció con un tono de burla que reflejaba sin duda que estaba disfrutando la situación – "Acabo de colgar con tu tía y preguntó cómo seguías de tu malestar. Le dije que lo que te dio no había sido nada comparado con la culpa que sentías por no haber estado con ella en su día. Me dijo que no te preocuparas, que ella preguntaba a diario a Charlie por ti y que dentro de poco organizaría algo para verse. ¡Qué lindo gesto de su parte de verdad!"
Tuve que agarrarme firmemente de la puerta para evitar caerme de la rabia que tenía en el momento. Un día, no muy lejano, le cobraría a Alice lo que hoy me había hecho.
¡Oh vamos, Bella!... ¿a quién quieres engañar?
"Insisto, Bella. Estás irreconocible. No puedo esperar a que los demás vean lo que hice contigo". Alice sonaba cual madre presumiendo las buenas calificaciones de su hijo a final del año escolar.
No podía negar que el vestido que me había prestado era realmente hermoso, pero por mucho lejos del que hubiera escogido para mí. Era negro, ceñido al cuerpo y de mangas largas. De largo llegaba justo por encima de las rodillas, o poco menos, y dejaba toda la espalda al descubierto. No podía evitar compararlo con el azul que usó Hillary Swann la noche en que ganó el Oscar por la película "A million dollar baby"…con la diferencia que el mío era corto claro y estaba lejos de quedarme como a ella. Alice se había encargado también de mi maquillaje y aunque había insistido en arreglar mi pelo en un moño me rehusé lo suficiente y terminé haciéndome una simple cola.
Finalmente, llegamos al dichoso lugar. Tuvimos que tomar un taxi porque, apartando el hecho de que el carro de Rose estaba en el taller -por tercera vez consecutiva en menos de mes y medio- y de que Alice dejó las llaves del suyo dentro y no recordaba dónde había puesto la copia, fue imposible hacer arrancar mi camioneta. Para colmo, en cuanto Rose me vio en ella me dijo que ni siquiera pensara en que iríamos en ese "circo sobre ruedas" como la había llamado: "Seriamente, Bella. Deberías hacerle caso a Charlie y vender esa chatarra de una vez. Él te ofreció ayuda y con lo poco o nada que te puedan dar por ella podrías comprarte algo más…decente por lo menos"
"No hay nada de malo con mi camioneta" – inquirí en el momento. ¡No pongas a prueba mi paciencia, Rosalie Hale!… no esta noche por lo menos, si sabes lo que te conviene.
Saliendo del taxi, lo primero que pude notar fue la innumerable cantidad de gente haciendo cola para entrar. El guardia de seguridad de la entrada estaba manteniendo una discusión con un grupo que, por lo que pude escuchar, decían conocer al dueño pero por "alguna segura equivocación" no parecían estar en la lista de invitados… ¡Típico!
Observando el lugar, tuve que reconocer que causaba impacto a primera vista. La discoteca era inmensa, de dos pisos y con paredes de vidrio que dejaban asomar a su interior a pesar de la poca visibilidad provocada por la noche. Se encontraba a pocos pasos de un muelle, por lo que se podía escuchar con claridad el sonido de las olas golpeando en la orilla.
"¡Bella…Wow!" – la voz de Mike me hizo salir de mi ensimismamiento. Al fijarme, noté que con él andaban Jessica, Ángela, Tyler y Eric. No tenía ni que preguntar qué hacían aquí; seguro Alice los había invitado también. "Estee… Bella estás muyy… guapa. Ese vestido te…"- No paraba de mirarme de pies a cabeza, lo que por supuesto no le hizo mucha gracia a Jess… ¡Genial!, además de todo tendría que lidiar con los incesantes celos de Jessica. ¡Gracias otra vez, Alice!
Saludé al resto de los muchachos, quienes no dejaban tampoco de repetir lo "diferente" y "cambiada"que me veía. En ese momento, mi cara no podía reflejar más que vergüenza: ser el centro de las miradas era algo que he repelido toda mi vida; no estaba acostumbrada a ningún tipo de atención y cualquier muestra de alguna me ponía muy ansiosa. Como acto reflejo a esto, de inmediato me encontraba mirando hacia el suelo, mordiéndome el labio y moviendo repetidamente mi pierna derecha.
"Bueno, bueno, dejemos mejor la conversación para cuando entremos, les parece" – interrumpió Rose una vez que se dio cuenta de mi incomodidad – "Me imagino que Jasper te dio suficientes pases para todos, ¿verdad, Alice? ¡No creo que nos vaya a dejar hacer esa cola!" – la miró con aprensión al darse cuenta que la fila seguía creciendo.
"No hizo falta. Jasper dio órdenes al portero de dejar pasar a todo el que viniera conmigo. Tenemos un espacio reservado en la zona VIP y nuestros consumos van por cuenta de él. Sólo tengo que decir mi nombre en la entrada y ¡listo!". Alice no pudo ocultar su sonrisa de satisfacción.
