Mycroft se pasó por enésima vez las manos por la cara. Sherlock no podía hacer otra cosa que disfrutar del espectáculo, le encantaba ver a su hermano tan exasperado. Y lo mejor esta vez no había tenido que esforzarse lo más mínimo para llevarlo a ese estado. Esta vez no era mérito suyo.
- Borra esa sonrisa estúpida de la cara, Sherlock (dijo molestó Mycroft levantándose del viejo sillón de lectura). No tiene ni pizca de gracia.
- Sí que la tiene (dijo sin dejar de sonreír)
- No, no la tiene (le dijo fulminándolo con la mirada y agarró su pesada gabardina para salir del apartamento de Sherlock)
- ¿Vas a ir tu mismo? ¿No vas a enviar a una de tus asistentes? ¡Vaya! Ahora me siento algo celoso (dijo Sherlock mofándose de su hermano un poco más)
- Sherlock reza porque no me entere que sabías algo de esto…(le dijo muy amenazante. Sherlock tomó su abrigo y sin dejar de sonreír se puso la bufanda) ¿Vienes? (dijo fingiendo sorpresa)
- Por supuesto. Esto no me lo perdería por nada del mundo (y ambos salieron del apartamento con prisa)
Sherlock y Mycroft entraron en el coche oficial de Mycroft, Mycroft no dijo nada solo miró en el retrovisor al conductor y asintió con la cabeza. Era obvio que Mycroft ya había dado ordenes de donde dirigirse antes de parar por el apartamento de su hermano menor. Y eso solo ya hizo que Sherlock se divirtiera aún más. Sino fuera porque sabía perfectamente cual iba a ser la reacción de Mycroft, Sherlock habría sacado el teléfono y se hubiera puesto a grabarlo. Pero afortunadamente su teléfono contaba con grabadora de voz que podía activarse con solo tocar un botón lateral. No era lo mismo que ver la cara de su hermano pero contaba con que fuera suficiente para atormentarlo en un futuro a Mycroft.
