Capitulo 1: El comienzo

Corría y corría a todo lo que sus pies le podían permitir, esquivaba como podía los botes de basura y personas que se encontraba en el camino, de vez en cuando tiraba algunos cubos para dejarlos como obstáculo, si veía algún escalón, o apoyo lo utilizaba para poder saltar bardas y canceles, todo lo así por una sola cosa…vivir.
La desesperación en su rostro era algo sorprendente, parecía un pequeño cachorro asustado, llorando para que no le hicieran nada, sin importar como fuera o como pasara solo quería que no le hicieran daño, miedo, terror, pavor y algo mas que todo eso junto, no sabía si podía existir algo así pero lo sentía, choco contra algo, que lo hizo rebotar contra la pared, elevo la vista solo observo como un bastón de metal le golpeaba en el hombro, escucho como sus propios huesos se rompían, parecía que el tiempo fuera lento, todo lo veía lento, borroso y con puntos negros, el dolor llego, el grito desgarrador, pareciera como si un bebe estuviera llorando por que lo golpeaban, se quejaba, retorcía y gritaba por el dolor, no tardo en llegar mas gente, ayuda, pensó el hombre y fue así, sin alma, humanidad y moral, empezaron a golpear al chico, pareciera que cada grito y queja que lanzaba al igual que suplica solo los hacía enfurecer mas para continuar con…ni tortura serviría de palabra para lo que hacían mas bien parecía linchamiento, lo pateaban, golpeaban, cortaban, quemaban y hasta uno se atrevió a hacer lo mas cruel, con un cuchillo corto y saco los ojos del niño, el grito hizo que todos los animales se despertaran, perros, gatos y aves e incluso vecinos, todos corrieron al ver como algunas personas corrieron tras ellos con palos escobas para intentar ayudar al niño, varios fueron mordidos y atacados por los animales, uno de ellos, de cabello plateado y un ojo cubierto por su banda se acercó al niño, al igual que otras tres personas mas, se horrorizaron al ver niño, la imagen que tenía en si era aterradora

- ¡MEDICO! – grito una de ellos, una mujer de cabello oscuro y ojos carmesí, con los otros tres llego una chica de cabello purpura alborotado

- Dios mío – dijo mientras caía al suelo horrorizada - ¿Quién le hizo algo como esto?

- Los que le tuvieron miedo – dijo uno de cejas algo abundantes – esto no le gustara al Hokage

- no…no solo no le gustara, pondrá ley marcial por esto – le dijo uno de cabello corto con un cigarro en la boca, incluso lo escupió por la terrible imagen que tenía enfrente de él, el peliplateado tomo al chico en brazos

- lo llevare al hospital

- no lo verán – miran al fondo del pasillo para ver como caminaba con lagrimas el hombre mas fuerte de toda la aldea, el único que consideraba como familiar al niño que estaba en brazos de shinobi – ni siquiera se esforzaran en colocarle sus ojos de nuevo – el anciano se agacho para recogerlos, dos ojos azules que si estuvieran en donde deberían de estar serían los ojos mas hermosas que el haya visto al igual que el de su padre y su madre – lo hare yo

Se acercó al chico, con sumo cuidado y aprovechando que estaba completamente desmayado por el dolor, coloco los ojos en su lugar, miro como estos se volvían a curar, para sorpresa de todos, las heridas desaparecían, se curaban por completo ni una sola existía en su cuerpo, bajaron al chico al ver que este recuperaba la conciencia, noto cinco presencias e intento escapar

- ¡déjenme ir!, ¡no les he hecho nada malo! – lo sujeto de nuevo el de cabellos plateados

- cálmate Naruto, vamos tranquilo

- por favor…déjenme ir – dejo de luchar y se puso en posición fetal, llorando de miedo y terror, suplicando por que no le hicieran daño – por favor

- tranquilo – coloco su mano sobre el y el chico reconoció - ¿tío Kakashi?