"¿Todo gratis, eh? – dijo Eric, con ojos casi exorbitados ante la idea - ¿Qué estamos esperando entonces para entrar?
"Vaya, vaya. Ya el pobre no sabe qué más hacer para que lo termines de aceptar, ¿verdad? No es justo que lo sigas haciendo esperar, Alice. Termina de una vez de decirle que sí" – susurró Rose, en un tono en el que sólo Alice y yo pudimos oírla.
"Bueno chicos, entremos de una buena vez. Este viento va a destruir mi peinado y ya quiero ponerme al día con ustedes" – Claramente Alice se hizo de oídos sordos ante el comentario de Rose. De todos los chicos que intentaban tener algo con ella, Jasper era sin duda alguna el que más persistencia había demostrado. No era un secreto para nadie que ella no era un blanco fácil de amarrar y muchos de sus antiguos pretendientes desistían en el intento a cabo de un tiempo.
"¡Esperen muchachos! Antes déjenme tomarles una foto". Ángela por supuesto no había perdido el gusto de guardar un recuerdo de cualquier parte donde estuviéramos. Sacó la cámara de su bolso y se dispuso a agruparnos.
"Deja, Ángela, yo la tomo; ya es tiempo de que seas tú la que aparezcas" – le quité la cámara con una sonrisa tímida. No quería arruinar su foto con el ánimo que tenía y ella se dio cuenta porque no dijo media palabra, me devolvió la sonrisa y sin protestar se reunió con los demás que estaban esperando.
Una vez enfocada bien la imagen, cuando me dispuse a presionar el botón alguien tropezó conmigo, haciendo que me moviera y tomara mal la fotografía.
"Lo siento, cielo" – se excusó el tipo, llevando su mano a mi hombro. De inmediato capté su aliento a ron, un olor inconfundible para mí…
¡Isabella Marie!- me escoltó a regañadientes esa voz interna que se hacía sentir cuando mi mente hacía de las suyas y trataba de entrar a la 'Sección Prohibida de Recuerdos' de mi memoria. Ok, ok, ya entendí…
"Está bien, no pasó nada" – le dirigí al hombre al mismo tiempo que me apartaba de su contacto y él notando mi hostilidad siguió su camino.
"¡Perfecto!. No han terminado de entrar al sitio y ya tienen más de cinco grados de alcohol en el cuerpo"- comentó Jess ante lo ocurrido.
Después de mostrar una pequeña sonrisa en aprobatoria a lo que había dicho, me dispuse a fijar de nuevo la cámara y en eso algo me distrajo. Detrás de los chicos pude avistar a un muchacho que bajaba de un deportivo negro y dejaba las llaves al chico del estacionamiento, pero no fue precisamente su carro lo que me llamó la atención: era alto, delgado y de cabellos bronces alborotados, tales como los de cualquiera que se acabara de despertar. Cargaba lentes oscuros y vestía casual: nike negros, jeans, franela blanca en forma de V y encima un saco negro –que se acaba de poner- y era lo único que le daba un aspecto más formal en comparación con lo que llevaba puesto en general. Si me pidieran describirlo en pocas palabras diría que era indescriptiblemente hermoso. Un dios griego era lo único con lo que se me ocurría compararlo en el momento y aún así no creo que hiciera suficiente justicia a cómo realmente era.
Tomando de la mano a una chica alta, blanca, de pelo largo oscuro –si no me equivoco- y sin duda alguna con bustos de esos que tienes pagar para tenerlos, se dirigió directamente a la entrada de la discoteca, sin hacer cola y sin siquiera dirigir la mirada al portero –quien de todas formas no hizo muestra alguna de querer detenerlo- y en menos de lo que pude darme cuenta ya estaba dentro del lugar. Debía tener contactos dentro o ser de esos amigos de los dueños que, sólo por ese título, te hacían creer que eras tan señores del mundo como ellos mismos se sentían en ocasiones como éstas… ¡Otro estúpido arrogante más al fin y al cabo…!
"¡Bella!" – gritaron todos al unísono; seguramente porque no era la primera vez que me llamaron y no les prestaba atención.
"Vuelve a tierra, Isabella. ¿Vas a terminar de tomar la bendita foto, o tengo que pedirle a cualquiera de los que están por aquí que lo haga por ti? Nos estamos congelando aquí" – exclamó Rose, un poco exasperada ya.
"Disculpen chicos, es que… algo me distrajo. Ahora sí… ¿listos?" – y una vez acomodados de nuevo, activé el flash de la cámara y finalmente tomé la fotografía.
N/A: ¿Qué les pareció el primer capítulo? No se olviden de dejarme saber sus opiniones. Hay muuuuchooo por ver, tengan paciencia :) Si les gustó, recomienden la historia a quien puedan :) pronto capítulo 2 ! GRACIAS!
