Capitulo 1: "El Sol de Toscana"

El sol, dando fuerza a su nombre, resplandecía en medio del cielo, mientras hacia brillar sus rayos en las aguas del azul mar, que como espejos los reflejaban.

Un mar limpio, de azules aguas, espuma blanca. Las olas eran quebrantadas por el paso majestuoso de un barco que no viajaba en su acostumbrado mar, el Caribe, esta vez el se familiarizaba con el Atlántico. Su capitán había decidido ampliar sus horizontes, llevando su barco a explorar nuevos lugares.

El Perla Negra, hacia paso, la proa se dirigía al camino que indicaba las flechas de tan singular brújula, tan singular como el poseedor, su capitán.

El viento era favorable, y con todo la ayuda del clima, El Perla era veloz, la amura estaba salpicada por el salado de las aguas, se mojaba dando brillo, así como todo el barco lo estaba. De un esplendor invaluable, avanzaba al este, con un objetivo claro y directo, que haría poderoso al Capitán Jack Sparrow, más de lo que ya es, ganaría mas relevancia, leyenda, acción real, a su excelsa reputación, daría felicidad lucrativa a su tripulación y aun mas era la libertad, ese paso con que cortaba las olas, era su albedrío que tanto amaba, tanto como al mismo mar.

-Bien, Señor Vince… quiero que me hable de ese barco.---pregunto con ansias el Capitán Sparrow, quien se encontraba sentado en las escalinatas que llevaban a la popa, mientras observaba como Gibbs manipulaba con esmero el Timón.

-Signor… "El Sol de Toscana", es el barco que todo pirata desea alguna vez comandar…¡Claro que si!—respondió el aludido, quien miraba directamente a su capitán. Se saco el pañuelo azul de la cabeza, lo doblo con rapidez, para luego limpiarse el sudor del rostro.

-Si…Si… eso ya me lo dijiste… háblame del barco, desde el punto de vista emocional, estructura, tripulación y sobre todo mi ganancia lucrativa…--puso énfasis en la última palabra.

-Claro Capitán… Es un barco inmenso, hace 5 años que fue puesto en función, así que se podría decir que es "nuevo", es muy veloz…

-Pero… Ninguno como el Perla…--interrumpió Jack con fastidio.

-Ninguno como El Perla, eso esta de mas decirlo…--aclaro el hombre mientras se desabrochaba los botones de la camisa, liberando aun mas su cuello ya descubierto, tomaba el pañuelo azul con nerviosismo.---"El Sol de Toscana" es medianamente veloz, el estado actual del barco es bueno, no ha tenido ningún enfrentamiento, en los últimos 7 meses, y por lo que pude observar mientras permanecía oculto son sus 5 cañones, en babor y 5 en estribor.

-No le puede ganar al Perla…--contesto con alegría el capitán.

-Ecco, Signore.---reafirmo Vince con su acento Italiano.—Su Capitán es el Signor Giacosa, marino desde hace un buen tiempo…-dijo mientras se rascaba la cabeza con el índice derecho.—es un viejo…Obviamente usted Capitán gana por incontables razones.—dijo sonriéndole.---Y lo mas interesante aun es…---volvió a sentarse en un escalón mas bajo que el de Jack.-… La tripulación, bueno si, posee muchos marinos con experiencia, pero tambien el barco esta repleto de Dones y Señoras, gente que solo observa la espada como un adorno decorativo, hay jóvenes con sus madres protectoras, señoritas y mas, usted sabe… la razón es que trasladan la ayuda económica a algunas colonias Italianas en Londres, además de un generoso regalo por parte del Rey de Italia.

-Eso me agrada…prosigue. —dijo sonriendo el Capitán.

-Si Signor… Son tributos del pueblo Napolitano, Florentino, y gran parte son objetos de oro y plata de Pisa, en fin todo lo que usted se imagina, el problema no es mayor, es limitar a los marinos que saben de los menesteres con la espada.

-De eso maestre Vince, no pregunte, sabemos muy bien como enfrentarnos…-dijo por ultimo, se levanto, y camino hacia Gibbs, con el típico balanceo en su andar, el maestre había escuchado atentamente todo la conversación sustanciosa del Capitán y el recién llegado hombre, que hora por sus ideales y su traición a su propio barco, aunque era polizón, lo había convertido en Pirata.

-Señor, creo que es un buen negocio…---dijo alegre, Gibbs pensaba en su parte, y como seria la recreación que compraría con ella.

-siempre lo hago.—con una sonrisa, saco de un bolsillo su brújula, la abrió y con su índice seguía las vueltas que daba al aguja, que jamás indicaría el norte. Con un si pensativo, vio con satisfacción la dirección de la flecha, hizo un gesto, que indicaba que Gibbs se retirara del Timón, Jack Tomo las riendas de su deseo.

-¡Liberen las ultimas velas!, rápido que para eso les pago…---grito mientras manejaba el timón.

-¡Ya escucharon ratas de puerto¡Tiren de las cuerdas como si les pagaran por hacerlo!---reforzaba Gibbs las palabras de su Capitán.

Vince, pasó a formar parte de la tripulación del Perla Negra, mientras tiraba de una cuerda, para por fin liberar las últimas Velas Negras, que apresurarían el paso del Barco Pirata.

-Estamos muy cerca…-susurró el Capitán Jack Sparrow.

-FLASH BACK-

Eran alrededor de las 6 de la mañana, era fácil saberlo pues las estrellas comenzaban a desaparecer y el oeste a tornarse de una mezcla de naranja y rosa.

