Disclaimer: Todos los personajes son propiedad de Stephenie Meyer, la historia es mía.

Abrí la cortina de mi ventana. Eran las 5:30, la hora exacta. En unos segundos, lo vería. Espere ansiosa, al igual que todas las tardes. Me pregunte que le diría si le hablara alguna vez, aunque, pensándolo bien, creo que jamás me atrevería a hablarle ¿O si?

Estaba tan concentrada en mis pensamientos, que no me di cuenta hasta que ya estaba demasiado cerca. No tuve tiempo de desviar la mirada, así que me sorprendió observándolo. Por poco me desmayo al ver que me sonrió, y que sexy se veía sonriendo. Lo vi alejarse hacia la esquina y cerré la cortina. Seguro creyó que era una boba. Ni siquiera pude devolverle la sonrisa, solo me quede mirándolo con la boca abierta. Genial. Ahora deberé tener mas cuidado cuando lo vea ¿Y si se dio cuenta? ¿Que pensaría ahora de mi? ¿Que soy una acosadora?

Seguía pensando en el cuando me fui a acostar. Mi Edward. Imagine sus lindos ojos verdes observándome, diciéndome que me amaba… pero sabía que eso jamás pasaría, así que decidí seguir con mis fantasías hasta que me quede dormida.

Me despertó un extraño olor, parecido a cuando algo se quema en la cocina. Abrí los ojos lentamente y vi que no estaba equivocada. Veía humo por todas partes, me levante de mi cama y me dirigí hacia las escaleras, pero no pude llegar muy lejos, ya que al abrir la puerta de mi habitación, vi solo llamas a mi alrededor. Estaba perdida. Iba a morir, lo sabia. Solo deseaba algo antes de irme. Sabía que era imposible. Deseaba ver a Edward por última vez. Deseaba poder decirle lo mucho que lo amaba, confesarle todo lo que sentía por el. Si tan solo pudiera tener otra oportunidad… Casi podía oír su voz llamándome a lo lejos, cuando me sumergí en la oscuridad.

Alguien me estaba tomando la mano. Estaba confundida y desubicada. No sabía que había pasado. Abrí mis ojos lentamente, acostumbrándome a la luz. No estaba sola, había alguien más ahí. ¡Era Edward!

-Hola- murmuro.

-Hola- Respondí. El me sonrió, apreté su mano con fuerza.

-¿Cómo te sientes?-pregunto con cara de preocupación.

¿Que como me sentía? Dichosa, feliz, radiante, contenta de que el estuviera conmigo. Pero también estaba muy confundida, no podía recordar como había llegado ahí.

-Confundida-murmure-¿Sabes que fue lo que paso? No lo recuerdo claramente.

-Se incendio tu casa.-exclamo con expresión de tristeza.

En ese instante lo recordé. El humo y las llamas rodeándome. Casi no podía respirar…y entonces alguien me llamo. No conocía esa voz… ¿o si? ¡Si! Era la voz de Edward… Regrese a la realidad. El me estaba observando fijamente. Me sonroje al instante.

-¿Cómo…?¿Tu…me…salvaste?-pregunte asombrada.

-Podría decirse-respondió sonriendo.

-Bueno, gracias-dije apenada.

Nos quedamos en silencio por un momento. Me miro a los ojos y yo sostuve su mirada con un largo tiempo. Casi no podía creer lo que había sucedido. No quería que Edward se apartara de mí, no sabia lo que lo había impulsado a salvarme la vida y quería averiguarlo, pero me avergonzaba preguntarle. Entonces recordé lo que había pensado cuando creí que moriría. Pedí otra oportunidad, y me la habían otorgado, así que me arme de valor. Lo mire y parecía distraído, concentrado en sus propios pensamientos.

-Edward-lo llame. Me miro extrañado.

-¿Si, Bella?

Pregunte algo totalmente distinto a lo que pretendía

-¿Cómo sabes mi nombre?-

Se sonrojo un poco al responder.

