Los personajes de Ranma ½ no nos perteneces, nosotros los tomamos prestados sin fines de lucro para tratar de superar el trauma tan grande que nuestra sensei Rumiko Takahashi provoco al haber permitido que el cobarde de Ranma negara los acontecimientos en Jusenkio.
-Los personajes hablan-
Flash back.
:-:-:-:-:-:-:-:-: Cambio de escena.
Noticias.
Capitulo Uno.
El sol iluminaban lentamente la ciudad con sus rayos dorados y naranjas dándole vida y color al amanecer, la tranquilidad y la paz se respiraban tras el comienzo de un nuevo día, a lo lejos se escuchaba el ruido del algún camión repartidor al igual que alguno que otro ladrido y maullido. El avanzar lento de un hombre joven con sombrero redondo, pantalones cortos azules y camisa blanca era lo único que se veía en las tranquilas calles, levantaba los sobres de vez en cuando para no equivocarse de casa y después depositaba cada uno en su correspondiente lugar, al final de la calle se encontró con el numero al que pertenecía la última carta de la comarca.
El lugar tenía la fachada típica de la zona ornamentando la estructura antigua, las tejas color ladrillo y las curvas del techo le daban un aire reverencial, al momento leyó el letrero más famoso del distrito que anunciaba el nombre del dojo al cual pertenecía, inmediatamente dejo en el buzón el sobre y siguió su camino.
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El sonido del viento movía lentamente el sello y los cascabeles inundando el lugar con su música y dejando entrever la tranquilidad del lugar, frente al estanque donde saltaba uno que otro pez de colores se encontraban dos hombres con los ojos cerrados y el rostro tenso, la brisa llevaba consigo el olor de los cerezos en flor, ambas personas se situaban con los brazos y piernas cruzadas uno frente al otro.
-Saotome, ya es hora.- Dijo seriamente el de bigote y pelo negro largo hasta la espalda, el hombre del turbante abrió los ojos viendo a su amigo de combates para asentir con el rostro imperturbable.
-Así es Tendo, ya no podemos retrasar más lo inevitable.- Anuncio el otro, al momento el silencio volvió a reinar hasta que el hombre del do-gi café levanto los ojos al intenso cielo azul, tras un momento soltó un suspiro.
-Si… pero ¿cómo lo lograremos?- Le dijo mientras sus ojos se aguadaban al imaginarse que pasaría si no consiguieran lo que se proponían.
-No te preocupes viejo amigo, iremos con el más sabio de la casa, no creo que se rehusé en un momento como este, a él tampoco le conviene que fallemos.- Le dijo mientras sus redondos lentes se empañaban y una sonrisa tétrica se formaba en su rostro, al momento el otro lo vio y también empezó a formar una sonrisa que poco a poco estallo en una carcajada hasta inundar el lugar y espantar a los pajarillos.
-Tienes razón Saotome, esta vez no fallaremos, lo lograremos por el bien de todos y sobre todo del dojo.- Contesto mientras chocaba la palma con la de su mejor amigo.
-Así es, el dúo, como en los viejos tiempos, no fallará, vallamos por una botella de sake y después iremos con el anciano maestro.- Inmediatamente los hombres se introdujeron al recinto mientas la carta recién llegada se movía sobre la mesa, la noticia que llevaba no era la más grata y ninguno de los dos estaba dispuesto a rendirse.
El informe anunciaba que tenían tres semanas para pagar el retraso de seis meses que llevaba de un préstamo realizado dos años atrás, si no acudían en la fecha proclamada acudiría el banco a embargar el dojo y todo lo que estuviera en su interior.
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El cielo comenzaba tornarse naranja, dorado, violeta y azul anunciando con sus preciosas gamas el nuevo día en tan afamado distrito, la luz del amanecer tímidamente se adentro por una ventana acariciando lentamente la duela de un cuarto en donde se podía observar unos pantalones negros tirados en el piso junto con un vestido amarillo, a lo lejos la música de las aves inundaba el ambiente dando toda la relajación concerniente a un maravilloso nuevo despertar.