- si, soy yo, soy tu tío, vamos tranquilízate

- ¿Dónde esta? – pregunto el mirando a todos lados

- estoy justo enfrente de ti

- no…no es cierto, no lo veo…tal vez tengo los ojos cerrados – dijo el niño limpiándose las lagrimas mientras los presentes estaban perplejos, ellos se dieron cuenta al instante en cuanto dijo "tal vez tengo los ojos cerrados" – no…no puedo abrirlos, ¡no puedo abrirlos!, ¡¿Por qué no puedo abrirlos?! - el había perdido la vista, el anciano se acercó a el para abrazarlo - ¿Quién es?

- soy yo Naruto, soy Hiruzen

- ¿abuelito?

- todo está bien

- no puedo abrir los ojos

- Naruto…los tienes abiertos – en efecto el niño tenía los ojos abiertos, pero su azul cielo se perdieron, dejando ver solamente un azul gris y aun así mostraban demasiada vitalidad

- entonces…no puedo ver – las lágrimas salieron nuevamente

Dos años han pasado por completo, el rubio iba a la academia como se lo pidió el Hokage, lo bueno de haber quedado ciego era que no podía ver a las personas que lo miraban con odio o enojo, sus ojos estaban cubiertos por una tela de color naranja, desde que entro la primera vez a clases con esa venda muchas chicas se preguntaban como podía ver, el secreto era simple, Naruto descubrió ciertos atributos o mas bien dones como a el le gustaba decirles, gracias a no tener vista sus otros sentidos se intensificaron por mil, no necesitaba ver para saber donde se encontraban las cosas y la forma que tenían, su oído y tacto le permitían eso, incluso podía escuchar una conversación a miles de kilómetros, pero aun así el era rechazado por compañeros como por habitantes, varios intentaron aprovecharse de el por su condición y aun así el los dejaba, algunos lo golpearon otros le lanzaban cosas, pero a el no le importaba, ni siquiera le daba importancia es como si hubiera aceptado que una criatura extraña y peligrosa para ellos.

Al llegar a la academia entro a su salón, silencio, sentía a sus compañeros por lo que no estaba solo, conto sus pasos por la escalera que hay entre las tres filas de mezas para poder tomar asiento, tercera fila de arriba asía abajo en medio de tres sillas, acomodo sus brazos y poso sus cabeza sobre ellos.

- otra vez el aquí – escucho a una compañera

- ¿este cual es? ¿Su tercer intento? – le contesto otro de sus compañeros, los conocía a todos, sabía quien era quien por su olor, sus pasos e incluso por su voz aunque estos la cambiaran

- si, así es – este era Kiba Inozuka, su olor a perro le llamo la atención desde un principio, era por el cachorro que estaba siempre sobre su cabeza, el cachorro y el se llevaban bien, no es lo mismo por el amo del perro – yo que el ya me hubiera rendido, un perdedor por completo

- si, realmente es un tonto, siempre se queda dormido – la chica con la esta platicando se llama Ino Yamanaka, por su olor, tipo de voz y forma de caminar, se nota que se cuida mucho, le importa la apariencia y mas aun es de carácter un tanto fuerte, pero en cierta manera le cae bien, aunque el a ella no – yo creo que lo de la venda es solo para despistar, es el de mas baja calificación

- chicos déjenlo en paz, realmente no sabemos nada de él, nunca nos hemos acercado a el – Shino, curiosamente huele a insectos e incluso habla con ellos, debe de ser por su clan, ha escuchado que el clan Aburame son hábiles por manipularlos en combate, es de los pocos con los que el ah convivido, le gusta su presencia es muy tranquila y además no le juzga

- que problemáticos, podrían dejar de platicar el maestro acaba de llegar – Shikamaru Nara, su presencia es de vago, pero de todos él es un genio, lo noto cuando escucho como movían unas piezas de ajedrez cerca del salón, lo reto unas veces, siempre perdía pero se hacia poco a poco mejor en el juego, le gustaba pasar tiempo con el, descubrió el olor de Shikamaru al instante.

