DISCLAIMER: Nada de esto me pertenece. No soy Jo -desgraciadamente- no soy ni rubia.

AVISO: Este fic participa en el reto temático de abril "Infancias" del foro "First Generation: The story before the books"


Rojo y dorado. Quién le iba a decir al pobre Sirius Black que aquellos dos colores le iban a traer tanta alegría, pero a la vez, tanta desgracia.

Cuando escuchó las palabras de aquel sombrero su cuerpo quedó en trance, ¿él? ¿en Gryffindor? Miró hacia la mesa de los que serían sus nuevos compañeros, quienes vitoreaban triunfantes y donde junto a ellos se encontraban los tres chicos con los que había compartido compartimento horas antes. Una sonrisa se escapó de sus labios, pero no duró mucho ya que al girar la cabeza hacia la mesa de Slytherin se esfumó, a causa de la cara de sus primas. Pero a Sirius ya no le importaban sus primas, él estaría en la casa de los valientes, dónde años más tarde se haría justicia a ese nombre.

Pasaron unas semanas y aún no había recibido carta de sus padres -al contrario de la mayoría de sus compañeros- pero estaba tan a gusto con sus nuevos tres mejores amigos que no le importó.

-Mamá dice que este verano podéis venir algún día a casa- dijo James con la boca llena del chocolate de Remus. Antes de que pudiesen responder, una lechuza dejó caer una carta sobre la mesa la cual se encontraba Sirius, éste la abrió con cautela, bajo la mirada de todos sus amigos.

Querido Sirius;

Ya no se si deberíamos si quiera seguir llamándote querido... ¿Por qué, hijo mío? Es una humillación hacia nuestra familia que estés en Gryffindor, rodeado de todos esos sangre-sucia. Teníamos tantas esperanzas puestas en ti... y tú las has echado todas a perder. Ahora todas ellas están puestas en tu hermano, y estoy segura de que él no nos decepcionará. Tu padre está muy disgustado, al igual que yo. Yo misma escribí una carta al mismísimo Dumbledore intentando cambiar la opinión de ese sombrero estúpido y poder ponerte en una casa con valores como Slytherin, pero lo único que recibí a cambio fue un "la decisión está tomada". Solo espero que durante todos estos años en esa sucia casa no nos decepciones más de lo que ya has hecho. Acuérdate de mis palabras, hijo; nunca te rodees de aquellos cuales sangre es sucia. En Slytherin se tiene astucia porque no permitimos a los sangre sucia..., tu no eres un Slytherin, pero actúa como uno de ellos, hijo... o dejaremos de llamarte así.

Tojours pur;

Mam... Walburga Black.

Pero esa carta fue directamente a la hoguera.

Tuvo tantos problemas familiares... Sus padres lo odiaban, y su hermano lo acabó haciendo al cabo del tiempo, pero a el no le importaba: tenía a sus amigos, con quienes pasaría la mayor parte del tiempo, disfrutando, riendo, viviendo la vida. Pero en el fondo, muy en el fondo, hubiese preferido tener una familia normal, incluso a veces hubiera preferido haber nacido muggle, con tal de tener un poco de afecto y cariño. Pero ese pensamiento no duraba mucho en la cabeza del moreno, porque si no fuese mago, nunca hubiese conocido a lo que hoy llamaba mejores amigos.

Ahora, el ya no tan pequeño Sirius Black se encontraba en la puerta de los Potter. De repente, ésta se abrió dejando ver a un sonriente James Potter, al cual le desapareció la sonrisa al ver la cara de su mejor amigo. Con el ceño fruncido, fijó su vista en las maletas del moreno, y aquella sonrisa no tardó en volver a aparecer.

-Bienvenido a casa.