Shikamaru no veía la hora en que podría llegar a casa a dormir, acababa de volver de una misión de dos meses en Kirigakure como guarda espaldas del embajador de Tsunade en una asignación diplomática. La misión en si no había estado mal, no tenía que hacer mucho, solo estar pendiente, comer, dormir y si, divertirse. Pero de regreso vinieron los problemas, los renuentes de la paz querían demostrar que no se puede vivir tranquilo, así que le tocó ponerse a trabajar y a eliminar algunos y ahuyentar a otros, que problemático, estaba tan cansado!

-Shika, hijo, regresaste – le dijo Yoshino contenta

-Hola ma.

-Almorzamos hace unos minutos ¿quieres que te sirva?

-No gracias, no es necesario, estoy cansado y prefiero dormir – ella lo vio cubierto de lodo y algunos rasguños así que no se alteró.

-¿Seguro? Mira que voy salir con mis amigas y llegaré tarde, no estaré para darte de comer. – Shikamaru quiso decirle que no era un niño y que si le daba hambre se servía solo, pero apreciaba el buen humor de su madre y prefirió dejarlo así.

-No hay problema… bueno, comeré un trozo de pan. – atendiendo la petición, ella le trajo algo de lo que quedaba con un poco de té y él lo comió solo para satisfacerla pero vio como ella lo miraba con curiosidad. - ¿Qué pasa?

-Me parece que creciste en estos dos meses.

-¿Yo?, neh, no creo.

-Claro que si, me toca esforzarme más para verte a los ojos.

-Que exagerada, seguro eres tu quien se encoje.

-Niño grosero, - le dijo dándole un calvetazo – te digo que estás mas alto, oh, es que ya tienes 16, creces muy a prisa y yo me hago vieja.

-Si, si, como digas.

-Con un solo si basta, ahora ve a descansar.

-Ok, ¿y papá?

-Salió con ese par, seguro llega mañana ese vago. – Shikamaru sonrió, no dudaba que así fuera. –bueno, me voy, queda comida en la nevera por si te da hambre. Y báñate, apestas.

Shikamaru obedeció, tomó una ducha y se puso ropa fresca, solo unos calzoncillos y una camiseta blanca ya que le daba igual que se acercaran nubes de lluvia, seguro dormiría tan profundo que no le daría ni frio.

Se tiró confiado en su cama como siempre, pero pronto sintió una incomodidad, estaba tan cansado que al principio le dio igual pero tras moverse varias veces detectaba que le quedaban las canillas casi al aire.

-que problemático. – giró varias veces más pero solo se le sumaban incomodidades ¡esto no podía estarle pasando al más vago de Konoha! Y así poco a poco recordó la conversación que tuvo con su mamá dos meses antes.

-Oye, ¿en qué pensaba papá cuando compró mi cama?

-mm, ¿por qué lo dices hijo?

-es que es terrible. Si me muevo rechina, creo que tiene gorgojo, además no puedo descansar como quiero, es muy corta.

-es que estás creciendo. Por lo demás, me parece que es hermosa.

-igualmente no me parece una opción sensata, ¿en qué pensaba? –Yoshino dejó de secar los trastes y lo encaró

-yo la escogí – a Shikamaru se le subieron los colores a la cara – me pareció muy bonita la cabecera, y me la vendió una prima tuya del clan muy barata, así que la acepté para remplazarte la cuna.

-oh… bueno ma, si tiene una hermosa cabecera, pero bueno… si pongo mi cabeza en el límite, mis talones sobrepasan un centímetro la cama y si extiendo los brazos me cuelgan casi desde el codo.

-quien te manda a crecer tan rápido.

-ese es el punto. Que problemático cambiar de cama a estas alturas.

Maldita cama. –pensó.

Ahora si que le creía a su madre que había crecido. Revoloteó en el colchón un par de veces más incluso encogiéndose pero no hubo forma humana de sentirse bien.

