Parte I ~ Mi mejor amigo

'Características: Rubio y de ojos azul intenso.
Actividad: Capitán del equipo de basquetbol.
Categoría: codiciadísimo'

Esa es la descripción que acompaña la hermosa fotografía de mi mejor amigo en el mural de la facultad. Una descripción que, por cierto, me desagrada de sobre manera; pero igualmente todas las mañanas le dedico diez valiosos minutos, ya la sé de memoria y cada día le encuentro algún nuevo defecto. Todos tenemos alguna manía que nos supera -y aunque nos desagrade asumirlo- no podemos evitarla; pues la mía es la fotografía de Takeru sonriendo con esa descripción pedorra en el mural.

Quizá el motivo principal de mi molestia se deba a la persona que escribió esas 'elaboradas' palabras, Catherine ; su ex novia (aunque también lo superficial de ella me produce arcadas). Es muy cierto que Takeru Takaishi es un rubio de ojos azules intenso, caño, capitán del equipo de basquetbol y uno de los más codiciados de todo el campus, pero ¿solo eso tiene que decir de TK? ¿Qué hay de su encanto superior, su personalidad súper exquisita y su carisma interminable? ¿Dónde se mete la excelencia académica que le permite estudiar gratuitamente, su destacada participación en el equipo periodístico de la facultad y la labor social que ambos realizábamos? ¿Acaso ella solo recuerda de él sus cualidades superficiales? Pues sí, esa es Catherine, la denominada "Pitri". Esto vendría siendo uno de los tantos apodos que le he inventado, junto a Yolei, y viene de la expresión "P3": Porrista, Popular y Puta.

Varias de las minitas del colegio encajan en ese perfil, pero su líder indiscutida es Catherine, una falsa rubia, egocéntrica y manipuladora. Yo la describiría, más precisamente, como la única gran mancha en el curriculum de TK. Una lástima, teniendo en cuenta el grado de inteligencia con el que cuenta mi mejor amigo, por lo mismo, nadie comprendía su relación con ella… bueno… 'nadie' seriamos mis amigas y yo. Todas coincidíamos en que Takeru estaba para mucho más. Las palabras exactas que utilizó Yolei, fueron: "TK con Putinga no pegan, no riman, ni con cola los podes juntar… algún día la naturaleza tendrá que remediar esta macana". Pues bien, hace un mes la naturaleza actuó y he tenido que soportar más de una lágrima sobre mi hombro, porque más allá de ser un caño y todo lo demás, Takeru es un hombre sensible, tierno, enamoradizo. Perfecto.

La tarde está fría y llueve a mares, yo sigo en medio del patio como apernada al suelo, mirando su fotografía como si el mundo se fuese a acabar si dejo de hacerlo. Y en parte es así, si dejo de mirarlo mi mundo entero se termina, sucumbe ante el caos de mis sentimientos. Los cuales son casi un secreto de estado, solo sabido por mi gran amiga, Yolei; su novio, Ken; Sorita y Mimi. Todos ellos amenazados de muerte si lo develan, ni siquiera pueden hacer una leve insinuación. Un día, Yolei osó tirar una pequeña broma durante la preparación de la fiesta de final de curso… si tan solo hubiese notado que tenía una tijera en la mano supongo que hubiese pensado mejor y no habría dicho nada. Desde esa misma noche, mi pelilila querida usa flequillo recto. Gracias a Dios pudimos emparejárselo luego del tijerazo que le mande para que se callara.

Sé que me estoy empapando hasta el tuétano, pero yo sigo en la infructuosa labor de encontrarle algún defecto a la fotografía, más bien, al chico que sonríe en ella. Tiempo perdido.

-¡Kari!

Una voz de ardilla respirando helio me llama desde el otro lado del patio, sé quién es y sonrió sin mirarla. Estoy segura que su preocupación se debe más que nada porque en mi mochila está nuestro trabajo de Psicología, pero también debe ser porque parezco un trapeador empapado enfrente del mural.

