Amanecía, el sol brillaba sobre la ciudad de Magnolia, la luz llenaba cada espacio de la casa de Lucy Heartfilia, una rubia de ojos café perteneciente a uno de los gremios más importantes y respetados de Magnolia: Fairy Tail. Como cada mañana la chica tomaba un baño y se arreglaba para salir a encontrarse con sus compañeros. Ella era muy feliz todos los días en aquel lugar, lleno de bullicio, de gente, pero sentía hacían ya muchos años que algo faltaba en aquel lugar.

- Hola Lu-chan –decía a la distancia Levy, su mejor amiga al ver a la rubia entrar al gremio.

- Hola Levy- Dijo la recién llegada.

- Te veo preocupada - ¿de nuevo tienes que salir a una misión por lo de la renta?

- Si, ya es hora de salir a trabajar-dijo Lucy con resignación- ¿No sabes de nada bueno?

- Lucy-san –interrumpió Wendy, otra amiga de Lucy, trayendo un aviso en sus manos- Veras… Es que quería ir a una misión y no quería ir sola.

Wendy es una chica menor que Lucy, es una Dragon Slayer usa magia de viento, su pequeña altura y corta edad no impiden que sea una de las magas más poderosas del gremio, además de ser muy apreciada por todos en Fairy Tail.

- Oh! Pagan muy bien para ser tan fácil - Dijo la rubia sorprendida- Tal vez sea peligroso… -murmuró.

La misión consistía en escoltar un tren desde Magnolia hasta Hargeon, un viaje no muy largo, un recorrido no muy complicado.

Las dos amigas salieron al día siguiente, muy contentas de poder visitar el mar, el trayecto fue muy agradable, comían sus colaciones acercándose a un bosque denso y con mucha niebla, cuando por una extraña razón el tren paró de pronto, ellas buscaron refugio para investigar que pasaba, cuando vieron a un hombre vestido de negro y con capucha.

- ¿Qué hacemos? –Preguntó Wendy.

- Nuestro trabajo, cúbreme - respondió Lucy, mientras salía de su escondite e iba en dirección del encapuchado- ¿Quién eres? ¿Qué buscas? Como maga de Fairy Tail no te dejaré escapar- Dijo amenazante, mientas se preparaba para usar sus llaves de espíritus estelares y pensando, "Yo que quería que éste fuera un relajado viaje".

- ¿Fairy Tail?-se preguntó el hombre sin mostrar su cara- Lucy… -susurró lo suficientemente fuerte para que la rubia escuchara su nombre.

El escuchar su nombre la confundió, Lucy demoró en reaccionar y cuando se dio cuenta aquél tipo la tenía inmóvil en el piso. Él estaba encima de ella, sujetándole las manos, ni ella ni su joven acompañanta pudieron entender como él se había movido tan rápido.

- Lucy-san –dijo Wendy saliendo por fin de su guarida, acercándose a aquel sujeto que tenía presa a su amiga.

- ¡Aléjate! –Le gritó el hombre- Ella ahora es mía.

Una mujer con cabellos azules, se le acercó despacio por detrás a Wendy, haciendo que ella respirara algo de un pañuelo. La pequeña perdió el conocimiento después de inhalar lo que tuviera aquel pañuelo. Lucy la vio desfallecer y se estremeció, sus llaves estaban tiradas cerca de sus manos, pero ella no las podía alcanzar.

- Lo siento Lucy, no te devolveré tus llaves-dijo el hombre mientras ponía un paño igual al de la mujer de pelo azul que dejó inconsciente a su amiga, Lucy forcejeó, hasta que pudo librarse del hombre, cogió su manojo de llaves y saltó del vagón del tren.

Ella desconocía aquel lugar, y toda esa niebla le hacía asustarse más, sabía que tendría que ir a recoger a Wendy, sólo estaba intentando crear un plan para acercarse sin que hubiera tanta gente en el tren, sabía que aquel hombre podría ser peligroso, cuando sintió que no la seguían paró intentó esconderse mientras planeaba que iba a hacer, supuso que le podría pedir ayuda a sus espíritus y rescatar a su amiga sin salir de sus escondite.

- Si esa niña te preocupa, no me interesa- dijo una voz masculina detrás de Lucy, ella horrorizada gritó- Deberías hacer silencio, hay animales peligrosos por aquí- Dijo de nuevo el hombre con una voz de divertido.

- ¿Ha-hace cuanto que estás ahí?- Preguntó la rubia incrédula.

- Te he seguido desde que te soltaste- respondió el hombre, eso confirmó a Lucy a cerca de su peligrosidad.

- ¿Qué buscas?-Peguntó Lucy- ¿Qué le harás a Wendy?

- A esa niña nada, le están sellando recuerdos… Será enviada a Magnolia de nuevo, ella estará bien… deberías preocuparte más por ti- dijo el hombre acercándose a Lucy, ella estaba paralizada, no podía hacer nada, hizo un intento desesperado por alcanzar las llaves que había soltado con la impresión que le habían causado, pero ya era tarde, aquel tipo la tenía presa de nuevo.

El chico estaba sobre Lucy, ella no se podía mover. Cando lo vio en vagón del tren ella pensó "Bah es un simple ladrón, nada complejo de tratar", hasta que el la tomó prisionera la primera vez, Lucy se dio cuenta que sería algo complicado. Pero ahora él la aplastaba contra el piso, las piernas de la chica estaban presas por las del hombre, y a ambos lados de su cara había dos fuertes manos que se apoyaban en el suelo.

- Te dije que debías preocuparte más por ti-dijo aquel sujeto.

Lucy tenía miedo, ella sabía que le iba a pasar. De pronto la cara de aquel hombre se acercó a la suya y le dio un beso, mientras una de las manos del tipo desabrochaba los botones de la blusa, ella empezó a llorar y gritar, pero nadie podía escucharla, la boca del muchacho pronto se acercó a el cuello de la rubia y a sus pechos, lentamente, la mordisqueaba, ella quería que se detuviera, volviendo a la boca de la mujer comenzó a meter su mano debajo de las braguitas de la chica y a acariciar su sexo, mientras ella seguía pidiendo ayuda, desesperada. Lucy abrió los ojos y comenzó a ver nublado, perdió el conocimiento.

La mujer despertó horas más tarde en una habitación obscura, sin ventanas sólo tenía una puerta grande y otra que parecía un closet, una cama (en la que ella había estado durmiendo antes), una repisa llena de libros y algunas carpetas. Lo primero que hiso la mujer fue revisar si estaba bien vestida, y al parecer todo estaba en orden. Pero antes de que ella pudiera hurguetear las cosas e investigar donde estaba se abrió la puerta.

- Veo que ya despertaste Lucy- Dijo el tipo de negro, quien seguía con la capucha.

- Tú… ¿Qué me hiciste?-preguntó desesperada al no recordar hasta donde llegó el hombre.

- Descuida, después que te desmayaste no te hice nada… No es divertido si no gritas- Dijo con una sonrisa en los labios mientras comenzaba a desabrochar su capucha-Vas a estar aquí un tiempo, te necesito de nuevo Lucy Heartfilia.

- ¿De donde me conoces?-Preguntó un poco más calmada la mujer.

- De toda la vida-dijo el hombre sacándose lo que lo cubría.

En ese momento Lucy se dio cuenta que algo no andaba bien, el le parecía familiar en cierto modo, y cuando lo vio se dio cuenta que era un hombre apuesto, con pelos rosados y alborotados, ojos obscuros una gran sonrisa en sus labios y con torso y brazos fuertes.

- Me llamo Natsu, Natsu Dragneel.