-mierda, bien maldita cama, ¡tu lo pediste! – se levantó rápidamente y sacó el colchón de la estructura lo que más pudo. Se sentó en el suelo y empezó uno a uno a quitar los malditos tornillos que no dejaban de chirriar, le estorbaron las tablas y las mandó al carajo enviando una incluso encima del colchón antes de proceder con su función refunfuñando.

-maldita cosa, no sirves para nada, ya mismo te boto, debí dormir en futón, que se mueran tus gorgojos…

-hablando solo bebito?

Se sorprendió al oír la voz pero no se puso alerta.

-¿Que quieres? – le dijo a la dama sentada en la ventana con severidad aunque su corazón empezó a acelerase.

-venía a saludar, pero veo que estás ocupado.

-de hecho si, trataba de dormir.

-jumm, creo que no lo haces bien. – dijo ella mirando sus uñas con indiferencia.

-pues no he podido porque esta maldita cama no deja.

Temari rio ante su enojo, no podía creer que estuviera desarmando lo que creía que era un símbolo para el joven.

-¿por qué solo no te hechas como siempre?

-porque me quedó pequeña, debiste verme, ni una extremidad quedaba adentro.

-¿ni una? – Shikamaru estaba tan enojado que no captó el tono de voz de Temari y esta se echó a reír de nuevo.

-no, y me duele la cabeza, quiero descansar, quitarme el estrés de encima y dormir-

-no tenías que desbaratar la cama…hay mejores formas de curar esos males – dijo mordiendo su labio riendo.

-Arg, maldito tornillo no sale ¿tu de que te ríes?

-jmm al parecer a alguien le pone de mal humor no dormir como debe, ¿será que te trasnochaste anoche? a ver, déjame hacer eso – Temari bajó de la ventana y se puso a su lado, él fingió que le daba igual que ella se hiciera tan cerca estando él en calzoncillos y camiseta de la misma forma que fingía que no captaba sus indirectas. Temari con gran habilidad tomó un kunai y lo hizo más fácil.

-gracias –dijo antes de proceder con las dos esquinas restantes.

-nunca creí verte desarmando una cama… o bueno, al menos no de esa manera. – él se sonrojó

-ya me tenía harto, rechinaba y era pequeña… nada que ver con la cama en la que dormí los últimos dos meses – dijo mirándola de reojo para continuar su tarea.

-si, y eso que fue distinta a la que te asignaron. Llegué antes que tu congregación aquí a Konoha y oí que los atacaron, ¿tuvieron que salvarte? – él sabía que tras esa hostilidad estaba la preocupación de saber si él estaba a salvo.

-para nada, fue una pelea larga pero fácil, ¿te preocupaste niña? – le dijo con sarcasmo.

-claro que no, idiota, y ni se te ocurra llamarme niña de nuevo, bebé llorón

.y vuelve la mula al trigo...

-¿Que dijiste?

-nada, nada, que estoy por terminar esto.

Él por fin pudo terminar con todas las esquinas y tiró casi todas las tablas a la otra esquina de su cuarto

-¡Por fin! – dijo mientras ponía cobertores y edredones a los pies del colchón para hacerlo más largo, no haría el gran cambio pero sin duda serviría. Tras finalizar la tarea se echó con los brazos al cuello y Temari se sentó a su lado.

-Eres un vago de mierda, ni que hubieras hecho tanto peleando.

-no molestes mujer, mira que hice mucho ejercicio en esa misión – dijo con los ojos cerrados y una sonrisa ladina que a ella le encantaba. Ella le sonrió de vuelta y vio como él se quiso acomodar mejor recordando que había tirado una de las tablas sobre ese colchón – maldita tabla, ve con el resto – se sentó y la tiró lejos – ¡Mierda!

-¿Y ahora que?

-me enterré una astilla- dijo poniéndose el dedo índice de la mano derecha en la boca intentando arrancarla con los dientes – está bastante enterrada, no la alcanzo con los dientes. Que problema.

