No podía
Por más que Nelliel quisiera, ella no podía quitar sus ojos de aquel hombre salvaje de cabello y ojos tan azules como el cielo.
Pero debía hacerlo, las reglas eran muy claras: "La Casa Odelschwanck no debe, bajo ningún motivo, interactuar con la Casa JaeguerJaquez", el mandato principal que había hecho su bisabuelo Barragan, establecido a raíz de una apuesta ridícula donde él mismo perdió una parte de su reino ante Kempachi, su igual de la Casa enemiga.
Habían pasado muchos años desde aquel momento y, para la vergüenza de Nelliel, esa vendetta seguía en pie contra los JaeguerJaquez.
Pero ella no era la única a la que le fastidiaba esto: Grimmjow, el hombre con el que la heredera al trono del reino enemigo soñaba, odiaba esa restricción, más porque le impedía salir con aquella diosa hecha mortal de cabello verde azulado a lugares dignos de reyes.
Y es que mientras ambas familias se odiaban a muerte, los hijos mayores se habían enamorado el uno del otro desde hacía años, todo gracias a un escurridizo conejo que Nell se empeñó a perseguir y Grimmjow a cazar para la cena, chocando ambos luego de horas de persecución a ambos lados de la frontera boscosa entre los reinos.
Si bien su relación no era muy buena en ese momento, fue cuestión de tiempo para que ambos se declararan amor eterno a la sombra de sus familias.
Pero este amor tenía muchas trabas; no solo estaba el odio mutuo entre familias, sino que ambos amantes ya estaban siendo prometidos por sus padres a personas totalmente de su desagrado; para Nelliel, su familia tenía a un hombre alto, de cabellos tan negros como su corazón y una sonrisa que le espantaba el sueño. Para Grimmjow, una chica pelirroja de rostro amable, pero su personalidad le irritaba a más no poder, además de que su cocina le había enviado al hospital en más de una ocasión.
Sin embargo, lo que se había convertido en el mayor problema era que la última noche de amor que habían pasado juntos en un escondite rindió sus frutos y Nell estaba embarazada, aún no era visible, pero esto les estaba dejando muy poco tiempo para actuar.
Todo esto no hizo otra cosa más que convencer a ambos de lo inevitable: escapar.
De jóvenes, ambos bromeaban de fugarse a alguna tierra lejana donde sus familias no los molestaran, pero ahora esas bromas dejaron de dar risa para ser algo serio, dialogar con ambas partes era inútil (el último intento de Grimmjow por llegar a la paz con el padre de su amada termino con una batalla a campo abierto de la cual logro salir ileso), por lo que no quedaba de otra más que reafirmar su elección.
Y es así como es que se encontraban en aquella sala de baile, distanciados el uno del otro por discreción mientras el anfitrión de un Reino amigo daba un discurso sobre la hermandad entre las Casas y la importancia de arreglar matrimonios para asegurar lazos entre distintos lugares. Todos los presentes ignoraban la delicada situación que estaba desenvolviéndose bajo sus narices y es que Grimmjow, a espaldas de sus padres, tenía planeado todo un plan elaborado para salir de ahí con Nell y desaparecer por completo.
Hm
Hace mucho que no escribía fanfics, menos de este estilo.
Disculpen si mi ortografía es mala, estoy desacostumbrada y culpo a mi carrera por ello.
No sé si deba continuarle, por lo que me gustaría saber opiniones.
