Capitulo 1: el regreso

Han pasado casi 5 años desde que Goku partió con Shen Long, la vida en el planeta tierra había vuelto poco a poco a la normalidad, la paz por fin reinaba de nuevo y las ciudades una a una empezaron a ser reconstruidas, no todo era felicidad había aun algunas personas que extrañaban la presencia del salvador del universo, su ingenua sonrisa y su alegría habitual, para calmar un poco el dolor de su partida en corporación capsula se reunían los antiguos guerreros Z, para celebrar la victoria de la mas difíciles de las batallas.

Una hermosa mujer de cabello azul caminaba de un lado a otro de la sala de su casa, girando instrucciones a algunos trabajadores que llevaban los muebles para la reunión de esa tarde, se le podía ver manejando todo dando instrucciones tanto al personal presente hasta al que no estaba a su vista por medio de su teléfono, cierto Saiyajin observaba a su mujer como manejaba a los empleados, el sabia que a ella le había afectado la partida de su mejor amigo, generalmente el no estaría muy del todo de acuerdo que su casa se llenara de invitados, pero sabía que con esta fiesta su mujer dejaba un poco de lado los malos recuerdos que vivió.

-Bulma, deja de hacer tanto escándalo, puedo oír tu chirriante voz hasta mi cámara de gravedad- le protesto el príncipe Saiyajin.

-Vegueta deja de molestar, si no me eres de ayuda, no me interrumpas, en unas horas van a llegar los invitados y aun no está listo el salón.- le contesto Bulma algo enojada.

-Como sea mujer, solo no hagas tanto escándalo, me interrumpes en mi entrenamiento.- diciendo esto el príncipe de los Saiyajin se alejo.

Camino hacia su cámara de gravedad, ahora estaba más tranquilo, al ver que su mujer no estaba sumida en esa melancolía que le recordaba este día, sabía que Kakarotto fue como el hermano que nunca tuvo ella, su amistad desde que eran niños los unía, el lazo de amistad que había entre ellos era inquebrantable, casi como su unión con ella, para el ese Saiyajin clase baja se convirtió poco a poco en su amigo, tal vez en algo mas , pero su orgullo no le permitiría decirlo abiertamente, aun así no era necesario, ya que desde la vez que se fusionaron en Vegito y tiempo después en Gogeta, ellos dos compartieron los mismos recuerdos y sentimientos, y estaba seguro que Kakarotto supo leer su alma.

Lejos de ahí en las montañas Paoz, en una casa enclavad en sus profundidades, una mujer se preparaba para ir a la reunión acordada, Chichi estaba sentada frente a su espejo, veía con un poco de tristeza el reflejo, ya no era la jovencita de la foto que estaba en su tocador, esa que se caso ilusionada, tampoco era esa mujer enérgica de cuando cuidaba de su hijo adolecente Gohan y del pequeño Goten, atrás había quedado esa mujer fuerte, era inevitable, era una mujer anciana, tal vez su apariencia aun no lo era del todo, pero su espíritu desde hace mucho lo era, cada vez que su esposo, su compañero se iba, dejándola sola, cada vez que eso pasaba se llevaba un pedazo de su alma, primero fue ese año que murió en manos de hermano, después cuando no volvió de aquel extraño planeta, luego esos 7 largos años después de enfrentar al terrible de Cell, pero cuando regreso, pensó que todo estaría bien, pero fue una vaga ilusión que ella se creo, pues algunos años después se fue de nuevo, dejándola sola como acostumbra, ese insensible hombre, la abandono, para regresar convertido en un niño, acaso ella debería cuidar a otro hijo mas, su corazón despedazado aun recordaba con dolor el día que lo vio partir por última vez, al principio pensó que volvería en unos días, pero esos días se volvieron semanas, las semanas en meses y los meses en años, cada año su marchito corazón le hacía entender que el no volvería.

Dejando sus viejos recuerdos atrás Chichi termino de arreglarse el cabello, bajo a la sala donde ya su hijo mayor y su familia la esperaban para ir a la fiesta en corporación capsula, mientras tanto en Bulma había terminado los últimos detalles, era hora de arreglarse, subió a su habitación, esperaba que se encontrara sola, conociendo a Vegueta este aun estaría entrenando en su cámara de gravedad y esperaría hasta el último momento para ducharse ponerse algo de ropa decente, bajar con ella a la reunión, comer y después retirarse a su cámara de gravedad nuevamente, cada año hacia lo mismo, pero al entrar a la habitación se sorprendió al ver al príncipe saliendo de la ducha, su cuerpo solo estaba cubierto por una pequeña toalla atada en su cintura, Bulma lo veía, aun no podía creerlo, tantos años que desde que el llego a vivir ahí, y no había cambiada nada en absoluto, aun mantenía su maldito cuerpo perfecto pensó ella, mientras tanto ella había envejecido como una humana cualquiera, pero aun así, en tal vez ya no era la joven y hermosa mujer que fue en el pasado, pero aun quedan bastantes vestigios de aquel glorioso pasado, y eso al dejaba satisfecha, porque aun a esa edad podía provocar que el gran príncipe de los Saiyajin temblara ante su cuerpo.