El agua del océano estaba completamente clara y no había una sola nube en el cielo, al parecer el fuerte viento que soplaba las había ahuyentado, lo que permitía visualizar el amanecer en su mayor esplendor, todo indicaba que seria el día perfecto para cualquiera que se haga llamar marino, o en todo caso pirata.

Seria un paisaje perfecto para cualquiera, de no ser por la extraña sombra que flotaba entre las olas.

Era un solitario hombre que había permanecido toda la noche abrazado a un barril como si se estuviera aferrando a la vida misma, era muy delgado, y algo bronceado, una pequeña barba aparecía entre los mechones de su despeinado cabello mientras le cubría parte del rostro, sus verdes ojos estaban totalmente hinchados por la falta de sueño, su piel estaba arrugada por el agua, su ropa comenzaba a mancharse por la sal.

Hacia ya un par de horas que toda esperanza de salir con vida de esa situación se había desvanecido, era evidente que no volvería a pisar tierra, ya que seguro moriría en ese lugar, estaba totalmente agotado, no había comido en días, ni siquiera tenia fuerzas para patalear en busca de una isla, un bote, una roca… ¡lo que fuera!

Sentía que sus fuerzas y sus ganas de vivir eran arrastrados con cada ola que hacia tambalear el barril, ya ni siquiera notaba el dolor de sus heridas, lo único que quería era salir de esa situación, vivo o… muerto.

Así pasaron algunas horas mas después del amanecer, pero para él parecieron años, el Sol ya había salido desde hace tiempo, la luz que emitía le lastimaba los ojos, y el calor ya era insoportable, pero eso no le molestaba en lo mas mínimo, porque al fin le había llegado la hora.

En lo único que el pensaba era en el pequeño navío con velas negras que se acercaba directo hacia él –D…demo…nios- dijo con trabajo, esbozando una retorcida sonrisa –parece que el mismo hades ha venido a recoger los restos de mi podrida alma-. Esto fue lo único que dijo antes de que el agotamiento lo venciera, obligándolo a soltar aquel objeto de madera que le permitió la vida un poco más.

Si no fuera porque sabía que era imposible podría haber jurado que escuchó una voz gritando "ahí hay alguien" antes de hundirse por completo en su tumba de agua salada. Después de eso… todo fue oscuridad.

-"creo… que…. que esto es el fin del camino" -se dijo mentalmente a si mismo en medio de una total oscuridad.

Curiosamente, no sentía nada… ni frió, ni hambre, ni dolor, ni nada; era algo muy extraño, hace unos momentos no soportaba el ardor de la espalda, ni las nauseas que le provocaron el movimiento de las olas junto con el barril; y lo habría notado de no ser porque su mente estaba ocupada en otras cosas de mayor importancia

–"Mm… me pregunto a donde iré ¿al cielo o el infierno? Se que no he sido el mejor de los cristianos, pero he tenido mis momentos de arrepentimiento, como aquella vez en que…" –

-¿Crees que siga vivo?- Se escucho una voz en medio de la nada, haciéndolo salir bruscamente de sus pensamientos.

-Por supuesto que no, solo míralo- Se escucho una voz diferente, pero más áspera, comenzó mirar en todas direcciones en busca de la fuente.

-espera… creo que esta respirando, si respira debe seguir vivo ¿no?-

-Hem… bueno…supongo que si… ¡pero sigue sin reaccionar!-

En medio de la oscuridad se comenzaron a distinguir dos sombras, rodeadas de un aura de luz.

-¿Y si le damos respiración boca a boca?-

-Seeee claro, adelante, sálvalo- dijo la voz áspera con tono de sarcasmo

-pero… pero ¿Por qué tengo que hacerlo yo?-

-Pues… ¡Porque fue tu idea! Y también porque… si lo salvas, posiblemente, eso le agrade a la divina providencia… ¿entiendes?

-¿La divina providencia¿Estoy en el cielo?- dijo el joven semiinconsciente, intentando distinguir las sombras que cada vez estaban mas claras, pero aun seguía sin poderlas distinguir.

-Esta bien… pero si esto no nos garantiza un lugar aya arriba… nada lo hará-

-Amen por eso hermano-

-¿Serán ángeles? Hem… ¿Por qué se me esta acercando tanto?- Una de las sombras se le comenzaba a acercar demasiado, provocando su nerviosismo, pero su cuerpo logro reaccionar justo cuando alcanzo a distinguir perfectamente la cara del "ángel".

–¡¡HAAAA¡¡DEMONIOS ESTE NO ES EL CIELO, ES EL INFIERNO!!- grito con la cara de Raggeti a escasos 5 cm. de su rostro; con una mueca que solo podría hacer una persona que acaba de ver un fantasma –¡¡Por Dios hombre¿Cuándo fue la ultima vez que te lavaste la boca?- dijo con cara de asco al sentir el aliento de Raggeti tan serca de su nariz

El joven ojo de madera aparto su rostro del joven para levantar su mano a la altura de su mentón, cubriendo su boca, echo un suspiro de muy de su interior, y después olfateo con esmero el olor de su aliento, para terminar haciendo una mueca de asco.

-Oigan… no me lo tomen a mal, pero… si esto es el cielo…- dijo volteando a ver a su alrededor en busca de nubes y ángeles, pero solo encontrando un sucio y viejo barco, lleno de hombres apestosos -… pues… si que lo tienen descuidado-

-¿Cielo¡Esto no es el cielo torpe!... Es el Perla Negra- le aclaro Pintel con su acostumbrado tono vulgar y poco cortés.

