En este Fic lo protagonizan Santana y Sebastian no como pareja, solo como amigos y cómplices del crimen. Este Fic me lo inspiro otro Fic y la canción Smooth Criminal. No creo que sea muy largo. En fin el Fic es Sebastian x Kurt y Santana x Brittany. Disfruten.

Ladrón robado

Vamos a otro lugar

-Ya es hora – dijo con aburrimiento una chica latina.

-¿Tú te llevas el auto o lo hago yo?-pregunto un chico moreno de mirar verde claro.

-Lo hago yo, tú manejas como loco desenfrenado

-Pues o manejo como loco desenfrenado o nos fregamos la existencia hiendo a prisión.

-Por eso me lo llevo yo de ida y tú de regreso. Al menos quiero unos minutos de tranquilidad en mi auto.

- Y ¿A qué banco iremos esta vez? Tana

-Ya te he dicho Sebas que no me digas Tana, o quieres que yo empiece a llamarte Sebas.

-No, ya capte, entonces Santana ¿A qué banco vamos?

-¿Y si salimos de la ciudad?

-Para ir a donde. Es más ¿Por qué?

- Cleveland es una ciudad de pobres, mejor dicho es un pueblo de pobres. Ya robamos todos los bancos de la ciudad, la gente comienza a sospechar. Te apuesto a que si vamos a un banco solo hallamos 5 dólares, que no nos ayudaran para pagar la fianza.

- Y a donde iríamos.

- A Detroit.

El chico comenzó a reír – Estas loca Detroit es casi lo mismo que Cleveland.

-Tal vez, pero ahí nadie nos conoce, podríamos empezar de nuevo. Nuestra vida aquí está marcada desde que nacimos. Y como ya te dije la gente comienza a sospechar.

- Pero porque Detroit hay mas lugares a los cuales podemos ir.

- En primera porque Detroit esta cerca y yo me quiero ir a la de ya. En segunda porque ahí tengo una amiga que nos podría dejar vivir en su apartamento mientras nos asentamos.

-¿Abría espacio para ambos?

-Por dios Sebastian estamos compartiendo la cama en este mismo momento. Abría espacio para los dos en cualquier lugar. Es una ventaja de que juegues para otro equipo.

-Bueno, en ese caso levántate de la cama vístete y has las maletas.

-Eso es un sí.

-Eso es un ya muévete.

-oh, Gracias, amigo adorado, eres mi niño adorado. –dijo Santana plantándole un beso en la mejilla.

- Como que ya estoy crecidito no.

-Para mi sigues siendo un niño- dijo pellizcando su mejilla.

-Tenias que ser tres meses más grande que yo.

-Si, en edad, pero en madures soy como 15 años mayor.

-Si tanto que aun sigues siendo una bicuriosa sin decidirte.

-Bueno ya mejor vámonos- dijo la chica parándose de la cama para evadir el tema.

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-Que viaje más largo.-dijo Sebastian estirando las piernas.

-Solo fueron 3 horas Señor quejumbroso- dijo la chica con una sonrisa en el rostro.

-Este es el edificio de tu amiga.

-Sí, su nombre es Mercedes. Tal vez este con Kurt.

-¿Quién es él, su novio?

-¿Qué? Ja, no el chico juega para el mismo equipo que tu, pudiera ser que llegues a tener suerte y salgas con novio nuevo. El chico es muy buena onda, mientras no lo hagas enojar.

-Muy chistosa Santana, para que lo sepas yo no me fijo solamente en si son gais, si fuera así saldría con medio país. Además yo por ahora solo busco diversión y si el chico es tan buena onda como dices no me gustaría herirlo.

-Herirlo de que si pasar tiempo contigo es el paraíso-dijo la chica con tono burlón para después empezar a soltar una gran carcajada.

-Sí, chistosa, chistosa.

Ya habían entrado al edificio, así que Santana se dirigió al mostrador donde se hallaba un hombre viendo una película, en una pequeña televisión portátil.

-Disculpe, quiero llamar a la señorita Jones.

-Hay como 5 señoritas Jones en el edificio debe ser mas especifica. –dijo el hombre con una voz ronca, de seguro por el tabaco pues el aroma a este llego a las narices de Santana y Sebastian.

- La señorita Mercedes Jones, creo que vive en el apartamento 3 H

-A ella. Aquí está el teléfono. En el tablero de la derecha puede ver el número del inquilino.

- Gracias.

Santana busco en el tablero el nombre de su amiga, la cual había conocido una semana que Sebastian y ella decidieron separase un rato y ocultarse para evitar problemas. Ambas chicas congeniaron en poco tiempo y se tomaron mucho cariño. Obviamente Santana se había encargado de ocultarle su vida como criminal. Cuando al fin encontró el numero lo marco y el teléfono comenzó a llamar.

