Disclaimer: Naruto es de papá Kishimoto y todos los tipos de traje que le dieron un papel y un puñado de dinero.
Línea temporal: Post-Series o universo alterno. Sírvanse como quieran.
Advertencias: Mucho fluff. Podrían morir de tanta azúcar.
BELLA DURMIENTE
Capítulo Único
Sasuke llegó a su casa cuando la tenue luz del alba se colaba por las ventanas. Se encontraba sumamente cansado y le costaba poner un pie delante del otro. Aun así caminó hasta la cocina y se sirvió un vaso de agua bien fría que calmara su sed. Se dirigió hasta el cuarto que compartía con su esposa, listo para dormir a pierna suelta las próximas veinticuatro horas cuando notó que ella no estaba allí. Sabiendo que Hinata, su adorable esposa, no podría estar despierta tan temprano en la mañana, Sasuke se dirigió a la habitación que estaba frente a la suya. Comprobó que la puerta no rechinara y entró sigilosamente a la habitación.
Ahí, acostada en el borde de la pequeña cama y hecha un ovillo se encontraba Hinata Uchiha. Las sabanas tiradas por el suelo, la almohada torcida y un brazo colgando al vacío y sosteniendo aún dormida algo. Sasuke hizo un gesto de reprobación al ver esto y colocó la mano de su esposa sobre su vientre. Le arrebató suavemente el objeto y lo observó. Era un libro de cuentos. El de La Bella Durmiente para ser exactos. Sasuke echó un vistazo al otro lado de la cama y observó a su pequeña hija dormida con el dedo pulgar dentro de la boca. Tenía cuatro años y aún no se deshacía de ese hábito. Tampoco del de no ir a dormir antes de que le contaran una historia.
Muy bien, ahora Sasuke tenía un dilema. Dejar dormir a Hinata ahí o llevársela a su cuarto para el poder descansar junto a ella. El problema era que Hinata era de sueño ligero y despertaría si la tomaba en brazos. ¿Se dormiría después de ello? Sasuke esperaba que sí. Llevaba una semana fuera de casa y extrañaba la tibieza de su cuerpo.
Quitó los mechones de cabello que obstaculizaban la vista del rostro de su esposa y le acarició la mejilla con suavidad. Hinata hizo un mohín y su marido supo que estaba a punto de despertar. Inclinándose, Sasuke rozó suavemente sus labios con los de su esposa y acarició su rosado pómulo nuevamente.
—Buenos días, bella durmiente.
Hinata sonrió con suavidad.
—Buenos días, príncipe encantador.
Este drabble es pequeño porque… emmm… en realidad yo quería decirles que mañana entro a la universidad D: siempre les estoy contando como me va con esta nueva etapa de mi vida y quería hacerlos partícipes de ese momento también porque los quiero a montones.
A ver si mañana les digo cómo me fue con otro drabble como excusa.
¡Besos embarrados de Nutella para todos!
PD: La hija no tiene nombre porque me acompleja bautizarla.