-ay bebé llorón, deja de quejarte, déjame ver – él le cedió la mano y ella intentó arrancarla con las uñas

-Auch! Eso duele, suelta – él quitó su mano

-no, pasa para acá – ella intentó agarrarla

-que no, mujer, solo me lastimas. – él escondió su mano acunándola en su pecho

-¡Si te quedaras quieto no te dolería, a ver, hombre! – él retiró su mano pero ella no se quedaría atrás, lo agarró con fuerza así él intentara darle la espalda – no querrás que te noquee. Pasa esa mano.

-ya te creo capaz, me cortarás la mano, ¡Quítate!

-¡Que no! No seas infantil

-no molestes, arpía.- ella se le trepó encima a horcajadas y él intentaba poner su mano fuera del alcance y balancearse a los lados para quitársela de encima. Ella vio como él quería pasar su pierna por delante del cuello y hacerle una llave para derribarla pero no se dejó, en su lugar inmovilizó su mano sana con sus piernas y bajó la cadera para limitar el movimiento de las piernas del joven, se estiró poniendo su busto en la cara de Shikamaru y raramente por fin logró alcanzar la mano con la astilla. Al darse cuenta de ese truco tan sucio que había usado intentó dar pelea de nuevo, pero vio cómo Temari ponía una kunai en su cuello

-a ver cabeza de piña, ¡te vas a quedar quietecito o te atravieso!

-¿En serio? ¿Quieres quitarme una simple astilla y quieres clavarme un kunai en el cuello?

-¿Me estás retando? – dijo ella trazando con el filo una línea que iba desde la tráquea hasta su pecho con un largo de 10 cm. Él no sintió notable dolor, pero supo que con lo puntudo que estaba el arma, algo de sangre le había sacado, lo comprobó cuando ella se llevó el kunai a la boca y lamió la punta de una forma sensual y sadista.

-Está bien, tu ganas, eres bastante sádica ¿sabes?

-Sip – le dijo sonriendo – Ahora quédate quieto. – Temari revisó el dedo y sacó de su obi una sembu con la cual intentó sacar la astilla, ella metió el dedo a la boca para ablandar la carne y sacarla rápidamente, cosa que inquietó al joven. Mientras lo hacía, Shikamaru notó en donde ella había aprisionado su mano izquierda, si movía un dedo la podría hacer brincar, pero no era una buena idea si ella tenia una sembu en su dedo, solo esperaba que nada más en esa zona moviera solo -¡listo!

Ella guardó rápidamente la sembu en su traje al igual que el kunai antes de revisar de nuevo el dedo

- ¿Si ves lo fácil que fue?, ups, sale algo de sangre – ella para detener la sangre que salía del dedo lo metió a la boca, Shikamaru sonrió levemente, puesto que podía sentir la lengua de la dama acariciando la herida.

-hey, no hagas eso problemática.

-¿por qué no? ¿No sabes que la saliva tiene poderes curativos? – dijo de una forma sensual, él sin poder evitarlo acercó el dedo siguiente a los labios de la dama y ella como si no quisiera la cosa también lo introdujo a su boca besándolo.

-ya decía yo que no venías solo a ver que estuviera bien, pervertida – dijo por fin moviendo los dedos de su mano izquierda, ella se sorprendió un poco notando que en todo el revuelo había puesto la mano de Shikamaru debajo de ella… literalmente debajo.

-si quieres me voy - ella no se dejó intimidar, besó ambos dedos con más euforia y sintió como él acariciaba su pierna subiendo la corta falda para detallar el lindo encaje negro que ésta escondía.

-por hoy te dejaré que me violes, solo porque estoy muy cansado para defenderme.

