Este OS va dedicado con todo mi amor y cariño a Nana Uchiha S mi hermana y compañera Yakuza.
Te amo, ojala hayas pasado un lindo día en tu cumpleaños.
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Ámame
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— Ámame... por favor, aunque tú no sientas nada — gimoteó con dolor — solo... ámame.
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— ¡Ella es mía! — Bravo furioso — Y siempre lo será no importa lo que hagas...
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— Te amare pero tu tendrás que aprender a amarme en compensación — susurró contra su cuello.
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Escuchó la puerta cerrarse con violencia. Pasó una de sus manos por su cabellera, soltó un suspiro y cerró los ojos. Una rara sensación se asentó en su pecho, el estomago se le hizo un nudo al tiempo que escuchaba el tic-tac del reloj.
Era un estúpido, lo sabía y aun así no se arrepentía.
Volvería a hacerlo si el tiempo regresaba y se le daba la misma oportunidad.
Porque la deseaba como nadie, como ni el mismo rubio podría hacerlo jamás; había trazado una línea que juro no iba a traspasar pero el mismo rubio lo había orillado a ello.
Al dejarla libre... con los sentimientos rechazados y expuestos a la lastima ajena. Su dolor había mitigado su frialdad, había menguado su insensibilidad y le habían hecho ver lo que en verdad sentía.
Porque había querido negarlo durante mucho tiempo... negar su sentir para con ella, lo que su presencia y sus palabras causaban en su pecho.
Pero no había podido, al final aquella frágil chica había logrado colarse en su coraza y ver cómo era realmente.
Sí, debió de haberla apartado cuando se le insinuó, cuando lo invito a tocarla y adorarla como ningún hombre lo había hecho; no obstante, el calor de su cuerpo subió tanto como el suyo y su interior se había mojado por sus caricias.
Quizá ella hubiera pensado en otro... pero cuando probó las mieles del placer era él a quien veía, a quien suplicaba por más. Por eso no había parado... por ello siguió venerando su cuerpo con pasión.
Tampoco debió de haber disfrutado el triunfo ni la sensación del apremio que la Hyuga tenía por ser amada. Empero no podía dejar que aquella fragilidad fuera tomada por alguien más, ella no se lo merecía, de ninguna forma.
Por ello no se arrepentía de haberle hecho ver a Naruto que ella ya no lo necesitaba, que ahora era a Uchiha Sasuke a quién su corazón amaba y deseaba, esa misma era la razón por la que le había abierto la puerta... para que la observara descansar sobre su lecho, aun cuando eso había significado dejar visible el cuerpo que ahora era suyo por completo.
Quizá ella se lo reclamaría al enterarse pero no quería pensar en aquel problema, no ahora. Además Hinata había tenido culpa, por haber fingido no darse cuenta del deseo que se manifestaba en sus ojos ónix, por ignorar los sentimientos que sus palabras intentaban ocultar. Por llegar tan rota y ahogada en alcohol hacía solo veinticuatro horas.
Ella también tenía culpa... por pedirle que la amara.
Se levanto de la silla donde había reposado y se encamino con paso suave hacía la ventana, quiso sonreír al ver al rubio parado en medio de la desolada calle, tan deprimente y dolido. Pero no lo hizo porque a final de cuentas ese idiota era su mejor amigo... casi un hermano.
Giró su vista al escuchar la voz adormilada de la Hyuga... estaba intentando cubrir su desnudez con la sábana mientras intentaba acomodar las palabras que expresarían su sentir. Avanzó hacía ella mirándola complacido, tomó su mentón y la obligó a mirarlo, ella intentó resistirse pero cedió al final.
Deseó poder hablarle, decirle lo mucho que representaba para él pero no lo hizo... porque las palabras eran un estorbo para él y las acciones eran lo que permitían a su corazón comunicarse abiertamente.
La besó lentamente, saboreando su boca, tomándose el tiempo que le sobraba. Hinata se quedó estática un momento pero poco a poco se dejo llevar, correspondiéndole de la misma forma que lo había hecho minutos antes.
Entre el silencio y la oscuridad de la habitación el deseo que en ambos había sido mandado a reposar fue revivido cual fénix.
Mas Sasuke se aparto un momento para poder mirar sus orbes blanquecinos, el sonrojo se había acrecentado pero sus pupilas estaban dilatadas por la lujuria.
— ¿Estás segura? — Preguntó con algo de frialdad, la misma que salía a frote cuando su orgullo se veía amenazado.
La peliazul asintió levemente, por su parte Uchiha negó con la mirada.
Quería escucharla decirlo, pedírselo de la misma manera en que le había exigido llenar su ser. Estuvo a punto de perder la calma cuando su voz se manifestó en un ruego.
— Estoy segura... yo te quiero Sasuke-kun. — Vislumbro su trago duro y bufó — Aprenderé a amarte... — contesto ella con apuro — incluso más que a él...
Ansió decirle que no le creía mas confiaba en lo que sus orbes platinados le decían.
Por segunda vez en la noche la tomo entre sus brazos mientras le enseñaba como un hombre amaba a una mujer... Como Uchiha Sasuke podía amar a Hyuga Hinata... pero sobretodo...
Como un corazón herido era todavía capaz de amar.
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Notas: Las primeras frases son diálogos que pertenecen a otros capítulos que haré, esos serán drabble que explicarán los sentimientos de cada personaje. Este es el final, por lo que el último drabble que escribiré será el primero que correspondería a Hinata.
Es mi primer SH así que espero no haya salido feo o muy OoC pero entiendanme jajaja pase mucho tiempo persignándome al ver este paring (?) Ok no tanto así jaja.
Críticas, comentarios, sugerencias y consejos son bien recibidos siempre y cuando sean respetuosos sino por favor ahorrense la molestia de escribirlos y a mi de leerlos.