Poco a poco todos fueron reuniéndose en los jardines de Corporación Capsula, los primeros en llegar fueron Krilin y su familia, después aparecieron el maestro Roshi y los demás habitantes de kame house, Trunks y Goten llegaron poco después, Yamcha y el resto de guerreros Z llegaron también, y al final por fin llegaron los Son.

-Perdón por la demora, pero ya estamos aquí.- dijo el mayor de los Son.

-No te preocupes Gohan, pero que bueno es verte de nuevo muchacho.- Lo recibió el anciano maestro Roshi.

-Gohan por fin han llegado, pasen ya llegaron todos, Chichi como estas, pasa mujer que la fiesta ya empezó.- Le dijo Bulma los hacía pasar.

En el salón se encontraban todos los conocidos, la alegría empezó a bombardear la fiesta, todos empezaron a reír y platicar, contando viejas anécdotas, recuerdos y sus nuevos proyectos, Bulma veía a todos sus amigos ahí reunidos estaba feliz de poder volver a verlos, una gran sonrisa se dibujo en sus finos labios, esto no paso desapercibido para Vegueta.

-Dime mujer, que te hace tanta gracia.-le cuestiono el príncipe Saiyajin mientras daba un trago al vaso que tenía enfrente.

-Solo es que me causa gracia ver a todos, pero más gracia me da es que ya todos somos viejos, bueno a excepción de 18 y tú que no han cambiado nada desde que los conocí.- le comento alegremente Bulma volviendo a sonreír ante la idea de unos guerreros Z ya seniles y acabados.

Muchos años atrás la mayoría eran grandes guerreros pero el tiempo los ha vencido, ya queda poco rastro de sus cuerpos marcados por sus prominentes musculaturas, ya eran simples viejos que recordaban sus épocas de glorias, Krilin, Yamcha y los demás, ya eran prácticamente viejos, bueno ella también lo era, pero no lo admitiría por lo menos en unas cuantas décadas mas, o en unos años, rio de nuevo para sí misma.

Las historias eran contadas cada año, Trunks, Goten, Marrón, Pan y Bra ya se las sabían de memoria, pero aun así les gustaba escuchar las historias de las peleas en Namekusei, o los Cell Game o los Torneos de artes marciales en los que participaron, pero cada vez que nombraban a Goku, la atmosfera se ponía melancólica, no estaba ya el, con su típica sonrisa y su buen humor, tanta falta les hacia él, Chichi se conformaba con escuchar como hablaban de su marido, tenía una mezcla de orgullo y de melancolía, pero no dejaría que esos sentimientos la arruinaran el momento, y siguió animada la conversación.

La tarde dio paso a la noche, la fiesta aun continuaba, algunos de los invitados ya animados por las copas de alcohol y contagiados por la vitalidad de los más jóvenes estaban bailando, hicieron un circulo y todos bailaban con todos, Vegueta mantenía una animada charla con Gohan, la música sonaba y todos bailaban incluso Chichi y Bulma se habían unido a los demás, Vegueta volteaba esporádicamente a ver a su mujer, le alegraba verla más animada.

En medio de una pieza muy animada, bailaban todos , de vez en cuando uno a uno iban pasando al medio del circulo a dar una pequeña demostración de sus dotes bailarines, incluso Gohan se unió a ellos, Bra y pan fueron las que dieron mejores muestras de bailes , entonces una figura tomo el centro del circulo, Vegueta que estaba de espaldas a la pista sintió esa presencia, aquella presencia que nunca olvidaría a pesar de los años, abrió de golpe los ojos, y miro lentamente hacia atrás, todos los que estaban en la pista se quedaron quietos, unos boquiabiertos, otros sorprendidos, los ojos de Chichi, Pan y Bulma empezaron a llenarse de lagrimas, la figura que estaba en el centro de la pista esbozo una sonrisa hacia todos, esa sonrisa que tanto querían ver, la que los tranquilizaba.

-Hola, como han estado.- les dijo el invitado inesperado.

-Gokuuuuuuuuuuu!- gritaron todos.