Una ayuda inesperada
parejas: Harry & Draco
Genero: romance & amistad
5 capitulos (espero)
Advertencias: es un slash, creo que no habrá cuchiplancheo (sexo) entre los protagonistas (creoooo) si cambio de opinión se los haré saber. es un fic después de la guerra mágica y ha sucedido todo lo del libro 7
disclaimer: La obra literaria de la cual me baso para estas historias, es de la saga Harry Potter, todos los derechos pertenecen a la autora J.K Rowling.
capitulo 1
El psicosanador, el pay de zarzamoras y un ave.
Harry estaba de pie junto al enorme ventanal, mirando hacia el jardín. Llevaba más de veinte minutos esperando a que su paciente de las 12 llegara. Miró el reloj de pared para cerciorarse una vez más que ya habían trascurrido 5 minutos desde la última vez que lo vio. Con un pase de varita hizo levitar su carpeta y anoto en ella la falta de puntualidad del paciente, así como su falta de compromiso.
Harry realmente no sabía que esperar, estaba tratando a Draco Malfoy desde hacía más o menos un año, después de que sufriera un accidente en el laboratorio de pociones donde trabajaba, y donde lamentablemente habían fallecido su madre y esposa.
Malfoy estuvo a punto de ir a azkaban, como su padre, por cargos de asesinato imprudencial, pero después de indagar y averiguar que uno los ingredientes que el pocionista había adquirido en "Parkles" estaba defectuoso, fue absuelto de los cargos. Lamentablemente el rubio no se recuperó de ese shock. Dejo de ir a su trabajo, comenzó importarle poco su apariencia y dejo de comer. Su único consuelo era su pequeño hijo de un año y medio, pero cuando el Slytherin extravió al pequeño en el callejón diagon y este fue encontrado por dos aurores, Malfoy volvió a ser llamado a juicio.
Se le practicaron exámenes médicos y psicológicos y se llegó al veredicto de que Draco Malfoy no era apto para criar a un niño, por tal motivo se le quitaba la custodia del pequeño heredero hasta que el rubio se sometiera a un tratamiento psicológico y demostrara que era apto para su crianza. El rubio visitaba al pequeño cada fin de semana en la compañía de dos aurores, no se le permitía estar a solas con el menor y mucho menos llevar varita. Pero a un año de aquel dictamen, Malfoy en lugar de mejorar, parecía que caía en un pozo sin fondo.
El sonido de la puerta al ser tocada le hizo salir de sus pensamientos. Giro sobre sus talones yéndose a sentar a su escritorio.
—Adelante.
Una mujer de aproximadamente 50 años, asomo la cabeza por entre la puerta. Sonrió al mirarle y después pasó el mensaje.
—El señor Malfoy, acaba de mandar una lechuza pidiendo que le acepte a la una, que tuvo algunos inconvenientes en su casa.
Harry la miró unos segundos sopesando lo que diría.
Su siguiente paciente llegaría a las dos, y él quería aprovechar esa hora, de la una a las dos, para ir a comer algo. Si aceptaba a Malfoy su estómago se quedaría sin comida y no probaría bocado hasta las siete de la noche. Cerrando los ojos suspiro con cansancio.
—dígale…
—¡si! ¡si!, ya se— respondió la mujer—que lo espera a esa hora, algún día se enfermara por saltarse las comidas.
—Espero que eso no sea un deseo— intentó bromear, pero la mujer solo negó con la cabeza y desapareció por la puerta nuevamente.
Un pay de zarzamoras con queso y un café aparecieron sobre su escritorio. Harry sonrió con cariño, esa hermosa mujer merecía un aumento de sueldo. Se sentó cómodamente en su silla, Malfoy no llegaría, sino, hasta pasados los veinte minutos, así que él tenía tiempo de degustar esa ricura de postre.
La cucharilla corto la esponjosa capa de queso hasta llegar al centro de zarzamoras y ahí lentamente la dirigió a su boca salivando de anticipación. Amanda era una diosa preparando ese postre, así que su mente ya estaba más que adiestrada del sabor que en escasos milisegundos empaparían sus papilas gustativas. Gimió quedo al sentir el sabor ácido, dulce y a la vez cremoso del bocado. Masticó la corteza, y con su lengua y saliva deshizo el contenido para después tragarlo con deleite.
Suspiró otro poco y después volvió a pensar en Malfoy.
El rubio seguía siendo un cabronete. En cada sesión intentaba sacarlo de sus casillas y en varias ocasiones estuvo a punto de lograrlo, si no fuera porque durante sus años de estudiante de la mente, le habían enseñado a cómo controlar la ira, que bien le hacía falta a él en su momento, ahora seguramente le habrían retirado la licencia por golpear a un paciente.
Draco negaba tener algún problema con la ingesta de pociones para dormir sin sueños, alegaba que uno no se hacía dependiente a ellas, pero por más que Harry intentaba explicarle que sí, que aquellas pociones, como el muy bien debía saber, contienen altas concentraciones de damiana y por lo tanto uno de los efectos colaterales era que se volvían dependientes de ellas.
Las llamas de su chimenea adquirieron un color azul, indicando que alguien estaba pidiendo acceso a su despacho. Con un pase de varita comprobó que era Draco Malfoy el que pedía autorización y con otro le dio paso.
En cuanto las llamas verdes se consumieron, un rubio platinado emergió de ahí. Quedaba poco del prestigio Malfoy en ese cuerpo, pero ni aun así, el Slytherin se mostraba reticente a dejar exponer debilidad. Harry había deducido que la depresión que tenía Malfoy, no era de tirarse en el suelo y llorar todo el día, era sin en cambio, de aquellas en las que tu humor empeora. Se molestaba con todo y todos, prácticamente pensaba que todo el tiempo él, Harry, se la pasaba llevándole la contraria.