La joven peli azul sintió la tibieza de algo envolviéndola plácidamente inundándola de un regocijo y sensación de pertenecía que nunca había sentido, entre la nube negra que nublaba su conciencia empezó a imaginarse que esa calidez perteneciera a cierto joven de ojos azules que la protegía eternamente, al momento sonrió para sus adentros ya que eso no iba a pasar, perezosamente dio la vuelta en ese círculo de protección que la envolvía para observar su despertador, al momento el corazón le paró en seco al sentir que esa presencia que creyó un sueño se hacía más presente aunado a que le rodeaba la cintura posesivamente, rápidamente abrió los ojos sintiendo la claridad del día lastimárselos. El sonido estrepitoso de la puerta al abrirse fuertemente le taladro los oídos al igual que el corazón por las personas causantes de dichoso sonido.
-¡Boda!- fue el grito de guerra de los tres hombres que irrumpieron en el cuarto, encontrando a la parejita en una posición algo sospechosa -¡Debemos comenzar con los preparativos! Rápido Saotome, ¿recuerda la dirección del vendedor de sake?- preguntó Tendo, mientras Genma sacaba un papelito de la manga de su gi. – ¡Akane, linda dale un abrazo al abuelito Happosai!- gritó el anciano mientras saltaba directo a los pechos de la chica.
Akane interceptó el trayecto de Happosai con su lámpara de noche, dejándolo tirado a mitad de la habitación con trozos de vidrio y cerámica clavados en el rostro y cuerpo. En tanto los patriarcas Tendo y Saotome no se habían enterado de nada intentando descifrar los jeroglíficos que oficiaban de letras en el polémico papelito.
-¡¿Porqué entran a mi habitación de esa forma?!- les gritó furiosa desde su cama volteando a ver a los hombres, que ya se habían rendido con el papelito y ahora discutían sobre si el dojo cambiaría su nombre a Saotome o continuaría siendo Tendo –Mmm… no te muevas tanto… es muy rico estar así…- esa conocida voz detrás de ella la hizo voltear inmediatamente constatando así que su agradable sueño era una realidad, y el causante de que sus movimientos se vieran limitados desde que despertó, era su prometido que en estos momentos dormía aferrado a su cintura, como si de un koala se tratara, con una sonrisa bobalicona en el rostro.
-¡¿Estás cómodo?!- preguntó viéndolo con un gran sonrojo, mezcla de vergüenza y furia que crecía poco a poco al notar que su prometido sólo vestía un revelador bóxer. –Si… mucho…- respondió adormilado abriendo los ojos con lentitud. Al ver la dulce mirada que en estos momentos su prometida le dedicaba instintivamente soltó su agarre y se incorporó alejándose rápidamente de ella, pegando su espalda a la pared.
Akane lo vio bajar la mirada lentamente y convertirse en piedra al instante, intrigada dirigió su atención al lugar donde se enfocaban los ojos desorbitados de la estatua que en estos momentos ocupaba el lugar de Ranma, pero una voz desde la entrada la distrajo.
-Veo que ustedes dos no pierden el tiempo- comentó Nabiki recargada en el umbral de la puerta, observando las prendas de ropa esparcidas por el suelo.
En ese momento Akane se percató del baby doll de encaje rojo, semitransparente que llevaba puesto. -¡¿Qué rayos hago yo con esto puesto?!- gritó a mitad de camino entre la furia y la vergüenza. -¡Pero si te queda hermoso linda Akane!- exclamó Happosai lanzándose a sus pechos emocionado. -¡No se atreva a tocarla viejo libidinoso!- en un instante Ranma estaba frente a ella, estrellando su puño en la cara de Happosai.
Al tiempo que el viejo caía al suelo un escalofrío recorrió la columna de Ranma, al voltearse pudo notar la mirada de demonio de su prometida. Lo siguiente fue de novela, Ranma tirado en el suelo a un lado del anciano intentando sin éxito esquivar la totalidad del mobiliario de Akane que caía sobre él.