-¡Hikari!

Yolei vuelve a gritar desde su lugar, pero no pienso moverme; mínimo que se moje un poco, ya que, no aportó casi nada al trabajo. La realidad es que el trabajo anterior lo hizo sola, mientras yo y Tk repartimos comida a los chicos de un hogar, pero esta 'mojada doble' será una mini venganza por no llamarme anoche. Cosa sagrada.

Siento como chapotea hasta mí y sujeta mi brazo con fuerza -Es delgada, pero tiene más fuerza que Sora y yo ¡juntas!- No emite palabra, supongo que le duele más que a mí la patética imagen de esta castaña, flaquita, con los ojos rojos y la mirada perdida en el retrato de TK. Ella es de las que insiste en que devele mis sentimientos, pero siempre la dejo cayada con un simple "Declararme es sinónimo de chocar contra una pared de concreto".

-Vamos adentro, amiga.

Asiento con una semi sonrisa en la cara, me rio al imaginar lo que Yolei está pensando de mí: una patética enamorada de su mejor amigo. Me rio de pena.

-Sí, solo quería que te mojaras un poquito…

Las dos sonreímos y nos dirigimos abrazadas al aula.

-Si no trajiste el trabajo te dejo tirada en medio del patio eh- advierte justo antes de ingresar al salón

Totalmente tentadas ingresamos a la clase, sé que ella no quiere mencionar el tema de TK, ya que, el viernes tuvimos una pequeña discusión por lo mismo. Según Yolei, la "Pitri" está afilando los dientes nuevamente para lanzarse en picada sobre el cuello de Tk, por lo que cree que es mi última oportunidad de aclarar todo.

"Si lo perdes, al menos tendrás la conformidad que lo intentaste, y todos nos daremos cuenta que Takeru no era tan 'súper especial' como creímos", esa fue la frase que me dio vueltas toda la noche. Una parte de mí –la más loca de todas- quería creer que podía arriesgarme y que quizá esa pared de concreto solo era un mural de papel que podía romper con un poco de esfuerzo. Pero existe la otra parte – cobarde y predominante- que no es capaz de sacrificar esta hermosa amistad por un sentimiento que no es compartido.

-Buen día, flaqui.

Su voz me estremece, y debo ser muy valiente para no derretirme ante su sonoro beso en mi mejilla. Yolei me guiña el ojo, mientras se sienta junto a su novio; yo dejo mi bolso sobre el banquillo y me siento casi sin expresión en la cara… junto a TK.

-Buen día, Takeru.

-¿Pasa algo?- no quiero mirarlo, pero siento su penetrante mirada sobre mí.

-No, solo he dormido poco.

-¿Queres cambiar de puesto para dormir un poco?- me ofrece el rincón sabiendo que es mi lugar favorito y que claramente algo me pasa, si no ya se lo hubiese quitado a empujones y cosquillas.

Niego, sin dejar de mirar el pizarrón.

-Estás toda mojada, loca- ríe intentando llamar mi atención. Lo miro de reojo y realmente debo esforzarme mucho, su sonrisa es mi tentación- ¿Qué pasa? Mirame…

¡No quiero! O sea, si quiero pero no debo, porque soy evidente, casi transparente ante él. Porque cuando sus azules ojos me miran directamente, no existen mentiras, ni caretas… ante Takeru todos mis escudos caen estrepitosamente.

-Me vine en la bici, por eso me estoy mojada- él chista la lengua y siento su molestia, al igual que siento la mirada de Yolei en mi espalda. De seguro se está riendo en silencio y Ken la codea para que disimule.

-Quitáte esa campera- lo miro sin reparos, llega a ser incluso una mirada agresiva, pero me ha asustado con esas palabras y el tono autoritario. Una de mis mayores fantasías vuelve a mi cabeza: él acorralándome contra la pared de su camarín de basquetbol, exigiéndome que eche a volar mi campera y todo lo que llevo encima. Sacudo la cabeza, confundida.