- bien chicos, por favor prepárense que vamos a tener practica de combate en el patio, por favor prepárense, Naruto, ¿me escuchaste? – Levanto su mano al aire con el pulgar arriba – ¿necesitas ayuda para llegar?

- gracias Iruka-sensei, pero no es necesario

- de acuerdo – Iruka es su maestro desde que entro a la academia, siempre a sido atento con el – si necesitas algo, grita

- no hay problema – espero a que empezaran a salir para poder seguir el sonido, en cuanto el ultimo se levanto el hizo lo mismo para poder seguirlo, en ese momento se abre la puerta

- ¿A dónde fueron todos?

- al patio, hay practica de combate

- ya veo, Naruto, ¿verdad?

- así es Saske

- ¿Cómo sabes mi nombre?

- es difícil no saber quien eres, ¿me ayudas?

- ¿no puedes ver?

- ¿vez la venda?

- ya entiendo – lo empezó a guiar - ¿entrenamiento?

- algo así…es complicado

- ¿vas a pelear?

- si, lamentablemente

- ¿Por qué?

- siempre estoy cansado

- eso te afecta

- mas de lo que crees, estoy seguro de que soy el mas débil de la clase (en estos momentos) – callo al suelo, lastimado y con varios rasguños, intenta levantarse nuevamente, pero cae

- (no era broma lo de que era el mas débil de la clase) – pensó el moreno mientras bajaba la guardia

- ganador Uchiha Saske – todas las chicas inmediatamente lo empezaron a aludir, mientras el pobre rubio se levantaba con algo de esfuerzo

- (rayos, estoy realmente muerto de lo de la ultima vez) – se intentaba levantar pero simplemente sus piernas no lo respondían

Para muchos solo un debilucho que no se podía levantar, alguien débil

- ¿no estará sobre exagerando? – dijo una niña

- tal vez, ese tonto realmente hace lo que sea para que tenga atención, mis padres me dijeron que no me acercara – dijo otra niña

- lo mismo los míos – el escuchaba a todos, solo a los que conocía no le decían nada malo…bueno les daban la razón en ciertas partes de las platicas, como "es débil", "se quiere lucir", "le tiene envidia al Uchiha" y otras mas

- (vaya aun aquí me tratan mal, si solo supieran las razones) – sintió como era levantado

- por lo visto estas mal Naruto

- gracias Iruka-sensei

- chicos, regresen al salón, les veré en unos minutos

- Hai – respondieron todos, aun así el niño en brazos escucho "no deberían darle tanta atención, es un bueno para nada", mas la respuesta de los amigos de los chicos, esto puso un poco triste al rubio

- no te preocupes, algún día lo entenderán

- Iruka-niisama, usted sabe muy bien, que no lo harán…no gracias a sus padres

- sabes…a veces me pregunto si fue bueno que…

- no se preocupe – se llevo su mano a la venda para mostrar su ojo derecho – el que no pueda ver no significa que no pueda "ver"

- de acuerdo – mostro una sonrisa – te llevare a la enfermería para que descanses

- gracias – se cubrió su ojo de nuevo con una sonrisa – realmente necesito descansar