-¿El Perla Negra?... entonces… ¿No estoy muerto?- dijo revisando su cuerpo preocupadamente con las palmas estiradas- ¡No estoy muerto!- Dijo con una gran sonrisa una vez asegurándose de que "no faltara nada".

-¡Eso puede arreglarse caballero!- se escucho una voz con tono autoritario acompañado del seco sonido de un arma siendo cargada.

-Capitán! Dijeron sorprendidos el par de piratas.

El Capitan Sparrow, sostenía su pistola a la altura de la sien del hombre recién conciente, con una sonrisa sarcástica, examinaba al hombre. Era de una estatura mediana, contextura delgada, cabello negro azabache que hacían resaltar los ojos verdes, ya casi iba por sus treintas años. Su ropa mojada se conformaba de unos pantalones negros, con las bastas remangadas hasta los tobillos, una camisa que seguramente alguna vez fue blanco, le quedaba ancho, el pecho mugriento mostraba un collarín plateado, un pañuelo azul amarrado en la cabeza, recogía su abundante cabello, su piel bronceada, indicaba que el sol había sido fuerte con el.

-Yo…yo…--tartamudeaba el hombre, mientras apenas se incorporaba del piso, y alzaba sus manos, retrocediendo algunos pasos.

-Tu nombre…¡Ahora!—exigió el capitán, de un solo acto cargo su pistola, intimidando aun mas al hombre.

-Vi…Vi…Vince De lanCre… Signor…---dijo casi en el piso, no le gustaban mucho las armas, evidentemente.

-Eres Italiano…¿no?...---dijo extrañado, al notar el acento del hombre.

-Si, le quería agradecer por salvarme la vida…--dijo bajando los brazos.

-¿Qué hacías en el …?

-Signor, huí… soy un ladrón buscado en mi país, estaba de polizón en un barco, al verme descubierto, tuve que saltar al mar, para evitar mi muerte, estuve mucho tiempo en alta mar, sabe Dios porque no me recogió…-dijo agachando la mirada.

-entiendo…pero mire no me caracterizo por mi altruismo, así que tendrás que decirme ¿Qué ganaría yo contigo?-dijo mirándolo de pies a cabeza.

-Señor…-dijo casi nervioso, mientras volvía a ver el mar, no quería volver ahí.—seré parte de su tripulación, un esclavo si quiere usted.

-Mi Tripulación es seleccionada…-dijo mirando a Raggeti como limpiaba su ojo madera, mientras lo regresaba a su cuenca…-casi todos…

-"maldición¿Qué hago?". Pensó con desesperación…

-Bueno, al notar su silencio, me veo en la satisfactoria necesidad de…

-Espere, Capitán se de un barco… uno que todo pirata desea conquistar, es el barco de donde yo escape, "El sol de Toscana", el mas poderoso y rico de casi todo el mediterráneo.---casi grito con nerviosismo.

-Ahora si veo mi comisión… siéntate…-dijo mostrándole el escalón de la escalera de madera.---tienes 3 minutos para seguir con tu relato y procura que sea verdadero y sustancioso, mientras sonreía cínicamente.

-FIN DEL FLASH BACK-

-¡Todo a babor!, rápido-exclamo otra vez el capitán.-¡liberen las velas¡Mujeres y niños a los camarotes!-indicaba mientras volvía a ver por su telescopio. Diviso perfectamente un navío con velas negras, habia escuchado de el, pero jamás se imagino que alguna vez se tuviera que enfrentar al barco de la leyenda …………con el temible Perla Negra, su majestuosidad se disponía de forma indescriptible, y su velocidad era una de las virtudes que ahora podía ver el angustiado capitán del Sol de Toscana.

-¡Capitán!, ya están todos reunidos-intervino un marino, Giacosa volteo y observo toda la mediana multitud que, entre marinos, Dones napolitanos, extranjeros, y algunos jóvenes, todos con la disponibilidad de luchar contra aquellos que amenazaban su barco y sus propias vidas.

-Bien, señores… moriremos luchando, en alto por nuestro apellido¡Que Dios nos ayude!-dijo el capitán alentando a su improvisado equipo de batalla.-Ustedes…-dijo indicando a 4 marinos.-Estén preparados con los cañones¡ataque por estribor!.-definió Giacosa, mientras los marinos corrían hacia sus posiciones mencionadas.

Por otro lado, la pronta defensa del Sol de Toscana ya había sido detectada por él.

Miraba por su telescopio al próximo objetivo, identifico claramente la movilización de los tripulantes del barco Italiano, pero como capitán, sabia como reaccionar ante tales cambios de planes.

-¡Caballeros!- dijo con su acostumbrado tono, mientras volteaba a ver a su tripulación - habrá un ligero cambio de planes, olviden el factor sorpresa, parece que nuestros amigos, se dieron cuenta de nuestra presencia y de nuestro amigable saludo, ameritémonos solo a luchar, robar, sacar tripas y todo eso… conocen la rutina.-determino el Capitan Jack Sparrow, mientras volvía a divisar por su telescopio al barco blanco de todo su deseo.

-¡Si capitán!.-exclamo la tripulación pirata al unísono. Algunos de ellos, esperaron cerca de los barandales, con una macabra sonrisa, relamiendose los labios, acariciando con ímpetu sus espadas, y con un solo mirar. El viento se habia hecho mas intenso, favoreciendo gratamente al Perla, que casi llegaba por estribor a su blanco. Unos segundos después, rompiendo fuertemente las aguas, llego frente a frente al Sol de Toscana, ellos por estribor y los piratas por babor. Jack camino lentamente hasta el centro del barco, mientras miraba fijamente al Capitan, sabia muy bien quien era, no solo por el vestir del hombre, si no por aclaraciones antecesoras de Vince. Poso su mirada en él por unos segundos, siendo correspondido por Giacosa, después de un corto tiempo, el mismo Capitan Sparrow, mostró una confiada sonrisa a su oponente, alzo lentamente su brazo derecho, cimbrando su espada.; sonrió de forma despreocupada y bajo su extremidad de forma súbita, dando cabida a que esa pelea había comenzado.