Volvió a posicionar los dedos para acariciarla encima de la tela con delicadeza, ella empezó a moverse contra la cadera del joven y a él le fue imposible ocultar la erección. Shikamaru se sentó con ella aún a horcajadas y con los dedos que ella tenía en sus labios la acercó para besarla; ya desde ese ángulo le quedó más fácil voltear la otra mano izquierda e introducirla en sus ropa interior, ella se estremeció pero no se quedó atrás, lo hizo recostarse de nuevo y empezó a besar su cuello, en cuanto pasó por la herida que le causó con el kunai la lamió con sensualidad recogiendo los sutiles rastros de sangre que emanaba. Shikamaru acarició su cabeza y bajó con delicadeza por sus hombro hasta llegar a la espalda, ya desde hacía algún tiempo se había hecho experto en despojarla de su armadura y traje ninja así que empezó con su peto de metal; en cuanto iba a quitárselo definitivamente, notó que ella había introducido su mano debajo de su bóxer pero solo le acariciaba la ingle con mesura, lo quería torturar, digno de ella. Al no querer que le tomara ventaja, invirtió los roles y se encargó de quedar encima.

-¡oye! ¿No que me dejabas violarte? – dijo ella desde abajo quitándole la camisa bruscamente.

-shhh, no dejaré que me violes con tanta ropa – su idea era arrancarle el quimono y devorarla entera, pero al verla ahí debajo y con deseos de poseerlo, prefirió jugar su juego, a ver quien puede aguantar más sin poseer al otro, deslizó lentamente el índice por la abertura, le besó el cuello justo debajo de su suave quijada succionando como sabía que ella amaba, pasó la punta de la lengua haciendo sutiles círculos hasta legar a la clavícula, su mano inquieta no se abstenían de acariciar su pierna mientras la otra abría con una lentitud tortuosa el kimono; entre más acceso tenía a su piel, más la besaba y mas la enloquecía. Temari sentía cómo él la asediaba por ambos flancos, no sabía cual mano intentaba mantener más el control, si la que subía suavemente a su entrepierna, o la que abría su escote. Para acelerarle el paso al chico le soltó la coleta y acarició su orejas, después con sutilidad pasó las uñas por toda la espalda, él en medio de su exploración sentía como ella le estimulaba cada nervio y cada fibra al pasar sus dedos por la columna, Temari bajó suavemente hasta su bóxer y sin pudor alguno metió las manos en éste para acariciar el tremendo par de glúteos firmes de Su hombre. Él siempre se imaginó que los glúteos debían ser prominentes en el cuerpo femenino para deleite masculino, pero al sentir como Temari lo tocaba podía notar que ella experimentaba también una sensación de placer en especial cuando empezó a mover sus caderas hacia arriba al ritmo de las manos que empujaban su trasero para apegarlo más a ella; él, por puro instinto movió también las caderas para friccionarse mas con el sexo de Su mujer simulando una suave y rítmica penetración.

Ella a pesar de sentirse feliz acariciándolo, sabía que había otro pedazo de carne que buscaba su atención que cada vez crecía más y lo sentía contra su cuerpo, aún con las manos dentro del bóxer y bajándolo un poco, rodeó la cadera del chico y con un ligero roce de uñas acarició sus bellos y besó el lóbulo de su oreja; notó que Shikamaru se volvía más impaciente, "a la mierda la tortura", se dijo, subió su mano y la despojó rápidamente de sus pantis, ella sonrió victoriosa pero a Shikamaru no le importó, fue directo al obi y lo lanzó lejos, ya había notado que ella no llevaba un sujetador, pero aun así le emocionó la idea cuando tuvo ese par de protuberancias blancas y redondas frente a sí, admiró sus senos solos tres segundos antes de succionar uno.

