El ultimo deseo de la 8va

Prologo

Bueno, esta es mi primero historia n.n y no se si estara bien, de todas formas no sean tan crueles. Para ir aclarando un poco, esta historia va a girar en torno a Haru(mi personaje favorito n.n) y de antemano voy diciendo que va a ser un TsunaxHaru.

Era una noche muy fría en la tranquila Namimori.

Estaba nevando y la gente se apresuraba a llegar a sus casas. Nana llegaba de hacer las compras para preparar la cena, Tsuna y los demás la esperaban.

Cuando llego, Lambo e I-pin se le abalanzaron encima.

-Mama, mama! Tenemos hambre!- dijeron a dueto.

-Arara esta bien Lambo-chan, I-pin-chan les preparare una cena deliciosa cena- respondió Nana amablemente como siempre. Lambo e I-pin se alegraron y se pusieron a jugar hasta la cena.

Mientras tanto en la habitación de Tsuna, el sufría con las enseñanzas de Reborn, teniendo que soportar golpes, patadas y uno que otro explosivo; se suponía que Tsuna tenia un examen que presentar mañana y Reborn le estaba "ayudando".

-De veras que eres el inútil Tsuna, no has acertado ni una- le reprochaba Reborn al pobre Tsuna.

-¡Como quieres que te de una buena respuesta contigo golpeándome por lo que sea!- reclamaba Tsuna con vendas por todo su cuerpo.

-Tu como el decimo deberías de aceptar tus castigos- decía Reborn con la mayor frescura del mundo.

-¡Que castigo ni que ocho cuartos!- Tsuna no encontraba lógica a los argumentos de Reborn(ni yo -.-U)

Pero Reborn ni le hizo caso, este solo bajo a la cocina, ya era hora de cenar.

-AH! PERO NO ENTENDI NADA! Y EL EXAMEN ES MAÑANA!- Tsuna suspiro resignado y decidió que ese problema lo resolvería después, por ahora solo quería disfrutar de la deliciosa comida de su madre.

En otro punto de la ciudad; una figura se movía ágilmente por los techos de los edificios. Era una mujer, pero no se podían distinguir muy bien sus rasgos gracias a la oscuridad. Mientras saltaba conversaba con alguien por un transmisor.

-Tardaste mucho en llegar- dijo una voz masculina en tono de reproche.

-Lo que importa es que ya estoy aquí ¿no?- respondía despreocupadamente la mujer.

-Como sea, pero que no se vuelva a repetir; ¿lo encontraste?- pregunto aquella voz.

-Aun no, pero ya debo estar por llegar a su casa- La mujer, cansada de tener que darle explicaciones, colgó su transmisor y lo tiro sin el menor arrepentimiento.

-Ahora si podre trabajar bien- La muchacha sonrió ampliamente. –"Con que el decimo Vongola, ha de ser un persona muy interesante"- y con este pensamiento apresuro su paso a la casa de Tsuna.

Estando a solo unas calles de su objetivo, algo o mejor dicho alguien la detuvo.

La mujer pudo ver a una joven salir de una pastelería , era una chica de cabello marrón claro y atado en una coleta, los ojos del mismo color; la cual llevaba un enorme pastel de fresa. La vio perderse lentamente en la nieve.

Se quedo perpleja por un momento, luego volvió a la realidad.

-Esa chica…podría ser que…- quedo pensativa un buen rato.