-Escuche a hurtadillas cuando conversabas frente a tu puerta. ¿Tu como averiguaste el mío?

Oh, oh. No podía mentirle, así que le respondí la verdad.

-Revise tu correo-Mis mejillas se tiñeron de rojo.

Edward soltó una carcajada. Su risa era tan linda…

-¡Y yo que creí que era acosador contigo!- Reí con el, un tanto apenada por sus palabras.

-En realidad, quería preguntarte…-dude un momento-¿Por qué lo hiciste?

-¿Hacer que?

-Salvarme. Me alegra que lo hayas hecho y en verdad te lo agradezco demasiado, no estaría aquí ahora si no fuera por ti, pero me preguntaba por que…

-Oh, eso. Emm… tal vez te parezca extraño, o pienses que enloquecí, pero a pesar de que es la primera vez que hablamos,-parecio dudar un segundo-estoy enamorado de ti, desde la primera vez que te vi, asomada en tu ventana.

Ok, eso fue totalmente inesperado. Me quede sin habla.

-¿Bella, te sientes bien?

-Si es solo que… bueno, yo…-era el momento, no podía arrepentirme ahora-tambiesentoyenamoradadeti.

Bien, ahora seguro creería que soy una tonta. Ni siquiera pude pronunciar correctamente la frase.

-Lo siento ¿Que fue lo que dijiste?

Respire profundamente.

-Dije que yo también siento lo mismo respecto a ti. Y no creo que hayas enloquecido.

-Uf, que alivio-dijo sonriendo ampliamente. Yo también sonreí. Estaba feliz. Y pensar que tenía tanto miedo de hablarle. Me eche a reír. Edward me miro extrañado. Seguro se estaría cuestionando sobre mi salud mental.

-¿Que es lo que te causa tanta risa?

-Es que estuve todas las tardes frente a mi ventana ala misma hora esperando para verte y jamás me atreví a hablarte, sin saber que tú te sentías de igual manera.

Se unió a mis risas. Luego de unos segundos, el silencio reino nuevamente.

Mire a Edward, y tenia una expresión de concentración absoluta. Aun seguía mirándome. De pronto cambio de postura. Se inclino un poco, girando hacia mí. Soltó mi mano y me acaricio la mejilla. Mi corazón se altero un poco. Cerré los ojos disfrutando de su tacto, era una sensación agradable. De pronto sentí su respiración en mi cara. Abrí los ojos y vi que su rostro estaba a unos centímetros del mío. Sus labios estaban entreabiertos, su aliento dulce mezclándose con el mío. Se acerco lentamente, mi corazón latía frenético. Me incline un poco y sus labios acariciaron los míos suavemente. El aparato al que estaba conectada comenzó a moverse incontroladamente. Profundicé el beso, nuestros labios se movían a la par. Entrelace mis manos detrás de su cabeza. El me sujeto con más fuerza aun. De pronto, escuche que alguien abría la puerta. Edward y yo nos separamos rápidamente. . EL aparato volvió a la normalidad en unos momentos. Edward sostuvo de nuevo mi mano.

Era la enfermera. Hizo una revisión y salió del cuarto.

Nos quedamos solos nuevamente.

-¿Que pasará ahora?

-No lo se. Lo único de lo que estoy seguro, es que no te dejare ir.

Este pensamiento me hizo sonreír.

-Me alegro. Entonces estaremos juntos.

-No podría ser de otra manera.

Nos quedamos en silencio nuevamente, mirándonos mutuamente. Mientras estuviéramos juntos todo estaría perfecto.

¿Quedó bien o bien feo? Me interesa muchísimo saber su opinión, por que estoy haciendo este mismo pero POV Edward, pero no se si subirlo o no. ¿Ustedes que dicen? Dejen Reviews sip?

Espero que les haya gustado y no sea decepcionante.

Besos