Todo pertenece a Jane Αusten.


Sonríe

¡Arg! Le molestaba. Le molestaba sobremanera. ¿Cómo podía una persona ser tan fría, tan… indiferente? ¿Cómo podía estar una persona todo el tiempo seria? ¿Acaso no reía jamás?

Estaba frente a ella, conversando con Mr. Bingley de váyase a saber qué cosa en la que ella no prestaba atención, pues estaba demasiado ocupada pensando en él. No terminaba de comprenderlo del todo. Probablemente nunca lo haría.

—¿Y usted está de acuerdo, Miss Bennet? —preguntó con cordialidad el primero. Ella sacó la ahora ruborizada vista de Mr. Darcy y parpadeó un par de veces ante el sonriente rostro de Mr. Bingley.

—Disculpe usted, ¿cómo decía? —preguntó, aún con las mejillas sonrosadas.

—Si considera usted extraño el comportamiento de Mr. Collins —contestó él, acentuando un poco más la sonrisa y mirando de reojo a Mr. Darcy.

Ella giró justo a tiempo para ver como las comisuras de los labios masculinos subían rápidamente, para que luego su rostro retome su siempre presente máscara de indiferencia y altanería. Abrió los ojos, sorprendida, pero volvió la vista a otro lado cuando sus miradas se cruzaron. Como un rayo de nube a nube.

Era, aunque sea, un lindo intento de sonrisa. Pero, ¡que idiota se sentía!

Y, de repente, Mr. Darcy también estaba algo nervioso.


+Nota de la autora:

Mi primer drabble del fandom: 209 palabras. Gracias por leer. ¡No olviden dejar su comentario! C:

Mor.