-Bueno- Se oyó por el altavoz

-Hola, guapa habla Santana.

- Santana, meses sin verte. ¿Cuéntame que has hecho?

- Tú sabes trabajando (robando) para salir adelante.

-La historia de todos. Habría que vernos un día.

-Pues andas de suerte porque nos podemos ver hoy.

-¿Qué?

-Lo que oíste. Estoy en tu edificio.

-Es enserio. Viniste de pasada a Detroit o que.

-No. Es que necesito que me hospedes a mí y a un amigo.

- Sabes que me encanta ayudar y lo haría con gusto pero casi no tengo espacio.

-Ambos nos conformamos con el piso y una manta.

-¿Es tu pareja?

-No. Es solo mi mejor amigo desde que tengo memoria.

-En ese caso suban. Ya sabes el número. Ahorita estoy con Kurt.

-Me lo supuse. Ustedes son casi inseparables.

-Nos vemos en un minuto. Bye

-Bye.

-¿No podemos quedar?- pregunto Sebastian al ver finalizada la charla.

-Claro. Hay que subir.

Tomaron el elevador, marcaron el piso 3 y cuando el elevador ya subió lo necesario, abrió sus puertas dejando ver un lindo pasillo, alumbrado por unas cuantas lámparas en el techo. Adornado con unos cuantos cuadros. La mayoría replicas de grandes obras. Caminaron por el pasillo dejando atrás diversas puertas.

-Aquí es apartamento 3 H –dijo la chica deteniéndose frente a la puerta.- Esta con su amigo Kurt el que te comente, para que no te sorprendas.

-Bruja – dijo Sebastian – adivinaste que estaría con ella. Bueno y que esperas toca la puerta.

-No soy bruja solo… -La puerta se abrió antes de que la chica terminara de protestar.

- Hola Santana. –dijo una chica de color con el cabello planchado y una gran sonrisa en sus labios.

-Mercedes –dijo la chica abalanzándose sobre ella para darle un abrazo.

-Te vez bien –dijo Mercedes examinando el atuendo de Santana- el negro es tu color aunque te queda más el rojo.

- Gracias, Si yo sé me queda mejor el rojo pero es muy ostentoso para estas horas de la tarde.

-Y este joven ¿quién es?- pregunto Mercedes.

-Ya te dije es mi mejor amigo.

-Si me dijiste eso, lo que no me has dicho es su nombre.

-Sebastian Smythe –dijo este extendiendo su mano-un placer.

-El placer es mío.

-Y Kurt dijiste que estaba contigo –pregunto Santana

-Está adentro por si no te has dado cuenta aun no has entrado.

-Tienes razón, pero pensé que vendría a saludarme, ya sabes todo emocionado es lo que uno espera.-dijo Santana

-El vendría pero lo deje cocinando, ya sabes que tiene un don natural para esas cosas. Pasen, pasen-indico Mercedes moviendo su mano hacia el interior.

Ambos chicos entraron. Y empezaron a observar el apartamento. En un gran mueble había una gran cantidad de discos, la mayoría de divas que pasaron a la historia por su gran voz. Una pequeña pero linda sala ocupaba el centro del área y en una esquina una mesa para cuatro personas.

-¡KURT! Ha llegado Santana.

-¿Cómo ha estado?

-Bien muy bien, ya está consiguiendo llenar más gente en el bar. Y así puede pagarse mejor los estudios. Solo por favor no le digas…

-Porcelana –Dijo Santana abalanzándose sobre un chico que acababa de salir de una habitación.

-…eso.-completo Mercedes.

-Santana ¿Cuándo dejaras de decirme Porcelana?

-Cuando dejes de tener esa hermosa blanca piel y libre de imperfecciones.

-Entonces me tendré que acostumbrar porque eso nunca pasara- rio Kurt.

Sebastian solo puedo quedarse pasmado. Ese chico era simplemente hermoso, tenía una piel hermosa y blanca justo como lo describió Santana, pero además portaba uno hermosos y grandes ojos azul grisáceo llenos de ilusión y brillo. Unos labios finos y rosados, con un ligero rubor en sus mejillas. Esa cara de niño inocente embeleso a Sebastian por varios segundos.

-Y este chico ¿Quién es? Suertuda.-pregunto Kurt

-Soy, eh soy, s.. soy …

-Es mi amigo Sebastian Smythe- irrumpió Santana –tendrás que disculparlo hoy no se tomo sus pastillas para el problema del habla.

-Santana grosera, con eso no se juega hay gente que de verdad tiene problemas. –dijo Kurt indignado.

-Pues no es mi culpa que se quede embelesado por Dios sabrá qué cosa.

-Nunca cambiaras .dijo Kurt con una sonrisa en los labios.

-En fin chicos que los trae a Detroit.

Sebastian y Santana se lanzaron miradas cómplices de auxilio.