Renuncia: Jojo's Bizarre Adventure es de Hirohiko Araki. «Hormones» es de yoursatanboyfriend. Mista es mío pero lo comparto con Giorno. (?)
Hormonas
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—Huyamos, ahora mismo. Pensaremos en a dónde vamos en el camino.
No hay ligereza en su voz (¿alguna vez la hubo?), habla en serio. Mista lo sabe. Es irresponsable, es diabólico, es todo lo que Giorno no. Más todo lo que él, Guido Mista, es.
Dice que sí.
Enciende el motor con Giorno mirando a las aves tras el cristal de la ventana.
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Giorno sabe que, aunque Mista no lo diga, él quiere preguntarle sobre su repentino interés sobre fugarse. Las bromas al respecto no tardan en llegar hasta que pregunta «¿Por qué? ». Gio le responde «¿Por qué no? ».
Se quedan el silencio con solo el sonido del motor hablando por ellos. La mano del más joven comienza a trazar pequeños círculos con sus dedos en el muslo interno de Mista.
Él recibe el mensaje fuerte y claro.
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Las señales de neón iluminan la cara de Giorno en formas interesantes; Es un joven hermoso, Mista lo sabe y siempre lo ha sabido. ¿Pero quién decía que aquello era lo que él, un asesino de Passionne, quería?
Porque por un demonio, no se equivocaba.
Más sin embargo, todo aquello le pasa por la cabeza de forma inesperada.
No se arrepentía, sin embargo.
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Giorno es tranquilo y silencioso como siempre. Hablando sólo cuando es necesario y limitándose a usar palabras mínimas en sus oraciones.
Sus manos, por otra parte, suelen contar historias más elaboradas, sobre todo cuando se encuentran con cualquier parte del cuerpo de Mista.
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Comparten una habitación de hotel. Una cama también.
Mista se despierta bajo la atenta mirada de su compañero y piensa-
Morning Good, no vayas a arruinarme esto.
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Se está peinando, sus excéntricos rulos llevan tiempo y Gold Experience le ayuda.
Mista lo está mirando en el espejo, paralizado. Él le devuelve el gesto.
Tan pronto como se detiene en su labor, Mista se acerca y pregunta.
—¿Necesitas una mano?
Es torpe, lo jode por completo y dedica más tiempo a arreglarlo. Gio sabe, sin embargo,
es a propósito.
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Giorno se pierde entre sus toques, y Mista le recuerda a un gato. Él sabe que quizás, si se mueve demasiado rápido…
podría clavarle sus garras.
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Giorno se mueve más cerca de Mista, tan solo poseer labios podría considerarse una invitación en aquellos momentos.
Si existe un Dios, piensa, no lograría salvarlo de él.
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Mista está dormido, con el cuello moteado de rojo.
Se disculpa por ser demasiado rudo, con café y rosquillas.
Con los labios magullados, Mista bromea sobre su cabello que le recuerda a la comida.
Giorno lo calla, y se van más tarde de lo previsto.
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Se pregunta cuántas llamadas perdidas ha recibido, cuántos mensajes de texto
(y cuántas marcas le ha dejado a Guido).
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—¡¿Podemos tocar también?! — Los Sex Pistols tiran de las mangas de Mista. Les grita hasta que los dedos de Giorno lo silencian intrusivamente.
—¿Dónde quieres tocarme? —, Pregunta y Mista tiene hipo cuando responde.
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Conducen de regreso, con el rubio observando por la ventana todo el trayecto.
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Se detienen para comer, y Gio lo está besando, otra vez.
Su jefe no le ha dicho nada en toda su travesía, y Mista cree que algo en el más joven se está muriendo por salir. No lo permite, naturalmente; a pesar de eso, continúa dejando
rojorojorojo por todo el cuerpo de Guido.
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Está conduciendo, con los labios de Giorno en el cuello y una mano vagando más abajo, se detiene, y Gio continúa mirando por la ventana.
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Lo hace detener el auto.
En el asiento trasero, es empujado hacia el otro cuerpo: brazos envueltos firmemente alrededor de él y el cuello pálido expuesto, sus labios ya saben qué hacer. Es memoria muscular, piensa.
Se besan. Y es como si fuese lo único que saben hacer.
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—¿Quieres hacer esto completo?
—¿Cómo así?— Mista se hace el tonto. Desactiva esto, desactiva la situación, desactiva ...
—Sabes a lo que me refiero, Mista.
Mista tartamudea cuando responde.
Giorno no parece decepcionado. Se besan hasta que ninguno de ellos puede mantener los ojos abiertos.
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Lo invita a la ducha.
Ocultarse no funciona, ni fingir no haber escuchado la invitación.
Declina, y sus Sex Pistols se quejan por dos horas completas.
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Hay una sonrisa espantosa decorando la cara de Giorno mientras pregunta —¿Por qué dijiste que no? Claramente, querías-
Él le dice que se les acabó el agua y sale corriendo por la puerta de la habitación.
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Está conduciendo, con la mano de Gio descansando inamovible en su muslo interno.
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Llegan en las primeras horas de la mañana, y ve al menor dirigirse a la cama.
Su mano está tomada, los ojos del rubio lo invitan a pasar la noche.
Es demasiado peligroso, se va rápidamente.
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A la mañana siguiente, Mista le pregunta a Giorno de qué se trata todo eso, pero su jefe solo le responde con una sonrisa de niño pequeño:
—Hormonas.