-¿Por qué?

-Porque estás empapada, te resfriarás.

-No, no…- intento desviar el tema, molesta por malinterpretar una mendiga frase de preocupación amistosa; además el comentario de Yolei sobre la "Pitri" y sus colmillos afilados hacia el cuello de él cae como balde de agua fría sobre mi cabeza ¡no la quiero cerca de TK! - dejame, estoy bien así.

-No, no lo estás- justo cuando pretendo rebatirle siento como mi campera, la cual estaba abierta, sale casi volando de mi cuerpo y una ola de frío me estremece.

-¡Ey!- Lo regaño.

-Está toda mojada- él lo hace de vuelta, tenemos esa hermosa y estúpida costumbre de regañarnos como si tuviésemos 3 años cada uno, sonríe de costado- sos una irresponsable.

-Mira quién habla- susurro.

-¿Tenés algo que decirme?- pregunta medio riendo.

-No, ¿vos?

Siento el calor de su campera y el agradable aroma de su perfume abrazándome cual madre a su hijo. Cierro los ojos evitando sonar exagerada ante ese hermoso gesto. '¡Fraternal!' Grita una voz en mi cabeza '¡Es un gesto fraternal! Cubrirte la espalda como lo haría con su hermana'.

Asiento resignada.

-Gracias.

-De nada, ¿ahora me dirás que te pasa?

-Nada- ambos sabemos que no es cierto, por eso sigo mirando al frente, aunque igual le echo un ojo casual, lo pillo justo rascándose la frente con fastidio- es cierto.

-¿No somos mejores amigos?- pregunta enojado, sé a dónde se dirige, va a chantajearme con el tema de la confianza- ¿Por qué me mentís?- siento su calurosa mano bajo mi mentón. Me obliga a mirarlo- ¿Qué pasa?

¡God! Mirarlo directamente a los ojos me debilita, me hace sentir enferma, frágil.

-Tu… tuve una pesadilla- corro mi cara, sobrepasada por los nervios-con vos…- suelto finalmente.

Él sonríe, yo me sonrojo, Yolei ríe a mis espaldas y Ken le tapa la boca.

-Contámela.
-Contásela.

Asesino a mi amiga con la mirada y me acerco al oído de Tk.

-Soñé que la "Pitri", o sea, tu ex – él ríe, encantado- se afilaba los dientes para morderte el cuello.

Soy exagerada, lo reconozco, pero amo serlo, porque Tk cree que mi torpeza es adorable. Lo veo en sus ojos al mirarme, como queriendo decir: "Sos un chiste total".

-Eso terminó, flaqui… y no volverá.
-Te duele.

-Naaaa, ya no- levanta los hombros, restándole importancia.

Ambos estamos acurrucados con las cabezas juntas sobre el pupitre, susurrando para que la recién llegada, Emilia, no nos escuche y suframos nuevamente algún castigo. Asumo que Ken tiene afirmando a Yolei para que no se tire sobre nosotros a oír lo qué hablamos, un chiste total.

-Te conozco- lo miro con obviedad- sé que te duele, quizá no la querés, pero tu ego masculino está muy dañado, TK.

-Kari- suspira- ¿vos crees que merecía un término así? Y no lo digo por 'ego masculino', sino porque siento que yo di bastante…

-No, no lo merecías- respondo rápido, no quiero que repita la parte de 'le entregue mi corazón'- pero siempre supiste como acabaría todo.

Me mata el papel de consejera sentimental, pero lo amo y siempre estoy y estaré para él. Siempre, aunque cada palabra sea como una agujilla clavándome el corazón, me sacrifico; porque amar es posponerse… y es lo que estoy haciendo.

-Sí, es verdad- levanta la cabeza- pero no pensemos en eso mejor.

