La verdad es que yo moría por esta historia desde hace mucho, es uno de mis fics preferido. Y lo cierto es que la idea me gustó tanto, que quise hacer una historia con una trama similar. Se me ocurrieron muchas ideas para el fic que iba a ser Dulce deseo, Amarga realidad, pero creí, en realidad, es mejor hacer una historia de una idea que haya nacido de uno mismo. Además no quería pensar que estaba copiando una idea, en cierta forma, a pesar que ambas historias iban a ser completamente distintas. Por lo que he decidido hacer la tarducción de este fic, en lugar de hacer uno que me lo recuerde.
La historia original es de Ashla, y la pueden encontrar en The Pokemon Tower.
Espero les guste tanto como me gustó - y sigue gustando - a mí.
Rated: PG 13 por referencias sexuales.
Pairing: Ash/Misty (EL ORIGINAL) - no existe May ni Dawn ni los nuevos.
Disclaimer: Pokemon no me pertenece.
Exposing the Truth
By Ashla
Traduction By Maureen
Brillantes luces reflejadas en el agua de la piscina, creaban un efecto centellante en su superficie. Mesas y sillas la rodeaban, todo listo para esa noche.
Ash Ketchum paseaba por el lugar, dándole los toques finales al punto de reunión.
'Esta noche va a ser lo máximo.' Pensó mientras contemplaba con gusto su casa en Goldenrod.
Había ganado todas sus medallas, completado todas las ligas que le quedaban pendientes y conseguido un título del cual se sentía orgulloso. En esos momentos se estaba dando un merecido descanso, alistándose para la fiesta de esa noche, donde celebraría su vigésimo primer cumpleaños. Había invitado a todos con quienes había amistado en su largo viaje, todos varones, claro está. Iba a dar una fiesta solo para hombres, y Brock le había prometido una sorpresa especial. Ash rió entre dientes para sí mismo, ya que no necesitaba ser adivinar mucho para saber mas o menos de qué trataba aquella "sorpresa especial".
'Probablemente alguna Enfermera Joy, u Oficial Jenny…'
Sintió un escalofrío en su espina al recordar lo que había pasado en el cumpleaños veintiuno de Brock.
No queriendo revivir las imágenes en su mente, se distrajo con el resto de la casa, asegurándose de que hubiera suficiente bebida para la toda la noche. Echó un vistazo al reloj de la cocina y sonrió.
- Solo faltan tres horas. -
- ¿Pikappi? –
- Oh, Pikachu. – dijo a si pequeño amigo. - Ya es hora de llevarte al Centro Pokemon, te quedarás ahí esta noche. –
Ash tomó las demás pokebolas y le dedicó una sonrisa a su pequeño mejor amigo.
Pikachu saltó al hombro de Ash y le devolvió la sonrisa.
- Pikachu pika chu chu pikachu Pikapi. -
- No puedes quedarte porque van a haber bebidas y no quiero que se repita lo de la última fiesta a la que fuimos. – explicó.
Ash miró a Pikachu, quien avergonzado se rascaba la parte trasera de la cabeza, cosa que seguramente había sacado de Ash.
- No quiero que ninguna Enfermera Joy me sermonee por tener un Pikachu ebrio de nuevo, así que tú y los demás se quedan con ella esta noche. -
Ash salió de la casa y cerró la puerta. Se encaminó al Centro Pokemon mientras pensaba sobre la fiesta que se venía.
- No puedo esperar… -
**
Ash se separó del animado grupo para atender la puerta. Cuando abrió sonrió.
- ¡Hola, Richie! -
- Hola, Ash. – saludó su amigo. – Es genial verte de nuevo. – el chico de cabello castaño le entregó un pequeño paquete envuelto en papel plateado. – Feliz cumpleaños. – le sonrió.
- Gracias. Ven, entra. – dijo Ash a la vez que tomaba el regalo y sostenía la puerta abierta.
Richie le agradeció y entro a la casa. Ash cerró la puerta una vez más y miró hacia la sala. Ya estaba bastante llena y solo eran las diez de la noche. Llevo el pequeño paquete a su cuarto, donde lo dejó con los demás obsequios. Luego volvió a la sala con los demás. Tomó una lata de cerveza y se reintegró al grupo.