Ambos lo sabían, Temari había ganado, la confirmación estuvo cuando sin esperarlo, el acarició su clítoris e introdujo dos dedos en su interior, ella exhaló sorprendida y mordió sus labios acallando un gemido. Ya había ganado esa ronda, pero también debía ganar la siguiente, ni muerta permitiría que él le sacara más gemidos que ella a él; quiso pelear pero le era imposible no sucumbir al excelente trabajo manual de Shikamaru, su experto personal; notó que tenía que usar toda su fuerza de voluntad para invertir los roles nuevamente. Shikamaru mientras besaba sus senos y su cuello, movía los dedos con gran habilidad de distintas formas, al principio usó el factor sorpresa para enterrarse en ella entrando y saliendo varias veces siempre masajeando el clítoris con el pulgar, cuando la sintió con deseos de dominar, empezó a moverlos por separado para cubrir mayor área en su interior cada vez llegando más profundo pero sin descuidar los benditos primeros cinco centímetros en donde sabía que ella era vulnerable, agradeció a la genética tener dedos tan largos; en cuanto empezó a sentir más humedad en ella y notaba que le arañaba la espalda, optó succionar y lamer entre el cuello y la quijada además de mover los dedos en forma curva para simular un garfio y recorrer toda la parte superior interna de su vagina, ella se negaba a soltar gemido, pero él no necesitaba oírlos, sabía que ahí estaban atascados en su garganta y en el abundante flujo que salía de ella. Temari desesperada de verse en esa situación intentó defenderse, pero Shikamaru había tomado diversas estrategias pequeñas, en primer lugar, alejó su pene del alcance de la chica o ese sería su fin, en segundo lugar fijó su peso en ella impidiéndole girarse. Para zafarse ella empezó a moverse debajo de él pero pronto se dio cuenta de que empeoraba la situación al rozar sus senos sensibles contra el pecho del muchacho facilitando su trabajo manual y fue demasiado tarde, él sonreía y los ojos de ella quedaron en blanco, Temari nunca lo admitiría pero aquella fuerte exhalación contó como gemido si venía acompañado de temblores y espasmos. La risa de él fue suave y gutural expresando victoria.

-nooh, noh – decía ella jadeando y negando con la cabeza intentando evitar el placer pero no podía, ni siquiera sabía que hacer o donde poner sus manos, si en su cabello o arañar la sábana.

-si, admítelo - lo peor para ella es que él prosiguió, Temari intentó cerrar las piernas pero era imposible, debía cambiar eso ya o llegaría a un segundo orgasmo.

-nunca – Temari pasó sus manos al pecho de Shikamaru al ver que no alcanzaría su falo; con sus uñas pellizcó sus tetillas de hombre y solo por lo molesto que resultaba él se retiró un poco para seguir con su función, pero tomó la distancia que ella necesitaba, Temari movió sus caderas para ir más al sur bajo el cuerpo del muchacho, intentó retirar con fuerza sus dedos y forcejearon hasta que ella logró desequilibrarlo lo suficiente para girar. Sin darle tiempo para actuar, bajó su bóxer a media pierna e introdujo el pene entero en su boca o por lo menos lo que pudo considerando su enorme tamaño, pero él intentó evitarlo.

-¡o-oye! E…eso es trr... trampa - él quiso alejarse pero dos cosas se lo impidieron, en primer lugar las garras de Temari que lo aferraron fuertemente de la cadera enterrando las uñas en la carne como si fuera una mandíbula de tiburón, en segundo lugar el inmenso placer que empezó a sentir, Temari era la diosa del oral. Ella empezó desesperada succionando debido a la adrenalina de la batalla, pero su placer oral guio el ritmo, acarició cada parte del glande con sus labios y con su lengua recorría todo el largo de la erección para después jugar con la punta; con una mano empezó a acariciar sus testículos mientras la otra acompañaba a los labios en la felación como una extensión de su boca. Se sentía tan contenta, pero aun así sentía como Shikamaru empezaba a jalar sus rubios cabellos en un vano intento de retirarla; para provocarlo más, alzó la vista y sus ojos entraron en contacto, se veía tan excitado y hermoso que le dio igual cómo iba el marcador, lo necesitaba ya. Él tenía demasiado líquido preseminal y ella claramente tenía un lago entre sus piernas así que sin dudarlo más fue a su encuentro.