-¡Takaishi!- la voz de Emilia nos sobresalta- tomá- le entrega el examen de Literatura, su materia favorita- no sé qué te pasa, pero si no aprobás el examen final nos veremos el próximo año… nuevamente- le advierte y prosigue con la entrega de las evaluaciones.

-Tk- él me entrega la hoja y me sorprendo al ver una nota tan baja, bajísima. No me lo puedo creer, debo mirar nuevamente el nombre en el encabezado y al ver la cursiva letra de Tk, termino por asumir que es suya-¿Qué ocurrió?

-No lo sé, fue justo el día que corté con Cath- ese puto nombre me desagrada, al punto de tener que respirar profundo para no gritar de la rabia- pero no es excusa- su molestia interna se ve reflejada en la brusquedad con la que arruga la hoja.

-Calmáte, estudiaré con vos y aprobarás el examen final.

-No, vos tenés tus cosas, no te puedo poner más carga- toma su mochila y sale raudo, sin importarle que va en manga corta y que afuera hay un diluvio casi como el del arca de Noe. Sacudo la cabeza contrariada por las taradeces en las que a veces pienso.

-¡Takeru!

Le pido a Yolei que se lleve mi campera y alcanzo a recibir mi perfecto '10' junto a las felicitaciones de Emi antes de salir corriendo tras él. El muy guacho se ve irresistible con esa remera ajustada y el pelo revuelto por el viento, la falta de aire me hace detener, no sé si se deba a mis malas aptitudes deportivas o a su forma de caminar, que me eloquece.

-¡TK!

Él se detiene y me mira a lo lejos, revolea los ojos y medio se agacha dándome la espalda, es la posición de"Subíte, que te llevo". Sonrío de oreja a oreja y corro hasta subirme de un salto a su espalda. Me acurruco en su cuello y aprovecho de cubrirlo con las mangas de la campera.

-Vamos a casa y estudiamos- pido sabiendo la respuesta.

-Kari… tengo que terminar de organizar la fiesta de mañana- revoleo los ojos y me bajo de su espalda realmente molesta- ¿Qué?

-Sos un desconsiderado, sabes que si desaprobás una materia perderás la beca, ¡y aun así preferís esa mierda de fiesta!- él me abraza y ríe divertido.

-Sos la mejor amiga del mundo, por favor, no me hagas esto- ¿y cómo se puede uno resistir a los abrazos de Takeru Takaishi?- juntémonos el domingo ¿dale?

-O.K- respondo a regañadientes- ¡pero el domingo sin falta!- lo advierto.

-¡Lindura!- besa mi frente y nuevamente me sube a su espalda- ahora vamos a tomar un café, los chicos nos alcanzaran allá para arreglar los últimos detalles.

-Solo participo por Yolei, que conste- le advierto.

-Mentirosa, te encantan las fiestas que organizamos con el equipo.

Él se refiere al equipo de basquetbol y de porristas, que son prácticamente la misma cosa. Solo diferenciados por los sexos de un grupo y el otro. Yolei, Sora, Mimi y otras pelotudas siguen a Catherine en el grupo de las porristas, –bueno, realmente mis amigas suelen llevarle la contraria y creo que este año Sora se postulará como nueva capitana. Lo que me parece ideal- la fiestecilla ésta, es organizada por ambos elencos y pretende reunir fondos para un viaje o no sé qué tontera. El tema es que ahí estará MI TK, con esa 'Pitri', y en algo si coincido con mi mejor amiga… no puedo dejarlos solos.

-Las odio- miento, las fiestas de estos guachos son las mejores del campus- pero las chicas me han pedido ayuda para la decoración.

-Bueno, el punto es que tenés que estar en la reunión, así que vamos- revoleo los ojos, pero me encanta que quiera compartir el tiempo conmigo.

-¿Qué pasa si la 'Pitri' te clava los colmillos en el cuello nuevamente?

-No lo hará, te recuerdo que me dejó.

-Pero ponete en el caso, che- le golpeo el hombro, me carga que sea tan simplista- viene con sus tremendas tetas y se te tira directo al cuello.

