¡Hola a todos! Este es mi primer Fanfic Klaine y la segunda vez que publico algo aquí. Espero que si leyeron Just a Weekend ( el cuál tiene muchos errores ahora que lo revisé ) y les gustó este igual les guste. Aún no sé cada cuando pueda actualizar, sólo sé que será una vez por semana. No los aburro más. Disfrútenlo.
Capítulo 1: Mi Loca Familia
~^~ Kurt's Pov ~^~
Voy a morir...
En definitiva, voy a morir...
¡Malditos nervios! No pudieron elegir un mejor momento para aparecer que ahora. Vamos Kurt, tu puedes, recuerda... ¡Eres un Hummel! ¡Puedes hacer lo que sea! Hagamos que mamá se sienta orgullosa esté donde esté.
- Muy Buen día a todos aquí presentes – Inicié - Gracias a todos por honrarnos con su presencia aquí - ¿En serio? ¿Fue lo mejor que pudiste improvisar? ¡Anoche tenías un discurso! ¡Sólo sigue como ensayamos! - Este año me tocó a mí dar unas palabras de agradecimiento, por todo lo que ustedes, maestros y padres han hecho por nosotros. Dejándonos más que simples conocimientos que a la semana de vacaciones olvidaremos - Todos rieron a mi comentario ¡Bien! Ya es algo - Nos dejaron grandes enseñanzas que usaremos continuamente en nuestra vida, hicieron tantas cosas por nosotros que no creo tener el tiempo suficiente para nombrarlas. Así que lo resumiremos a simples palabras... –
- ¡Gracias por todo! - Gritó toda la generación de alumnos detrás mío con una leve inclinación.
Después de ese vergonzoso momento la ceremonia de clausura continuo normal... Clausura... Esa simple palabra que genera en mí muchos sentimientos, tantos que a veces llegan a marearme. Aún no puedo creo que me haya graduado de la escuela media con honores... ¡Es un sueño hecho realidad!
Finalmente, este es mi último día en ésta escuela, siguiente parada William Mckinley High School. ¡Soy tan feliz! Entraré a la misma secundaria que mis hermanastras Quinn y Brittany. ¡Las amo! Esas chicas son las mejores que pude tener como mi nueva familia. Y qué decir de Angélica, mi madrastra, ¡Es fantástica!
Quién diría que después de la muerte de mi madre, mi padre y yo lograríamos encontrar el calor de una familia nuevamente, ¡Y con la nueva vecina!
Según papá fue amor a primera vista, de ahí siguieron las salidas, y cinco meses después ¡BOM! la boda. Aún recuerdo la hermosa sonrisa en el rostro de papá cuando estaban dando sus votos. Fue un mágico momento, uno que me lleno de dicha al ver lo feliz que era mi padre, tenía una genuina sonrisa, una que llevaba tiempo sin ver.
En esa boda no sólo el ganó una compañera para continuar su vida, también encontró la oportunidad de ser una figura paterna para dos hermosas chicas. Siempre que le pregunto "¿Hubieras preferido tener una hija?", recibo la misma respuesta "Kurt, tu eres todo lo que yo siempre quise, eres el Sol que ilumina cada uno de mis días, y la Luna que evita que la oscuridad me cegué durante las noches. Nunca dudes que te amo con cada fibra de mi ser". Aún con todo eso yo sé que en el fondo siempre ha querido tener una hija.
¿Qué si me siento celoso o triste? Para nada, él me ama y yo lo amo, eso es suficiente para mí. El verlo sonreír cuando escucha a mis hermanas hablar sobre la escuela durante la cena, o cuando cepilla el cabello de alguna de ellas es sólo un bono extra. Esas chicas son las hermanas que yo siempre desee, son mis confidentes, las que calman mis pesadillas, las que me aconsejan sobre moda, cosa que realmente no necesito porque mi gusto es sencillamente exquisito, y sobre todo, son mis mejores amigas.
Angélica es un amor, en todo el sentido de la palabra. Siempre que estoy triste ella se acerca para preguntarme la causa, me abraza y promete que todo mejorará. Esos momentos son perfectos, claro que las tardes cuando nos sentamos en la sala a compartir chocolate con malvaviscos y hablar sobre cocina y chismes son mejores. Es más que la simple compañera de mi papá, y aunque sé que ella nunca suplirá a mi verdadera mamá, ella se ha ganado un lugar en mi corazón, tanto que he llegado varias veces a llamarle mamá.