-¡¿Quién te dio permiso de meterte en mi habitación a mitad de la noche cuando estoy semidesnuda?! ¡Hentai!- gritaba Akane levantando su cama -¡Baka, pervertido!- continuaba enajenada, mientras le lanzaba la cama. -¡No sé como llegué aquí! ¡¿Quién querría ver a una gorilona como tú?!- fue la inteligente respuesta de Ranma, que intentaba desatorar su cabeza de la parrilla de la cama, pero detuvo su tarea al sentir el intimidante aura de Akane –Glup…
Nabiki negaba con su cabeza, mientras observaba de reojo como Akane comenzaba a arrancar la puerta de la pared, en un intento por obtener más municiones, ya que la cama había sido el último mueble que quedaba en pie –Esto te va a salir caro cuñadito- le advirtió, obteniendo un – ¿Uhh…?- por parte del desconcertado chico –. Pues ninguno de los dos se veía desconforme, cuando anoche se encerraron aquí-. Comentó tranquilamente, provocando que Akane perdiera interés en forcejear con la puerta, para verla totalmente roja -¿De qué hablas?- preguntó sumamente consternada al percatarse de que no recordaba nada de la noche anterior. –Recuerdo algo de eso…- dijo Ranma en forma casi autómata con la mirada perdida en el horizonte, mientras a su mente llegaban borrosas imágenes de una escena similar a la que mencionó Nabiki.
-El desayuno está servido- avisó Kasumi a los presentes con su amable voz, cortando todo el ambiente de tensión que reinaba en esa habitación. – ¡Me muero de hambre! ¿Usted no señor Saotome?- comentó Soun sacando a Happosai de entre los restos de maderas – ¡Claro Tendo, no hagamos esperar a Kasumi!- diciendo esto ambos hombres salieron llevando al viejo de arrastro –Ustedes dos pónganse algo de ropa y bajen- ordenó Nabiki saliendo detrás de los hombres, dejando a los dos chicos muy confundidos mirándose interrogante mente. El chico se concentro tratando de recordar lo ocurrido la noche anterior, de inmediato sus sentidos identificaron la respiración descompasada de su prometida, que en estos momentos se recargaba en la pared a falta de algún mueble sano en el que descansar así que de reojo la observo para constatar si se encontraba bien. Bajó lentamente la mirada hacia una zona en particular, en ese instante sus ojos se abrieron casi saliendo de sus órbitas, y todo su rostro se tornó rojo en una fracción de segundo, sin poder evitar que unas pequeñas gotas de sangre se asomaran por sus fosas nasales.
De pronto la ira de la menor de las Tendo se encendió al notar el sonrojo en la cara de su prometido y su mirada perdida debajo de su rostro.
-Se puede saber ¡Por qué demonios me estás viendo baka!- Le grito sintiendo la sangre hervirle en las sienes. –Yo… Yo no estoy viendo nada…-Empezó a murmurar el joven de la trenza sin dejar de observar tan cándida imagen, sin embargo lo que empezó por unas gotas se desato en un chorro que hizo que Akane encendiera su aura de batalla hasta prender fuego a las cortinas de su cuarto.
-¿A no? ¡¡PUES MIS OJOS ESTAN ARRIBA HENTAI!- Le grito la chica sacando su mazo y mandando a volar al chico hasta la estratosfera mientras este trataba de detener de alguna forma la pérdida de sangre.
-¡¡¡SIGUES SIENDO UNA GORILONA MARIMACHOOO!!!- Se escucho que gritaba a lo lejos antes de perderse en el infinito.
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La brisa fresca de la tarde se adentro por el tatami abierto del comedor refrescando a tres bellas mujeres, cada una de diferente edad, al cabo de un instante el silencio se opaco por el sonido de las vigas de madera que provenían de las escaleras, inmediatamente se observo a la menor de la familia que al observar tan singular reunión sintió la sangre congelársele en las venas.
-Akane, ven a acompañarnos a tomar una taza de té, creo que necesitamos platicar de algunas cosas que ocurrieron esta mañana.- Le murmuro con una sonrisa amable la matriarca Saotome mientras dejaba su tazón sobre la mesa.