Él levanta los hombros y no me responde, odio el silencio que se produce el resto del camino, porque el silencio otorga; en este caso, está queriendo decir que si la pelotuda esa se le tira encima… no le hará asco, quizá hasta le gustaría.

Al llegar a la cafetería me baja y pasa su brazo sobre mi hombro, me da frío verlo tan desabrigado por mi culpa.

-¿Tenés frío?

-No, ¿vos?- niego con la mirada cabizbaja- Un capuccino vainilla y un mocaccino, por favor- pide, y mientras paga mi enojo se ha esfumado, incluso sonrío al recordar que sabe todo de mí, bueno, CASI todo. Pero es muy halagador que ni siquiera pregunte que quiero tomar.

-¿Iras al partido esta noche?

Es una ofensa que lo pregunte. Desde que nos conocemos no me he perdido ni un solo partido del equipo, partí sin siquiera saber lo que era un balón de basquetbol y ahora soy casi la Entrenadora. Me encanta hacerle recomendaciones sobre el esquema de juego, pero aún más, me encanta su sonrisa cuando escucha con atención. Todas las penurias vividas al verlo con Catherine durante tres meses pasan al olvido cuando me abraza, me lleva a upa o simplemente cuando hace caso a mis críticas de basquetbol.

-No- lo cargo, esperando su reacción.

-¿No? ¿Por qué?- me mira entre asombrado y molesto.

-Te estoy cargando ¿Cuándo he faltado?- pone cara de fiaca y me vuelve a abrazar hasta que llegamos a los sofás que siempre ocupamos para hacer las reuniones.

Ni les explico la agradable sensación que recorre mi panza al sentir la mirada de todas las personas de la cafetería sobre nosotros, sé que la mayoría amaría ser yo en este instante y tener el privilegio de ser abrazadas por TK.

-Nunca- besa mi cabeza. Él tiene la exquisita manía de siempre besarme en la frente o en la cabeza, sin importar quien esté a nuestro alrededor- sos nuestra más fiel seguidora. Te sabes todos los gritos, conoces todas nuestras jugadas…

-Recuerdo todas tus canastas y llevo el registro de las mejores jugadas- señalo mi bolso, en él está mi fiel cámara fotográfica.

Ambos sonreímos, sentándonos frente a frente.

-Sos única- me acaricia la mejilla, volviéndome loca- gracias por estar siempre, aun cuando yo estaba de novio…- sus ojos se oscurecen un poco, supongo que los míos también, ambos odiamos esa etapa.

-Eso hacen los amigos ¿no?- pregunto esperanzada en alguna respuesta que nos haga superar el grado de 'mejores amigos'.

-Hola, TK…

¡Na na na! ¿Justo en este momento tiene que aparecer la 'Pitri' con su pomposa existencia? Me enojo a tal grado que parte de mi café cae sobre mis jeans, quemándome.

-¡Cuidado Kari!- TK me para de un salto y seca rápidamente mi pierna, mientras yo asesino con la mirada a Catherine.

-Vos siempre tan torpe, Hikari- dice con una mordaz risita.

-Y vos siempre tan oportuna- le devuelvo el mordisco. Tomo la mano de Tk y le quito las servilletas-descuida, iré a lavarme al baño- él asiente, supongo que en el fondo agradece que los deje a solas.

Entro al baño y en vez de dirigirme al lavabo para quitar la mancha de café, voy directo a uno de los cubículos y me largo a llorar como condenada a muerte. Siento una impotencia que casi me ahoga, sé que soy torpe, atolondrada y un poco inocente a veces, pero ¿merezco esto? ¿Por qué no me quedé con Willis? ¿O acepté la invitación de Davis? ¿Por qué mierda tengo que seguir enceguecida por mi mejor amigo? Me acurruco sobre el retrete y maldigo internamente esta situación, odio ser tan masoquista, ¡conformista! y todos los peores calificativos. Eso merezco, porque no me valoro… pero es que no logro concebir la vida sin él, es mucho más fuerte que yo. Si me arriesgo, lo pierdo; y si lo pierdo, me muero. Así de sencillo, sin Takeru Takaishi en mi vida no hay razón para seguir viviendo. Prefiero seguir siendo su mejor amiga eternamente.