—Lamento llegar tarde— se disculpó el rubio tomando asiento donde le correspondía. Harry no pudo evitar arquear una ceja por el tono amable que había empleado, pero sobre todo porque se había disculpado por la tardanza.
—Veo que hoy vienes de buen humor— comentó harry acercándose al diván.
—De hecho, si— esbozó una sonrisa— pero si quieres puedo tratarte como siempre.
Harry ignoro ese comentario.
—se puede saber porque tan feliz o porque de tu tardanza.
Malfoy dudo unos segundos antes de responder
—Digamos que hallé una ave herida dentro de los terrenos de la mansión y me quede cuidándola.
Harry busco dentro de los gestos y movimientos algo que le dijera que Malfoy estaba mintiendo, pero al parecer no lo hacía.
—¿Qué quieres decir con digamos?
—Bueno, es que no la hallé, yo vi cuando entró al terreno un poco tambaleante y decidí ir a inspeccionar. Solo que no me he acercado lo suficiente, es un ave salvaje y no me tiene confianza— puntualizó
—¿Cuánto tiempo ya llevas con esa ave?— preguntó el moreno
—Llegó ayer, la tengo bajo un hechizo jaula para que no se vaya.
—Te recomiendo que la dejes ir— más que sugerir Harry le estaba dando un orden.
Harry pudo notar como un destello de aflicción pasaba por los ojos plateados y Malfoy a continuación dijo.
—Por lo que pude darme cuenta, le han lanzado un hechizo a su ala derecha, esta toda chamuscada y parte de su carne tiene llagas, si la dejo ir, morirá.
—¿Porque te interesa?— cuestionó — mándala a algún criador de animales mágicos.
—yo…— dudó un momento y luego agregó—temo que le puedan hacer algo. ¡Vamos Potter solo es un ave!, no pienso ni matarla, ni intentar que me asesine. Solo estoy pidiendo tu estúpido consentimiento para poder cuidarla en cuanto se recupera, ¡es mucho pedir!— contestó ya exaltado.
Harry lo observo detenidamente. Después de un año, era la primera vez que Malfoy mostraba interés por algo o por alguien además de su pequeño. Sería interesante ver como se desenvolvía alrededor de ella. Cuanto le duraba ese interés.
Con un pase de varita hizo flotar unas hojas por delante suyo, las tomo en el aire y con otro estampo su firma mágica.
—Este documente te da el consentimiento por una semana de tener y atender a esa ave, si después de ese tiempo, ella no mejora o tú la desatiendes, tendrás la obligación de entregarla bajo ninguna objeción. En caso de que se esté recuperando satisfactoriamente, podrás tenerla hasta que pueda ser libre, de acuerdo al dictamen del curador que enviare a tu casa para que la cheque.
Malfoy no mostro ninguna reacción ante aquellas imposiciones.
—¿Estás de acuerdo?— Harry lo miró por encima de sus anteojos redondos.
—¿Es necesario el curador que intentas enviar?, en la mansión tengo uno, muy bueno que…
—Necesito que esto sea completamente legal, Malfoy. Aceptas o no.
—Claro, como yo no lo soy— apretó la mandíbula en clara muestra de desagrado, pero al final aceptó. — ¿cuándo pretendes enviarlo?
—A más tardar mañana ¿tienes alguna objeción?
Draco se tragó su comentario mordaz
—ninguna.
Después de media hora más de preguntas sobre el trabajo, los amigos, sexo, novias, etc. Malfoy podía casi sentirse libre.
—Te espero el viernes a las 12, espero que ahora si seas puntual.
—Llegué tarde por una buena causa— gruñó por aquella observación —si eso es todo, me voy.
Extendió su mano para que Potter la estrechara, después camino con paso seguro hasta la chimenea, de donde pensaba ir directamente a comprar ingredientes para realizar pociones revitalizantes para animales mágicos.
Tomó un puñado de polvos y antes de que los lanzara se giró hacia su Psicosanador.
Harry levanto la mirada de sus papeles en cuanto se dio cuenta que Malfoy aún no se retiraba.
—¿sucede algo?.
Malfoy pareció dudarlo unos segundos, luego hablo.
—Que es lo que hiciste, cuando el semigigante llevo a esa ave del demonio a Hogwarts, para que está te aceptara—
Harry frunció el cejo ante el apelativo de Hagrid, pero al ver que Malfoy no lo había dicho despectivamente, le respondió.
—Se llama Hagrid, y esa ave era un hipogrifo de nombre buckbeak. Lo único que hice fue inclinar la cabeza infundiendo respeto —pudo escuchar el resoplido del rubio, pero lo ignoro— para que buckbeack pudiera confiar en mí. ¿Por qué preguntas?
—Solo pensé que habría una forma para ganarme la confianza del ave, pero si tengo que inclinar la cabeza para ella, será mejor que busque alguna otra opción. Gracias por tu apoyo, Potter.
Harry habría volteado los ojos, sino fuera porque eso mostraría poca ética de su parte, pero a veces Malfoy y sus ideas retrogradas le llenaban el buche de piedritas. Lo vio perderse entre las llamas verdes, después estas volvieron a ponerse azules y así su nuevo paciente había llegado.
22/03/17
De la autora: hola chamacos feos, soy dragón de mala fe de nueva cuenta con otro fic. Se que tengo dos fics pendientes, pero como a toda escritora que se respete le pasa, he tenido un bloqueo con los anteriores fics.
Espero que este fic sea de su agrado y que puedan dejarme sus comentarios de si les gustó o si no les gustó.