-E… es que tengo que… estudiar para el examen de admisión.- Murmuro la chica no encontrando una escusa mejor, la mujer no cambio la expresión sin embargo lentamente la observo como si viera en el fondo de su alma develando toda la verdad haciendo que escalofríos la recorrieran por toda la espina, al instante la voz calmada de su hermana mayor llamo su atención.
-No te preocupes Akane, ya tendrás tiempo para eso, ahora es más importante lo que tenemos que aclarar.- Le comunico calmadamente pero con la mirada algo seria, cosa que la hizo temblar de pies a cabeza y en menos de un minuto sentarse frente a las tres. En eso de nuevo las vigas de madera crujieron ante el peso y al momento el joven oji-azul despreocupadamente paso de largo.
-Ranma hijo, que bueno que bajaste, justamente contigo queríamos hablar.- Comento la joven madre del chico paralizado quien lentamente dio la vuelta para encontrarse el semblante pálido de su prometida y la sonrisa afable de su madre, rápidamente observo a todos lados como queriendo averiguar si le hablaba a alguien más o por lo menos encontrar alguna pequeña puerta, espacio u orificio en la pared por donde se pudiera escabullir de tan intensa platica.
-Ranma hijo ¿qué buscas? no pensaras rehusarte ¿verdad?- Pregunto la mujer de cabellos vinos mientras desenfundaba la filosa katana.
-N… no claro ofokuro Ja, Ja, Ja… como crees.- decía nerviosamente el joven artista rascándose la cabeza y sudando frio, inmediatamente se sentó en el mismo lugar al lado de su prometida.
-Bien… ahora que están ustedes dos tal vez sea bueno que nos deban una explicación.- Comenzó la mujer mayor. –Aunque ustedes dos son jóvenes y sus deseos de expresar su amor estuvo reprimido bastante tiempo no debieron adelantarse.- Murmuro a los chicos que poco a poco se empezaban a sonrojar.
-Así es hermanita, tu sabes que yo apoyo el que tu relación avance con Ranma ya que se ve que se aman mucho… sin embargo para dar el paso que dieron debieron haberse casado.- Comento la mayor Tendo mientras colocaba su recipiente de te sobre la mesa. La joven chica no sabía dónde esconder la cabeza.
-Aunque a decir verdad… por mí está bien, espero que Ranma se haya forzado en complacerte querida, digo que el apellido Saotome haya demostrado todo su poderío y honra.- Comento la madre tranquilamente y con orgullo haciendo que Ranma por un momento sacara vapor por los oídos, la chica nuevamente rogo a Kami-sama que la tierra la tragase. – ¡O!… ¡Ofokuro!- Susurro el chico con lo poco que le quedaba de voz.
-¡N… ni siquiera saben si de verdad actuamos mal anoche!… ni nosotros lo sabemos ya que no recordamos nada de ayer.- Comento la chica con las manos sobre la mesa a punto de levantarse y de huir antes de que la cabeza le estallara de tanto sonrojo.
-Yo no estaría tan segura de eso hermanita- comentó Nabiki con un destello de malicia en sus ojos que no pasó desapercibido para ninguno de los dos. Tan conocida les era esa mirada que en un segundo habían colocado sobre la mesa unas monedas y algunos billetes -Es todo lo que tenemos- dijeron los chicos al unísono, en forma tan coordinada que se quedaron viendo asombrados –. Escuchen esto- ordenó Nabiki, luego de haber desaparecido el dinero de la mesa con una velocidad envidiable por el mejor de los artistas marciales, sacando un reproductor de cinta magnética.
Al presionar el botón de "Reproducir" en la sala se hizo un silencio sepulcral, mientras los presentes miraban el aparato intensamente como si así pudieran escuchar mejor. Luego de escuchar unos segundos de sonido de fondo, aparecieron algunos murmullos apenas audibles, seguidos de una sonora exclamación.
-¡Quítamelo baka, me duele animal!- era la voz de Akane, que se escuchaba lánguida como si estuviera en un grado avanzado de alcoholización.
-¡Deja de moverte o te dolerá más, déjame hacerlo a mí!- fue la respuesta de Ranma en no mejores condiciones que ella.
-¿E… estás seguro que sabes hacerlo?