Aún recuerdo la primera vez que se lo dije, estaba llorando sobre su hombro, mientras ella sobaba mi espalda, fue un momento como muchos otros, donde la tristeza de la ausencia de mi madre me superaba. Lloraba en su hombro mientras ella sobaba mi espalda y susurraba palabras de aliento en mi oído. Fue justo en el instante que ella besó mi nuca que todo mi cuerpo se relajó, mis lágrimas cesaron y de mis labios salió "Gracias... mamá". Sus ojos se llenaron de lágrimas y ternura, susurró un simple "De nada... hijo". Desde entonces somos aún más unidos.
Luego de unos minutos de "Desconectarme del mundo", como dice Quinn, Dirigí mi mirada al maestro de ceremonias que nombraba uno a uno a todos los graduados.
-Kurt Hummel- Anunció.
Me encaminé hacia él en medio de aplausos, tomé mis documentos, lo abracé y susurré un "Gracias", para después reunirme con mis compañeros.
-Damas y caballeros, los graduados de la generación 2006-2014- Presentó, segundos después cientos de aplausos inundaron el patio.
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- ¡Felicidades Kurty! - Gritó Britt abrazándome fuertemente.
- ¡Quítate Britt! ¡Es mi turno de abrazarlo! - Se quejó Quinn aventándola para abrazarme más fuerte de lo que lo hizo su hermana.
- ¡Oye! ¡Yo lo estaba abrazando! ¡Devuélvemelo! - Tomó mi brazo izquierdo jalándolo con fuerza.
- ¡Tú misma lo dijiste! Estaba en tiempo pasado, ahora me toca a mí - Tomó el derecho jalándolo con la misma fuerza.
- Chicas, sé que soy tan adorable que les dan ganas de abrazarme siempre, pero si no me sueltan me van a partir en dos - Intenté, sin ningún resultado, zafarme de las dos locas que tengo por hermanas. No me malinterpreten, las amo, pero hay momentos, como éste, que solo quiero alejarlas lo más posible.
- Ya niñas, déjenlo en paz, les recuerdo que no son las únicas que quieren abrazarlo - Les pidió Angélica, salvándome de las garras de esas dos. Una vez libre me restiré la ropa.
- Ven aquí muchacho - Dijo mi padre abriendo los brazos invitándome a entrar en ellos.
Sin nada de demora, me lancé, literalmente, a sus brazos, enrollando mis piernas en su cintura y mis brazos en su cuello, acariciando su pecho con mi nariz como lo haría un niño de 6 años, desequilibrándolo un poco, pero a los segundos se acostumbró, como siempre lo hacía. Obviamente no podían faltar los "Awww" y "¡Qué adorable" De parte de mis hermanas.
Después de unos cuantos minutos así me baje y abracé a Angélica... Claro que no de la misma forma, ya que a ella podría tirarla, pero sí con mucho cariño.
Una vez que la ronda de abrazos terminó nos fuimos hacia el auto, claro que la típica pelea de mis hermanas por elegir el asiento delantero junto a papá no sé hizo esperar. No entiendo por qué siempre hacen lo mismo, siempre les da el mismo resultado. Angélica se sienta ahí.
- Bien, ¿Qué quieren comer? - Preguntó papá, y ohoh... mala idea, ¿acaso nunca aprende?
- ¡Comida Italiana! - Gritó Brittany.
- ¿Estás loca? - La golpeo "amistosamente" Quinn - ¡La comida Francesa en mejor!
Y ahí viene otra pelea... Ahh... En serio, no puedo creer que dos personas que pelean por todo puedan vivir bajo el mismo techo sin matarse.
- Muy bien, muy bien - Las paró papá - Dejemos que el graduado elija.
- ¿De verdad puedo escoger? - Grité aplaudiendo emocionado.
- Claro que sí, cariño - Respondió Angélica sonriendo.
- Entonces... ¡Pizza! - Alcé mis brazos y sonreí mostrando todos mis dientes.
- Pizza será - Papá encendió el auto, el cual estaba repleto de mis gritos de emoción.
- Psst... Kurty - Susurró Quinn - Te tenemos un regalo.
- ¡Me encantan los regalos! - Me emociones tanto que no medí la fuerza de mi voz, llamando la atención de nuestros padres.
- Ten - Britt me dio una bolsa celeste - Es un traje que compramos Quinn y yo para felicitarte por graduarte con honores.
- Un traje... Pero los trajes que me dan siempre son vergonzosos, no lo quiero, es el peor regalo que me han dado - Les devolví la bolsa.
