Akane se movía nerviosa por su habitación, en breves minutos Ranma tenía que partir hacia un entrenamiento con su padre que duraría tres semanas. No sabía si bajar a despedirse, no sabía cómo hacerlo, delante de todos sería demasiado vergonzoso exponerse de tal manera. Lo mejor sería no decir nada, mirar por la ventana y como había hecho otras veces decirle adiós con la mano a través del cristal, quién sabe quizás él ni siquiera se giraría para mirarla. Se preguntaba si él estaría como ella, nervioso y por qué no decirlo, triste por tener que separarse tantos días.
Un suave picoteó en la puerta la sacó se sus pensamientos, la abrió y sorprendida se encontró a su prometido cargando la enorme mochila a sus espaldas y un lindo pajarito entre sus manos. El animalito se movía intentando deshacerse del agarre del chico, pero pocos segundos después cedió quedándose dormido.
-Akane, puedes, podrías… ¿hacerme un favor?
- Dime Ranma – dijo ella un poco confundida.
- ¿Podrías cuidar a este pajarito? Es muy pequeño y delicado, parece rudo y con mal carácter pero en el fondo es amable y bueno. Ha intentado volar, pero su técnica no es la mejor, aunque es muy testarudo y persistente y al final seguro que consigue lo que se propone. A ratos grita y se enfada, pero cuando está calmado como ahora es muy mono y no quiero que le pase nada mientras yo no estoy aquí, ¿entiendes? – Akane lo miró enternecida, había sido muy sutil, pero entendió perfectamente lo que él le estaba diciendo.
- Claro Ranma, no te preocupes, cuidaré de mi misma hasta que regreses - respondió como si nada cogiendo con cariño al pajarillo.
- Genial, nos vemos en tres semanas.
Ranma empezó a bajar las escaleras con paso firme pero aliviado, hasta que al llegar al último escalón procesó la respuesta de Akane y sus mejillas ardieron dotándolas de ese color rojizo que últimamente tantas veces adornaba su cara. ¿Tan obvio había sido?
...
Un pequeño mini one-shot nacido de una noche de insomnio. Tiene una mini pequeña segunda parte que publicaré mañana mismo. Espero que os guste, es sólo una escena que me ha parecido demasiado tierna como para no compartirla. ¡Saludos!