Fueron desesperados, ella se sentó encima de él sintiendo una explosión de placer inmensa al bajar por su henchido miembro y él se sentó en la cama para alcanzar el torso de su diosa, la abrazó apegándola mucho así mismo besando sus labios con fervor, las manos no dejaban un trozo de piel libre y las caderas de ambos chocaban con tanta fuerza que era imposible que en la habitación se oyeran los truenos que empezaban a retumbar en el cielo. Los senos de Temari se bamboleaban con fuerza y él solo atinaba a acariciar su curvatura y los pezones. No queriendo que se aplacara la pasión, Shikamaru no dudo en ir más hacia ella empujándola suavemente y sujetarla por la cadera hasta que fue la espalda de ella la que quedó pegada al colchón. Con el mismo ahínco, Shikamaru la penetró fuertemente, duro como a ella le encantaba, veía sus ojos empezando a virarse de nuevo lo que lo impulsó más; empezó a hacer movimientos giratorios con la cadera para llegar a cada rincón de su interior, cuando sintió que ella empezaba a tener espasmos nuevamente, levantó sus piernas para ponerlas ambas sobre el hombro derecho y la penetró como si en ello se le fuera la vida. Ella al sentir la profundidad a que llegaba tremendo pene, ya no pudo evitarlo más, el silencio No fue su aliado y no pudo contener las fuertes respiraciones que arrancaban de su garganta desesperados gemidos, más, más, más, jumm, sii, oh, más, más, ah, ah. Las manos de Temari agarraban sus cabellos, la sábana y su pecho en pleno éxtasis hasta que fueron a dar a la espalda del joven tomándolo como un naufrago a su única salvación en un intento desesperado por vivir. Fue cuando Shikamaru la flexionó más sin dejar de penetrarla que supo que no aguantaría más, él se había inclinado sobre ella para besarla y en cuanto sus labios hicieron contacto un relámpago y un trueno inmediato hicieron lo posible por apaciguar la explosión de placer que sentían ambos jóvenes. Experimentaron espasmos en todo su cuerpo y a Shikamaru le hizo falta sacudirse dentro de ella para poder expulsar la gran ola que lo abordó.

La lluvia empezó a caer a torrentes pero no les importaba, solo atinaron en dejarse llevar por el cansancio para acomodarse sin siquiera desvincular su unión, las piernas de ella pararon a cada lado de Shikamaru quien a pesar de estar exhausto se las arreglaba para no darle peso extra a ella. En cuanto su respiración se reguló, giró sobre su eje llevando consigo a Temari abrazada aún para que ella fuera quien reposara en su pecho pero ¡PUM! !

-Maldita cama – ambos habían caído del delgado colchón pero Temari seguía sobre el pecho de él mientras que la espalda desnuda de Shikamaru se enfrentaba al frio del piso, ella no pudo evitar reírse y no hizo amago de moverse dejándolo sobre el suelo. – no te rías. El piso está frio quítate. – Temari negó con la cabeza; él tampoco hacía esfuerzo alguno por quitarla de encima o montarse a la cama.

-agradece que estábamos cerca del suelo bebé llorón, si la cama hubiera estado entera te golpeas más fuerte.

-¡Que va!, hace rato se hubiera desbaratado o roto por la mitad. Lo más probable es que tú hubieras quedado abajo.

-si, esa cama chirriaba mucho, ¿recuerdas esa vez que vine y estaban tus padres? Nos tocó detenernos porque hacía mucho ruido.

-¡Ni me lo recuerdes! Mi mamá entró justo cuando te fuiste a ver que pasaba, casi no puedo con la vergüenza y eso que no vio nada.

-eso dices tu, pero es madre, seguro que sabía que andabas en algo pervertido

-y tu te escapaste, problemática.

