Disclaimer: No gano nada con esto, sigue siendo de la warner y de Rowling blablabla.


Nuestro héroe.

Era un sentimiento de desasosiego, aunque casi, casi un poco más fuerte que eso. Sentía como si me estuviesen absorbiendo todos los recuerdos de cómo estar feliz. Se sentía como si un Dementor estuviese al lado mío, y las ganas de correr y encerrarme en mi habitación hasta que despierte de esta pesadilla eran horribles.

-Pero no queremos que piensen que es su culpa, nadie tiene la culpa aquí, ¿De acuerdo? Nadie tiene la culpa. – a papá la voz le sonaba un poco extraña, algo forzada y un poco ronca. –Mucho menos ustedes, chicos. – di un rápido vistazo a mis hermanos. A Lily le brillaban los ojos pero trataba de mantener el rostro serio, y asentía dándole la razón. James tenía la cabeza gacha.

-Está bien papá. – hablé con voz segura. – Lo entendemos. – dije, aunque tenía mil preguntas en la cabeza y en realidad no entendiera mucho.

Está bien, papá, si ya no amas a mamá.

-No pasa nada, papá. – dijo simplemente James, torciendo una tensa sonrisa – No pasa nada.

-S-si. – concordó Lily simplemente, y tomé su mano bajo la mesa. Ella la apretó con fuerza, y casi pude sentir como ahogaba un sollozo en su garganta.

-Perdón. Perdónenme. – la voz de papá se quebró totalmente, y cubrió sus ojos con una de sus manos. No me di cuenta en qué momento me moví, pero de repente estaba abrazandolo con todas mis fuerzas.

No voy a llorar, tengo que ser fuerte.

-Papá, te querremos igual. – sollozó Lily, enterrada en el cuello del héroe del mundo mágico.

-No pidas perdón, pa, por favor. – la voz de James se escuchó un poco ronca cuando puso una mano en el hombro de aquel que había derrotado al mago más temible.

Ese, quien había salvado al mundo mágico. Ese hombre que cargo con el peso de millones de vidas sobre sus hombros cuando sólo era un niño. Ese hombre que salvo a quienes pudo a costa de su propia vida. Ese hombre que ahora era nuestro padre. James se dejo llevar y también abrazó a papá.

A papá, quien ahora llora porque siente que nos falló. Que falló a los únicos que no tenía que fallar.

-Papá, no tienes que pedir perdón. – papá, te querremos igual. Papá, estamos heridos, pero sobreviviremos, papá no llores. Papá, no llores, eres nuestro héroe.

Papá, eres nuestro héroe.

Pero a nosotros no nos salvó de un mago temible, sólo nos dejó acostarnos en su cama cuando había tormenta. A nosotros sólo nos enseñó a volar en escoba, y nos curó los huesos rotos después de eso. Nos dio chocolates cuando mamá no veía. Es nuestro héroe porque nos lleva a la feria muggle y se sube a los juegos con nosotros. Es nuestro héroe porque se quedaba con la varita prendida en un lumus hasta que Lily se durmiera. Es nuestro héroe porque cerraba con un alohomora el armario de James, aunque él no dijera que tuviese miedo. Es mi héroe porque me dijo que no importaba a qué casa fuera, lo que importaba es lo que yo hiciera en esa casa.

-Papá, eres nuestro héroe igual. – a pesar de que un amor te derrotara, papá, sigues siendo un héroe.


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