Pelirrojo
…
Hinata miraba disimuladamente el sombrero que usaba el Kazekage, escondiendo su pelo rojo pasión, frunció los labios y rodó los ojos a las manos del joven que firmaba los papeles que había llevado.
—Ka-ka-zeka-ge-ge-sama, ¿Pue-do to-to-car su ca-ca-be-llo? —la pregunta sorprendió por completo al pelirrojo tanto así que Gaara dejo de firmar y clavó sus ojos fríos en los perlados de la joven.
—¿Perdón, Hyūga san?—pregunto su característica voz neutra, más sus ojos demostraban la confusión.
La peliazul sonrió con timidez y completamente ruborizada antes de comenzar a jugar con sus dedos.
—Si pue-do to-to-car su c-cabello.
—¿Por qué?
Hinata dejo de jugar con sus dedos, ante la nueva pregunta del Kazekage, soltó un suspiro y comenzó a sacudir bruscamente su cabeza.
—Déjelo Kazekage-sama, error mío. –Dijo sin tartamudear esta vez.
Gaara asintió y no dijo más, entrego los papeles firmados a la Hyūga y siguió con los suyo. Hinata giro sobre sus talones.
—A-adiós Kazekage-sama. —se despidió. Sabaku No Gaara volvió a dejar de escribir y clavó sus ojos en la espalda de la peliazul. Le miro con fijeza y luego se permitió entrecerrar la mirada para buscar una respuesta ante la ninja de Konoha que hacía una neligencia para su Hokage. Cuando no la encontró suspiro confundido y siguió con su trabajo, pero antes de tocar el bolígrafo se quito el sombrero que tenia y se acarició el pelo rojo.
—¿Porque querría tocar mi pelo...? —murmuro con suavidad.