- ¿Quién dijo que éste era tu regalo? - Dijo Quinn dejándome confundido... si éste no era... entonces... ¿Cuál es mi regalo? - Para darte tu regalo debes usar éste traje hasta que lleguemos a casa.
- ¿Qué? ¡Eso es chantaje! - Hice un puchero - Ningún regalo vale la pena que me avergüence.
- ¿De verdad? ¿Ni si quiera los discos "Prism", "Red" y "Demi"? Tus artistas favoritas - ¡Maldita!
- ¡¿Qué?! ¿Cómo los conseguiste? -
- Tenemos contactos, querido unicornio - Apoyó Brittany extendiéndome de nuevo la bolsa.
- ¡Ugh! De acuerdo, pero sólo lo hago por los discos - Tomé la bolsa sin poder ocultar mi sonrojo.
- Bien familia, llegamos - Anunció papá deteniendo el auto.
Todos bajamos y entramos al lugar... Esperen... ¿Por qué se ve como una pizzería infantil? Voltee a ver a papá en busca de una respuesta, pero sólo encontré el rostro sonriente de todos.
- Vamos cariño, ahí está el baño - Señaló Angélica - Ve a cambiarte.
¿Cómo lo...? ¡Ugh! ¡Mierda! caí en una de sus trampas... otra vez. Ya decía yo que era imposible que Quinn y Britt compraran ellas solas los discos.
Les dediqué una mirada enojada a todos y caminé hacia los baños, nada bueno podía salir de esto.
Entré directamente a los cubículos, me quité el uniforme de la escuela, abrí la bolsa y me puse el bendito traje, salí y me miré al espejo... ¡Oh por Dios! ¿Qué rayos es esto? ¡¿Un vaquero?! ¿Es en serio? ¡Ridículus máximus!
Salí del baño y de inmediato fui atacado por varios flashes de cámaras, y no era sólo mi familia, ¡Todo el maldito restaurante me tomaba fotos! Sinceramente ya no sabía que rojo era más fuerte, el del sombrero o el de mi cara.
Cuando me senté en mi mesa la pizza ya estaba servida, por lo menos pidieron mi favorita, pepperoni. El resto de la comida estuve callado escuchando las risas de toda mi familia y aceptando tomarme fotos con casi todo el restaurante, sólo faltaban los chefs, porque los meseros ya se habían tomado fotos conmigo.
Finalmente, luego de una larga hora llena de vergüenzas, llegamos a casa, ahí arrojé el sobrero a mis hermanas que no dejaban de reír.
- Ahora sí, ¡Denme mis discos! - Les grité con la cara roja de enojo y vergüenza.
- Ah, sí, sobre eso... - Empezó a hablar Brittany mientras Quinn reía - No los tenemos... - Terminó de hablar riendo igual que el resto de mi familia...
- ¡¿Qué?! - Oh no... Ahora sí las mato.
- Bueno, AÚN no los tenemos, pero pronto - Dijo Quinn - Estarán listos para tu cumpleaños.
- ¡Pero es casi hasta que entremos a clases! -
- Bueno, así aprenderás a no aceptar algo hasta que estés seguro de que la otra persona vaya a cumplir su parte - Dictó papá causando la risa de todos.
- ¡Ugh! ¡Son de lo peor! ¡Los odio! - Me di la vuelta y empecé a subir las escaleras para encerrarme en mi cuarto.
- Nosotros también te amamos - Gritaron todos cuando azoté con fuerza la puerta de mi cuarto.
Y eso es mi retorcida y para nada cuerda familia, la familia Hummel-Fabrey.
Está formada por mi papá, Burt Hummel de 41 años, es mecánico. Mi Madrastra, Angélica Fabray de 40 años, ella es repostera. Mis hermanastras, Quinn y Brittany Fabray de 17 y 16 años respectivamente, ambas estudian en William Mckinley High School, son animadoras. Y cerrando la familia estoy yo, Kurt Hummel de 14 años, próximamente estudiante y animador de la misma secundaria que mis hermanas.
Prepárate Mckinley. Nada me impedirá estar ahí. Y una vez ahí nada ni nadie me sacará de ahí. Bueno, sólo la graduación. ¡Fuera de eso nada!
¡Gracias por tomarse un tiempo para leer!
Si les gustó díganmelo, igual si tengo algún error. Sugerencias y críticas son aceptadas.
¡Nos vemos la próxima semana!