-¡Ahora!-acotó el pirata, solo para confirmar a sus hombres que atacaran sin remordimientos al barco napolitano que tenían al frente de ellos. Giacosa no perdió el tiempo, animando a su tripulación, salto a la tarima cerca de los barandales de su barco, dando respuesta directa, de que si quieren guerra, guerra tendrán.

La lucha no se hizo esperar, los piratas dieron a volar sus cuerdas, incrustando en la fina nave, las estrellas de metal, que con las sogas, hacían de escaleras a los piratas, pero esa incomodidad duro poco, el toscana y el perla se habían juntado con un leve choque entre ambos, como para convertirse, de forma definitiva, en un campo de batalla perfecto para la pelea.

Cotton saltó hacia el barco italiano, encontrándose con un hombre que no lo dejo avanzar, mientras hacían trabajar sus espadas, otros desarrollaban esa misma tarea, Raggetti se deslizaba entre los atacantes, defendiéndose sutilmente ante cualquier intento de daño por parte de sus enemigos, solo buscaba, en que parte se encontraba el valor remunerativo de todo esto, Pintel, mas practico, marino que incapacitaba, sea por un golpe, una patada, o simplemente les daba un pequeño empujón con el dedo índice haciéndolos caer por la borda, ya habían caído dos extranjeros y un italiano, que lo insultaban desde las aguas. Las espadas chocaban, y ese sonido de aceros invadían en los mas profundo del mar, corrian los marinos, que se veían amenazados, el solo pensar que combatían con la leyenda, con el Perla Negra.

Gibbs peleaba de forma satisfactoria, como siempre, frustrando cada intento de progreso en la pelea, por parte de los napolitanos, a uno de ellos, lo había metido dentro de un barril, parecía ser un jovenzuelo, de una inexperta carrera con la espada, dejo desmayado a un hombre alto, este casi lo tenia chocando contra los barandales del barco, a punto de un corte en el cuello, por la filuda espada del Italiano, pero la inteligencia del pirata salio a relucir, ante su situación, levanto su brazo izquierdo, este se encontraba libre y le pico los ojos con sus dedos, causando su pronta liberación y el gemido del gran napolitano, que todavía se sobaba los ojos, Gibbs aprovecho la ocasión y lo empujo contra la torre del vigía, dejándolo desmayado.

La acción de los cañones de ambos barcos no se hizo esperar, se escuchaba el retumbar de las explosiones, los maderos destruidos, la prisa de los marinos por cargar de pólvora otra vez sus armas, cada quien llegaba al climax de la pelea.

Mientras se desarrollaba la sustanciosa pelea, el Capitán Jack Sparrow, tenia solo un objetivo, encontrar el maravilloso tesoro, que tanto le había recalcado Vince. Entre tanto alboroto, gritos y explosiones, localizo las escaleras que lo llevarían a la parte profunda del Toscana, caminaba hacia el, con ese típico balanceo en su andar.

-Cuidado…-dijo Jack, ante un casi empujón por parte de un pirata y un Italiano, los evadió dándole paso a los luchadores, otros se amontonaron ante el, pero el Capitan les dio espacio arrimandose por la izquierda, y dejando caer a los enemigos por la borda, mientras les hacia un ademan de caballerosidad, y meneando la cabeza de forma burlona,.-¿Qué tal el agua¿fresca?-dijo mirándolos desde lo alto del invadido Toscana. Llego a la escaleras, las bajo rápidamente, salto, haciendo crujir el piso del barco, encontró una bodega llena de barriles, camino hacia ellos, interesado en el liquido que podía contener. Abrió la tapa superior, y lo único que encontró fue agua.

-¿Sin Ron?, bah, que vida tan miserable!...-dijo entrecerrando los ojos, haciendo un ademán de nauseas con los labios. Dejando de lado el barril, camino hacia un angosto pasadizo que encontro al otro lado de la bodega, y se percato de que se trataban de los camarotes. Vio como gente de su tripulación había llegado donde se encontraba él, sin esperar mas, Pintel abrió violentamente una de las puertas, y se encontró a dos mujeres ancianas, de grandes vestidos y peinados increíbles, una joven de los mismos trajes. Las tres mujeres gritaron de forma escandalosa, el pirata se acerco a ellas tapándose los oidos con las manos y lo primero que rebusco fue una caja, de madera hecha a mano, con detalles muy elegantes, encontrando ahí, como sospechaba, sus joyas.

Sacó de entre sus finas prendas, un mediano bolso de tela, después se dirigió hacia un baul de caoba, que se encontraba pegado a la cama, lo abrió. Tiraba por los cielos los vestidos, pelucas, zapatos, hasta que hallo algo interesante, mas joyas que yacían en unos cofres de plata. Cuando hubo terminado su trabajo en ese camarote se retiro hacia el siguiente

–Gracias por cooperar tan amablemente señoras- dijo haciendo una reverencia de caballerosidad y mostrando una sonrisa de lo mas cínica, antes de correr hacia el siguiente camarote. Pintel camino hacia la dama, que se encontraban encogidas por el miedo, les arranco las perlas y collares de sus cuellos y se despidió de la misma forma burlona que su capitán, inmediatamente corrió para alcanzarle.