-¿preferías que me hubiera quedado a esperar a tu mamá? – dijo ella trazando círculos en su pecho

-¡Claro que no! ... –él iba a continuar pero ella acalló su boca con un suave beso. – problemática.

Shikamaru la abrazó y como pudo se las arregló para montarse al colchón con ella a cuestas y a Temari parecía no molestarle dejándose llevar y le encantó que él pusiera su grueso edredón encima de ella para arroparla del viento frio que empezaba a entrar por la ventana. Seguramente apenas eran poco más de las dos de la tarde, pero con aquellas nubes grises que llovían a cantaros, parecían más de las seis. El clima era ideal para un arrunchis como ese, estar abrazado a ella recibiendo su calor, estaba oscuro y tenue pero aun así le permitía verla, era un día ideal.

A él le parecía extraño ver su cuarto desde esa perspectiva, con la cabeza al lado contrario de donde solía poner la cabecera de la cama y con notables treinta centímetros más bajo de lo normal.

-me alegra haberme desecho de ese aparato, así no hay que preocuparse por la bulla y te puedo hacer gritar.

-¿Tu a mi?, ¡Iluso! – en ese momento Shikamaru se arrepintió de no haber cerrado la boca y simplemente dormir. Pero no podía dejarse ganar esta vez.

-¿iluso? No parabas hace un rato.

-ni tu te lo crees.

-a mi no me engañas Temari ambos sabemos que gané.

-claro que no, no aguantaste sin tocarme.

-pero después te arranqué el primero. Y con los dedos

-¡Eso no fue nada!

-ay si, ¡como no! Temblabas y jadeabas, ni podías hablar.

-¡Que exagerado! Después tú fuiste quien casi se viene en mi boca.

-ambos sabemos que hiciste trampa, si yo hubiera hecho oral te habría sacado tres corridas más

-no fue trampa.

-además yo no gemí, tu perdiste y de paso viniste a mi, ¡Ja! Efectivamente me violaste.

-ay si, como si tu no quisieras, te hice un favor, idiota.

-¡vaya favor!, te lo hice yo a ti, casi te desmayas de placer.- Temari estaba dispuesta a reprocharle pero esta vez fue él quien la besó para callarla, su beso fue más intenso que el anterior, ella supo su intensión pero estaba dispuesta a demostrarle que había sido él el perdedor y con sus piernas empezó a estimularlo nuevamente y él ni lento ni bobo, estaba dispuesto a responderle.

En ese instante escucharon como la manija de la puerta empezaba a girar, sin tiempo de reaccionar Shikamaru solo pudo cubrirla a ella con el cobertor y hacer lo posible porque no se viera. Vio la luz exterior entrar por la puerta y deseo que a su mamá no le diera por prender la luz

-Shikamaru…? – Dijo ella suavemente susurrando – Shikamaru ¿que le pasó a tu cama? – ella entró solo medio paso en ese momento un gran trueno retumbó en el horizonte.

-ma? – dijo él fingiéndose recién levantado.

-vine a ver si tenías frio mi niño, qué le pasó a tu cama

-mm, luego te cuento, déjame dormir refunfuñó – estaba nervioso, deseando que ella no viera la ropa de Temari.

-de acuerdo, descansa mi amor. – Yoshino cerró la puerta y ambos pudieron respirar, Temari por demás empezó a reír suavemente.

-¡Cállate que nos va a oír!

-bueno mi niño, mi amor, mi bebé, ¿tiene frio el ñeñe? – dijo ella riendo bajo

-¡no molestes!

-eres un mimado

-agradece que no nos descubrió, al menos está oscuro y no vio las ropas. ¡Justo tenía que regresar temprano!

-¿crees que debería irme?

-no, nunca viene, fue una excepción por la tormenta

-cierto, ¡no quería que se le resfriara el bebé! ¡A que se te quitó el dolor de cabeza!

-ya cállate y duérmete. Si no fuera por haber visto desbaratada la maldita cama no habría venido.

-ya deja la maldita cama en paz y bésame.