Brock se sentó en el medio, esparciendo detalles sobre su cita de la noche anterior, para el disfrute de muchos chicos presentes. Ash rió y meneó la cabeza, a la vez que tomaba un trago de su bebida.
- ¿Qué tal estuvo ella, Brock? – preguntó Gary, atento a cada detalle.
- Ohh, Gary. – rió Brock entre dientes al mismo tiempo en que levantaba su lata. – No sabes lo que es vivir hasta que pasas una noche con ella. –
Gary rió también.
- Claro, eso dices de cada chica con la que sales. – le dijo.
- Cierto, pero las rubias me mueven el bote. –
- Brock, ¿Alguna vez hablas de otra cosa? – interrumpió Ash, para el disgusto de Gary.
- Seguro. Mi centro de crianza Pokemon siempre es el tema principal de mis conversaciones. – dijo Brock y se recostó en su silla.
- Si, solo cuando no anda babeando por aquella asistenta que tiene. – murmuró Tracey a Ash y ambos rieron.
**
Pasaron dos horas y la fiesta continuaba…
- Bueno, yo diría que todo ya estamos aquí. Así que, ¿Por qué no salimos a la piscina? – sugirió Ash.
Los demás asintieron. La mayoría de los chicos, en los que se incluían líderes de gimnasio, amigos, y amigos de amigos, abandonaron la sala para empezar la fiesta afuera. La música se escuchaba fuerte y la cerveza corría por el lugar.
Ash estaba bailando y cantando en voz alta con algunos amigos la canción que se estaba tocando, hasta que un chico de cabello azul se acercó a Brock. Lo apartó del grupo y le dijo algo al oído. Brock sonrió y le respondió algo en voz baja, ambos rieron y luego se separaron. Brock fue hacia el micrófono y bajó un poco el volumen de la música, de modo que los invitados pudieran oír lo que estaba a punto de decir.
- Muy bien, chicos. He organizado algo divertido para todos ustedes, en honor a Ash, quien hoy cumple veintiuno. ¡He conseguido a la mejor chica de toda la ciudad solo para ustedes! – sonrió con satisfacción mientras la multitud de chicos vitoreaba y alzaban sus bebidas.
Ash se unió al grupo y barrió el lugar con la mirada.
'Me pregunto dónde estará.' Pensó y se volvió hacia Brock.
Brock se acercó hasta donde estaba él.
- Esta me salió bastante cara así que más te vale que te guste. – golpeó con un puño su hombro de broma y se dirigió a su asiento, lejos de la pista de baile.
Ash hizo un ademán de seguirlo, pero fue detenido por Tracey y Gary.
- Ohh, no, Ash. – rió Gary. – Tú no te sentarás con nosotros. -
- ¿Ah no? – preguntó confuso.
- No. Es tu fiesta así que tu lugar es el trono. – dijo Tracey y señaló con la cabeza una silla que estaba en medio de la pista de baile, del escenario, cubierta con un mantel rojo.
Ash enrojeció de repente.
- No pienso subirme en esa cosa. -
- Oh, si lo harás. Es el mejor asiento de la casa. –
Gary y Tracey llevaron a rastras a su amigo hasta la silla el medio.
- Y solo para hacerlo más divertido, vamos a vendarte los ojos. -
- ¡Oh, vamos chicos! – se quejó Ash. Los demás reían.
Habían planeado todo eso y no le habían dicho nada de nada.
Brock se acercó y cubrió los ojos de Ash con una venda negra.
- Suertudo. ¡Disfruta del show! – se alejó riendo.
Ash apretó los brazos de la silla y respiró hondo, intentando calmarse. Al poco rato se relajó. Se recostó y sonrió.
- Entonces, ¿A qué hora llega ella? – preguntó.
- ¡Ese es el espíritu! Aquí viene ella. – dijo Brock. De pronto una música sexy empezó a sonar.
Ash se acomodó en su asiento. De pronto, todos los chicos comenzaron a silbar y vitorear. Algunos murmuraban cosas y luego sintió una mano estrechar su rostro con suavidad. Ash soltó una risita e intentó seguir la dirección de aquella mano, levantándose de su asiento. Pero ella lo empujó de vuelta a este, y luego sintió un peso de más sobre sus piernas. Estaba ahora sentado al borde de la silla, con la chica sentada a horcajadas en su regazo. Su corazón latía fuertemente, y deseaba ver el rostro de aquella chica…
Empezó a besar a Ash y tomó una de sus manos, colocándola sobre uno de sus pechos. Los ojos de Ash se abrieron como platos por debajo de la venda al sentir la piel desnuda que tocaba. Intentó sacar la mano pero la chica la sostuvo donde estaba. Tomó su mano libre e hizo lo mismo, esta vez estrujando la mano de él contra su pecho a la vez que lo besaba.