Mas gritos se escuchaban por todo ese estrecho pasadizo de camarotes, Jack, noto al final del pasillo una habitación medio escondida que no había sido atacado aun, camino balanceándose, y abrió la puerta de forma súbita.

-¡Hola Preciosa!-dijo el capitan, lo primero e interesante que había visto hasta ahora, en ese camarote y quizás en ese barco, era una joven que estaba frente a el, apoyada a la pared de madera de lado opuesto al de Jack, pero mirándole fijamente. Una joven de una fineza adorable, tenia los cabellos ligeramente castaños que traía recogidos, por un tocado en forma de mariposa plateada, dejando caer algunas hebras que le hacían dar un aspecto seductor, sus ojos profundamente azules, hicieron creer al capitan que podía ver ese mar que tanto amaba, su figura era tapada por un vestido ligeramente perlado, con un escote moderado, pero sutilmente provocador, debajo de el, algunos encajes rosas pálidos, con bordados de mariposas y flores no amorfas, las mangas llegaban hasta sus codos y estaban adornados por cintos rosas, su estrecha cintura, daba inicio a un faldón rosa pálido también que dejaba ver por el medio una abertura, donde se dejaba ver el faldón interior que era perlado. Las bastas habían tenían bordados de forma divertida, mariposas y demás. Con la mano derecha le hacia una insinuación de que se aproximara, mientras pestañeaba de una manera irresistible. El capitán Jack Sparrow, observaba a la joven como a esas muñecas de porcelana, frágiles, intocables y delicadas.

La pose tan frágil de la bella dama tenia hipnotizado a Jack, que sin pensarlo dos veces, el capitán acepto la invitación de la joven, acercándose a ella con su acostumbrado balanceo y una mirada de picardía, que cualquiera que no conociera a Jack diría que era de lujuria. El estaba tan cerca de ella y ella de él que prácticamente se podían reflejar en los ojos del otro.

De pronto, quizás fue su estado de admiración o de embobamiento, pero sintió claramente como la adorable dama, le estampaba en la cabeza, un golpe tal que lo hizo caer al piso. Pudo observar caer el candelabro con el que lo habían golpeado, antes de perder el conocimiento.

-¡pirata maledeto!-dijo la joven con ese acento italiano antes de huir.

-¡vamos ragatsa mía!, debemos hallar al capitan-dijo una anciana de cabellos grises, que acompañaba a la joven, era su dama de compañía, su nodriza.

-Eco, tengo miedo…-dijo antes de cruzar el umbral.-pero no me arrepiento de haber golpeado a ese maledeto…-dijo la joven aun mirando al capitán, que seguia desmayado en el piso.

-ah!!!!!!!!!, suéltame…-gritaba la anciana, que había sido sorprendida por Ragguetti, quien la había tomado de por el brazo. Un pirata de origen chino, se acerco al capitán, que permanecía quieto en el suelo.

-eh, tu niña, mira lo que le hiciste al Capitán Sparrow…-dijo mientras la tomaba del brazo con fuerza e intercambiaban miradas retadoras.

-Capitan JACK Sparrow, y ya estoy bien… suéltala.-ordeno Jack mientras se levantaba del piso con algo de dificultad y con una mano en la cabeza, mostrando una mueca de dolor.

-llévense a esa señora tan escandalosa.-dijo el pirata cubriéndose los oídos con fuerza cuando la anciana comenzó a gritar pidiendo ayuda.

-¡No! Madame Allison…-exclamo la joven.

-¡Capitán¡Capitán! El Toscana a sido dominado-dijo Gibbs acercándose al camarote. Observo a Jack, una joven asustada, y como Raggetti arrastraba a una anciana escandalosa.

-Bien, tomemos lo que sea materialemente util para nosotros, puesto que este barco no trae Ron, sera mas facil nuestra uida, amarren a los tripulantes…-ordeno Jack, todavía se sobaba la cabeza.

… esa niña…es…-pronunciaba Gibbs con dificultad, mientras veia la insignia que colgaba del collar de la joven.

-… la mas atrevida de todas las señoritas…- acercandose a ella -Recordara este dia como la vez en que quiso lastimar al Capitan Ja…

-¡Es la hija del Gobernador de Toscaza! si es ella no me puedo equivocar…-dijo Gibbs muy triunfante, mientras acercaba su cara a la de ella para verla mejor.

-Hija?, gobernador?, como es que estas tan seguro de eso?- preguntaba Jack observando a la chica con la misma pose de Gibbs.

-Capitán recuerde que antes de ser pirata, fui un corsario no perseguido, el tiempo que trabaje con el padre de la señorita Swann, el gobernador de Port Royal, viaje a Toscana, al puerto de Liborno, y conocí al padre de esta joven, y el sello Florentino que lleva ese hombre en su cuello, también lo lleva su hija.-dijo Gibbs levantando el collar de la joven.

-Si ya veo, pero sigo sin ver en que me beneficia eso

-Capitán…piense… se imagina usted el rescate sustancioso que recibiríamos a cambio de esta niña, Su padre el Gobernador Beluscci, si no me equivoco es uno de los hombres mas ricos de Italia.

-Beluscci?… una gran recompensa? … mmm…-se decía para si mismo jack, con una mano en la barbilla sin quitarle los ojos de encima a la joven que cada vez estaba mas nerviosa ante la mirada de todos los piratas

-Si, solo imaginase, seria de los mas famosos piratas que allá navegado en este y en cualquier otro de los 7 mares. "El capitán Jack Sparrow, y el perla negra, como la leyenda que dejo anonadados a todo el gobierno Italiano"-decia Gibbs, casi hipnotizando a su Capitan.

