No es una princesa
Por Nochedeinvierno13
Disclaimer: Todo el universo de Canción de Hielo y Fuego es propiedad de George R. R Martin.
Este fic participa de "La Conquista: Primera espada, #1 Ronda" del Foro "Alas Negras, Palabras Negras".
Objeto: Tiara.
Sentimiento: Lujuria.
Personajes: Ygritte y Drogo.
La tienda se encuentra bajo el cielo nocturno que esa noche brilla con tal intensidad que parece ajena a los mortales que la contemplan. Él se encuentra majestuoso como de costumbre, con las trenzas negras untadas en aceite y las campanillas tintineando con cada uno de sus pasos. Ella se encuentra con la piel cremosa al descubierto, regalándole una visión que no hace más que encender la lujuria que hay dentro de él. Ygritte lo observa de una forma desafiante cuando él entra en la tienda provocando un leve sonido metálico debido a las campanillas que lleva en el cabello.
A Drogo le gusta su mirada desafiante y se la responde con un pequeño gruñido. Con sus manos callosas comienza a desatar el ligero vestido que ella lleva y cuando Drogo coloca las palmas abiertas sobre su espalda, Ygritte tiembla levemente como un pequeño anticipo de lo que está a punto de ocurrir. Los dedos descienden con lentitud a través de la espalda femenina que tiene alguna que otra pequeña cicatriz pero a Drogo no parece molestarle.
Él acaricia las tersas nalgas de la muchacha y ella se arquea hacía atrás, incrementando el contacto de su cuerpo con el masculino. Los dedos se mueven con una maestría alucinante por ese determinado lugar de su cuerpo. Ygritte cierra los ojos tratando de no concentrarse en nada más que no sea en el contacto de esos dedos con su cuerpo y comienza a sentir que todo el calor de su piel, se centra en un único lugar. Aquel lugar que Drogo está tocando con tanta lujuria.
Se arquea todavía más y puede sentirlo como un mazo contra uno de sus muslos, se frota impúdicamente contra él y consigue que el Khal suelte un gruñido de puro placer. Él la recuesta sobre ese lecho improvisado por las doncellas que le sirven diariamente y de un solo movimiento entra en ella. Ygritte siente que va a perder el conocimiento en ese mismo instante, porque la visión se le nubla por las intensas sensaciones que le atraviesan en el cuerpo en ese mismo instante y sus manos pequeñas pero femeninas, se sujetan con fuerza a los anchos hombros de Drogo. Él la observa a los ojos durante todo el encuentro carnal y acaricia sus cabellos besados por el fuego con algo parecido a la ternura. Por ella siente lujuria, una lujuria infinita, y algo más que no puede identificar.
Khal Drogo recuerda que esa chica llegó desde unas tierras muy lejanas que se extiende más allá de una gran muralla que él jamás tuvo la oportunidad de conocer y que al principio no sabía hablar su idioma, pero con el tiempo ha aprendido algunas pocas palabras que no termina de pronunciar muy bien pero al menos, le sirve para comunicarse con ella. Tampoco es que necesiten de palabras para poder comunicarse, porque el lenguaje de sus cuerpos es él que necesitan.
Él es un Khal que toma lo que le pertenece. Ella le pertenece y la toma sin pedir ningún tipo de permiso y ella no es ninguna princesa que necesite de una tiara para dejarse tomar por aquel hombre que hace que su cuerpo vibre con una sola mirada.
