SALE EL SOL

Así que allí estaba yo, a punto de saltar de ese maldito acantilado. Empecé a oír esa voz tan familiar aunque hiciera como un mes que no la oía. Me sentía sola sin mi sol y necesita oírlo tanto como respirar. Inhalé una gran bocanada de aire y justo cuanto me disponía a saltar… no pude. Me quedé ahí quieta y empecé a llorar. A llorar de rabia. Intenté levantarme, no sabía porque estaba llorando e intenté saltar de nuevo. Entonces y sin previo aviso salió el sol, era algo inusual ya que eran las 4 de la tarde y durante todo el día había estada lloviendo. Y entonces lo comprendí. No era esa clase de chica, cuantas veces había pensado que esas chicas que se sentaban en el baño llorando por un hombre eran estúpidas? Miles, quizás más. Que diría mi antigua yo si me viera saltar por un acantilado por un maldito chico. Claro que era un vampiro, y posiblemente el amor de mi vida, pero por primera vez en mucho tiempo susurré:

-No vale la pena- y empecé a llorar.

Ahora lo comprendía lloraba de impotencia, de lo tonta que había sido. Miré otra vez el sol y me senté a esperar a Jacob, tal y como me había pedido. Su voz y su imagen había desaparecido pero por primera vez no me sentí dolorida, sino aliviada. No era un alivio total pero me dí cuenta que durante todo ese tiempo no había vuelto a respirar porque tenía un nudo en el estómago del que no me había dado cuenta. Claro, había estado tan centrada en el agujero de mi corazón que no había notado su presencia. Aunque ese nudo no se redujo sí que dejó de hacer un poco menos de presión, por lo menos lo había notado. Creo que eso era algo bueno. Me quedé ahí tumbada hasta que el sol desapareció y empecé a preocuparme por Jacob, decidí que lo mejor sería regresar a su casa y esperarle ahí.

Cuando llegué a casa de Jacob esta estaba vacía pero la puerta, como de costumbre, no estaba cerrada con llave. No me sentí tan sola cuanto me senté en su sofá, olía a él. Me eché una manta encima y sin quererlo me quedé dormida. Una voz me despertó:

Bella- oí que alguien me llamaba- siento despertarte pero ha pasado algo.

Abrí los ojos y me encontré con la cara de Jacob a pocos centímetros de la mía.

Qué ha pasado? – susurre intentando levantarme - ¿Tú estás bién?

Claro, es que el padre de Leah y Seth ha tenido un infarto y… bueno – Entonces me di cuenta de que A Jacob se le cortaba la voz-.

Lo siento mucho Jake – le abracé- debería ir a ver a mi padre. Era muy amigo de Harry

Si será mejor, te llevo – propuso él-.

Debes de estar agotado, quédate mejor, puedo conducir.

Estoy bién en serio, de todos modos nuestros padres deben de estar juntos y yo también quiero estar con el mío – Jacob parecía muy tocado así que no se lo discutí

Claro, vámonos- salté del sofá y mientras íbamos hacia el coche le cogí de la mano

Jacob condujo hacia el pueblo , no hablamos en todo el trayecto y me dediqué a observarle mientras él parecía a punto de echarse a llorar.

Jacob lo siento mucho – dije de repente- no tenía ni idea de que fueras tan amigo de Harry, de verdad que me sabe fatal o haber podido estar contigo en el hospital.

No es eso- contestó el al cabo de un rato de silencio – bueno, claro que éramos amigos pero estoy así porque cuando Leah se ha enterado estábamos los dos en fase lobuna y he compartido su dolor como si lo sintiera yo mismo

Lo siento muchísimo por ella también – dije-.

No nos dijimos nada más. Cuando llegamos a mi casa nuestros padres ya estaban allí, consolé al mío y Jacob al suyo. Hice la cena para todos aunque apenas comimos. No sé qué hora era pero ya había oscurecido cuando se marcaron. Le di un fuerte abrazo a Jacob y me despedí de su padre con otro. Mi padre se fue a dormir mientras yo me daba una ducha. El día siguiente era sábado así que no tendría que levantarme pronto.

No recuerdo como me quedé dormida pero al día siguiente me desperté con el pelo aún mojado. Cuando bajé a por mí almuerzo me detuve en la habitación de mi padre y al ver que no estaba supuse que habría ido a ver a Sue, por la tarde tenía que ser el entierro. Decidí llamar a Jacob:

- ¿Si?- contestó una voz ronca- ¿Bella?

- ¿Jacob? – pregunté

- Si soy yo, es solo que estaba durmiendo

-Vaya lo siento mucho – el pobre apenas dormía y ahora venía yo y le despertaba -.

- No pasa nada son como las doce así que me tenía que despertar en algún momento – hizo una pausa - ¿te apetece hacer algo?

- ¿No tienes guardia lobuna ni nada así? – pregunté sonriendo, la verdad es que me encantaba pasar tiempo con Jacob tenía que admitirlo y me sentía menos culpable de aprovecharme de él cuanto él lo proponía

- ¡vaya es verdad que no te has enterado! Ayer vimos a Victoria pero creo que la asustamos tanto que no va a molestarnos durante un largo periodo

- ¿Cómo? – grité preocupada.

-Nos vemos en mi casa en 20 minutos y te lo cuento ¿vale?, o mejor,¿ puedo venir yo a la tuya?, es que la mía está hecha una porquería.

-Claro Jacob – ¿cómo iba a decirle que no?-

Tal y como había dicho, en 20 minutos Jacob estaba allí, era curioso como nunca rompía las promesas. Nos tumbamos en el sofá a charlar y me contó lo de Victoria. Mientras hacían unas de sus guardias Victoria había aparecido dejando un rastro falso que no consiguió engañarles y ellos habían aprovechado la venganza para tenderle una emboscada. Habían estado a punto de conseguirlo pero Leah había entrado en fase lobuna al enterarse de lo de su padre provocando la distracción de los lobos que estaban con Victoria y esta había conseguido escapar.

Tranquila – me dijo – no creo que nos vaya a molestar más. ¿Bien y ahora, que quieres hacer? Creo que tenemos un salto de acantilado pendiente y hoy tampoco hace muy mal día así que si quieres…

No – dije con rotundidad - voy a dejar eso de la adrenalina por un tiempo.

Ufff, que suerte – bufó él – ya no sabía que más proponerte, lo siguiente que hicieras tendría que ser puenting o algo así.

Me reí al ver la sinceridad con la que Jacob expresaba mi locura. Estuvimos bromeando durante un rato recordando que hacía ya casi tres meses que habíamos empezado a ser tan amigos y de pronto, sin ninguna razón, empecé a llorar. Jacob se quedó quieto.

Bella, ¿estás bien? – dijo muy preocupado

Es que parece que estos días me da por llorar – le contesté

¿Es por él?

No, esta vez no es por Edward – se sorprendió aún más que yo de que hubiera dicho su nombre – es por mí. No puedo creer que haya perdido tanto tiempo por culpa de él. Han pasado casi siete meses des de que me dejó. Creo que tengo que empezar a mirar hacia el futuro.

Jacob me sonrió y me acercó un pañuelo

Creo que es una buena idea.

Estuve llorando un bueno rato en los brazos de Jacob y cuando al fin paré me quedé ahí un rato más.