-Kari…. Sé que estás aquí, abríme.

De seguro los chicos han llegado y me esperan para comenzar la reunión, ya que, Yolei golpea insistentemente la puerta del cubículo. Abro lentamente y me pierdo en el abrazo fraternal que me regala.

-Vi todo lo que pasó, estábamos afuera con Ken, queríamos darle un tiempo a solas- confiesa apenada, mientras acaricia mi cabeza- cuando vi que esa 'Pitri' entró casi me vuelvo loca, pero…

-Ken te afirmo- la interrumpo, con una sonrisa entre lágrimas.

-Como siempre- ríe, parece que también está llorando- ¿Por qué has salido arrancando? Vos lo empujas a sus brazos- me vuelve a sentar en el retrete y se encuclilla frente a mí- ¿Cuándo volverá la Kari confianzuda? Aquella que tenía loco al americanito y también a mi amiguito- se refiere a Davis.

La miro con dolor, yo extraño aún más a aquella Hikari.

-No lo quiero perder… es más fuerte que yo- reconozco entre pucheros.

-Pero, amiga, estás muy mal- se cubrió el rostro con rabia- no queres seguir sufriendo así, no queres arriesgarte, no queres alejarte…

-¡No puedo!

-¡Podes! 'You can' no significa que eres no puedes, significa ¡que puedes! ¿Me entendés?- negué llorando aún más fuerte- confía en vos…

Estuvimos varios segundos sin siquiera respirar, solo mirándonos fijamente a los ojos.

-Lo haré- solté finalmente- pero prométeme que estarás siempre a mi lado, porque vos sos fuerte- ella sonrió levemente- y sin tu apoyo terminaré en el suelo.

-Estaré siempre con vos, pero sé que ni te acordarás de mí después- ambas reímos y nos volvimos a abrazar.

Luego de que la pena pasara, me ayudó a parecer nuevamente una persona decente y salimos al encuentro de los chicos. Tk se puso de pie al instante y miro mi jeans.

-¿Te quedó alguna marca?

-No, no esta tan caliente- sonreí, sentándome junto a Ken.

Estuvimos los cuatro conversando un poco sobre trivialidades, hasta que Mimi y Sora hicieron acto de presencia junto a Tai. El morocho era la nueva conquista de Sora, pero parecía que lentamente se iba convirtiendo en algo más. Mencione acaso que ese morocho es mi hermano?

-¿Y Cath?

Tai aún no se acoplaba totalmente al grupo, por lo mismo, no tenía idea sobre el tema de la 'Pitri', aunque supongo que luego de la mirada que Sora le dio le quedo bastante claro que no era una persona bien recibida entre nosotros.

-Tuvo que marcharse…

Bueno, entre CASI todos nosotros. Takeru realmente no parecía tener nada contra ella.

-Dejo a Yolei a cargo de la toma de decisiones- abrazó a nuestra mejor amiga en común.

-No, TK, ha dejado a mi cargo lo más pesado- levantó el dedo acusador- además, vos me sugeriste- lo asesino con la mirada.

-Es que Cath no puede con todo, Yo.

Sí, mi mundo se derrumbó en ese preciso instante… Cath… Cath… ¡la puta madre que los parió! Cuando ya casi me largaba a llorar ahí mismo, mi amado celular me salvó. La pantalla avisaba que mamá quería hablarme, pero mi boca soltó otra cosa.

-Le dije a Willis que estaría en una reunión con ustedes- revolee los ojos y salí del café sin mirar atrás… no quería volver a mirar atrás.

Á...