Cuando ella entrelazó sus brazos al rededor del cuello de Ash, fue cuando pudo librarse de esa incómoda sensación, bajando el nivel hasta su fina cintura. Había empezado a disfrutar de los besos, pero ella se retiró y levantó de sus piernas. Supuso que se había tomado un tiempo para bailar para el resto del público, ya que los chicos empezaron a gritar como locos una vez más. Soltó un suspiro pesado y se recostó en el respaldar del asiento, esperando a que ella volviera.
En menos de un minuto, ella lo agarró de las manos y lo haló fuera de la silla. Se quedó quieto, totalmente perdido y sin saber lo que ocurría. Escucha el murmullo de muchos, risas y más vítores.
'¿Qué está pasando?' pensó algo nervioso.
De repente sintió un par de manos que recorrían el contorno de su pecho. Se congeló. Aquella chica estaba justo detrás de él, recostándose en su espalda y envolviéndolo con sus brazos. Recorrió sus dedos por su pecho y luego bajó lenta y seductoramente hacia su estómago. Ash tragó saliva cuando ella metió las manos debajo de su camisa y empezó a recorrer la piel desnuda de su torso. Sus manos alcanzaron la parte alta de sus pantalones, y sintió como las metía en sus bolsillos delanteros. Se sintió bien de haberlos vaciado en la mañana y haber dejado su dinero a salvo en su dormitorio. Esa tranquilidad desapareció cuando la chica deslizó una de las manos a una zona más frontal y baja.
- ¡WHOA! – exclamó a la vez que retiró las manos de ella. Avanzó un paso y se dio media vuelta. – De ninguna forma, manos alejadas de ahí. – dijo.
- Oh, vamos. – escuchó decir a la chica. – ¿Que no quieres a una chica como yo? –
Escuchó al grupo de chicos que gritaba a lo lejos "¡POR SUPUESTO QUE SI!", pero Ash no estaba muy seguro de eso.
- Ni siquiera sé como eres, uhm… señorita. – dijo con algo de torpeza.
- Muy bien, - dijo ella mientras corría sus manos por los hombros de él. – Tal sería bueno que quitara esa molesta venda, ¿Hmm? –
Antes de que pudiera decir alguna otra cosa, la venda se había ido. Entrecerró los ojos y se los frotó, intentando acostumbrarse a la intensa luz del escenario. Estaba de frente a todos sus amigos, de modo que giró lentamente en busca de aquella misteriosa chica que hacía un rato estaba bailando para él. Al verla, se sorprendió y su mandíbula pareció colgar. No solo era ella la chica más hermosa que había visto jamás, pero solo para hacerlo mejor – para él – estaba parada frente a él usando nada más que tacones negros altos y una tanga. La miró de abajo hacia arriba, y cuando la vio de frente, sintió que el aire escapaba con fuerza de sus pulmones. Su rostro le recordaba al de un ángel, pero por alguna razón, se le hacía bastante familiar. Notó que su boca estaba abierta y rápidamente la cerró, sonrojándose.
Ella también lo miraba como si se hubieran visto antes. Cruzó sus brazos sobre su pecho desnudo y lo miró de pies a cabeza.
- ¿Te conozco? – le preguntó la chica.
- Iba a preguntarte exactamente lo mismo. – le dijo Ash. - ¿Cómo te llamas? –
- ¿De que rayos hablan? – se quejó un chico entre el grupo de espectadores.
- ¡Estas arruinando el show Ketchum! – dijo otro.
- ¿Ketchum? – preguntó la chica con los ojos abiertos como platos.
Ash le lanzó una mirada asesina al par de chicos que le habían gritado.
- Así es, soy Ash Ketchum. – volvió hacia la chica. – ¿Y tú eres? -
- Ash, soy yo. Misty. –
- ¡¿QUE?! –
Continuará...
- Maureen