-Veo tu punto, y también veo el tesoro, y veo también a esa niña en mi barco…-dijo mirando a Gibbs fijamente.-…tráela…-determino el capitán, observando a la joven, que había permanecido callada todo ese tiempo, y comenzado a gritar, una vez que sintió como el pirata chino la cargaba en su hombro, la niña pataleaba, pero sus esfuerzos de nada servian.

-no! Suélteme, maldedeto! Déjeme!-gritaba

-Aunque llevar a bordo a una mujer es de mal augurio-susurro por ultimo Gibbs, antes de salir del camarote

Por todo el Toscaza el único sonido que se escuchaba eran los gritos de una desesperada joven y las malévolas risas de los piratas.

Ni siquiera habían pasado el pasillo de los camarotes y el pobre pirata chino ya había recibido al menos 20 patadas por parte de su pasagera que no dejaba de gritarle en el oido.

-¡Le ordeno que me baje¡Quíteme sus asquerosas pesuñas de encima¿¡Que no me escucha!?- Gritaba a todo pulmón la joven mientras pateaba con fuerza el estomago de su captor -¡¡QUE ME BAJEEEEES!!- grito lo mas fuerte que su garganta le permitió, al mismo tiempo que le encajaba la punta de su zapatilla justo entre las costillas; doblando del dolor al pirata pobre pirata, haciendo que la soltara bruscamente contra el suelo.

Dio un lebe quejido debido a la caída e inmediatamente corrió a cubierta en busca de ayuda, dejando al pirata recargado en la pared con las manos en el estomago.

Subio velozmente los escalones, tropezando en algunos debido al largo de su vestido y a su desesperación. -¡Capitan¡Piratas¡Pirat…- No pudo terminar de hablar. Su impresión al llegar a cubierta fue tal que la dejo impactada, donde alguna vez habia visto caminar a los mas altos rangos en la nobleza, ahora estaba atestado de cadáveres, escombros de lo que pareció ser una gran batalla y sobretodo de piratas, había docenas de ellos, llevando barriles, cajas, armas, todo lo que no estuviese sujetado al piso.

-¡Oye¿Cómo llegaste aquí?- Grito un pirata junto a ella, haciéndola saltar del susto, era un tipo gordo, sucio, y calvo, con aspecto repulsivo. Comenzó a acercarse peligrosamente hacia la joven quien temerosa de ser atrapada nuevamente, instintivamente emprendió la huida nuevamente hacia las escaleras, pero siendo detenida fuertemente de un brazo por el anterior pirata chino quien, aunque ya podía caminar, aun mantenía una mueca de dolor en el rostro.

-¡¿Usted de nuevo¡Suélteme¡Déjeme!- Comenzaba a gritar deseperada al mismo tiempo que jalaba su brazo con intención de liberarse, pero el pobre pirata chino ya habia soportado demasiado de esa chiquilla, de un solo tiro atrajo a la joven, cubriendole el rostro con un trozo de tela húmedo.

No sabía que tenia ese trapo que comenzaba a asfixiarla, pero el liquido del que estaba impregnado comenzaba a marearla, la vista se empezaba a nublar y sentía parte del rostro adormecido, lo siguiente que supo fue que quedo totalmente dormida.

-Hasta que la mocosa se quedo quieta- dijo el pirata guardando nuevamente el pedazo de tela en su pantalón y volviéndola a cargar sobre el hombro.

Cuando abrió los ojos supo en verdad que ese no era su camarote y peor aun su temor era confirmado con el paso de los segundos. Sentía que el cuerpo le pesaba, pero tenía que incorporarse, levantarse. Fue sentándose poco a poco, el camastro donde yacía, era suave y espacioso, deslizo sus palmas en el lino y seda que hacían de cobertor, observo aquel espacio, rodeado de baúles de fino caoba, barriles, dos pequeños candelabros de plata colocados en el centro de una mesa, con todavía velas a punto de derretir y uno en el centro del techo de madera, de una fineza única, el acabado era exquisito, que hacia ver al lugar de un modo elegante, si no hubiera sido por las masivas botellas de ron, que ocupaban los rincones del camarote.

La joven aun sentía un terrible mareo, pero su curiosidad fue mas grande que su malestar, se levanto pero cayo de rodillas, aun no se sentía en sus cinco sentidos, llevo su palma derecha a su sien, una fastidiosa jaqueca acaecía en ella. Gateo hasta uno de los inmensos cofres y con dificultad abrió una de ellas, sus ojos fueron el blanco de tremenda brillantes, collares, brazaletes, anillos, todos entre oro, plata; incrustados con las mas hermosas amatistas, zafiros, rubíes, esmeraldas y mas. Reconoció entre tanta joyería, una gargantilla de brillantes, perteneciente a su nodriza.

-Esto es de… todo esto… son las joyas de las damas del barco…-susurro la joven. Cerro

el baúl con firmeza.-Por Dio!...

Identifico mas objetos pertenecientes al "Sol de Toscana", no solo joyas, si no telas de fino lino, seda; utensilios como vasos, vajillas de plata y porcelana, pero todo eso no era el único motín, había mas, seguro que si.

