Hacia mil años que no escribia un fic y hoy se me dio por comenzar uno... la semana que viene estare comenzando la uni asi que entre eso y el laburo, no se cuanto tiempo tendre para ir actualizandolo con rapidez, pero espero hacerlo una vez por semana.

Este fic hace un salto temporal de unos 6 años, desde la operacion de cuddy.

El titulo hace alusion a la canción de Ismael Serrano y ya veran por que, no en este ni en el proximo capi... sino dentro de varios. Espero que lo disfruten y que la inspiracion no se me vuelva a ir.

Sin mas preambulos, el capi.


-Ya llegue cariño!

Lisa se quito los zapatos apenas entro a su casa, hacia ya 8 días que volvía del hospital en tren y las cinco cuadras que debía caminar desde la estación esta su calle se le hacían eternas sobre sus tacos de 10 cm. Tiro las llaves en la mesa del recibidor y sonrió al ver a Rachel salir de la cocina con las manos llenas de harina, dispuesta a saludarla.

-Otra vez me estas cocinando tu?- lisa le beso la frente y le desarregló el cabello mientras la niña sonreía.. ya había cumplido los 11 años y estaba enorme, ya era toda una señorita.

-Papá tenía ganas de comer pizza, así que estamos cocinando unas nosotros- ni bien la niña termino la frase, por detrás apareció su "papa" abrazándola con fuerza y mirando a lisa con ternura

-Como te fue en el hospital?- aun abrazado a Rach, le dio un bonito beso en los labios –yo termine temprano y vine antes… espero que no te haya molestado.

-La reunión se alargo más de lo esperado- lisa se quito la chaqueta y él se la cogió como todas las noches

-Ven.. la comida ya esta lista, déjame poner la mesa.. tu lávate bien las manos que te chuparas los dedos con la delicia que te hemos cocinado!

Cuddy los dejo solos y se fue para el baño, pensando lo afortunada que era de tener un hombre como él en su vida… no había mejor esposo que James Wilson.

Se metió en el baño y recogió un poco el cabello, se lavo el rostro con agua tibia y se quedo mirando su reflejo, faltaba poco para cumplir los 50 años y aunque se mantenía increíblemente bien, los años le habían dejado marca. Se coloco una de las cremas que usaba diariamente para no perder la suavidad de su piel, algo que james siempre elogiaba.

Llevaba el cabello bastante más corto y enrulado, gafas pequeñas de marco ancho que resaltaban sus hermosos ojos… había engordado algunos kilos pero le sentaban de maravilla… había pasado mucho tiempo. Suspiró. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que lo había visto, también. Pues aunque Lisa agradecía cada día haberse casado con James… también se preguntaba como hubiera sido su vida si se hubiese quedado con Greg, como hubieran sido las cosas… si ella no lo hubiese dejado ir.

Pestaño un par de veces y luego volvió a mirarse al espejo, sacándose esas ideas de la cabeza. Se desabrocho el sostén y se lo quito sin la necesidad de sacarse primero la blusa. Se miro por última vez al espejo y salió del baño dispuesta a comer unas ricas pizzas.

En la mesa del comedor ya la estaban esperando; estaba todo servido, impecable… Desde que se había casado con James cada cena era así: flores en la mesa, alguna que otra vela y comida casera exquisita.

-Como te fue en el colegio, mi vida?- pregunto Lisa mientras Wilson servia pizza para sus dos mujeres

-Pues…normal- la niña sonrió, y quien no supiera que era adoptada, hubiera dicho que tenía la misma sonrisa que su mama.

-Tu cada vez mas escueta eh!- la madre la regañó con dulzura, eran muy pocas las oportunidades en que la retaba o alzaba la voz, su niña era una dulzura hecha persona y sabia que eso debía agradecérselo en gran parte a James. Ahora miró a su esposo- Y a ti? Perdona que hoy no pudimos ir a almorzar… estuve muy ocupada con la gala

-No te preocupes… yo tuve un día tranquilo…-sonrió como siempre, james siempre sonreí y así continuaron cenando.

Luego de que tomaran el postre mirando la televisión en la sala, Rachel se fue a dormir y la pareja se quedo sola en el salón.

-Esta enorme- dijo Lisa quien estaba recostada sobre el pecho de James. Este le acariciaba el cabello y el cuello a todo momento- Parece ayer cuando era solo una bebita y ahora… dios! Que vieja que estoy!- ambos se largaron a reir de golpe, mirándose a los ojos.- Te amo, lo sabías, no?- el oncólogo asintió mientras pasaba las yemas de sus dedos por los labios de su mujer

-Yo también te amo a ti; Lis- El terminó cogiéndola en brazos y la llevo así hasta su habitación, ambos iban en silencio, besándose a penas.

Hicieron el amor como cada noche. Ella se acurrucó a su lado y pasó su brazo por la cintura, pegándolo más a ella, para que la abrigara en la noche. Alzo la vista y sonrió. Después de todo, las cosas no había salido mal.