-Claro, lo hice muchas veces con mi cuerpo femenino.
El sonido de una katana desenvainándose fue la señal para que Nabiki decidiera quitar la grabación antes de perder una de sus mayores fuentes de ganancias, Kasumi sólo se abanicaba con su delantal, intentando bajar un poco el sonrojo de su rostro. Sin embargo el sonrojo de Kasumi pasaba desapercibido frente al de Akane, que parecía estar a punto de romper alguna marca mundial. Ranma por su parte permanecía con la mirada perdida en el horizonte, perdiendo rápidamente litros de líquido corporal en forma de vapor que se desprendía de su cabeza.
-Eso… no sonó muy varonil…- comentó finalmente la matriarca Saotome volviendo a guardar su katana –pero me alegra que aproveches tu condición para darle un mejor trato a tu prometida- finalizó con una sonrisa, obteniendo como única respuesta la instantánea transformación en piedra, de su hijo.
Akane continuaba abstraída de la realidad, hasta que una pregunta de Nabiki la sacó de su mundo
-¿Se cuidaron?- preguntó tranquilamente, mientras su hermana menor aún en trance volteaba a verla -¿Qué?- preguntó inocentemente Akane.
-Akane ya no eres una niña, me refiero a si se protegieron antes de hacerlo- explicó como la cosa más natural del mundo mientras el rostro de Akane se transformaba a uno de pánico mezclado con bochorno, y la piedra sentada a su lado se cuarteaba rápidamente -Un bebé es mucha responsabilidad chicos- les dijo Kasumi recuperando un poco la compostura con su rostro algo preocupado.
El comentario de Kasumi acabó por despedazar por completo la estatua de piedra en la que se había convertido el joven artista marcial, mientras Akane hacía un gran esfuerzo por volver a respirar normalmente, mientras observaba a Nodoka con una gran sonrisa sacar de un armario un par de agujas de tejer y una gran cantidad de ovillos de lana.
-Y no sólo eso, sino que también es un gran gasto- agregó Nabiki –están los pañales, la cuna, el cambiador, los gastos médicos, vacunas…- enumeraba mientras presionaba con gran velocidad las teclas de su calculadora de bolsillo.
Akane no lo soportó más y cayó de espaldas con sus ojos en espiral, mientras lo que en una época fue su saludable prometido, ahora estaba convertido en un montón de fina arcilla que poco a poco se volaba con la suave brisa de primavera que entraba desde el jardín.
Continuará.
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Bien, primero que nada quisiera agradecer a mi querida amiga y sensei Trekumy por hacerme el honor de trabajar junto a mí en este muy humilde proyecto que tenemos pensado desde hace meses y que solo hasta ahora se pudo concretar, se que algunas de ustedes se quejaran porque al fin hicimos que avanzara la parejita de Nerima no concordando con la actitud de estos jóvenes, pues bien déjenme aclararles que ellos ya salieron de la preparatoria y están próximos a iniciar la universidad así que en algunos puntos leves han ligeramente madurado, pero aún y con ello no pierden la esencia testaruda, caprichosa y muy, muy pudorosa, como verán es un género algo picoso pero muy relajado, muy probablemente no haya lemon aunque a lo mejor nos animemos a poner algo de lime, ahora agradezco de antemano a las que se tomaron las molestias en leernos y a las que se atrevieron a dejarnos un review ya que con ello pagan el trabajo de casi un mes elaborando esta aspiración, me despido y agradezco de nuevo, un gusto Marilole, ahora las dejo con las sabias palabras de mi maestra.
Hola a todos, Trekumy reportándose. Vieron que ando invadiendo portados lados, ahora con cuenta nueva y todo… Bien luego de lo que mi querida amiga Mari dijo sólo me queda agradecerle por ser tan excelente colaboradora, y tan buena amiga. Este es el primer capítulo de lo que esperamos sea una larga lista de fics bajo la bandera "Hagamos sufrir a Ranma por baka". Espero que se diviertan leyendo este capítulo tanto como nosotras escribiéndolo. Sin más me despido, agradeciendo a todos los que lo leyeron.