- me lo imagino – en una rama un hombre miraba a los dos

- otra mas – dijo el rubio en susurro

La noche es fría, una mansión, custodiada por guardias, la noche es muy fría, jamás se atrevería a salir uno con esta noche, pero lo hay, hay alguien entre los árboles, sobre una rama una persona, chaleco gris, pantalones negros, braceras negras, con protectores de brazo y de mano dorsal de metal, sandalias shinobi de combate de color negro y una mascara de zorro blanca con líneas rojas marcando los ojos y los bigotes al igual que la boca, cabello castaño, por lo que se veía que salía de la parte trasera de la mascara, una espada en su espalda y una tatuaje de dos líneas que se encuentran en una espiral justamente en el hombro izquierdo, lo mas importante es que esta persona no aparentaba mas de 6 años, se movió con sigilo dentro de la mansión, se mueve entre las sombras con gran sigilo hasta llegar a un cuarto, dos guardias lo estaban vigilando, Samurais, algo un poco problemático, pero no difícil, con cuidado se coloca unos guantes con garras en las palmas, para aferrarse a cualquier superficie, y en sus pies un poco de chakra, esta sobre ellos, su traje no les permite observarlo en la oscuridad, un perfecto camuflaje, de su pierna derecha saca una cerbatana y coloca un pequeño dardo en ella, sopla con fuerza y esta da en el blanco, repite lo mismo con el otro antes de que se de cuenta, los dos caen dormidos, baja quitando el chakra de sus pies y cae sin hacer ruido, se mueve lenta y sigilosamente, saca su espada de su funda con rapidez para no ser escuchado, llega hasta su objetivo, un daimyio corrupto, uno que miraba asía la izquierda cada vez que le pedían ayuda, incremento de impuestos, trafico de opio y mujeres al igual que asesinatos a personas importantes; esta vez el era la victima, el shinobi se coloco a un lado de su futon, donde el dormía, un ruido se movió rápido, la flecha estaba en la pared, su victima se despertó, al ver al chico se aleja y toma su espada, pero el shinobi solo mira a un hombre con un arco y otra flecha en manos

- un niño, ¿Qué haces a estas horas? – no responde solo se queda mirándolo – que deshonra, hacer que un niño haga el trabajo de un hombre – aun así no dijo nada – de acuerdo – saco su espada, el shinobi se coloca en posición - ¿listo?

- ¿Por qué? – se sorprendió de escuchar la voz del shinobi, no había odio, ni resentimiento, era…pura - ¿Por qué proteges a alguien que hace cosas tan terribles?

- gáname y te lo diré

El combate comenzó con un choque de las espadas, rápidos, certeros sin dejar una sola apertura, aun pequeño, mas pequeño que su oponente él no le dejaba una sola oportunidad, un corte por arriba, una apertura, la aprovecho, utilizando su estatura y su velocidad bajo más de lo que la espada baja para así poder incrustar la suya en el guerrero, la retiro rápido, el samurái trastabillo pero se coloco en guardia de nuevo, el niño corrió asía el chocando de nuevo sus espadas, pero el dolor del ataque hizo que el Samurai se quejara un poco, aprovecho la nueva oportunidad lanzando una patada en la pierna para colocarlo a su nivel y cortar el pecho, aun así el guerrero también logro dar un corte en el pecho del niño

- lo protejo porque el me salvo de la calle…le debo mi lealtad y le jure protegerlo…falle – el guerrero no soportaba la vergüenza de su derrota, tomo su wakisashi y miro al rubio, al instante comprendió lo que intentaba realizar

- ustedes realmente son únicos…honor sobre todo

- su honor es cumplir la misión...el nuestro se basa en cumplir nuestras palabras y en proteger a los que amamos

- me gusta eso – coloca su espada a nivel de su cara para prepararse

- gracias – dijo en cuanto se hundió su wakisashi en su estomago, cortándolo de tajo, no pestañeo, no dudo, no gimió de dolor, el rubio inmediatamente le corto la cabeza, la sangre broto por todos lados manchando todo el lugar de rojo, incluyendo su mascara y su ropa

Miro como su presa se alejaba de él, se acercó con su espada en mano, el asustado se topo con la pared, la cara llena de pánico y con el miedo de su parte miro a su verdugo

- por…por favor no…no me mates…te…te…te daré el puesto de el – señalo el cuerpo del samurái, al escuchar tal cosa elevo su espada

- moriste protegiendo a una basura como está…moriste con tu honor intacto, pero tu señor no tiene honor – dijo asía el guerrero que el derroto y honro, bajo la espada el grito se escucho en todo el castillo, la alarma se escucho, los guardias al entrar a la habitación del daimyio solo encontraron su cadáver y el de su compañero

Alarmados, desesperados buscaban por todos lados sin saber que el culpable se encontraba en el techo mirando la luna dialogando consigo mismo para desaparecer en un pequeño remolino de viento y hojas.