Se incorporo del todo, tomo con firmeza un candelabro plateado y se aproximo a la puerta de madera, había un silencio absoluto, tanto que el crujir de la madera se escuchaba por todo el camarote y en ella misma. Abrió la puerta lentamente, primero sacando el candelabro, moviéndolo de forma amenazante, pero antes sus ojos se deslumbraron, el sol de medio día brillaba en medio del cielo. Camino muy despacio, pisando con firmeza, supo desde que dio el quinto paso, que ese barco no era el "Sol de Toscana", si no otro, su corazón se helo y tembló. Bajo el candelabro, acercándose a los barandales de la cubierta, buscando inútilmente a su barco, lo último que recordaba fue que un pirata la cargaba en hombros, después un líquido amargo y fuerte la hizo dormir¿Dónde estoy?, pensó.

-¡Despertaste bella durmiente!-grito un pirata que colgaba de un aparejo, mientras le mostraba ademanes poco decorosos.

-Se fueron sin ti, Primor.-grito Pintel, dándole un saludo burlón con la mano.

La joven italiana, se dio vuelta y encontró a toda la tripulación pirata, riéndose, ella retrocedió asustada pero sin bajar de blandir el objeto entre sus manos, mientras caminaba hacia atrás se topo con alguien, la mujer dio la vuelta y diviso a un hombre, lo recordó muy bien, fue el quien dijo:"llevense a la chica", el causante de todo esta sensación de sentirse perdida.

-Señorita, veo que despertó de su profundo sueño¿Cómo se encuentra?-pregunto el Capitán Jack Sparrow, con suma ironía, mirando fijamente a la joven, con el propósito de intimidarla.

-¿Dónde estoy¿Quién diablos es usted?-grito desesperada la mujer, sin bajar la cabeza, en tono desafiante.

-disculpe mi descortesía, este hermoso navío es el "Perla Negra" y yo soy el cap…

-¿Qué¿Dónde esta el sol de Toscana?.-camino con temor a los barandales del barco, tratando de encontrar su barco, estaba perdida en verdad.

-Capitán Jack Sparrow… -dijo fuertemente, tratando de encontrar de nuevo la atención de la joven, se paro frente a ella, balanceándose un poco, mas por los efectos del ron, que por el mecimiento del barco en alta mar.

-"Perla Negra"… ¡Por Dio!, pero es un barco pirata… ¿Ma por que estoy aquí?...-dijo la joven retrocediendo y alzando de nuevo el candelabro de plata.

-Bueno es una visita forzosa, por un tiempo determinado, que depende de la rapidez en que su padre pague el rescate, milady.

-¿Cómo dicce?, entonces estoy…-dijo apunto de llorar, pero levanto la mirada, y vio a Jack con una verdadera furia.-es un maledeto, una rata, el peor de los hombres…sucio, ladrón…

-Soy pirata¿Qué esperabas?-respondió el capitán con una sonrisa obvia.-…¿Puede decirme su nombre?, señorita…

-es algo que no le incumbe…-dijo evadiendo la profunda mirada de Jack.

-Si no me lo dice, le diré al maestre raggueti que use su poder de persuacion con usted…-dijo Jack, indicando al mencionado pirata, el hombre se acomodaba el ojo de madera en su respectiva cuenca.

-yo…-vacilaba la joven italiana…-soy Lorelai Beluscci, hija del Gobernador de Toscana, Giorggino Beluscci, primo de su majestad el Rey de Italia, prometida del Principe Alexander Brünswick-Luneburgo de la Casa de Hanover, Corte de Gran Bretaña .-dijo en tono desafiante y altanero.

-interesante…-dijo el capitán, todavía sin aliento, por semejante introducción personal de la joven.-Como sabe soy el Capitan Jack Sparrow, dueño y señor de este navío, el "Perla Negra"…

-que fascinante…-dijo Lorelai con suma ironía en la voz…-pero no quiero pertenecer ni un segundo mas en este inmundo barco, exijo que me dejen en el puerto mas próximo

Después de un silencio, donde solo escucho el reventar de las olas, el frente del perla romper el mar y el crujir de la madera, unos segundos después, una risa inevitable sacudió los oídos de la joven italiana.

-No bromeo, lo digo enserio¡No se rían!-dijo retrocediendo, noto a Raggueti descuidado por el risa escandalosa que expresaba, la joven no perdió el tiempo, golpeo el abdomen del pirata con el candelabro, haciendo que este se encogiera del dolor, dejando libre su arma. Lorelai desenvaino la espada y la alzo a la altura del cuello del capitan Sparrow.

-Saco sus agallas, pero cree que esta sea una buena resolución, esta amenazando a un pirata, además ese objeto se ve demasiado impropio en las manos de tan fina dama…-dijo Jack sonriendo sin dejar de ver a la joven.

-Capitán…-dijo con burla.-este objeto impropio, lo vengo manejando desde que tenía 6 años, toda dama escoge un deporte que practicar, yo elegí el esgrima.-dijo poniéndose en posición de pelea, bajando la espada, ahora a la altura del pecho de Jack, y poniendo su mano izquierda en su cintura.

-entiendo…entonces probare que tanto golpea, nuestra querida dama…-dijo el pirata desenvainando por fin su espada, mientras acariciaba suavemente la hoja de acero de la espada de su contrincante.

-No me subestime…maledeto pirata...-la joven choco duramente la espada de Jack, avanzaba con sutileza, hacia retroceder al capitán, el sonido del acero, había atraído toda la atención de la tripulación, en verdad la joven no lo hacia mal, daba vueltas, hacia dar marcha atrás al capitán, pero sin dejar esa delicadeza y feminidad, cosa que fascinaba aun mas a Jack.

El no podía quedarse atrás, tenia de publico a toda su tripulación, y no podía dejarse intimidar por una mujer, de excelentes formas de emplear el esgrima y una belleza incomparable. Hasta ahora Jack solo se había defendido, hasta que la joven italiana, rasgo notablemente la manga derecha de la camisa del pirata.

-No se confié, sabe he practicado mucho y no tengo miedo de hacerle un daño mas profundo…-recalco la joven, quien sonreía al ver la cara de preocupación del pirata.

-No es eso, señorita…-dijo Jack sin dejar de pelear.-lo que me preocupa es el daño profundo en usted, después de que yo le gane…-atrapo la espada de la joven, impidiéndola mover, se acerco a ella y con suma dulzura burlesca le toco la punta de la nariz.

-¡No me toque!-grito la mujer, liberando su arma de la emboscada, avanzaba con furia, tratando de encontrar un punto libre en el pirata, pero tenia que aceptarlo el hombre era un as con la espada, "una magnifica defensa", pensaba Lorelai.

Jack salto hasta una de los escalones que llevaban al timón, y ella no se quedo ahí, esta vez tomo con las dos manos la espada, tratando de esgrimar las piernas del pirata, pero el saltaba evadiendo los golpes del acero. Esto hacia enfurecer a Lorelai, pero no la detenia, seguía en su lucha. Corrió hasta donde estaba el, su largo vestido no le hacia dificultad, subió con audacia las escalinatas, mientras remangaba rápidamente las bastas de sus faldas.

-Si te dificultan… puedes quitártelas…-dijo Jack con una sonrisa seductora.

-Grosero…-grito Lorelai, acercándose a su adversario, sus mejillas ardían, no solo por el ejercicio que daba, si no tambien por el vergonzoso comentario del pirata.

-perdón… te hice sonrojar…-otra vez se reía el pirata.

Pero la furia y sonrojar de la joven no se hizo esperar, siguió atacando sin mesura, gritando frases en italiano, provocando la confusión de Jack, mas no su distracción.

-Es hora de ponerle fin a esta colosal pelea…-decía el pirata, no peleas tan mal, querida.

-Si, que pena que yo no puedo decir lo mismo.-sonrió la joven, mientras se acomodaba con una mano su castaño cabello, que era alborotado por el viento y el movimiento.

Jack no dejaba de reír, Lorelai, sonreía y jadeaba, alguien tendría que ganar.

El Capitán, la hizo retroceder, no dejándole ver el lugar que pisaba, ella choco con una cubeta que se había interpuesto en su camino, le hizo perder el equilibrio, al punto de que cayo al suelo de madera, soltando su espada. Cuando encontró su arma, y se incorporo, era demasiado tarde, el pirata, estaba muy cerca de ella, logrando intimidarla, no solo por el profundo mirar de este, sino que el mismo había tomado con su mano izquierda la muñeca de la joven, obligándola a soltar su arma, y con la otra mano tomo su cintura, acercándola súbitamente a el.

-Bueno señorita, creo que perdió…tendrá que quedarse… otra vez, Bienvenida al "Perla Negra"-dijo por fin soltándola.

-Tramposo, eres un idiota, maledeto…-gritaba Lorelai, después de sus palabras, comenzó a gritar frases en su idioma de origen, lo hacia tan escandalosamente, todos esos aparentes insultos dirigidos obviamente a Jack.

-Esta niña habla en español cuando le conviene…-dijo el capitán entrecortando la mirada.-Maestre Pintel, lleve a nuestra invitada a la bodega, creo que ahí reflexionara mejor su actitud y posición en este barco.

-Si Señor…-dijo tomando a la joven por los brazos, casi llevándola a rastras.-Vamos Primor…-pronuncio con una voz emocionada.

-Pintel… solo la llevas, y regresas inmediatamente¿savy?

-Si capitán.-dijo con voz de decepción

-Le dije que llevar a Bordo a una mujer, era de mal augurio.

-No… se equivoca Señor Gibbs, esa niña no solo me servirá de un buen intercambio lucrativo, tengo grandes planes y ella es fundamental en mis ideas, mucho…-dijo Jack, viendo su brújula rápidamente.-Si… ¡A Tortuga!, escucharon, todos a sus puestos, leven el ancla, icen las velas.

-Ya escucharon al Capitán, dense prisa, ratas de puerto-gritaba Gibbs, viendo el movimiento súbito de la tripulación del Perla Negra.

Continuara...

Miss killer: hola!!!! q onda?

Ponky: como estan?, gracias por tomarse el tiempo, y leer este fic.

Miss killer: si un pocooooo extenso

Ponky: es que estabamos inspiradas...

Miss Killer: si! muchas gracias, somos nuevas en esta seccion.

Ponky: Sip, así q téngannos un poco de paciencia vale?

Miss Killer: Bien… pues tendremos muxas mas ideas para el siguiente capitulo, ya veran como se llevan mi jack con su nueva pasajera.

Ponky: Sip, ni se imaginan todo lo q les pasara a ….¿como q mi jack ?

Miss killer: hem… este…. Shalalalala. Mejor nos despedimos antes de q la cosa se ponga fea U

Ponky: sip hasta el proximo capitulo

Miss killer: antes de irnos, les comunico que Ponky, se ausentara por un tiempito solo un mes, asi que paciencia, para el proximo capitulo.

Ponky: si por favor!

Miss killer: la voy a extrañar T.T

Ponky: solo sera un mes...

Miss Killer: si, ya se... snif snif.

Ponky: bueno ahora si, nos vamos , hasta pronto!!!.

Miss Killer: cuidense, bye.